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Vietnam: Día 12 - Cómo es la visita a la Prisión de Hoa Lo de Hanoi


Después de un buen desayuno en el hotel, me puse a visitar la ciudad. Era mi última oportunidad para ver el máximo posible de cosas porque mi tren para Hue salía esa misma noche. Y los días anteriores sólo había podido pasear por la ciudad de noche y bastante cansada.

Hoa Lo Prison

Mi primera parada fue para visitar la Prisión de Hoa Lo. No es uno de los sitios más transitados, pero merece la pena ir allí para conocer algo más de la historia de la guerra. Además, te ahorras las colas. Estuve prácticamente sola.

La prisión se construyó en 1896 bajo el dominio francés. Los franceses la erigieron en la aldea de Hoa Lo (de ahí su nombre) que era famosa porque se dedicaba a la cerámica. Su misión era la de albergar presos políticos vietnamitas que se oponían al domino francés. Aunque estaba preparada para tener entre sus paredes a 460 presos, los registros cuentan que allí estuvieron hacinados hasta 2.000 personas.


Dentro de la cárcel, la propaganda seguía circulando escondiéndola por todas partes, incluso en los troncos de los árboles. Así como el opio y el tabaco.


Cuando los franceses dejaron Vietnam, tras la Conferencia de Ginebra, en 1954, la prisión pasó a manos de la República Democrática de Vietnam. Durante la Guerra de Vietnam se utilizó para albergar prisioneros estadounidenses. Comúnmente se la conocía como el Hanoi Hilton, por las buenas condiciones en las que vivían los prisioneros, aunque las torturas también existían. Uno de sus inquilinos fue el candidato a la presidencia de EEUU, John McCain; otro fue el primer Embajador estadounidense en Vietnam.


La mayoría del complejo fue derruido en los ’90. Hoy puedes ver un pequeño museo que explica, sobre todo, la época colonial francesa. Se pueden conocer cómo los torturaban a través de instrumentos, fotos y videos; incluso hay una guillotina. También se pueden ver los departamentos de masculinos y femeninos donde los encerraban, la sala de interrogatorios, propaganda vietnamita con fotos de americanos viviendo en el Hanoi Hilton (jugando al ajedrez, yendo al peluquero…)… Está bastante curioso y toda la información está en inglés.

🕑 Horario: de 7’30 a 11’30 y de 13’30 a 16’30.
 ●  Cerrado: los lunes.
 ●  Precio: 30.000 VND


    HOA LO PRISON   
Nº1, Hoa Lo Street, entre Ly Thuong Kiet Street y Hai Ba Trung Street.
Hoả Lò, Trần Hưng Đạo, Hoàn Kiếm, Hà Nội, Vietnam

Teléfono:+84 4 3824 6358


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Qué ver en Hanoi

1. Templo Bach Ma: este pequeño templo está dedicado a un gran caballo blanco. Cuanta la leyenda que es la reencarnación de un dios que habitaba en las aguas del río. Cuando el rey Ly Tahi To trasladó la capital a Hanoi, sus seguidores trabajaron arduamente para construir una gran ciudadela. Sin embargo, cada vez que levantaban los muros, éstos se caían debido al suelo arcilloso. Un día, mientras el rey recaba, se le apareció un gran caballo blanco que le indicó dónde podía construir su imperio sin que se cayera. Como agradecimiento, Ly le construyó este templo.


2. Casa Monumento: 87 Ma May House. Situada en el Barrio Viejo, esta casa es un ejemplo de las viviendas del siglo XIX. A este tipo de casas se las conoce como “tuve houses”, ya que medían unos 70 metros de largo, pero tenían tan sólo 2 metros de ancho. De este modo, había que pagar menos impuestos por su fachada. Su visita es curios y se hace muy rápido.


3. Teatro de Marionetas de Agua: en frente del lago Hoan Kiem, este espectáculo es un “must do” en Hanoi. Aunque no sepas vietnamita, no pasa nada. La función es entretenida, amena, divertida y asombrosa. Se hace realmente corta. Merece la pena. www.thanglongwaterpuppet.org     👉 Más información. 


4. Museo de Historia Nacional Vietnamita: desde el Neolítico hasta nuestros días, lo más interesante que tiene este museo es la impresionante colección de objetos Champa. baotanglichsu.vn


5. Prisión de Hoa Lo: cárcel utilizada por los colonos franceses para encerrar a prisioneros políticos. Más tarde, las fuerzas norvietnamitas la usaron para albergar a los prisioneros estadounidenses. En esa época fue conocida como el Hanoi Hilton por lo bien trataban a los prisioneros americanos allí. La cárcel se derruyó en 1990, hoy puedes visitar un interesante museo. 


6. Lago Hoan Kiem: su nombre significa “El Lago de la Espada Restituida”, refiriéndose a una leyenda del siglo XV que cuenta que Le Loi (quien luchó contra la Dinastía Ming china), recibió una espada mágica de manos de la tortuga que lo habitaba. Con ella ganó, pero la tortuga le reclamó al emperador vietnamita que le devolviera su espada, una vez realizada su hazaña. El emperador, agradecido, construyó una Torre con forma de tortuga en una isla al sur del lago. En el lado norte, se alza el templo de Ngoc Son.


7. Museo de la Revolución Vietnamita: este museo está divido en tres partes: la lucha por la independencia (1858-1945), la guerra de resistencia (1945-1975) y el camino hacia la recuperación (1975 hasta nuestros días). Está lleno de documentos de la época, fotografías en blanco y negro, y algunas armas. Es recomendable sólo si estás interesados en esta época de la historia de Vietnam.


8. Museo de las Mujeres Vietnamitas: en un edificio blanco con ventanas de colores está ubicado este museo con 5 plantas. En ellas se habla del papel que las mujeres han tenido en las distintas etapas de la historia del país, así que como en los distintos grupos étnicos. www.womenmuseum.org.vn

9. Templo Ngoc Son: construido durante la dinastía Tran, venera al Dios de la Literatura (Van Xuong) y al físico La To, que lideró la guerra contra Nguyen. El templo se renovó en el siglo XIX. Las obras las dirigió el escritor Nguyen Van Sieu, quien hizo una torre a la entrada con forma de pluma. Pasear por el lago es una delicia, un respiro para escapar de la ajetreada ciudad.


10. Catedral de San José: construida en 1886 en un estilo que se asemeja a la Nôtre Dame de París, fue uno de los primeros edificios que los colonos franceses hicieron en Indochina. Asimismo, es la iglesia más antigua de la ciudad. Su fachada está bastante deteriorada por la contaminación y su interior no tiene mucho interés.


11. Templo de la Literatura: conocido como Van Mieu, se fundó en 1072, con la Disnastía Ly. Honrando a Confucio y a 72 de sus discípulos, se utilizó también como centro de estudios universitarios para los funcionarios administrativos del estado Ly. Durante la invasión mongola, sus puertas se abrieron también al público en general.  En el siglo XV, fue dotado con una nueva biblioteca y nuevos salones. Los nombres de los que aprobaban los exámenes eran recogidos en las estelas de piedra que hoy decoran el templo.  Su función acabó en 1919, acabando con 800 años de tradiciones, cuando se abolieron este tipo de exámenes. Quedó abandonado hasta la colonización francesa. Hoy es un sitio que no te puedes perder en Hanoi. 👉 Más información.


12. Mausoleo de Ho Chi Minh: ignorando los deseos del Tío Ho de ser incinerado, sus seguidores le construyeron este gran mausoleo, a semejanza de los de Lenin y Mao.  Está todo erigido con materiales del país, en el centro de Ba Dinh Square, lugar en el que el líder leyó la Declaración de Independencia en 1945. Para llegar a él hay que atravesar una gran avenida, todo está lleno de militares y el mausoleo está vigilado por un montón de guardias vestidos de blanco. No se permiten cámaras, ni mochilas. Las colas suelen ser enormes, ya que es un lugar de peregrinación para los vietnamitas. Conviene llegar muy temprano y armarse de paciencia. Lo que se ve dentro es el cuerpo embalsamado de Ho Chi Minh, a través de unos cristales. 👉 Más información. 


13. Museo de Historia Militar Vietnamita: el museo comienza con una serie de galerías dedicadas a la colonización china, prosigue con el periodo francés y continúa con la Guerra de Vietnam.  Es bastante grande. En la entrada, fuera, hay una pirámide construida con los restos de un B-52, un F-111 y un avión francés, todos derruidos por los vietnamitas. Está justo al lado de la Ciudadela Imperial y en frente de un parque donde hay una estatua de Lenin. www.btlsqsvn.org.vn


14. Museo de Bellas Artes: se encuentra en un edificio de estilo colonial. Sus primeras salas muestran restos arqueológicos de más de 10.000 años y continúa con una buena selección de arte vietnamita hasta 1800. Cabe destacar la sección dedicada a Artes decorativas aplicadas, llena de trajes y vestidos étnicos. www.vnfam.vn


15. Ciudadela Imperial: junto al Museo Militar están los restos de la antigua ciudadela, construida durante la Dinastía Ly y ampliada durante la Dinastía Nguyen. Originariamente se usó como palacio real. Durante la guerra contra los franceses sus instalaciones se renovaron para albergar búnkeres y despachos desde donde organizar la revolución. El complejo es enorme, hay guías voluntarios gratuitos que hablan inglés muy bien. Las excavaciones continúan al otro lado de la calle, justo en frente de la entrada principal. Si vas con uno de estos guías, también tendrás oportunidad de ver estos trabajos. www.hoangthanhthanglong.vn  👉 Más información.


16. Pagoda de los Embajadores: éste es un pequeño templo budista del siglo XV. Durante la Dinastía Le era muy común recibir a embajadores que venían de los reinos de Champa y Laos. El emperador mandó construir un edificio llamado Quan Su (Embajada) para recibirlos. Como todos ellos eran budistas, decidieron hacer un templo que les honrara.


17. Museo Etnológico: uno de los mejores museos de Hanoi, aunque está bastante alejado y tendrás que coger un taxi para llegar. Todos los carteles están en inglés y hay mucha información audiovisual. La mejor parte del museo está al aire libre. En un enorme jardín se exponen ejemplos de casas tradicionales de las minorías étnicas de Vietnam. www.vme.org.vn


18. Lago Tay Ho: es el lago más grande de la ciudad, con 15 km. La leyenda cuenta que el lago se formó cuando el Rey Dragón ahogó a un malvado zorro de nueve colas en su propia guarida y de aquélla salió el lago. Pero, realmente, se formó debido a una crecida del río Rojo (Song Hong). En una de sus islas se encuentra la popular pagoda Tay Ho, a la que acuden multitud de creyentes.

19. Pagoda de Tran Quoc: en el West Lake, en una islita, descansa esta pagoda construida hace 1400 años, conocida como Khai Quoc (Fundador Nacional). Originalmente estuvo en el río Rojo, pero en el 1600 la trasladaron a su ubicación actual y la rebautizaron, llamándola Tran Quoc (Defensa Nacional).



20. Lago Truc Bach: muy cerca del Lago Tay Ho, este lago está rodeado por un paseo lleno de árboles llama. Durante el siglo XVIII los señores Trinh construyeron un palacio junto al lago, más tarde fue transformado en un reformatorio para concubinas reales descarriadas. 



Laos: Día 9 – Visitando El Palacio Real de Luang Prabang


Mi último día lo dejé para visitar este Museo Nacional, también conocido como Haw Kham (Golden Hall). Se construyó en 1909, en pleno periodo francés, como residencia del rey Sisavangvong. Cuando el Partido Comunista abolió la monarquía en 1975, el palacio se convirtió en el museo que hoy puedesver.

La visita se hace rápida. Hay que pagar a la entrada (antes no) para poder ver los jardines, el templo, el palacio y la zona de los coches reales. 


En el edificio del palacio hay una sala con taquillas donde dejar tu cámara (no está permitida). También hay que dejar los zapatos fuera, en el porche. Además, hay cumplir bien las normas de vestimenta, si no, no pasas. No se puede ir con los hombros descubiertos, ni en manga corta las mujeres, ni falda corta, ni pañuelo o sombrero en la cabeza.

La sala principal es la primera que se visita. Es extraordinaria. Las paredes son de color rojo con un montón de mosaicos que se añadieron en los años cincuenta para conmemorar el 2500º aniversario de la entrada de Buda en el Nirvana. En ella está el trono real, espadas, bustos, imágenes de Buda…

En los pasillos de la derecha hay diversas habitaciones que muestran la vida privada de los reyes: un dormitorio, una biblioteca y un salón. También se exhiben instrumentos musicales tradicionales de Laos.

En los pasillos de la izquierda se ven distintos objetos reales valiosos, como una piedra lunar que le regaló el Presidente Nixon. La verdad es que el palacio está lleno de regalos que le hicieron a esta familia.  Otra sala a tener en cuenta es el lugar privado de rezo.

Si sales del palacio, de vuelta a los jardines, verás las indicaciones para continuar el camino de la derecha y así acceder a la sala dedicada  a los coches del rey.


A la salida te encontrarás con uno de los templos más famosos de Luang Prabang: el Wat Mai Suwannaphumaham, con una ornamentación muy suntuosa.



Después de visitar el palacio y subir al Monte PhouSi, me fui de vuelta al hotel para coger mi tuk tuk al aeropuerto. Me despedía de una de las ciudades más encantadoras de Asia.

🕑 Horario del Palacio Real de Luang Prabang:
- De miércoles a lunes: de 8’00 a 11’30 y de 13’30 a 15’30.

📷 No se pueden hacer fotos en el interior del palacio.



Laos: Día 6 – Visitando Luang Prabang


Volví de las Cuevas de Pak Ou para la hora de comer. Fue un error no llevarme nada, porque allí no hubo nada para comprar y tenía mucha hambre.

Tourist Street está llena de negocios. Un montón de restaurantes para todos los bolsillos. Desde suntuosos restaurantes coloniales, hasta la pizzerías más baratitas. Lógicamente, allí acabé también yo. Bebiendo una beer lao, como manda la tradición.

Me llamó la atención que, estando esto tan perdido y tan lejos, me encontrara con un negocio catalán. Bueno, parece que esta tierra atrae a los españoles, porque en el Centro de conservación de elefantes también coincidimos algunos, incluso la bióloga de allí es española. Pero, lo cierto es que no se ven muchos turistas españoles por Luang Prabang. Hay mucho francés, sobre todo, y algún que otro alemán.




La tarde la dediqué a disfrutar de los múltiples Wat que hay por toda la ciudad y los alrededores. Algunos son de pago, pero baratos, y otros son gratuitos.

Entre Wat y Wat, busqué la dichosa agencia de viajes Sakura, que es la que dice la Lonely Planet que gestiona el transporte privado para ir al Centro Nacional de Conservación de Elefantes. Pero, como la mayoría de los viajeros, no la encontré. Así que, al final, acabé reservado en una de ellas los billetes para ir en autobús hasta Sayabouli, toda una experiencia. Mereció la pena por conocer más de cerca a los locales.


Por la noche hice unas compras en el mercado nocturno, paseé por Street Food (salé ahumada y oliendo a barbacoa) y me comí un pastel laosiano en un puesto callejero.



Laos: Día 6 – Luang Prabang: madrugando para ver el Tak Bat, la procesión de las ánimas


El Tak Bat - La Procesión de las ánimas 

Me levanté muy temprano para acudir a ver lo más representativo de Luang Prabang, lo que sale en todas las fotos y en todos los documentales: la Procesión de las Ánimas.

Todos los días, entre las 5’30 y las 6’00 de la mañana, cientos de monjes budistas salen en procesión para pedir comida que la gente da en forma de ofrendas. Todos van descalzos, rapados, en silencio y vestidos de naranja. Se levantan a las 4’00 para rezar y meditar.

La gente se empieza a poner en fila también para observarlos y rezar. Esta es una manera de contribuir a su karma, creen que les dará felicidad y una vida apacible. Las mujeres se arrodillan, los hombres pueden estar de pie. Hay gente por mitad de la carretera que alquila el sitio donde te puedes poner a rezar tú también si quieres participar. Les pagas, te sientas de rodillas y te dan una cesta con bolas de arroz glutinoso que luego les puedes dar a los monjes para que las metan en sus bolsas.

Lo que recogen los monjes constituye su comida diaria y lo que sobra se lo dan a los más necesitados. A simple vista parece una tradición centenaria preciosa, tranquila y en silencio. Muy mística. Pero, desgraciadamente no. El turismo ha hecho mella y está convirtiendo esto en una feria. Hay más turistas que locales dándole comida de todo tipo a los monjes. La gente se para en todos sitios a hacerles fotos, incluso delante de ellos (no hay que olvidar que hasta es un agravio mirarles a los ojos…), las vendedoras de arroz van a gritos intentando alquilar los sitios para que te arrodilles, alquilando paraguas…


Y, lo que más me impresionó: de arroz nada. La mayoría del arroz se lo dan a las señoras que se ponen en las esquinas de las aceras con unas cestas muy grandes y ellos se queda con… ¡chucherías! Sí, la gente les da chocolatinas, gusanitos, patatas fritas… Los más jovencitos (no dejan de ser niños), tiran el arroz y guardan con ansia el chocolate, aplastándolo en sus bolsas para que quepa más. Una pena. Si ésta es su comida diaria…¡les va a dar colesterol y les va a subir el azúcar!


Me encontré entre encantada de estar donde estaba, delante de una tradición tan centenaria y mística, y decepcionada por el comportamiento de los turistas y de los monjes. Un sentimiento muy agridulce.


Cuando vi gran parte de la procesión me di una vuelta por el pueblo y regresé a desayunar al “maravilloso” cutre-hotel. Después del incidente con el desayuno, me dirigí a la agencia de viajes para iniciar mi camino hacia las Pak Ou Caves.