San Petersburgo es una de las ciudades más
visitadas de Rusia y la más cosmopolita (y menos soviética). Tomando como
centro de operaciones la Avenida Nevsky, puedes visitar lo más destacado de la
ciudad en dos o tres días (dependiendo de los museos que quieras ver) y dejar
otros dos días para ir a algún lugar cercano, como Peterhof o Pushkin. Si
estás acostumbrados a caminar, todo está muy céntrico (menos el monasterio
Nevsky) y es fácil llegar a todos los sitios andando o tomando el metro, pero
haciendo muy pocas paradas.
Aquí te dejo lo que para mí es lo más
importante de San Petersburgo, si bien es cierto que yo sólo visité El
Hermitage (entero, eso sí) y salí tan llena de arte que ya no dediqué más tiempo
a los demás museos.
Qué hacer en San Petersburgo
1. Pasear por la Avenida Nevsky y asistir a un concierto callejero: Nevsky Prospekt es el gran eje de la ciudad. Te aconsejo el paseo tranquilo desde la estación de trenes hasta el Hermitage para disfrutar de sus puentes, sus canales, sus iglesias y edificios imperiales. Sus 4 kilómetros comienzan en el Monasterio Nevsky y acaban en El Almirantazgo. Por el día está llena de gente y por la noche, sus locales se transforman y su gente también: punkies, emos, góticos… todos tienen cabida aquí. Hay multitud de tiendas, restaurantes, palacetes, locales en los sótanos y gente haciendo corrillos para asistir a conciertos de músicos callejeros que, durante ese rato, se convierten en auténticas estrellas, con grupies y todo.
2. Visitar la Iglesia del Salvador sobre la sangre derramada:
paseando por Nevsky, en el puente en el que haya más gente, verás de lejos la
iglesia más famosa de San Petersburgo. En ella no se realizan actos religiosos,
hoy sólo es sitio de visita. Las colas son gigantescas. Te aconsejo comprar la
entrada por internet. El ticket cuesta 250 rublos y están limitados. Su página
web está en inglés y se compra con tu tarjeta de crédito. Una vez allí,
tienes que ir a la cola de compra por internet para canjear tu voucher
(tienes que imprimirlo) por la entrada.
🕑 Horario: de 10’00 a 18’00. Desde el 1 de mayo
hasta el 30 de septiembre, la iglesia abre hasta las 22’30. Los miércoles está
cerrado.
Precio: 250 rublos. http://eng.cathedral.ru/
Hay que vestir con decoro, pero no es necesario el
pañuelo en la cabeza para las mujeres.
3. Ver la Catedral de Kazán: muy cerca de la anterior
iglesia, pero al otro lado de Nevsky, se encuentra esta catedral, casa del
obispo ortodoxo de la ciudad. Está inspirada en San Pedro de Roma y dentro
siempre hay una cola de creyentes esperando su turno para besar el icono de
Nuestra Señora de Kazán.
🕑 Horario: de 7’00 a 18’00.
Precio: gratuita.
Hay que vestir con decoro, pero no es necesario el
pañuelo en la cabeza para las mujeres.
4. Subir a la cúpula de la Catedral de San Isaac: a unos pocos minutos de
la Catedral de Kazán, la de San Isaac destaca por su cúpula dorada. Su interior
no es muy llamativo, pero
merece la pena subir los 262 escalones para obtener grandiosas vistas desde
arriba. La entrada se vende por separado.
🕑 Horario: de 10’00 a 18’00. Del 1 de mayo al 30
de septiembre abre hasta las 22’30. Durante las noches blancas de San
Petersburgo, en las que parece que el sol no se va a poner nunca, se puede
subir a la cúpula hasta las 4’30 de la mañana. Los miércoles está cerrada.
Precio: 250 rublos la entrada a la catedral.
150 rublos más si queréis subir a la cúpula. La entrada se puede comprar por
internet, pero debéis canjearla en la taquilla.
Hay que vestir con decoro, pero no es necesario el
pañuelo en la cabeza para las mujeres.
5. Perderse en El Hermitage: cualquier visita a San
Petersburgo tiene este museo como referencia. Uno de los grandes de Europa, hay
que seleccionar previamente las obras o salas que quieres ver porque su
interior es inmenso.
En el centro de la Plaza del Palacio está la
Columna de Alejandro, que conmemora la victoria contra las tropas napoleónicas.
El museo está dividido en varias partes. La
más llamativa es el Palacio de Invierno, allí verás las dependencias de
la emperatriz Isabel y de Catalina La Grande. Se utilizó como hogar imperial
hasta 1917.
Su colección tiene más de tres millones de
obras. Hoy se puede ver una muestra de ellas distribuidas en 360 salas. La que
más busqué yo fue la de arte español, cómo no.
Si te has quedado con ganas de más, ve al
otro extremo de la plaza para continuar la visita al General Staff Building,
donde se están las obras más modernas, con una gran selección de artistas como
Picasso.
Las entradas por internet valen más caras,
pero te aseguran que vas a entrar. Las colas inundan la plaza.
🕑 Horario: de 10’30 a 18’00. Los martes y los
jueves abre de 10’30 a 21’00.
Precio: en taquilla cuesta 700 rublos. Por
internet cuesta 17’95 dólares. https://www.hermitagemuseum.org/wps/portal/hermitage/tickets
6. Disfrutar de El Almirantazgo: dejando la Plaza a la
derecha, aparece la columna del Admirantazgo. Del 1711 al 1927 fue sede del
ejército naval ruso. Hoy alberga una escuela militar y no está abierta al público.
7. Aprender en el Museo Estatal Ruso: si el Hermitage te ha sabido a poco, aquí hay más de 400.000 obras rusas desde el siglo X hasta la
actualidad. Si no tienes tiempo, existe una rama del museo en Málaga,
en la antigua Tabacalera.
🕑 Horario: de 10’00 a 18’00. Los jueves abre de
13’00 a 21’00 y los martes está cerrado.
Precio: 450 rublos para ver el palacio. Para
ver todo el complejo, incluido el Palacio de Mármol, la entrada cuesta 600
rublos. http://www.rusmuseum.ru/eng/
8. Comprar un huevo en el Museo Fabergé: si quieres ver más de
4000 obras decorativas, no sólo huevos de Pascua, aquí está tu sitio.
Obviamente, lo más buscado es la colección son los huevos. Un huevo de Fabergé es
una de las sesenta y nueve joyas creadas por Carl Fabergé y sus artesanos de la
empresa Fabergé para los zares de Rusia, así como para algunos miembros de la
nobleza y la burguesía industrial y financiera, entre los años 1885 y 1917. Los
huevos se consideran obras maestras de la joyería. Hoy se conservan 61, los 8
restantes se consideran perdidos o desaparecidos.
🕑 Horario: de 10’00 a 21’00. Cierra los viernes.
Precio:
700 rublos. Los tickets se pueden comprar en la entrada del museo, pero sólo
para ese día. La taquilla abre de 9’30 a 20’15. También se pueden adquirir online.
9. Hacerse fotos delante de el crucero Aurora: es un ala más del Museo
Naval Ruso. Este gran barco ha participado en tres guerras (Guerra
Ruso-japonesa, Segunda Guerra Mundial y en la Revolución Rusa). Hoy es símbolo
de la ciudad y muchas parejas van a hacerse fotos con él de fondo. Su interior,
si no eres uno apasionado de lo naval, no merecerá mucho la pena. Pero por su
importancia histórica, acércate por lo menos a verlo por fuera.
🕑 Horario: de 11’00 a 18’00, de miércoles a
domingo.
Precio: 600 rublos. Las entradas sólo se
pueden comprar en la taquilla.
10. Pasar una mañana en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo: para
llegar a ella hay que cruzar uno de los grandes puentes de la ciudad, ya que se
encuentra en una isla. Constituye la ciudadela original de San Petersburgo
(1703) y en su interior hay varios museos que visitar. El más importante es el
de la Catedral de San Pablo. Otras instalaciones comprenden el Museo de
Historia de San Petersburgo, el Museo de la Exploración Espacial, el Museo de
Historia de la Fortaleza y la prisión de Trubetskoy.
🕑 Horario: de 11’00 a 19’00. Algunos museos
cierran los miércoles. La catedral abre a las 10’00, por lo que es mejor
empezar la visita por ella.
Precio: cada museo tiene su propio ticket. Lo
mejor es comprarse un bono (válido para dos días) por 600 rublos. Este bono
incluye la entrada a la catedral, a la prisión, al Museo del Espacio, al Museo
de Historia de San Petersburgo y al Museo de Historia de la fortaleza. Sólo se
pueden comprar en la taquilla.
11. Visitar la tumba de Dostoievski en el Monasterio Nevsky: justo donde empieza la Avenida Nevsky, está el Monasterio que
lleva su nombre. Fundado en 1710, contiene los restos de Alejandro Nevsky, el
líder ruso y santo de la Iglesia Ortodoxa. Dentro del complejo hay dos iglesias
barrocas y una catedral neoclásica. En los jardines suele haber mercadillos de
productos típicos.
🕑 Horario: de 6’00 a 20’00. Gratuito.
Cruzando el puente, se encuentran los famosos
cementerios de Lazarev y Tijvin. Conocidos como los cementerios de los
artistas, entre sus tumbas están las de personajes tan famosos como
Dostoievski, Tchaikovsky o Rimsky-Korsakov.
Precio de la entrada a los cementerios: 400
rublos. La entrada se compra allí mismo. http://www.gmgs.ru/contacts/price
12. Darse una vuelta por el metro: el metro de San
Petersburgo es uno de los más famosos del mundo. No es tan bonito como el de
Moscú, pero también hay estaciones espectaculares. Las escaleras, como en toda
Rusia, son interminables. No hay pisos intermedios, por lo que se hacen muy,
muy largas. En la parte de abajo siempre hay una cabina con un vigilante que
las regula. Hay que tener cuidado y seleccionar muy bien las estaciones que
quieres visitar porque, una vez dentro, es muy fácil salirse del metro y tener
que volver a entrar (pagando de nuevo, claro). Un vez tomada una dirección
andando, puede ser que te sea imposible volver para atrás debido a los
guardias de seguridad y a las vallas, y te dirijas directo, sin quererlo, a la
salida.
La profundidad media es de 60 metros, pero hay
líneas que llegan a estar a 110 metros de profundidad. Esto se debe a que está
construido sobre una zona pantanosa, de hecho, las cuatro líneas pasan por
debajo del río Neva que es uno de los más caudalosos de Europa.
Las estaciones imprescindibles son: Vostania,
Pushkinskaia y Avtovo, con sus grandes lámparas. Antes no se podía hacer fotos
en ninguna infraestructura rusa. Al principio tuve miedo de hacerlas, pero
luego vi que todo el mundo las hacía con sus móviles y los guardias no decían
nada. No sé si seguirá la prohibición, o simplemente pasan.
13. Comprar en alguna galería comercial:
Nevsky Prospekt está llena de tiendas de souvenirs y de moda. Puedes aprovechar
la ocasión para visitar las lujosas galerías Passage (con WC gratuito 😉), un enooorme Zara, una librería
donde acostumbran a hacer programas de televisión en directo con los autores, las
Galerías Gostiny Dvor o los Almacenes Yeliseev con sus bonitas figuras que se mueven.
14. Subirse a bordo de un crucero nocturno por San Petersburgo:
delante del Museo Fabergé salen estos cruceros que te anuncian por toda la
ciudad en ruso. La visita dura un poco más de una hora y atraviesa los canales
recorriendo los puentes levadizos. Es todo un espectáculo y hay multitud de
barcos haciendo lo mismo a esa hora. Ver cómo se levantan los puentes es muy
bonito, pero lo cierto es que a mí se me hizo demasiado largo. Yo lo hice en el
barco Festival, de la compañía Astra Marine. Lo contraté online y me costó 800
rublos. Dentro del barco no había casi luz y servían comida y bebida a un
precio bastante razonable. Mi barco salió a las 00’30 y regresó a las 2’00 am.
15. Engordar a base de comer y beber delicias rusas: crêpes, té, empanadillas, mors, vodka... y apuntarse a la moda de las Sishas en las terrazas.
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