En plena Sierra Mágina, a escasos kilómetros del pueblecito de Bedmar, se encuentra uno de los parajes más bellos de este rincón de la provincia de Jaén. El coche lo puedes dejar en el amplio aparcamiento que hay bajo el templo. Desde allí parten cuatro caminos bien diferenciados y muy fáciles de hacer.
Visitando el Paraje Natural de Cuadros
1. Subida al
Santuario de la Virgen de Cuadros
Este paseo consiste tan sólo en recorrer la cuesta que lleva desde el aparcamiento hasta el santuario. Un camino corto, pero muy empinado, hacia un templo en el que llama la atención el que parezca estar colgado de la ladera del barranco. Su origen se remonta a 1615, cuando el Marqués de Bedmar lo mandó construir en honor a su hermano, don Alonso de la Cueva, y a su madre, Doña Elvira de Mendoza, ambos muy devotos de la Virgen de Cuadros. El camarín corresponde al siglo XVIII.
Una de las leyendas más extendidas por la Mágina cuenta que, en el año 1431, un pastor de Jódar estaba con su rebaño en este paraje y vio cómo una paloma blanca se posaba junto a él. El pastor la cogió, la metió en su zurrón y se la llevó a su pueblo. Al llegar a su casa, fue a sacarla del zurrón, pero se lo encontró vacío.
Al día siguiente la vio de nuevo en el mismo paraje. Le tiró una piedra dándole en un ojo y fue a por ella para cogerla. Pero al ir a buscarla al sitio en el que había caído, encontró una imagen de la Virgen. Asombrado corrió al vecino pueblo de Bedmar para contar el milagro y sus habitantes decidieron levantarle una ermita en su honor en este mismo lugar.
A ella le atribuyen muchos milagros, muchos de ellos relacionados con dotar de fertilidad a las parejas que no logran tener descendencia. Aun se celebra una importante romería durante el mes de octubre que parte del pueblo. Si te interesa, aquí puedes encontrar más información sobre su historia y sus milagros.
Dentro puedes ver un curioso cuadro que recuerda la tradición de Los cuernos de Bedmar. Antiguamente durante el día de San Juan se colocaban ramas de higueras y cuernos en las
puertas de las casas, con el sentido de abundancia
y prosperidad que simboliza el mítico cuerno de la abundancia.
En la explanada del Santuario hay un kiosco y una fuente. Todo en un ambiente bucólico y tranquilo que ofrece increíbles vistas de la sierra al fondo. Además, debajo de la ermita hay un albergue y un restaurante, con una terraza preciosa y buenas tapas.
2. Camino
hacia la Cueva del agua de Cuadros
Desde el
parking, a mano izquierda, verás un camino empedrado cuesta abajo marcado por
una gran fuente y una acequia que lleva el agua hacia los huertos de los
alrededores.
El empedrado
se adentra entre hiedras y frondosas higueras hasta un cartel que indica la
bajada hacia la Cueva del Agua por unas escalerillas de piedra.
La verdad es
que lo que más asombra a la gente cuando viene a este paraje no es la increíble
vegetación y preciosidad del paisaje, sino el enorme hórreo que aparecerá a tu
izquierda. No pinta mucho en estos sitios de Andalucía, pero ahí está. Se rumorea
que lo trajeron desde Finisterre.
Las escaleras
llevan justo al cauce del río. Si lleva poca agua, podrás adentrarte en él para
atravesar la famosa gruta y disfrutar de las formaciones que el agua ha ido excavando
en la roca y de las cascadillas que surgen de ella.
La vuelta se
hace por el mismo camino. Subiendo por las escalerillas, a mano izquierda
podrás detenerte en el Molino de Batán de Cuadros, una construcción que Luis de
la Cueva, Señor de Bedmar, mandó construir en 1571 junto a la primitiva ermita
de la patrona de la villa. Su fuente data de 1977.
🏃 Distancia:
menos de un kilómetro.
🏃 Dificultad:
fácil.
🏃 Si quieres
entrar a la cueva, lleva calzado y ropa adecuada. Hay veces que el agua llega
hasta la cintura.
3. Subida al
Torreón Mirador de Cuadros
La ruta
comienza por una pista que surge a la derecha del aparcamiento. Está bien
señalizada. El camino es corto, aunque las cuestas son pronunciadas. Va
haciendo diversos zigzags, dejando a un lado un complejo turístico y un olivar,
tramo en el que no vas a encontrar ninguna sombra.
Casi al final
de la pista, te adentrarás en un tramillo de pinares justo antes de llegar al
torreón. El torreón de Qutrush (Cuadros) ya aparece mencionado en el Tratado de
Algeciras, en 1310, cuando el rey de Granada devolvió a Fernando IV el castillo
de Bedmar.
La comarca de Mágina constituyó una importante frontera entre los reinos de Castilla y Granada. Esta torre vigía controlaba el paso de musulmanes hacia las tierras cristianas por un camino que hoy discurriría por la carretera que une las poblaciones de Bedmar y Belmez.
La torre tiene
unos doce metros de altura y unos seis de diámetro. Llama la atención los dos
colores bien diferenciados de su estructura. Su curioso aspecto bicolor se debe
a que se construyó con las piedras de dos canteras distintas. Otra torre de características
semejantes la puedes observar en Belmez de la Moraleda.
Desde ella maravillan
las vistas perfiladas por las siluetas de la Serrezuela de Bedmar, flanqueada
por la Cueva del Aire y la Sierra de la Golondrina.
🏃 La vuelta se
hace por el mismo camino.
🏃 Distancia: 2,6
km (ida y vuelta)
🏃 Dificultad: sencilla, pero con fuertes cuestas y poca sombra.
4. Senda hacia
el Área Recreativa de Cuadros
Justo antes de
iniciar la subida al santuario, en la misma cuesta, hay un pequeño desvío a la
izquierda. No es está señalizado, pero está marcado de andar por él. Éste
continúa pasando justo por debajo del restaurante y sigue su curso, recto, sin
desviarse, hasta un túnel en cuya parte superior aparece la inscripción en
azulejos “Año 1953”. Tienes que agacharte un poco para atravesarlo.
Una vez fuera,
siguiendo un camino que va paralelo a las tuberías de las canalizaciones, te
encontrarás en el precioso Adelfar de Cuadros justo en la orilla del río. La
ribera de este río contiene una de las más importantes masas naturales y de
mayor tamaño de adelfas de la península. Seguramente te suenen porque suelen
aparecer en las medianas de las autovías. Las más grandes miden normalmente unos
4 metros de altura, pero en el paraje de Cuadros las adelfas llegan a superar
los 8 metros, formando galerías tupidas y bóvedas dando lugar a la Senda de los
Adelfares.
Además, el paisaje
queda completado con variados ejemplares propios de los bosques de riberas,
como higueras, pinos o sauces. Bajo esta bóveda de plantas hay repartidas
multitud de mesas para disfrutar de un buen día de campo en plena naturaleza.
Siguiendo
recto, llegarás pronto al aparcamiento del área recreativa y al restaurante La
Casa de la Pradera. Este aparcamiento es bastante pequeño para la cantidad de gente
que se concentra en ella durante los fines de semana de verano. En él hay
varios carteles explicativos sobre distintas rutas que parten desde aquí, como el
Sendero del Caño del Aguadero (14’3 km) o el Sendero de Las Viñas (9 km).
Continuando por
donde venías, sin cruzar al aparcamiento, la senda llega a unas pasarelas que
pronto te llevarán al cerramiento de roca que da lugar al nacimiento del río
Cuadros, del cual baja agua para el consumo de Bedmar. Este lugar es conocido
como el Manantial del Sistillo. El sendero termina tras cruzar un puente y
llegar a una explanada de nogales.
🏃 La vuelta al
Santuario se realiza por el mismo camino.
🏃 Distancia:
menos de 3 km
🏃 Dificultad:
muy fácil.
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