Estocolmo es
una gran ciudad a la orilla del lago Mälar compuesta por catorce islas y un
archipiélago que cuenta con 221.800 más. La capital de Suecia es preciosa, pero
cara. Y es que su región está en el top ten de las regiones europeas con un PIB
per cápita más alto. Aun así, hay muchos museos y actividades de las que puedes
disfrutar gratuitamente o por poco dinero.
Lo más
representativo es bastante accesible a pie. A mí me llevó visitarla tres días y
el cuarto lo dediqué a hacer una ruta hasta Sigtuna. Si vas en invierno, abrígate mucho y anda con cuidado. Por mañana temprano y cuando está anocheciendo es fácil escurrirse con el suelo helado, a pesar de que hay gravilla por el suelo para evitarlo.
El lugar más pintoresco
de Estocolmo es su centro histórico (Gamla Stan), que está lleno de callejuelas
empedradas y coloridos edificios. La zona está llena de atractivos turísticos y
está formada por las tres islas: Helgeandsholmen, Stadsholmen y Riddarholmen. Si
sales de ahí, te encontrarás con una ciudad moderna repleta de enormes
edificios.
Qué hacer en Estocolmo
1. Tomar el té
en la Casa de la Nobleza – Riddarhuset: justo a la entrada de Gamla Stan te sorprenderá
este inmenso edificio de ladrillo con unos bonitos jardines. Se trata de la Casa
de los nobles, algo parecido a la Cámara de los Lores británica. Desde el año
2003 es una institución privada que actúa como grupo de interés en nombre de la
nobleza sueca, cuyo objetivo principal es mantener las antiguas tradiciones y
la cultura. La construcción data de 1660 y en su interior se pueden ver
estancias lujosamente decoradas. Existe una entrada especial que incluye el
menú del té (Afternoon Tea Entry). www.riddarhuset.se/sprak/espanol
2. Comprar
souvenirs en Vansterlangatan: es la calle de los souvenirs por excelencia. Antiguamente
seguía el curso de la muralla defensiva del siglo XIII, hoy demolida. Entre sus
edificios famosos destaca el Demokrativerkstaden (Taller de Democracia) o el
Apoteket Korpen, una farmacia que lleva abierta desde 1674. Hoy la calle es un
lugar muy turístico, lleno de restaurantes y tiendas.
3. Entrar en
la Tyska Kyrkun: la Iglesia Alemana o Iglesia de Santa Gertrudis data del siglo
XIV. Su exterior está realizado en ladrillo y su interior es puramente barroco.
Las bodegas del edificio original del gremio de mercaderes alemanes que promovió
su construcción todavía se encuentran bajo el actual suelo de mármol. www.svenskakyrkan.se/deutschegemeinde/die-kirche
4. Cenar a lo
vikingo en Aifur: si quieres pasar una noche original, no puedes pasar por alto
uno de los restaurantes más turísticos de Estocolmo. Eso sí, reserva con mucha
antelación.
5. Intentar
atravesar Marten Trotzigs Gränd: este claustrofóbico callejón sólo mide 90 centímetros
de ancho y es raro no encontrar turistas en sus escaleras. Su nombre proviene
de un famoso mercader alemán del siglo XVI que tenía diversas propiedades en la
zona. El callejón estuvo vallado desde el XVIII hasta 1945. A pesar de ser un
lugar histórico, me entristeció ver lo poco mantenido que estaba.
6. Comer en el
segundo restaurante más antiguo del mundo (según el Guiness): Den Gyldene Freden es el segundo restaurante
de sus características más antiguo del mundo. Su entorno no ha cambiado nada
desde que abrió sus puertas en 1722, lo que lo convierte en un ejemplo único de
taberna sueca del siglo XVIII. Todos los jueves la Academia Sueca (quienes
nominan a los Premios Nobel) se reúnen aquí para cenar. gyldenefreden.se
7. Hacerte una
foto en Stortorget Plaza: el sitio más fotografiado de Estocolmo es un lugar
bastante concurrido. Entre sus fachadas de colorines destacan la Academia
Sueca, el Museo Nobel y la Biblioteca Nobel.
8. Aprender en
el Museo Nobel: si ves mucha gente agolpada en la puerta y queda poco para la
hora de la cena es que has llegado en la happy hour. Yo fui un viernes, una
hora antes del cierre y no tuve que pagar nada. En el interior hay una curiosa
exposición sobre los ganadores de este reputado premio, su creador y objetos pertenecientes
a ellos, como cartas manuscritas de Einstein. nobelprizemuseum.se
9. Visitar la Catedral
de San Nicolás: la Catedral de Estocolmo (Storkyrkan) es el templo más antiguo
de la ciudad. La iglesia figura por primera vez en una fuente escrita en 1279. Su
estilo original era gótico, pero el exterior se fue remodelando hasta acabar en
el barroco actual. www.svenskakyrkan.se
10. Ver la
estatua más pequeña de Estocolmo: Järnpojken
o el Niño de Hierro es una bonita escultura realizada por Liss Eriksoon que tan
sólo mide 15 centímetros de alto. Encontrarla puede ser un poco complicado.
Toma como referencia el Palacio Real y busca la parte trasera de la Iglesia
Finesa. Allí, en una callejuela empedrada muy estrecha, verás un jardincillo
con una valla. El jardín no está cerrado al público, por lo que puedes entrar y
ver la estatua que está justo entre los árboles. A mí me encantó.
11. Ver el
cambio de guardia en el Palacio Real: de lunes a sábado a las 12:15 y los domingos
a las 13:15 tiene lugar el cambio de guardia en la explanada que hay frente al palacio.
También puedes comprar la entrada y acceder a esta fortaleza del siglo XIII (Kungliga
Slottet) que cuenta con más de seiscientas habitaciones a lo largo de sus siete
pisos. Es la residencia oficial de los reyes. www.kungligaslotten.se
12. Admirar el
Parlamento Sueco – Riksdag: el Parlmento se halla a orillas del islote de
Helgeandsholmen, en pleno centro de Estocolmo. De estilo neoclásico y con una fachada central
neobarroca, su construcción se realizó a finales del XIX.
13. Subir al Ayuntamiento:
la fachada roja del Stadshused destaca a orillas de la isla Kungsholmen. En sus
salones se celebra cada año el banquete de los Premios Nobel. Puedes subir los
365 escalones de su torre para obtener una de las mejores vistas de la ciudad. stadshuset.stockholm
14. Comprar
dulces en la Estación Central: inaugurada en 1871, es la estación más transitada
del país. En el complejo también se encuentra la terminal T-Centralen, que la conecta
con el Metro de Estocolmo, y la Cityterminalen, la estación de autobuses de
Estocolmo. Frente al edificio de la estación hay una estatua de Nils Ericson. Su
interior está lleno de supermercados, bares, tiendas y restaurantes.
15. Pasear por
la calle de la Reina: la calle Drottninggatan es una delicia peatonal llena de
tiendas y restaurantes que la convierte en la principal arteria comercial de la
ciudad. Recorriéndola te encontrarás con la plaza Sergels Torg en la que se
puede ver el Kulturhuset, la Centro Cultural Sueco.
16. Tomarte
algo en la Plaza Hotorget: esta céntrica plaza alberga un mercado de frutas y
verduras todos los días, menos los domingos, cuando se celebra el mercadillo.
En uno de sus laterales se encuentra la Sala de Conciertos de Estocolmo y bajo
ella podrás disfrutar del Hötorgshallen, un mercado subterráneo. También podrás
disfrutar de los locales de copas del Hotel Haymarket.
17. Pasar el
rato en el NK: los grandes almacenes Nordiska Companiet pueden ser un gran
lugar para resguardarse cuando aprieta el frío, nieva o llueve a raudales. Son todo
un símbolo de Estocolmo y llevan abiertos desde 1902.
18. Deleitarte
en el Museo Hallwylska: encontrarme con este bonito museo señorial fue todo un
descubrimiento durante mi visita. Toda la colección se debe a la condesa Wilhelmina
von Hallwyl, apasionada coleccionista de arte. Cuenta con más de 50.000 objetos
entre cuadros, tapices, mobiliario, plata, porcelana, armaduras… Wilhelmina
dejó todos los objetos catalogados en un inventario con fotografías y
descripciones. Constituye en su conjunto un testimonio del estilo de vida y
decoración del periodo victoriano sueco y de un palacio privado del siglo XIX. La
entrada es gratuita. hallwylskamuseet.se/en
19. Ver el
inmenso barco del Museo Vasa: en la isla de los museos, uno de los más
visitados es el Museo del Vasa. Este barco se hizo a la vela en 1628 y en su
primera travesía, cuando sólo llevaba navegados unos 300 metros…se hundió. Después
de 333 años en el fondo del mar, se consiguió rescatar íntegro. Es el único
navío del siglo XVII que ha sobrevivido casi intacto hasta nuestros días. Es impresionante
verlo en el interior de este gigantesco museo. La entrada es cara, pero merece la pena. www.vasamuseet.se
20. Aprender
en el Museo de historia: el Historiska
Museet es un museo gratuito que guarda más de diez millones de piezas que
recorren desde la prehistoria sueca hasta el presente. Tiene la colección más grande
del mundo de objetos escandinavos, con una gran colección de material vikingo.
La sala dorada es impresionante. historiska.se
21. Admirar
las vistas desde el Skyview: el Ericsson Globe o Globen es uno de los lugares
modernos más representativos de Estocolmo. Se trata del edificio esférico más
grande del mundo y puedes subirte a sus góndolas acristaladas para disfrutar de
las vistas de la ciudad. Está algo alejado del centro. Yo fui dando un cómodo
paseo recto desde Gamla Stan para conocer otras partes de la ciudad, pero he de
decir que el tramo final es bastante aburrido porque discurre al lado de la
carretera y no se ve nada. Tardé un poco menos de una hora en llegar. www.stockholmlive.com/vara-arenor/ericsson-globe
22. Hacer un
crucero: existen multitud de rutas en barco que recorren la ciudad o trayectos
más largos que visitan otras islas cercanas. Ten en cuenta que Estocolmo está
compuesta por catorce islas distribuidas por el Lago Mälaren y el Mar Báltico. Las
rutas más turísticas recorren las orillas del centro de la capital sueca, sus
puentes y la isla de Djurgarden en una o dos horas o llevan a la ciudad vikinga
de Birka.
23. Comprar
objetos de decoración sueca: hay vida más allá del IKEA. La decoración sueca
está de moda, así que no dejes de visitar tiendas tan famosas en el país como Svenskt Tenn o Designtorget.
24.
Hacer un tour por el Metro de Estocolmo: el metro de
Estocolmo está considerado uno de los más originales del mundo. Te
recomiendo que dediques una tarde a visitar las estaciones más representativas.
Déjate llevar por esta enorme galería de arte que cuenta con noventa de sus cien estaciones decoradas por reconocidos
artistas internacionales mientras te desplazas por sus vagones limpios y
puntuales y sus escaleras luminosas.
25.
Disfrutar del fika: A los suecos les encanta el dulce. Durante tu viaje vas a
ver pastelerías por todos lados. Además, el fika es toda una tradición en
Suecia. Esta “pausa del café” consiste en dejar de
hacer la actividad en la que estés afanado para tomarte un café con tus amigos,
compañeros o familiares. Y siempre acompañado de algo ligero, como un dulcecito
o algo salado. Dicen que esta pausa para socializar y despejar la mente está
detrás de la felicidad laboral de los suecos, por lo que muchas empresas tienen
fijadas estas pausas como método para aumentar la productividad.
26. Amar el café en Löfbergs: Los
suecos están, junto con el resto de países nórdicos, entre los mayores consumidores
de café del mundo. El amor
por la cafeína es tanto, que empresas cafeteras tradicionales como Löfbergs
tienen una amplia variedad de agua de sabores con cafeína cuyas botellas
pequeñas equivalen a tomarte dos tazas de café.
27. Hacer una
excursión cercana: puedes dedicar un día a visitar lugares cercanos como
Uppsala, Sigtuna, el Palacio de Drottningholm o el de Rosenberg.
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