Situado en la
comarca de la Campiña de Jaén, Lopera está rodeado de campos de onduladas
colinas en las que prevalece el olivo. Su historia está marcada por los íberos,
romanos, musulmanes con su cuidad de Bayyara y cristianos que han ido dando
forma a este pequeño pueblecito de Jaén, lindando ya con Córdoba. Incluso
Cervantes estuvo por estas tierras allá por el siglo XVI. Dentro de estos
orígenes tiene un lugar privilegiado la Orden Militar de Calatrava, quien mando
construir el castillo que preside el centro del municipio, en plena Plaza del
Ayuntamiento.
Ya en época
moderna, en su término municipal se libro la Batalla de Lopera, una de las más importantes
ocurridas en el Frente de Andalucía durante la Guerra Civil. En ella murieron
intelectuales tan famosos como el escritor Ralph Fox o el poeta Rupert John Cornford,
biznieto de Darwin. Aún hoy se pueden encontrar restos de la guerra alrededor
de Lopera, siendo las más destacables dos trincheras situadas junto al Puente
del Arroyo Salado y las once cuevas que hay a la entrada del pueblo, que datan
de 1828, pero que sirvieron de refugio durante el enfrentamiento.
Durante tu
visita podrás disfrutar de la historia ancestral de la comarca, pasear por sus
callejuelas llenas de casas encaladas y aprender de su importante pasado vinícola
tomándote un buen vino de la tierra.
Qué ver en
Lopera
1. Castillo de
Lopera: en pleno centro del pueblo, destaca esta construcción del siglo XIII,
de cuyos orígenes poco se sabe. Parece ser que en Lopera ya existía un castillo
con cinco torres en tiempos de la dominación árabe, y que la actual fortaleza
se construyó sobre una antigua iglesia perteneciente a la Orden Militar de
Calatrava, quienes la fortificaron para defenderla y dotar a Martos de una
salida segura al Guadalquivir. Su
estructura es pentagonal y está flanqueado por dos torres cilíndricas. En su
interior, a pesar de las numerosas modificaciones que a sufrido a lo largo de
la historia, aún se mantienen en pie sus dos torres del homenaje, la de Santa
María y la de San Miguel.
En el último
siglo el castillo se ha utilizado para tareas tan dispares como servir de secadero
de tabaco, observatorio de aviones durante la Guerra Civil, plaza de toros,
cuadra, teatro, lugar para curar las aceitunas de mesa o salones de bodas.
Afortunadamente, desde 2.002 el Castillo de Lopera pasa a ser bien público y es
incluido en la Ruta de los Castillos y las Batallas. Hoy se puede visitar su
interior y ver el Museo de la Batalla de Lopera, que ocupa su capilla.
Horario:
👉 Del 1 de
octubre al 31 de mayo: de martes a viernes, a las 10:00 y a las 12:00. Sábados
y domingos, a las 10:00, 12:00 y 17:00.
👉 Del 1 de junio
al 30 de septiembre: de martes a viernes, a las 10:00 y a las 12:00. Sábados y
domingos, a las 9:00, 11:00 y 13:00.
👉 Precio: 4€
(Entrada castillo + Casa de la Tercia).
2. La Casa de la Tercia: este edificio del siglo XVI albergaba el antiguo pósito y su entrada se realiza por un pasadizo subterráneo que lo comunica con el patio de armas del castillo. La historia cuenta cómo Cervantes visitó este pósito mientras recaudaba trigo para la Armada Invencible en febrero de 1592. Cuando pasó a manos privadas, se utilizó como almacén para grano y como bodega de vino. Actualmente podrás ver en su planta baja una exposición de fotografías de la Guerra Civil y en la primera planta visitarás el Museo de Pedro Monje, un famoso escultor, ceramista y pintor de Lopera.
4. Hospital de
San Juan de Dios y casas nobiliarias: alrededor de este antiguo hospital del
siglo XVII podrás ver multitud de casas nobiliarias que conservan su estructura
original de los siglos XVII y XVIII, como la Casa-Palacio de Bartolomé
Valenzuela, actual residencia de ancianos.
5. Las Tres
Ermitas: dentro del propio pueblo, mezclada con las casas blanqueadas se
encuentran la Ermita de San Roque (s. XVI), la Ermita del Cristo del
Humilladero (s. XVIII) y la Ermita de Jesús (s. XVIII). Todas ellas barrocas.
6. Bodegas
Herruzo: la producción de vino comenzó en Lopera en el siglo XVIII, aunque tuvo
su mayor apogeo en los años sesenta del siglo XX, época en la que adquirió el
sobrenombre de El pequeño Jerez. De todas las bodegas existentes, hoy la única
que permanece abierta es ésta, que continúa produciendo vino amontillado
blanco, dulce Pedro Ximénez y tinto. Son las más antiguas de la provincia de
Jaén, contando con más de 110 años de historia. Es toda una experiencia visitar
este local con solera y deleitarte con los aromas que salen de sus barricas.
7. Paraje del
Pilar Nuevo y de San Isidro Labrador: a menos de un kilómetro del centro, por
la J-2031 y siguiendo por el camino de Las Esperillas encontrarás un precioso
entorno natural alrededor de un antiguo pilar abrevadero de 1875 y de una
ermita en honor a San Isidro Labrador. Esta pradera ofrece un lugar ideal para
pasar un día de campo o disfrutar de la romería que se lleva a cabo cada 15 de
mayo.
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