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Qué ver en Calatayud


Lo primero que hay que resaltar de la ciudad de Calatayud es su recinto fortificado de 4 km de perímetro: el más antiguo que se conserva de los árabes en toda la Península. Construida a principios del siglo IX, su muralla rodeaba la ciudad y sus cinco castillos: el de Doña Martina, el del Reloj, el de la Peña, el de Torre Mocha y el de Ayyub. Muchos están en condiciones lamentables y sus restos están rodeados de chabolas.



Por otro lado, Calatayud cuenta con varios ejemplos impresionantes del mudéjar aragonés, declarado Patrimonio de la Humanidad en 2001, como la Colegiata de Santa María y su gran torre de 70 metros, fundada (parece ser) por Alfonso I. 


Otras maravillas que te encontrarás de repente paseando por allí son: la Colegiata del Santo Sepulcro, de 1605; la iglesia de San Andrés, la iglesia de San Pedro de los Francos (mandada construir por Alfonso I tras la reconquista de Calatayud).



Mención aparte merece la Iglesia de San Juan el Real cuyo crucero se cierra con una cúpula sobre pechinas decoradas con pinturas de Goya representando los cuatro Padres de la Iglesia occidental. La primera obra maestra de Goya, pues la realizó con tan sólo 20 años.

Sus calles tranquilas están llenas de estas sorpresas. Palacios de estilo aragonés de los siglos XVI y XVII, arcos, puertas legendarias como  la de Terrer, plazas… todo esto inunda las calles de su casco antiguo.




Además, hay cinco museos que cuentan la historia de la ciudad:
  • El Museo de Calatayud. (Gratuito).
  • El Museo Parroquial de San Juan el Real. (2€ por persona)
  • El Museo de la Semana Santa. (Gratuito)
  • El Museo de la Colegiata de Santa María. (2€ por persona)
  • El Museo de la Dolores, lleno de referencias a este famoso personaje que tiene, además, un centro de interpretación de la Denominación de Origen de Calatayud en la bodega medieval de este mesón. (2€ por persona).
En fin, le debo otra visita para continuar descubriendo sus maravillas y disfrutar de un buen vino. Pero mi camino continúa hacia el origen de todo: Bilbilis.

Si quieres más información sobre esta ciudad, visitad su web turística. Bastante útil:



5 lugares imprescindibles que ver en Chinchón


Un pueblo cerquita de Madrid, donde escaparse una mañana para descansar del estrés de la capital. Parece increíble que se pueda tener tanta calma tan cerca. Nada más aproximarte a este pueblo, de no más de 5500 habitantes, ya empiezas a oler sus famosos ajos ¡Si viniera la Beckham, le daría un infarto!


A la entrada hay un gran aparcamiento con un gorrilla. Si no quieres pagar, hay zona gratuita de sobra subiendo hacia el castillo. Y todo está muy cerquita para ir paseando de un sitio a otro.

Qué ver en Chinchón

1. El Castillo de los Condes: construido a finales del siglo XV y reconstruido en el siglo XVI por orden del conde de Chinchón, sirvió de residencia de su linaje durante más de doscientos años. Muy dañado durante la Guerra de Sucesión y casi destruido por las tropas de Napoleón en 1808, su última misión fue como fábrica de licores.


Hoy sigue perteneciendo a los condes y sólo se puede ver por fuera. Está muy deteriorado, pues parte de sus materiales se han utilizado en el siglo XX para reconstruir casas, cercas y caminos. Aún se conservan restos del original foso que lo rodeaba. Es una pena que esté en estas condiciones de ruina.

Desde allí hay unas bonitas vistas de Chinchón y hasta se pueden ver las Torres Kio y el Madrid Business Area a lo lejos.



2. La Plaza Mayor: es de visita obligada y lo más conocido del pueblo. Está declarada como una de las plazas más pintorescas del mundo. Data del siglo XV cuando se organizaban allí las ferias de ganado. De forma irregular, la conforman edificios de tres plantas, bonitos balcones llamados claros, y galerías adinteladas. El suelo es de arena y aún se siguen realizando en ella corridas de toros. Su salto internacional vino en 1956, año en que se estrenó La vuelta al mundo en ochenta días, de Michael Todd. Ganadora de 5 Oscars y dos Globos de Oro. En la película aparecen varios cameos importantes (de hecho, el término cameo se inventó con ella). La Plaza de Chinchón sirve de escenario para una corrida de toros donde actúan Cantinflas, Luis Miguel Dominguín y el cantaor José Greco. También apareció en Campanadas a medianoche, de Orson Welles.



Chinchón es un lugar donde tradicionalmente venían, y siguen viniendo, los madrileños para escapar de Madrid y comer en su plaza. Si éste es tu objetivo, hay que ir temprano, pues, aunque la plaza esté llena de restaurantes y terrazas, a la hora de comer no cabe ni un alma. Uno de los sitios que más recomiendo es comer en un balcón de la plaza en el tradicional Restaurante La Balconada. 👉 Más información. 

Cerca del Ayuntamiento puedes hacer una parada en la Oficina de Turismo, donde también tienes los antiguos lavaderos municipales, y el Museo Etnológico La Posada, construido sobre una antigua posada del siglo XIX.

3. La Casa de Goya: cerca de la plaza, subiendo hacia la iglesia, te encontrarás con esta casa, ejemplo de arquitectura popular de finales del siglo XVIII,  con entrada adintelada y marco de madera. El Ayuntamiento y la Asociación Juvenil Francisco de Goya la han estado restaurando. En ella vivió Goya durante la invasión francesa. Uno de sus Desastres de la Guerra, el grabado número 37, corresponde a Chinchón.



Continúa subiendo para ver las Columnas de los franceses, que recuerdan a los dos franceses que ejecutaron durante la guerra, tras haber incendiado la iglesia. El ejército de Napoleón se vengó matando a 86 personas de Chinchón y arrasando la ciudad.

4. La Plazuela del Palacio: donde estaba el antiguo Palacio de los Condes de Chinchón. Aquí destacan tres edificios:

▪ La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción: construida en 1534 y sufriendo diversas restauraciones a lo largo de su historia, hoy mezcla estilos gótico, plateresco, renacentista y barroco. Dentro hay un retablo realizado por Goya: La Asunción de la Virgen (1812).


▪  La Torre del reloj: cerca de la Iglesia de la Asunción (que no tiene torre), se encuentra esta torre junto a la que hay una terraza para tomarse algo y un bello mirador. La torre formaba parte de la iglesia que arrasaron los franceses. De ahí el dicho: “Chinchón tiene una torre sin iglesia y una iglesia sin torre”.



▪  El Teatro Lope de Vega: llamado “La pequeña bombonera”. Se construyó en 1891 por la Sociedad de Cosecheros. Delante hay el busto de la IV Condesa de Chinchón, Virreina del Perú, que introdujo la quinina en Europa. Por ella, el árbol de la quinina se conoce como cinchona.


5. La Casa de la Cadena: casa barroca, de finales del siglo XVII donde se colocó una cadena frente a ella cuando Felipe V se alojó allí para pernoctar durante la Guerra de Sucesión. Bajando por la Cuesta del Hospital verás que el empedrado que aún se conserva está hecho con trozos de tinajas de las bodegas para impedir que los carros resbalaran.


Este recorrido acaba en el famoso Parador Nacional de Turismo, el antiguo Monasterio de los Agustinos, del siglo XVII. Junto a él, está la Ermita de Nuestra Señora del Rosario, que antiguamente formaba parte del convento.






Visitando el Museo de la España Mágica de Toledo


Un sitio que realmente me impresionó la última vez que fui a Toledo fue este pequeño museo situado en la céntrica calle General Cisneros, junto a la cafetería Ars Delicatum, una de los sitios más baratos que me encontré para comprar dulces típicos. Por falta de tiempo no pude entrar en él, y lo tuve que dejar apuntado para mi siguiente visita.


Así que esta vez estaba dentro de mis prioridades, antes de unas carcamusas en Casa Ludeña, pasarme a conocerlo.

El museo está ubicado en una antigua casa musulmana del siglo X. Para acceder a él hay que bajar unos 5 metros por unas escaleras que te llevan al actual sótano, pero que era la altura normal que tenía el Toledo de la época. Toda la zona se elevó al construir la Catedral.


Aunque sólo sea por ver cómo era la antigua casa merece la pena echarle un vistazo. Eso sí, no te esperes tampoco mucho. Es muy pequeñito. Lo único original son dos Manos de Fátima policromadas que hay en las jambas de un arco. Todo lo demás son réplicas. Pero la ambientación es bastante interesante y sirve para recordar las antiguas supersticiones que han ido existiendo a lo largo de la Edad Media. Es bastante curioso.

Cómo es la visita a la Mezquita del Cristo de la Luz en Toledo


En Toledo éste es el monumento más importante que se conserva del Arte Islámico. Fue construido en el siglo X y en el 1085 fue transformada en iglesia cristiana.

La visita turística en sí  misma, sin guía ni nada, es un poco decepcionante. Una vez dentro, se tarda muy poco en verlo. Y, quitando el pequeño interior, lo demás se puede ver perfectamente desde la calle. 


El edificio consta de dos partes:

La mezquita: esta Casa de Oración, de planta cuadrada, consta de tres naves paralelas cruzadas por otras tres naves transversales. Las bóvedas que las cubren son réplicas de las que hay en la Mezquita de Córdoba y, todas ellas, distintas entre sí. Fue construida por Ahmad ibn Hadidi, del que no se sabe nada más.



Como no se sabe realmente cuál fue su nombre, se la ha llamado Mezquita de Valmardun, nombre de la puerta de Toledo que hay al lado. Según la leyenda, durante la conquista cristiana encontraron tras un tabique un crucifijo con una luz que llevaba encendida desde la invasión árabe y había quedado oculto. Realmente podrían haber encontrado el crucifijo (aunque no con esa luz) ya que anteriormente, en época visigoda, había existido una iglesia cristiana en este mismo lugar. Gracias a esa leyenda, el lugar pasó a llamarse Mezquita del Cristo de la Luz. 


Construcciones cristianas: esta segunda parte corresponde a las construcciones que se hicieron después de la Reconquista de Toledo. En el siglo XII, le añadieron, entre otros, un ábside y un transepto mudéjar. También se creó un cementerio en el lado norte y le fueron anexando otros edificios alrededor. En el siglo XIX, sufrió muchas modificaciones, intentando restaurar su aspecto original, pero sin conseguirlo y destruyendo, en muchos casos, importantes vestigios. 

En el 2006 se llevó a cabo una excavación en la que se descubrió una calzada romana de grandes losas de granito de 5 metros de anchura en la explanada norte de los jardines. Bajo ella, también se localizó una cloaca. 

Desde el jardín, hay una hermosa vista de Toledo y de una de puertas. 




Horario

🕑 Del 1 de marzo al 14 de septiembre: de 10’00 a 18’45.
🕑 Del 15 de septiembre al 28 de febrero: de 10’00 a 17’45
🕑 De lunes a viernes: CIERRA  de 14’00 a 15’30.

Precio de la entrada a la Mezquita del Cristo de la Luz

💶 General: 2’50€

En la oficina de turismo se puede comprar una pulsera turística por 8€ que incluye la visita a:
  • Santo Tomé.
  • Santa María la Blanca
  • San Juan de los Reyes
  • Mezquita del Cristo de la Luz
  • Iglesia de los Jesuitas
  • Iglesia del Salvador. 

   MEZQUITA DEL CRISTO DE LA LUZ   

c/ Cristo de la Luz, 22
Teléfono: 925 254 191
mezquitaermitacristodelaluz@gmail.com



Un Gigante Extremeño en el Museo Nacional de Antropología


En la planta baja del museo, junto a cuatro momias andinas y una guanche, y algunos esqueletos humanos y de simios, descansan los restos del Gigante Extremeño.

Su inmenso esqueleto está en medio de la sala. En una de las paredes puedes ver su figura de yeso realizada a partir de un molde de su cuerpo.

El gigante en cuestión se llamó Agustín Luengo. Y su historia es bastante triste. Parece ser que nació en Puebla de Alcocer en 1949.  Desde pequeño tuvo acromegalia, un trastorno provocado por un tumor que hace que el cuerpo produzca más hormona del crecimiento de lo que debería. Así, el gran Agustín llegó a medir 2’35 metros.
Momia guanche
Su familia era bastante pobre y su casa era muy pequeña para él. De hecho, tuvieron que adaptarla en algunas ocasiones para que Agustín pudiese entrar. Hasta cuentan que su padre tuvo que hacer un agujero en la pared para que él pudiera dormir con las piernas estiradas porque si no, no cabía.

Harto ya de esta situación tan problemática y de ser el hazmerreír  del pueblo, su padre lo vendió a un circo portugués cuando tan sólo tenía doce años. Su espectáculo consistía en pasear delante del público para que vieran su monstruosidad. Y es que sus manos medían más de 40 cm.


Llegó a ser tan famoso su espectáculo que hasta el mismo Alfonso XII pidió que le hiciera una actuación. El rey, al verlo, quedó encantado con el gigante y le regaló unas botas (serían del número 52).

Su fama seguía creciendo y fue entonces cuando lo descubrió el Doctor González Velasco, catedrático de Anatomía de la Universidad de San Carlos, en Madrid. Tal fue su sorpresa cuando lo conoció que se obsesionó con la extrañeza de su cuerpo y propuso comprárselo por 3.000 pesetas. 1.500 se las pagaría a Agustín y el resto serían pagadas a sus herederos.


Agustín aceptó y dejó el circo. Sus 2’50 pesetas diarias le permitían ya vivir sin tener que someterse a tanta burla. Se mudó a Madrid y aprovechó para vivir la vida al máximo. Con todos los excesos que antes no se había podido permitir.

Desgraciadamente, esto le duró poco. Cuando tan sólo tenía 26 años, el gigante murió de tuberculosis. Como habían pactado, el doctor se quedó con el cuerpo. Le hizo el molde de yeso, que ahora puedes ver en el museo, lo diseccionó y lo estudió al detalle. Al acabar su investigación lo esqueletizó, aunque durante el vaciado que el doctor realizó sobre el cuerpo su esqueleto perdió 20 cm. De todos modos acabó siendo una pieza fundamental del gran museo que estaba creando y que actualmente es el Museo de Antropología Nacional de Madrid. Justo allí es donde sus restos descansan ahora.


También podemos obtener información en el museo de Puebla de Alcocer, donde hay varios objetos suyos, como sus famosas botas y sus calcetines. El libro El hombre que compraba gigantes cuenta la vida de tan digno hombre. 

Precio de la entrada al Museo Nacional de Antropología

💶  General: 3 €
💶 Gratis: menores de 18 años, pensionistas, mayores de 65 años, estudiantes, parados, docentes…, sábados a partir de las 14’00h y domingos.
    Horario

    🕑 De martes a sábado: de 9’30 a 20’00
    🕑 Domingos y festivos: de 10’00 a 15’00

      Cómo llegar

      🚇 Metro: Atocha Renfe (Línea 1)
      🚌 Autobuses: 10, 14, 19, 26, 32, 37, 85, 86 y Circular.
      🚆 Cercanías: Atocha.



         MUSEO NACIONAL DE ANTOPOLOGÍA   

      c/ Alfonso XII, 68    Madrid
      Teléfono: 915 306 418


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      ➤ Asia en el Museo Nacional de Antropología