En mi camino hacia Navarra, decidí hacer una parada
a desayunar en esta villa que fue elegida para formar parte de los pueblos más
bonitos de España.
Subiendo por la carretera que serpentea por una colina,
se llega al arco romano que da entrada a la ciudad y que, en su día, formó
parte de la muralla de Medinaceli. Es el único en España con tres arcos y se
construyó en el siglo I, durante la época romana, en honor a Cesar Augusto. Aunque
no se sabe a ciencia cierta cuál fue su función como arco del triunfo. Desde allí
hay unas vistas magníficas.
Atravesando el arco, un poco más adelante, hay un gran
aparcamiento y una enorme zona para caravanas.
Acercándote al parque hay varios restaurantes a buen
precio, aunque hay muchos por todo el conjunto arquitectónico. Era la primera
vez que veía un cartel como éstos y me llamo la atención.
El pueblo se recorre en muy poco tiempo. Es como viajar al
pasado. Sus calles estrechas conservan todo su esplendor medieval. Incluso en
una de ellas se pueden ver los restos de un mosaico romano.
Continuando tu camino llegarás a la gran Plaza Mayor (5000 m2),
ubicada en el lugar de un antiguo foro romano. En ella se encuentra el Palacio
Ducal, sede de la Casa de Medinaceli, que data del siglo XVI y tiene corte
renacentista. Hoy alberga exposiciones culturales.
Al otro lado de la plaza está el Ayuntamiento y la Oficina
de Turismo, construidos en un edificio del siglo XVI con soportales y la
antigua alhóndiga.
La segunda plaza más famosa es la que alberga la Colegiata
de Nuestra Señora de la Asunción. Allí está el Museo de Arte Sacro.
Paseando por las calles que salen a la derecha de esta
plaza, te encontrarás con el Convento de Santa Isabel, único que está en funcionamiento
en Medinaceli, y el Beaterio de San Román, cuyos orígenes pudieron estar en una
sinagoga y que hoy ya no continúa abierto.
Todo el conjunto estaba rodeado por una muralla, de la que
aún quedan varios restos y puertas: la del Arco árabe y la de Coz. A las
afueras también puede visitarse un nevero árabe.
Desde el valle se puede ver el cementerio, que está
construido sobre el castillo de Medinaceli. Una alcazaba árabe en la que
posteriormente vivieron los Condes de Medinaceli hasta que se mudaron al
Palacio Ducal.
Una visita rápida, pero
que mereció la pena.
Plano turístico de Medinaceli