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Rusia: Día 12 – Mi excursión por Olkhon Island


A pesar del desengaño que me llevé con una excursión que no era la que había contratado, los paisajes que vi no fueron para nada desdeñables. De hecho, en otras condiciones, la excursión hubiera estado interesante, al menos.

Mi conductor buriata me recogió en mi hotel en su furgoneta. Allí estaban ya todas las plazas ocupadas y me tocó en la parte de atrás, encima de la rueda (ideal para marearse por los caminos de Olkhon). Primeramente, llegamos a la entrada del Parque Nacional y allí estuvimos montados en la furgoneta durante media hora mientras nuestro guía se las entendía con los guardas. Al final volvió y nos pidió 400 rublos a cada uno. En un cartel vimos que la entrada costaba 300, así que nuestro querido abuelete se estaba embolsando su propia propina de antemano. Nadie nos había dicho que teníamos que pagar nada y todos los de la furgoneta nos quedamos igual de asombrados.


A partir de allí, el camino se convirtió en esto:


El abuelo se lo pasaba divinamente haciendo rally por aquellos boquetes, mientras la gente se mareaba. De hecho, dos potaron en cuanto nos bajamos. La primera parada fue en Peschanaya Village, a una hora de Khuzhir. Es un antiguo pueblo abandonado, que se utilizó en la época soviética para que los prisioneros trabajaran en la industria pesquera. Hoy hay allí un café, en el que paran todos los tours como el nuestro, que tiene un aseo y una tienda de souvenirs. Además, hay algunos puestecillos cerca de la playa.




Después de media hora allí, volvimos a la furgoneta y nos dirigimos hacia la bahía de Uzuri. Allí, nuestro guía empezó a hacer una hoguera y nos cocinó una sopa de pescado. Sacó té, pan y caramelos. Mientras se hacía la sopa, estuvimos dando vueltas por la bahía. Quisimos subir hasta la cima de la montaña Raba para ver el paisaje desde allí, pero nos llamó el señor diciendo que la comida estaba lista.




Ya comidos, recogimos y vuelta a la furgoneta. Esta vez, hacia el Acantilado del Amor (Love Cliff). La cima de este acantilado dicen que tiene forma de piernas abiertas, como si una mujer estuviese dando a luz. El pequeño camino que lleva hacia la supuesta rodilla izquierda es para los chicos, y el que lleva a la derecha es para las chicas.



Nuestra siguiente parada fue el Cabo Khoboy (Hoboy le llaman ellos).  El punto más al norte de la isla se parece a una meseta de mármol blanco. Está situado cerca del punto más ancho del Baikal: 79’5 km.


La última visita fue en el Cabo Sagaa-Khushun, que significa “Cabo Blanco” en la lengua buriata. Está situado a 4 km de Khoboy. Se le conoce como Cabo Blanco, porque el agua refleja una masa rocosa que parece de mármol. Desde allí se pueden ver Los Tres Hermanos: según la leyenda allí vivían tres hermanos que fueron convertidos en águilas por su padre. Éste les dijo que lo único que tenían que hacer para mantener su poder era no comer carne de animales muertos. Sin embargo, cuando el hambre apretó, rompieron su promesa. El padre, furioso por ello, los convirtió en estas tres rocas que miran al Baikal.



Al atardecer llegamos a Khuzhir y aproveché el tiempo para hacer mis últimas compras en el pueblo y comer unos cuantos manjares siberianos más. 



Rusia : Día 11 – Visitando el polvoriento Khuzir en la Isla de Olkhon (Baikal)


Khuzir es un asentamiento muy pequeñito, con poco que hacer más allá de ser el punto de partida para realizar rutas por la isla. Empecé a andar por los caminos de tierra que son sus calles con mi mochila a cuestas.

El pueblo tiene un museo, una pequeña iglesia, varios supermercados, tiendas de souvenirs y muchísimos restaurantes. Hasta hay un puesto de reparto de comida a domicilio (increíble en un pueblo de cuatro calles).





Llama la atención que no tuvieran teléfono, radio, ni internet hasta hace muy poco. En el 2005 les llegó todo a la vez. Sin embargo, aún no tienen red eléctrica, ni un sistema de alcantarillado, ni de recogida de basura eficiente. Las casas se nutren de sus propios generadores, almacenamientos del agua de la lluvia y pozos ciegos para los aseos. En el Centro de Vacunación Internacional de Madrid me dijeron que, por eso mismo, no me fiara de tomar nada de verdura que fuera producido allí. Por lo dudoso del riego con agua adecuada. Al final me vería obligada a saltarme esa norma.




Debido a mi desafortunado viaje hasta Khuzhir, llevaba sin comer en condiciones todo el día. Así que me paré en el café que estaba más lleno de todo el pueblo: Dalai. Un joven chino atendía las mesas con calma (en Khuzhir todo se hace con mucha calma). Sabía hablar inglés perfectamente y, además, tenían una carta para extranjeros. Fue una muy buena elección y me hinché a comer por muy poco dinero.


Continué mi camino entre vacas y polvo y visité la iglesia por fuera y su pequeño museo. Hice un alto en varias tiendas para comprar souvenirs y en todas ellas me aceptaron la tarjeta de crédito. Hasta vi una competición infantil de boxeo.



Dejando atrás las casas, llegué al Cabo Burhan, uno de los nueve lugares sagrados de Asia. En lo alto hay unos lazos chamánicos que anuncian el lugar. Según una antigua leyenda buriata, los hijos del Dios Tengris, bajaron desde el cielo para juzgar los actos de los humanos. El mayor y el más fuerte de ellos, Han Khute-baaby, eligió la cueva que hay en este cabo para vivir. Durante mucho tiempo, no se le permitió a nadie que no fuera chamán entrar a la cueva. Ésta mide 12 metros de largo y 3-4 de ancho. Allí se siguen celebrando rituales sagrados.



Por un sendero pequeño, accedí a la cala del cabo y estuve haciendo unas cuantas fotos.

Al otro lado del cabo, por otro sendero, caminé hacia la playa de Saraisky Bay. En ella había muchos valientes bañándose, porque estaba bastante fría, y varias tiendas de campaña. A pesar de que había carteles instando a ser respetuosos con la naturaleza y hay tantas personas que van a Olkhon en busca de espiritualidad, cerdos hay en todas partes, y aquí no faltaba basura arrinconada entre las piedras.



En mitad de la playa encontré algunos remolques con chimenea que resultaron ser banyas, saunas improvisadas, en las que podías entrar previo pago. La gracia estaba en entrar un rato y salir corriendo acalorado a bañarte en las frías aguas del Baikal. Curioso.



Después de un largo y tranquilo paseo por la playa, disfrutando del agua y de la vegetación próxima a la playa, volví a Khuzhir.

Allí visité el supermercado más grande del pueblo. En él podías encontrar de todo y a un precio irrisorio. Chucherías, dulces, alcohol, té, noodles… Y aceptaban tarjeta de crédito. Hasta ahora había oído que en Khuzhir no la aceptaban en ningún sitio y que tampoco había bancos, ni cajeros. Lo último es cierto, pero lo primero no. Me la aceptaron en los restaurantes, supermercados y tiendas de souvenirs.


Me sorprendió lo bien vigilado que estaba Khuzhir por la noche. No paraba de dar vueltas un coche policía y, cada poco tiempo, paraba a los conductores para pedirles la documentación.



En mitad de la calle en la que estaba el supermercado, vi un montón de gente agolpada y escuché música. Me acerqué y resultó ser un concierto de música tradicional buriata. Los músicos estaban tocando y cantando en la terraza de un restaurante, pero para toda la calle. No hacía falta consumir nada. Luego me contaron que en verano tocan casi todas las noches, sobre todo en fin de semana. Fue una curiosa sorpresa.



Pasé por delante de un local extraño, oscuro y en el que se veía gente acostada en cojines como si tuvieran la cogorza de su vida, y en el que anunciaban sishas en la puerta, y busqué otro restaurante para comerme otro cheburek, muy típico de la zona. Así terminó mi primer día en Olkhon, después de la odisea que había vivido hasta llegar allí.



Lugares imprescindibles que ver en Las Palmas de Gran Canaria


La ciudad más poblada de Canarias y la novena de España, fue fundada en 1478, año en el que Juan Rejón, capitán de la corona de Castilla, inició la conquista de las islas. Hoy se ha convertido en un gran centro turístico internacional y es conocida mundialmente por sus Carnavales. 


Qué visitar en Las Palmas de Gran Canaria

A) Casco Viejo - La Vegueta: las calles de La Vegueta representan el pasado antiguo de la ciudad. Aquí encontrarás los monumentos más emblemáticos de Las Palmas de Gran Canaria rodeados de callejuelas típicas.

1. La Plaza de Santa Ana: cuenta con varios edificios históricos importantes:



▪  La Catedral de Santa Ana: mandada construir por los Reyes Católicos, es la primera iglesia de todas las Islas Canarias. En ella confluyen el gótico, el renacimiento y el neoclasicismo. En una de sus torres hay un ascensor (1’50€) a través del cual se accede a un mirador para disfrutar de las vistas de la ciudad. La entrada a la catedral cuesta 2’40€ y su horario es: de lunes a viernes de 10’00 a 16’30 y sábados de 10’00 a 13’30.

▪  El Palacio Episcopal: edificado en el siglo XVII, cuenta con un bonito balcón.

▪  La Casa Regental: edificio renacentista sede de la Presidencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias.

2. La Casa de Colón: en su interior se ofrece información sobre la historia de la ciudad, la historia de la América Precolombina, los viajes de Colón y pinturas de los siglos XVI al XIX. La entrada cuesta 4€ y abre de lunes a sábado, de 10:00 a 18:00 horas; y domingos y festivos, de 10:00 a 15:00 horas.


3. El Museo Canario: un lugar excepcional para los que quieran informarse sobre la historia de los aborígenes canario. Su precio es de 4€ y abre de lunes a viernes, de 10’00 a 20’00 y los sábados y domingos, de 10’00 a 14’00.

Eldiario.es

4. El mercado de Vegueta: el primer mercado de Canarias data de mediados del siglo XIX y abre de lunes a jueves de 6’30 a 14’00; y los viernes y sábados de 6’30 a 15’00.


B) El Barrio de Triana: el segundo barrio histórico de la ciudad cuenta con multitud de edificios de alto valor artístico. Entre ellos, destaca el Teatro Pérez Galdós, el Hotel Madrid, el Gabinete Literario y el Edificio Quegles, del año 1900. Su Calle Mayor está llena de tiendas y bares. En el Parque de San Telmo también está la ermita de San Telmo y un quiosco modernista que llama la atención nada más verlo.



C) Ciudad Jardín:  

El Parque Doramas: algo más alejado del centro, este parque tiene en su interior el Hotel Santa Catalina, el Museo Néstor y el curioso Pueblo Canario, que representa un conjunto arquitectónico típico canario, con sus balcones de madera de tea y su plaza, donde se dan conciertos de música canaria gratuitos.



D) Distrito Puerto-Canteras: 

1. La Playa de Las Canteras: la playa más famosa de Las Palmas de Gran Canaria, tiene una longitud de 3 km bordeado por un paseo marítimo lleno de bares, restaurantes, pubs y discotecas.


2. El Auditorio Alfredo Kraus: al final de la Las Canteras, en el área conocida como Playa de Las Cicer, surge este famoso auditorio que recuerda al gran cantante de ópera español. Ofrecen visitas guiadas, de lunes a viernes a las 12’00.


E) Barrio de La Isleta:

Castillo de la Luz: situado en el barrio de La Isleta, cerca de la Playa de Las Canteras, se construyó en 1494, alzándose como la primera fortaleza de la ciudad. Cuenta con un puente levadizo y un foso. Hoy alberga el Museo Naval y constituye un centro emblemático durante las cabalgatas de Carnaval y la de los Reyes Magos. Horario: martes de 16’00 a 18’00 y jueves de 11’00 a 13’00


Visitando El Faro de Cabo de Gata con su peligrosa Laja del Cabo


No me canso nunca de volver. Uno de mis destinos preferidos de Almería. La carretera hacia el faro ya merece la pena para disfrutar del paisaje. Allí mismo se puede dejar el coche, aunque también tienes la opción de subir andando desde la barriada de Almadraba de Monteleva.

El faro es bastante moderno. En 1863 se construyó sobre un antiguo castillo defensivo que quedó en ruinas durante la Guerra de la Independencia. El castillo de San Francisco de Paula se edificó sobre un acantilado de 50 metros de altura en el siglo XVIII para defender la costa del reino de Granada con Felipe V. Su situación se fijó sobre la zona conocida desde tiempos romanos como El promontorio de las Ágatas, por la gran cantidad de estas piedras que se encontraban en sus alrededores. Hoy sólo queda de éste el muro de la base. Sobre ella se asienta una torre de 18 metros que, en sus orígenes contenía una óptica giratoria con una lámpara de aceite de oliva.


En 1973 se convirtió en radiofaro y hoy emite destellos que se ven a 45 km de la costa. Además, tiene una sirena de 7 millas de alcance, que avisa a los barcos en los días de espesa niebla.

El faro se construyó para comunicar a los barcos de que se estaban acercando a la Laja del Cabo, un arrecife que se encuentra a una milla de éste y que ha sido famoso por ser el responsable de numerosos naufragios. El más famoso fue el de Arna, un buque de Checoslovaquia que naufragó en 1928 y que todavía está allí abajo para el disfrute de los amantes del buceo.

Los naufragios importantes de los que se tienen noticia comienzan en 1613, con el de la galera Patrona Real, y prosiguen a lo largo de la historia. En 1777 naufragó el pinque napolitano San Francisco de Paula; en 1797 se hundió un barco que llevaba al hermano del Rey de Marruecos a Melilla; en 1900 y 1904 lo hicieron dos vapores franceses…

Su importancia fue tal que, incluso... ¡la quisieron derribar con dinamita en el siglo XIX!  😟

Hoy se puede disfrutar de su figura, pero no se puede visitar por dentro.

El Arrecife de las sirenas

Desde el mirador que hay a los pies del faro, la imagen más fotografiada es la de este arrecife. Espectacular. Las formas verticales son restos de una chimenea volcánica en cuyo interior cristalizó el magma hace más de 12 millones de años.



Constituye la parte más oriental del sur de España y se cree que su nombre se debe a que antiguamente había allí una colonia de focas monje. Se dice que cuando nadan, los marineros las pueden confundir con sirenas. Desgraciadamente, hoy no queda nada de estos animales (como ya en la mayoría del Mediterráneo). 

Las cercanas aguas de playas, como la de La Fabriquilla, o calas, como la del Corralete, son un espectáculo para los que les guste el buceo y el kayak marino.