Al noreste de
la provincia de Badajoz se encuentra la comarca de La Siberia, una de las menos
pobladas de España (menos de 7 habitantes por km²) y cuyas carreteras y vías de
acceso recuerdan a la Siberia Soviética (pero en época soviética). Lo cierto es
que las infraestructuras de que dispone dejan mucho que desear, no así su valor
ecológico y natural, que hace que visitarla sea imprescindible.
La comarca está
dividida en dos mancomunidades a las que pertenecen los siguientes pueblos: Baterno,
Esparragosa de Lares, Garbayuela, Garlitos, Puebla de Alcocer, Risco,
Sancti-Spíritus, Siruela, Talarrubias, Casas de Don Pedro, Tamurejo, Valdecaballeros
y Villarta de los Montes.
Su extensión
de 2.736 km² está fuertemente marcada por los embalses construidos a lo largo
del río Guadiana (Cíjara, García Sola y Orellana) y del río Zújar (La Serena) a
su paso por la comarca. Esto hace que sea considerada como la comarca con más
kilómetros de costa, aunque ésta sea interior.
Sus tierras
están plagadas de tesoros naturales, pequeños pueblecitos con un gran
patrimonio, yacimientos arqueológicos de cientos de años y una rica gastronomía
presidida por la Torta de La Serena, un queso con Denominación de Origen
Protegida elaborado en la comarca vecina. Aunque también destacan platos como
el ajoblanco, el escarapuche o las migas extremeñas.
Una región muy
poco visitada por el turismo y que aún está por conocer. De mi viaje por esta
Reserva de la Biosfera, aquí te dejo lo que más me gustó:
Qué ver en La
Siberia Extremeña
1. La carretera de los ciervos: entrando por el cercano Parque Natural de Cabañeros, la
carretera que lleva desde Horcajo de Los Montes hasta el Embalse del Cíjara es
un paraíso para los gamos y los ciervos. Te va a costar un horror atravesarla,
es cierto y te lo aviso, ahí te darás cuenta de por qué llaman a esta zona La
Siberia. Sus habitantes se merecen unas carreteras más decentes.
Pero, en
cuanto sales de los núcleos habitados (Horcajo de los Montes, Bohonal de los
Montes y Helechosa de los Montes), la naturaleza hace su trabajo y te
toparás con un verdadero vergel. Es probable que no veas a nadie por el
camino, pero merecerá la pena atravesarla despacito para ver a los animalillos
salvajes campando a sus anchas. Si tienes tiempo, párate en el Bar La Barca,
junto a las aguas del pantano. Allí suelen parar los animales a darse una
vuelta. 😊
2. El Embalse del
Cíjara: acaba tu odisea por esta carretera, llegarás a un gran embalse, construido
en 1956 en el límite entre Cáceres y Badajoz. Su entorno da cobijo a ciervos,
jabalíes, gamos, nutrias, águilas, perdices, linces, cigüeñas negras... Además,
el embalse del Cíjara constituye una de las mejores reservas nacionales de
pesca en Extremadura.
Dejando el
coche en el aparcamiento, puedes realizar algunas de las rutas de senderismo
que parten del pantano. En mi caso, intenté hacer la ruta del Mirador del
Cíjara, sencilla y de poco recorrido. Sin embargo, me fue muy difícil de
encontrar su acceso y, una vez iniciada la senda, fui incapaz de seguir
adelante por las condiciones en las que estaba el camino. Todo estaba lleno de
maleza y llegó un momento en el que era imposible saltar por encima de los
árboles caídos.
3. La Playa de
Puerto Peña: cerca de Talarrubias, te recomiendo que te pares en el Embalse de García
Sola, pantano construido en 1962 dentro de las actuaciones del Plan Badajoz,
que incluía la realización de varios embalses en la provincia. Hay un
aparcamiento muy grande en la Playa de Puerto Peña. Ahí puedes dejar el coche y
cruzar para admirar el paisaje y tomarte algo en el chiringuito de la playa.
Si andas un
poco hacia delante, te encontrarás con el puente y la central hidroeléctrica. Su
área es un paraíso para las aves. Podrás ver ejemplares de buitres leonados,
buitres negros, cigüeñas negras, águilas reales o halcones. A 200 metros de la
presa se inicia una ruta que lleva a la Cueva de la Mora, desde donde podrás obtener
una increíble panorámica de la zona.
4. Herrera del
Duque: éste es el centro comarcal más importante. En el pueblo hay varios alojamientos
y grandes supermercados, y es increíble que, aunque sea tan pequeño, esté lleno
de bares. La cultura de la tapa está bien extendida y puedes hacer un alto en
el camino para probar las especialidades locales. Además, puedes visitar las
ruinas de su castillo y la fuente que hay en el centro de la Plaza de España, que
data de 1787.
5. La Playa de
Orellana: el pueblo de Orellana la vieja bien merece una visita. Su centro
también está centro de bares y puedes ver construcciones como el Castillo-Palacio
de los Altamirano o su bonita Iglesia parroquial del siglo XVI. Pero lo que hace
más famoso a este lugar es su playa.
La Playa de Orellana, junto al embalse,
fue la primera y única playa de interior de España en obtener la Bandera Azul. En
ella hay merenderos, chiringuitos, parkings, salvavidas… Un bonito paseo la conecta
con el pueblo. Además, también tiene unas gradas desde las que se pueden ver
los espectáculos que se realizan en sus aguas. Próximo a la
playa se encuentra el Club Náutico, donde se ubica la Escuela Regional de Vela.
Allí puedes alquilar motos de agua, barcas, piraguas o tablas de windsurf.
6. Talarrubias:
este pequeño pueblecito cuenta con una increíble iglesia parroquial que destaca
por su belleza y por su gran tamaño. En medio de la Plaza Ramón y Cajal se alza
la esplendorosa Iglesia Parroquial de Santa Catalina de Alejandría, de
increíbles proporciones para una localidad tan pequeña.
7. Puebla de
Alcocer: conquistada en 1214 por los Templarios, tu visita te llevará a conocer
su gran fortaleza del siglo XII, desde la que verás un precioso paisaje
natural, así como a saber más de un curioso personaje oriundo de esta tierra, Agustín Luengo Capilla, conocido como El Gigante
Extremeño, cuyo cuerpo vendió a la ciencia y hoy está expuesto en el Museo Nacional de Antropología.
8. Masatrigo: uno de los enclaves más bonitos de La Siberia Extremeña es el Cerro Masatrigo, una montaña en mitad del pantano de La Serena con forma de cono
perfecto de unos 400 metros de altitud. La sencilla subida hasta su cumbre es
algo que no te puedes perder si visitas esta zona. Una carretera lo rodea entero,
por lo que se llama la rotonda más grande de España.