Por la mañana temprano salí del hotel para
recoger la campervan a las 9’00. Las condiciones fueron las mismas que cuando
contraté con Jucy Rental la campervan en Nueva Zelanda. La única diferencia
fue que tuve que dar los datos de otra tarjeta de crédito para que
descontaran de ahí los gastos que tuviera en autovías de peaje
electrónico. Por suerte, fueron 0.
Después de coger la Jucy, y tras dar algunas
vueltas para acostumbrarme a conducir por el otro lado de la carretera,
inicié mi viaje por la Gran Ocean Road. Esta carretera panorámica llega
hasta Allansford. Yo sólo quería llegar hasta los 12 Apóstoles,
haciendo algunas paradas por el camino. Sabía de sobra que iba a ser una
paliza, porque iba a tener que volver de noche al hotel (y conducir de noche
por Australia no se lo recomiendo a nadie), pero tenía la impresión de que
iba a merecer la pena.
El recorrido completo dura 243 km desde Torquay
hasta Allansford. Yo di un poco de vuelta deteniéndome en algunos
lugares míticos. La carretera hasta Torquay fue un caos. Llena de tráfico y de
camiones enormes que me ralentizaron muchísimo. Por fin, al llegar a Torquay y
coger el desvío que indicaba Great Ocean Road, todo fue mucho más calmado,
aunque no fácil. La carretera es de dos carriles (uno para cada sentido), está
llena de curvas y hay muchas zonas de derrumbamiento y suelo peligroso. Aun así,
había mucho mantenimiento y lo estaban adecentando todo. En muchos tramos así,
la velocidad límite sigue siendo 100 km/h.
Tras varias paradas pequeñas para disfrutar del
espectacular paisaje costero y ver con los prismáticos algunas ballenas,
mi primer destino fue el Memorial Arch.
Qué ver en la Great Ocean Road
1. Great Ocean Road Memorial Arch: este arco de madera está dedicado a los hombres que
construyeron la carretera y como tributo a los caídos en la guerra. Una gran
obra de ingeniería que comenzó al final de la Primera Guerra Mundial y que se
completó en 1932. En su construcción participaron más de 3000 hombres y la
velocidad de progreso era de 3 km al mes en las zonas más escarpadas. El arco se
colocó en 1939, aunque el que ves ahora es de 1983, ya que los tres
anteriores se destruyeron por diversos incendios que asolaron la zona.
En la zona hay un aparcamiento y varios carteles con información sobre la Great Ocean Road. GPS: Lat: -38.47205 Long: 144.044708
2. Erskine Falls: a menos de 15 minutos del arco está la localidad de
Lorne, que no tiene mucho interés. Cogí el desvío que sale a la
derecha hasta las cascadas de Erskine, ubicadas en la cordillera de Oatway y a
unos 12 minutos en coche. En tan poco tiempo, pasas del paisaje costero y
soleado a un bosque denso, el rainforest, húmedo, con llovizna y frío.
Después de dejar el coche en el aparcamiento, seguí las escaleras por un camino muy corto, hasta el primer mirador. El agua tiene una impresionante caída de 30 metros hasta el Erskine River. Al segundo mirador se accede por un camino algo más largo, no mucho, a través de los 240 escalones hasta la base la cascada. La entrada y el parking son gratuitos. Sin duda, mereció la pena el desvío.
3. Otway Cape – Faro de Otway: después de parar varias veces para intentar ver
koalas sin éxito, decidí salir un poco de la Great Ocean Road y dirigirme desde Apollo Bay al Faro de Oatway. Inmersa en el bosque de eucaliptos y, tras
atravesar increíbles paisajes de pastos de color verde intenso, empecé a ver
lo que buscaba.
Justo antes de llegar al faro, te recomiendo dejar
el coche a un lado de la carretera y hacer un poco de este camino andando
silenciosamente. Al principio es difícil porque no sabes muy bien qué buscas. Pero,
una vez distingas la primera bolita peluda dormitando en una rama, el resto
será pan comido. Y, por suerte, esta carretera está llena de esas bolitas. 😀
4. Los 12 Apóstoles: la verdad es que me tiré tanto tiempo
disfrutando de los koalas que ya lo de ver los 12 Apóstoles era algo secundario
para el poco tiempo que quedaba de luz. Al menos pude llegar al mirador principal, aunque tuve que dejar el famoso Puente de Londres porque ya no se
veía nada.
Los 12 Apóstoles son unos pilares de piedra caliza
que emergen del Océano Antártico, unas enormes columnas que se elevan hasta los
45 metros de altura. A pesar de mantener este nombre, actualmente sólo hay
ocho. El último Apóstol que se cayó fue en 2005.
Siguiendo la Gran Ocean Road está muy bien
señalizado. Hay que coger un desvío que lleva hacia un aparcamiento y un centro
de información, con cafetería, aseos y tienda de recuerdos. Desde allí parte un
camino que lleva de nuevo a la costa y desde el que se accede a varios
miradores. Uno de ellos es el de las Escaleras de Gibson, un recorrido de 70
metros hacia abajo por el acantilado hasta llegar a la arena de la playa.
Para acceder al London Bridge, el más alejado de los
Apóstoles, hay que llegar a Port Campbell y continuar la carretera unos 7 km
más.
Después de un día muy aprovechado, inicié
el camino de vuelta (ya de noche) hacia Melbourne. Esta vez lo hice por
la carretera de arriba, no por la Great Ocean Road, por parecer más segura, sin
tanta curva. Desde Port Campbell, se pasa por Colac, Warncoort, Winchelsea y
Geelong.
Un recorrido imprescindible si vas por esta zona
de Australia. En tan sólo un día obtuve: paisajes impresionantes (costeros,
de rainforest, de bosques de eucaliptos y de praderas verdes inmensas),
avistamiento de ballenas y de koalas en libertad, y un inmejorable anochecer
con los 12 Apóstoles de fondo. Me faltaron tan sólo dos guindas: ver canguros
en libertad (no apareció ninguno) y pingüinos en las playas de los 12 Apóstoles
(la gente dice que van al anochecer, pero el mar estaba muy agitado y no vi nada).
Total de kilómetros:
- De ida: 348 km.
- De vuelta: 240 km.
Si quieres ver más fotos de Australia, puedes encontrarlas en mi tablero de Pinterest.