Opinión del Bio Café Finca Aloe – Un paraíso en La Palma

Hacía mucho tiempo que no me encontraba con sorpresas así mientras caminaba. Durante mi estancia en la maravillosa isla de La Palma, hice una preciosa ruta de senderismo de los Dragos de Buracas. Una excepcional bajada (que luego tendrás que subir y será igual de excepcional 😊) rodeado de estos peculiares árboles canarios y con las vistas del océano al fondo.

Caminando y caminando, me topé con un cartel en medio de la nada que indicaba un desvío hacia una cafetería. ¿Allí? Si no había nada. Me llamó la atención y me fui siguiendo la señal.

Al poco rato, me encontré con una fila de gente que estaba haciendo cola. Me adelanté un poco para ver qué esperaban y mi sorpresa fue cuando vi que al final había una casilla con un mostrador. La gente estaba esperando a ser atendida para entrar en una cafetería ecológica.

No era hora de comer, pero llamó tanto la atención que hice tiempo en la fila yo también. ¿Cómo podía haber allí una cafetería si ni siquiera había carretera?

Después de esperar un gran rato pude entrar a la zona de mesas. Había unos pocos asientos bajo un techado, pero la mayoría estaban al aire libre. El ambiente hippy y alternativo lo inundaba todo.

Mis dudas se despejaron cuando me dieron la carta. En ella contaba la historia del restaurante. Lleva abierto desde 2004 y acoge a residentes a cambio de que colaboren trabajando en él. Todos los platos son vegetarianos y están hechos con productos ecológicos que proceden de su propio huerto. Lo que no pueden cultivar allí, lo traen de comercios cercanos o de locales de comercio justo. Y aquí está lo más llamativo. Digo “lo traen” porque literalmente lo transportan a pulso. Y es que, como vi a lo largo de mi ruta, no hay ninguna carretera que lleve hasta allí. Tan sólo un estrecho y empinado sendero. ¡Mérito no les falta!

Os recomiendo enormemente que hagáis esta ruta de senderismo y que os paréis a tomaros algo en la finca. Los platos son muy grandes y muy sabrosos. En ocasiones excepcionales va un pizzero y es cuando más lleno está. A mí me pilló en uno de esos días.

Si queréis aseguraros un sitio, lo mejor es que llaméis y reservéis una mesa para evitaros las esperas. Eso sí, tened en cuenta lo que vais a tardar más o menos en llegar andando y que luego, cuando estéis llenos de comida, os espera una gran cuesta arriba de vuelta.