Después de
descansar en el hotel, comencé mi primer día por Buenos Aires. Anduve un poco
por el tradicional Barrio de San Telmo, cogí la Avenida de Entre Ríos y me
dirigí hacia la Plaza del Congreso. El Palacio del Congreso se construyó
siguiendo el modelo del Capitolio de Washington en 1906. Delante hay una gran
plaza en la que se alza el Monumento a los Dos Congresos, que se levantó en
honor a la Asamblea de 1813 y al Congreso de Tucumán de 1816, año en el que se
declaró la independencia.
Atravesé la Avenida de Mayo porque mi idea era tomarme algo en el mítico Café Tortoni, el café más famoso de Buenos Aires. Me fue imposible. Había una fila enorme tan sólo para entrar. Así que, decidí dejarlo para el día siguiente. En plena Avenida de Mayo me encontré con el palacio más dantesco de la ciudad: el Palacio Barolo. Cuando se construyó en 1923 fue el edificio mas alto de la capital. Diseñado por el arquitecto Mario Palanti, su interior está fuertemente ligado a la Divina Comedia de Dante. Su altura (100 metros) es una referencia a cada uno de los cantos que componen la obra. El número de sus pisos (22) recuerda al número de versos que componen cada canto. Además, su estructura también está dividida en Infierno, Purgatorio y Cielo, como las partes de la famosa obra de Dante. Hoy se puede acceder a su interior contratando uno sus tours guiados, en los que viene incluida la visita a la terraza para disfrutar de las vistas de la ciudad.
Al final decidí comer en el Restaurante Plaza Asturias, un excelente lugar para disfrutar de alguna comida típica del lugar. Vamos, que me hinché a empanadas antes de seguir andando. Los camareros fueron muy amables y se interesaron mucho al ver que era de España, hablando de lo bonitos que eran los Lagos de Covadonga. El precio, barato, y la comida, buenísima.
Siguiendo la
avenida, pronto llegué a la famosa Plaza de Mayo, donde más turistas juntos vi
de todo Buenos Aires. Aquí fue donde nació la ciudad, a manos de Juan de Garay,
el 11 de junio de 1580. Los jueves, a las 15’30, aun
puedes ver a las famosas Madres de la Plaza de Mayo pidiendo justicia por sus familiares desaparecidos
durante la dictadura (1976-1983).
En su centro
hay una gran escultura, llamada Pirámide de Mayo, que cuenta con una placa de
bronce en la que se lee la historia de la plaza y con el monumento ecuestre al
General Manuel Belgrano.
Alrededor de
la plaza hay varios lugares representativos porteños:
1. La Casa Rosada:
la sede del Gobierno argentino desde 1862 está ubicada sobre los cimientos del
antiguo Fuerte de Buenos Aires. Se hizo mundialmente famosa por los discursos que
Evita daba desde su balconada.
2. La Catedral
Metropolitana: sobre la antigua Iglesia Mayor que Juan de Garay levantó en
1593, la Catedral de Buenos Aires no tiene la estructura que esperas cuando
vas buscando una catedral. Su fachada neoclásica despista, aunque su interior
tiene el aspecto de una iglesia colonial española normal. Dentro alberga el
sepulcro del general José de San Martín.
3. El edificio
del Gobierno de la Ciudad: sede del Poder Ejecutivo de la Ciudad de Buenos
Aires. Fue construido entre 1891 y 1902, con base en un proyecto del arquitecto
Juan Antonio Buschiazzo, combinando elementos de la arquitectura francesa,
italiana y alemana.
4. La casa central
del Banco Nación: la sede del banco más importante de Argentina está cubierta
con una bóveda que es de las mayores del mundo, ya que sus dimensiones son de
50 metros de diámetro por 36 de altura.
5. El Cabildo: en
el interior del Cabildo se encuentra el Museo Nacional del Cabildo y la
Revolución de Mayo, donde se exhiben cuadros, retratos, piezas y joyas del
siglo XVIII, el arca fiscal de Caudales, la imprenta que fuese instalada por el
virrey Vértiz en la Casa de Niños Expósitos y la lámina de Oruro obsequiada al
Cabildo en ocasión de la victoria de 1807 frente a los ingleses.
Por detrás del
Cabildo, siguiendo un poquito por la Avenida Julio Roca, está en una esquina la
Manzana de las Luces, que llegó a ser el centro cultural más importante de
Buenos Aires en tiempos coloniales. Aún se pueden ver dos de sus edificios
originales y túneles defensivos creados por los jesuitas de la época. Justo al
lado, está la parroquia San Ignacio de Loyola, que también formaba parte del
complejo y que está considerada como la iglesia más antigua de la ciudad. Y, en frente, puedes admirar la Librería del Colegio, hoy renombrada como La Librería de Ávila, la primera librería de Buenos Aires, inaugurada en 1785.
Volví mis
pasos hacia la Plaza de Mayo y seguí andando por los jardines que hay junto a
la Casa Rosada, hasta llegar al Centro Cultural Kirchner, ubicado en el
edificio que fuera anteriormente sede del Correo Central de Buenos Aires. Es el
más importante en tamaño de América Latina y el tercero a nivel mundial. El
centro, conocido como CCK, es la mayor inversión en un proyecto cultural hecha
en la Argentina en toda su historia. Una lástima que, al ser lunes, estuviera
cerrado. Su entrada es gratuita.
Tras descansar
un poco sentada en los jardines, fue hacia la Calle Florida, una de las más
comerciales de la ciudad. Me paré en una cafetería a tomarme un submarino
calentito y me di una vuelta por las Galerías Pacífico. Inspirado en el edificio Le Bon Marché de París, estas galerías comerciales tienen su origen en 1889. Su interior está lleno de tiendas y restaurantes, y cuenta con el Centro Cultural Borges en el piso superior.
Desde la calle
Florida, atravesé la famosa Avenida Corrientes, llena de teatros y gente, hasta
llegar a la Plaza de la República. La plaza se encuentra en la concurrida
Avenida 9 de Julio. Hay muchísimo tráfico siempre y hay que tener cuidado al
cruzar.
En medio de la
plaza, está el gran Obelisco. Conseguí hacerme un
hueco entre tanto turista para sacar una de las fotos más representativas de la
ciudad, con el nombre de Buenos Aires y el Obelisco de fondo. Erigido en 1936
para conmemorar el 400º aniversario del
primer asentamiento español en el Río de la Plata, hoy es el lugar elegido por los forofos para celebrar las
victorias futboleras.
Desde esta Avenida también observé el famoso Teatro Colón, el cartel de Evita en la fachada del Edificio del Ministerio de Obras Públicas, el Monumento a las Cataratas de Iguazú y un Museo del Jamón, que nada tiene que ver con los madrileños.
Después de cenar en un restaurante de la Avenida 9 de Julio, mi última parada fue para visitar el Ateneo. La librería más famosa de la capital se sitúa en el interior del antiguo Teatro Grand Splendid, donde actuó también el famoso Carlos Gardel. Situada en el famoso barrio de Recoleta, en 2008 The Guardian la eligió como la segunda librería más hermosa del mundo y en 2019, National Geographic la nombró la librería comercial más bella del mundo. La librería El Ateneo es una marca tradicional, creada en 1912, que actualmente se halla asociada a la firma Yenny, y posee más de 34 locales repartidos en la Argentina, principalmente en Buenos Aires.
Y coger en esa misma calle el metro para volver al hotel. Un día bastante aprovechado.
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