Uno de los lugares más elegantes para comer en
Moscú es el famoso Café Pushkin. Cuando entras en él, parece que has viajado
atrás en el tiempo. La decoración, la elegancia de su personal, la música, los
colores… todo. Los camareros visten de época y sirven las mesas siguiendo las
más estrictas normas de protocolo.
Un poco de historia
A pesar de mantener la esencia de un local del
siglo XIX, su origen se remonta hace tan sólo unas décadas. El Café Pushkin
abrió sus puertas en 1999 en lo que antiguamente era un palacete barroco. Todo empezó
cuando se puso de moda en los años sesenta una canción del cantante francés
Bécaud, Nathalie. En ella se mencionaba un tal Café Pouchkine, que impresionaba
ampliamente al protagonista. Pero, realmente, ese café no existía. Era producto
de su imaginación. Todo el que iba a Moscú en aquella época lo buscaba,
quedándose decepcionado al encontrarse con la verdad.
La canción inspiró a un artista y restaurador
con raíces franco-rusas y, en 1999, lo hizo realidad. Inauguró su mítico Café
Pushkin en presencia del mismo Bécaud. Para ello eligió un local en Tversloy
Boulevard, una calle que fue muy frecuentada por el escritor Alexander Pushkin
y la alta sociedad de la época.
El edificio
A finales del siglo XVIII, un noble al
servicio de Catalina la Grande se jubiló y se mudó a Moscú. Para construir su
nueva residencia contrató a arquitectos italianos que diseñaran una mansión rusa
llena de detalles barrocos.
A mediados del XIX, la casa pasó a manos de un
aristócrata alemán como parte de la dote de su mujer. Sin embargo, debido a sus
problemas financieros, tuvo que abrir una farmacia en la planta baja del
edificio para ganar algo de dinero. De este modo, instaló la botica llena de
medicinas y brebajes y, en la planta alta, colocó una biblioteca con libros
especializados, que hoy contiene más de tres mil volúmenes.
En aquellos días, sus clientes podían tomarse
algo allí mientras esperaban a que sus medicinas estuvieran preparadas. Así
comenzó su andadura un pequeño café-farmacia.
Hoy, el café tiene varios lugares bien
diferenciados. En la planta baja, un señor te saluda como si pertenecieras a
la realeza. Entras y te encuentras con la cafetería, donde se puede
disfrutar de unos desayunos inmejorables.
1. La farmacia: en ella hay una gran colección
de bustos de filósofos de la antigüedad, una máquina de escribir alemana digna
de estar en cualquier museo, una de las primeras máquinas de coser y tazas de
plata para servir chocolate caliente. Los domingos y los lunes por la noche un
cuarteto de cuerda ameniza la velada.
2. El salón de la chimenea: decorado con
pinturas de Nike, la diosa de la victoria.
3. La librería: mi sitio favorito. Un salón
totalmente barroco, lleno de grandes estanterías abarrotadas de libros, que
llegan hasta el techo. Entre la amplia colección de antigüedades que expone,
destacan telescopios, microscopios, astrolabios y relojes de péndulo. El centro
de la sala lo ocupa un enorme globo terráqueo. Todas las noches (menos los
domingos y los lunes), la comida viene amenizadas con música clásica en
directo.
4. La terraza de verano: desde ella se pueden
disfrutar las vistas de los árboles del Tverskoy Boulevard y las cúpulas de la
Iglesia de la Natividad, en la que Pushkin contrajo matrimonio.
5. La pastelería: en 2006 abrió este local
junto al café recreando una antigua pastelería francesa. Está unida al
restaurante mediante un antiguo pasadizo. Su interior barroco está decorado con
porcelana y sus pasteles son famosos en toda Rusia. Todos se hacen con
productos traídos directamente de Francia.
La comida
La idea original fue crear una carta que
representara platos de la cocina rusa y francesa de los años en los que
Alexander Pushkin paseaba por el boulevard. El dueño contrató para ello al
reputado chef Andrei Makhov, quien realizó una meticulosa investigación de
recetas históricas y las adaptó a los paladares de nuestro siglo.
Los precios no son excesivamente caros para la
importancia del sitio. Y merece darse un lujillo aquí si se viaja por Rusia. Su
plato más famoso es el Strogonoff.
Hay que reservar con antelación si vas a
comer en cualquiera de los salones (siempre están llenos), aunque para entrar a
la pastelería o a la cafetería, no es necesario.
Para reservar, tienes que decidir primeramente
dónde quieres comer. En función del salón, el menú puede variar, así como las
exigencias de vestimenta:
▪ En la cafetería y la pastelería, no se
requiere ninguna vestimenta especial.
▪ En la farmacia y la terraza, es necesario
vestir casual, pero formal.
▪En la biblioteca, es necesario vestir de
etiqueta. No se pueden llevar deportivas, los hombres deben llevar camisa o
polo y todos deben vestir elegantemente. Al menos, eso me indicaron cuando
hablé con ellos por teléfono.
Para mí fue una experiencia única. Mereció la
pena la visita entera. Si puedes combinarla con una noche en el Bolshoi, la
velada moscovita será mágica.
CAFÉ PUSHKIN
Tverskou Boulevard, 26A
125009
Moscú
+7 495 739-00-33
cafe-pushkin.ru