Mostrando entradas con la etiqueta Palacios y castillos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Palacios y castillos. Mostrar todas las entradas

5 lugares imprescindibles que ver en San Martín de Valdeiglesias



A tan sólo 68 km de Madrid, San Martín de Valdeiglesias suele ser un destino muy escogido en verano para salir de la capital e ir a darse un baño en el Pantano de San Juan. El pueblo se fundó en el siglo XIII alrededor de la ermita de San Martín de Tours gracias al Monasterio de Santa María de Valdeiglesias en Pelayos de la Presa, cuyos monjes se dedicaron a impulsar la colonización de todo el valle. Sin embargo, en 1430 los campesinos se rebelaron contra el monasterio y Don Álvaro de Luna acabó adueñándose de la villa incorporándola en su señorío.


Sus bonitas calles medievales han servido de escenario para tres películas: James Bond, Sólo para tus ojos; La ardilla roja y El oro de Moscú. Y también para series como Los hombres de Paco o Águila Roja.


Paséate por ellas y disfruta de la gastronomía de la tierra, ya que el pueblo, a pesar de tener poco más de 8.000 habitantes, cuenta con numerosos bares. Aprovecha para pasarte por allí durante la Feria de la Tapa, cuando los recintos están llenos de peñas con sus pañuelos al cuello y el pueblo se llena de actividades. Además, los vinos que salen de las bodegas de San Martín de Valdeiglesias forman parte de la Denominación de Origen “Vinos de Madrid, junto con los de Navalcarnero y Arganda del Rey.


Qué ver en San Martín de Valdeiglesias

1. Castillo de la Coracera: no se sabe muy bien cuándo se construyó, pero se cree que fue cuando Don Álvaro de Luna se hizo con la villa, en el siglo XV. Realmente su nombre era Castillo de Corcuera, porque así se llamaba uno de sus propietarios. Debido a una errata en un folleto turístico de los años setenta, acabó llamándose de la Coracera. En su interior se alojó Isabel la Católica cuando fue proclamada heredera de la Corona de Castilla.


2. Iglesia de San Martín Obispo: en lo alto de un cerro se construyó este templo en el siglo XVII sobre las ruinas de una antigua iglesia después de una gran revuelta de la población. Los habitantes de San Martín de Valdeiglesias denunciaron al Consejo de Castilla a los preceptores de los diezmos por no cumplir con su obligación de mantener la iglesia original. Dándoles la razón, el Consejo condenó a los preceptores a financiar la construcción la una nueva iglesia. En su interior se encuentra una figura de la Virgen de la Estrella esculpida en mármol y que se cree que perteneció a Alfonso X, el Sabio.


3. Plaza Real: data de 1834 y está presidida por el Ayuntamiento. Al otro lado de la plaza, sobre unas escaleras, se levanta la Iglesia de San Martín Obispo y un bonito mirador. En una de las esquinas está el antiguo bar La Plaza, recientemente adquirido por el Ayuntamiento para ponerlo en valor, ya que se han encontrado en su fachada unas singulares columnas de granito de las que nadie tenía noticia y que parecen pertenecer a los antiguos soportales de la plaza.  


4. Café-Teatro: en el casco antiguo se encuentra este edificio de 1864 en el que unos vecinos formaron la Sociedad Café - Teatro de San Martín de Valdeiglesias. Durante años, fue el único centro cultural de la comarca y hasta acabó funcionando como primer cine del pueblo. En la actualidad, cuenta con una cafetería, dos salas de exposiciones y un teatro con capacidad para 200 espectadores.

5. Ermitas: el nombre del pueblo proviene de las numerosas ermitas que existían en esta zona. Por ellas, el valle era llamado Valle de las Iglesias. De todas las existentes, hoy se conservan seis: Ermita del Cristo, Ermita del Ecce Homo, Ermita de la Salud, Ermita de la Virgen de la Nueva, Ermita del Rosario y Ermita de la Sangre, cuyo nombre se debe a los sangrientos enfrentamientos que se produjeron en el siglo XVI entre el Duque del Infantado, Don Diego Hurtado de Mendoza, y los habitantes de San Martín de Valdeiglesias, que no quería someterse a él.

Si aún te queda tiempo, puedes pasar el resto de tu día envuelto de la naturaleza mágica de El Bosque Encantado o dándote un chapuzón en la Playa de Madrid, en el Pantano de San Juan.







Uruguay: 9 lugares imprescindibles que ver en Montevideo


La capital más austral de América descansa sobre la costa del Río de la Plata. Una metrópolis de casi dos millones de habitantes que tuvo su origen en una fortaleza española y que se acabaría convirtiendo en una importante ciudad portuaria y en una de las capitales más prósperas de Sudamérica.

Llena de espacios verdes y de preciosas playas, sólo la separan de Buenos Aires las aguas del río más ancho del mundo. Aunque puede convertirse en una buena excursión de un día si estás alojado en la ciudad porteña, ya que tienes barcos que conectan ambas capitales en pocas horas. 

Si llegas a Montevideo en barco, atracarás en plena Ciudad Vieja, el mayor atractivo de la capital. Si llegas en autobús a la estación de las Tres Cruces, basta con bajar andando por la céntrica e interesante Avenida 18 de Julio para llegar a ella.

Qué ver en Montevideo en un día 

A) Avenida 18 de julio:

1. Plaza de los Treinta y Tres Orientales: su nombre honra al batallón que logró recuperar la independencia del territorio que hoy es Uruguay. Delante de la plaza hay una reproducción del cuadro pintado por Juan Manuel Blanes dedicado a los treinta y tres orientales. 


2. Intendencia de Montevideo: sede el órgano ejecutivo del Gobierno de Montevideo, su construcción comenzó en 1935. Hoy además acoge el Museo de Historia del Arte y el Archivo Fotográfico. En sus salas se exponen obra representativas de diferentes regiones del mundo, incluyendo reproducciones de arte egipcio, romano y griego, y la pieza original de una momia de la sacerdotisa egipcia. 


3. Palacio Salvo: en la esquina de la Avenida 18 de Julio con la Plaza Independencia se alza el edificio más emblemático de Montevideo, obra del arquitecto Mario Palanti, el mismo que diseñó el Palacio Barolo de Buenos Aires. Con sus 100 metros y 27 plantas, fue la torre más alta de Latinoamérica junto con su gemelo porteño. De estilo art decó ecléctico se construyó para albergar un hotel, con un ala dedicada a oficinas. Actualmente cuenta con comercios en la planta baja y con oficinas y viviendas en las plantas superiores. 


4. Plaza Independencia: la plaza más importante de Montevideo se encuentra justo antes de entrar a la Ciudad Vieja. Se construyó sobre el lugar donde estaba antiguamente la Ciudadela. En su centro puedes ver el Monumento y Mausoleo de Artigas, una gran estatua ecuestre de José Gervasio Artigas, militar y estadista que actuó durante la Guerra de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata y que destacó por ser el heraldo del federalismo en lo que hoy son Argentina y Uruguay 


B) Ciudad Vieja

5. Puerta de la Ciudadela: en la Plaza Independencia quedan los restos de la puerta que daba acceso a una gran fortaleza militar española que defendió este territorio durante el siglo XVIII. En 1877, cuando Montevideo empieza a crecer, se tiraron abajo las murallas y la puerta se trasladó a la Escuela de Artes y Oficios hasta 1959, fecha en la que la coloraron en su lugar original como vestigio de la historia de Uruguay. Hoy marca la entrada a la Ciudad Vieja.


6. Teatro Solís: inaugurado en 1856, es el teatro más importante del país. Su entrada principal es por la calle Buenos Aires y su fachada tiene muchas similitudes con la del Teatro Carlo Felice de Génova. El edificio ofrece visitas guiadas a sus instalaciones. 


7. Peatonal Sarandí: es el lugar más visitado por los turistas. Comienza en la Puerta de la Ciudadela, continúa por la Plaza Constitución o Plaza Matriz y termina en la Rambla. Es una calle muy pintoresca, llena de galerías de arte, tiendas y edificios importantes, como el Cabildo, la Catedral o el Plaza Fuerte Hotel. 


8. Catedral: frente a la Plaza Constitución, está considerada Monumento Histórico Nacional. Sus orígenes están en la construcción de una pequeña iglesia de ladrillos en 1740. Está consagrada a los patrones de Montevideo, San Felipe y San Santiago y en su interior descansan los restos de varias personalidades importantes, como los antiguos Presidentes de la República Fructuoso Rivera y Joaquín Suarez. 


9. La Rambla y Plaza del Mercado del Puerto: al final de la Ciudad Vieja se llega a un gran paseo de 24 km de largo que bordea la costa del Río de la Plata. Cerca del centro histórico puedes ver el Mercado del Puerto, inaugurado en 1868. Hoy ya no funciona como mercado, sino como lugar gastronómico y en él se han ubicado numerosos restaurantes y puestos de comida. 


Argentina: Día 1 - Mi primer día visitando Buenos Aires



Después de descansar en el hotel, comencé mi primer día por Buenos Aires. Anduve un poco por el tradicional Barrio de San Telmo, cogí la Avenida de Entre Ríos y me dirigí hacia la Plaza del Congreso. El Palacio del Congreso se construyó siguiendo el modelo del Capitolio de Washington en 1906. Delante hay una gran plaza en la que se alza el Monumento a los Dos Congresos, que se levantó en honor a la Asamblea de 1813 y al Congreso de Tucumán de 1816, año en el que se declaró la independencia.

Atravesé la Avenida de Mayo porque mi idea era tomarme algo en el mítico Café Tortoni, el café más famoso de Buenos Aires. Me fue imposible. Había una fila enorme tan sólo para entrar. Así que, decidí dejarlo para el día siguiente. En plena Avenida de Mayo me encontré con el palacio más dantesco de la ciudad: el Palacio Barolo. Cuando se construyó en 1923 fue el edificio mas alto de la capital. Diseñado por el arquitecto Mario Palanti, su interior está fuertemente ligado a la Divina Comedia de Dante. Su altura (100 metros) es una referencia a cada uno de los cantos que componen la obra. El número de sus pisos (22) recuerda al número de versos que componen cada canto. Además, su estructura también está dividida en Infierno, Purgatorio y Cielo, como las partes de la famosa obra de Dante. Hoy se puede acceder a su interior contratando uno sus tours guiados, en los que viene incluida la visita a la terraza para disfrutar de las vistas de la ciudad.


Al final decidí comer en el Restaurante Plaza Asturias, un excelente lugar para disfrutar de alguna comida típica del lugar. Vamos, que me hinché a empanadas antes de seguir andando. Los camareros fueron muy amables y se interesaron mucho al ver que era de España, hablando de lo bonitos que eran los Lagos de Covadonga. El precio, barato, y la comida, buenísima. 


Siguiendo la avenida, pronto llegué a la famosa Plaza de Mayo, donde más turistas juntos vi de todo Buenos Aires. Aquí fue donde nació la ciudad, a manos de Juan de Garay, el 11 de junio de 1580. Los jueves, a las 15’30, aun puedes ver a las famosas Madres de la Plaza de Mayo pidiendo justicia por sus familiares desaparecidos durante la dictadura (1976-1983).


En su centro hay una gran escultura, llamada Pirámide de Mayo, que cuenta con una placa de bronce en la que se lee la historia de la plaza y con el monumento ecuestre al General Manuel Belgrano.

Alrededor de la plaza hay varios lugares representativos porteños:

1. La Casa Rosada: la sede del Gobierno argentino desde 1862 está ubicada sobre los cimientos del antiguo Fuerte de Buenos Aires. Se hizo mundialmente famosa por los discursos que Evita daba desde su balconada.


2. La Catedral Metropolitana: sobre la antigua Iglesia Mayor que Juan de Garay levantó en 1593, la Catedral de Buenos Aires no tiene la estructura que esperas cuando vas buscando una catedral. Su fachada neoclásica despista, aunque su interior tiene el aspecto de una iglesia colonial española normal. Dentro alberga el sepulcro del general José de San Martín.


3. El edificio del Gobierno de la Ciudad: sede del Poder Ejecutivo de la Ciudad de Buenos Aires. Fue construido entre 1891 y 1902, con base en un proyecto del arquitecto Juan Antonio Buschiazzo, combinando elementos de la arquitectura francesa, italiana y alemana.

4. La casa central del Banco Nación: la sede del banco más importante de Argentina está cubierta con una bóveda que es de las mayores del mundo, ya que sus dimensiones son de 50 metros de diámetro por 36 de altura.


5. El Cabildo: en el interior del Cabildo se encuentra el Museo Nacional del Cabildo y la Revolución de Mayo, donde se exhiben cuadros, retratos, piezas y joyas del siglo XVIII, el arca fiscal de Caudales, la imprenta que fuese instalada por el virrey Vértiz en la Casa de Niños Expósitos y la lámina de Oruro obsequiada al Cabildo en ocasión de la victoria de 1807 frente a los ingleses.


Por detrás del Cabildo, siguiendo un poquito por la Avenida Julio Roca, está en una esquina la Manzana de las Luces, que llegó a ser el centro cultural más importante de Buenos Aires en tiempos coloniales. Aún se pueden ver dos de sus edificios originales y túneles defensivos creados por los jesuitas de la época. Justo al lado, está la parroquia San Ignacio de Loyola, que también formaba parte del complejo y que está considerada como la iglesia más antigua de la ciudad. Y, en frente, puedes admirar la Librería del Colegio, hoy renombrada como La Librería de Ávila, la primera librería de Buenos Aires, inaugurada en 1785.



Volví mis pasos hacia la Plaza de Mayo y seguí andando por los jardines que hay junto a la Casa Rosada, hasta llegar al Centro Cultural Kirchner, ubicado en el edificio que fuera anteriormente sede del Correo Central de Buenos Aires. Es el más importante en tamaño de América Latina y el tercero a nivel mundial. El centro, conocido como CCK, es la mayor inversión en un proyecto cultural hecha en la Argentina en toda su historia. Una lástima que, al ser lunes, estuviera cerrado. Su entrada es gratuita.


Tras descansar un poco sentada en los jardines, fue hacia la Calle Florida, una de las más comerciales de la ciudad. Me paré en una cafetería a tomarme un submarino calentito y me di una vuelta por las Galerías Pacífico. Inspirado en el edificio Le Bon Marché de París, estas galerías comerciales tienen su origen en 1889. Su interior está lleno de tiendas y restaurantes, y cuenta con el Centro Cultural Borges en el piso superior.


Desde la calle Florida, atravesé la famosa Avenida Corrientes, llena de teatros y gente, hasta llegar a la Plaza de la República. La plaza se encuentra en la concurrida Avenida 9 de Julio. Hay muchísimo tráfico siempre y hay que tener cuidado al cruzar.

En medio de la plaza, está el gran Obelisco. Conseguí hacerme un hueco entre tanto turista para sacar una de las fotos más representativas de la ciudad, con el nombre de Buenos Aires y el Obelisco de fondo. Erigido en 1936 para conmemorar el 400º aniversario del primer asentamiento español en el Río de la Plata, hoy es el lugar elegido por los forofos para celebrar las victorias futboleras.


Desde esta Avenida también observé el famoso Teatro Colón, el cartel de Evita en la fachada del Edificio del Ministerio de Obras Públicas, el Monumento a las Cataratas de Iguazú y un Museo del Jamón, que nada tiene que ver con los madrileños.



Después de cenar en un restaurante de la Avenida 9 de Julio, mi última parada fue para visitar el Ateneo. La librería más famosa de la capital se sitúa en el interior del antiguo Teatro Grand Splendid, donde actuó también el famoso Carlos Gardel. Situada en el famoso barrio de Recoleta, en 2008 The Guardian la eligió como la segunda librería más hermosa del mundo y en 2019, National Geographic la nombró la librería comercial más bella del mundo. La librería El Ateneo es una marca tradicional, creada en 1912, que actualmente se halla asociada a la firma Yenny, y posee más de 34 locales repartidos en la Argentina, principalmente en Buenos Aires.



Y coger en esa misma calle el metro para volver al hotel. Un día bastante aprovechado. 

Otras entradas que te pueden interesar:



Argentina: 16 cosas imprescindibles que hacer en Buenos Aires



La ciudad porteña, famosa por su tango y sus alfajores, es fácilmente abarcable a pie y usando el transporte público con la Tarjeta Sube. Durante tu viaje por Argentina reserva unos cuatro o cinco días para sacarle todo el partido a esta gran ciudad, darte una vuelta por sus múltiples museos y visitar sus alrededores. 

Qué hacer en Buenos Aires

1. Hacerte una foto en la Plaza de Mayo con la Casa Rosada de fondo: la plaza más famosa de la ciudad está rodeada de la Catedral Metropolitana, el Cabildo y la Casa Rosada, desde cuyo balcón Evita arengaba a su pueblo. En el centro se encuentra la Pirámide de Mayo, un obelisco blanco que se construyó para conmemorar el primer aniversario de la independencia de los argentinos de España. Los jueves, a las 15’30, aun puedes ver a las famosas Madres de la Plaza de Mayo pidiendo justicia por sus familiares desaparecidos durante la dictadura (1976-1983).


2. Buscar la estatua de Mafalda en el Barrio de San Telmo: San Telmo es uno de los barrios más característicos de Buenos Aires. Está lleno de edificios que recuerdan a los que se asentaron aquí durante la época de la primera colonia. Mansiones que más tarde se conocerían como Conventillos, viviendas alrededor de un patio central habitadas por los inmigrantes europeos en las que se supone que nació el tango. Hoy, además de su arquitectura, podrás deleitarte con sus locales antiguos, espectáculos de tango, mercados (la Feria de San Telmo se celebra cada domingo, de 10’00 a 18’00) y el Paseo de la Historieta.


3. Comerte un choripán mientras ves las aves de La Costanera: la Reserva Ecológica Costanera Sur es un remanso de calma a escasa distancia del centro de Buenos Aires. 350 hectáreas de reserva natural, donde podrás ver más de 300 especies de aves si cuentas con unos buenos prismáticos (y suerte) además de iguanas, tortugas y nutrias. Su acceso es gratuito. En la calle que hay fuera de la reserva, es común ver puestos de comida callejera en los que disfrutar de un barato y bien servido choripán (bocadillo de chorizo asado).


4. Ver la Tumba de Evita en Cementerio de La Recoleta: uno de los cementerios más famosos de Sudamérica, cuenta con pasillos llenos de increíbles mausoleos altamente ornamentados, algunos de ellos ya casi en ruinas. Entre sus tumbas más famosas, la de Eva Perón. Al lado del cementerio, no puedes dejar de visitar la bonita Basílica del Pilar y pasear por uno de los barrios más lujosos de la capital.


5. Disfrutar de un espectáculo de tango callejero: Caminito, San Telmo o la peatonal Calle Florida, son sólo un ejemplo de los lugares donde es más probable que asistas a un espectáculo improvisado de tango.


6. Tomarte un chocolate con churros en el Café Tortoni: es un lugar indispensable si estás en Buenos Aires. Pero, ten en cuenta que hay que hay que echarle paciencia para poder entrar. La gente se agolpa a la entrada y las colas son enormes. Si no te importa la espera, merece la pena. Personalidades de la talla de Ortega y Gasset o Borges lo frecuentaban habitualmente. Pirandello, Einstein o Lorca, también lo visitaron. Incluso el mítico Gardel, quien actuó allí dos veces, tuvo una mesa privilegiada, siempre reservada para él, y en la que podía estar con sus amigos sin que lo agobiaran sus fans.


7. Tomarte un submarino con un alfajor: un vaso de leche calentito en el que se mete una barra de chocolate negro y se remueve hasta que se disuelve. Una delicia que puedes encontrar en cualquier cafetería argentina. Havanna o Laguna Negra, son algunas de las más famosas para, además, tomarte un buen alfajor (nada que ver con los españoles navideños).


8. Probar las muestras de La Casa del Dulce de Leche: en Argentina está hecho a base de leche de vaca, azúcar, esencia de vainilla) y una pizca de bicarbonato de sodio. Los hay de muchas marcas y sabores, incluido el de menta, que puedes encontrar en La Casa del Dulce de Leche, en Buenos Aires. Acabarás comprando algo, seguro.


9. Darte una vuelta por Caminito (de día): la calle más famosa del barrio de La Boca, es la estampa característica que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en Buenos Aires. Sus animados edificios de colores, sus originales tiendas y sus espectáculos callejeros de tango, atraen a los turistas que visitan la ciudad. Sin embargo, no es accesible en metro, hay que llegar en autobús, y siempre antes de que anochezca. La delincuencia ha aumentado mucho en este lugar y en sus calles aledañas, creciendo el número de robos con violencia. Incluso un paseo hasta el estadio de La Bombonera tiene sus riesgos.


10. Comprarte un libro en el Ateneo: la librería más famosa de la capital se sitúa en el interior del antiguo Teatro Grand Splendid, donde actuó también el famoso Carlos Gardel. Situada en el famoso barrio de Recoleta, en 2008 The Guardian la eligió como la segunda librería más hermosa del mundo y en 2019, National Geographic la nombró la librería comercial más bella del mundo. La librería El Ateneo es una marca tradicional, creada en 1912, que actualmente se halla asociada a la firma Yenny, y posee más de 34 locales repartidos en la Argentina, principalmente en Buenos Aires.


11. Subir a la Torre Monumental: en pleno barrio de Retiro y muy cerca de la estación de tren y de autobús, se alza esta bonita torre de 76 metros de altura donada por la comunidad británica en 1916 y construida con materiales traídos en barco desde Inglaterra. Su nombre inicial fue Torre de los Ingleses, pero tras la Guerra de las Malvinas de 1982, fue rebautizada como Torre Monumental. Hoy puedes subir hasta su sexto piso en el que hay una pequeña exposición y un mirador.


12. Visitar las Galerías Pacífico: inspirado en el edificio Le Bon Marché de París, estas galerías comerciales tienen su origen en 1889. Su interior está lleno de tiendas y restaurantes, y cuenta con el Centro Cultural Borges en el piso superior.


13. Hacerte una foto en el Obelisco: si consigues hacerte un hueco entre los cientos de turistas que lo rodean todos los días, podrás sacarte una de las fotos más representativas de la ciudad, con el nombre de Buenos Aires y el Obelisco de fondo. Erigido en 1936 para conmemorar el 400º aniversario del primer asentamiento español en el Río de la Plata, hoy se encuentra en el centro de la Plaza de la República, lugar elegido por los forofos para celebrar las victorias futboleras.


14. Recordar a Dante en el Palacio Barolo: este original bloque de 22 pisos se construyó en 1923, siendo por aquel entonces el edificio más alto de Buenos Aires. Diseñado por el arquitecto Mario Palanti, su interior está fuertemente ligado a la Divina Comedia de Dante. Su altura (100 metros) es una referencia a cada uno de los cantos que componen la obra. El número de sus pisos (22) recuerda al número de versos que componen cada canto. Además, su estructura también está dividida en Infierno, Purgatorio y Cielo, como las partes de la famosa obra de Dante. Hoy se puede acceder a su interior contratando uno sus tours guiados, en los que viene incluida la visita a la terraza para disfrutar de las vistas de la ciudad.


15. Comer carne: parrilladas, asados, bifes… Buenos Aires es el paraíso de los carnívoros. Platos de verduras, más allá de la típica ensalada, son difíciles de encontrar en toda Argentina (sobre todo, fuera de las grandes ciudades) y las frutas son carísimas en los supermercados. Ante esto, déjate llevar por platos abundantes y comidas largas y contundentes.


16. Hacer una excursión cercana:
⬥ El Tigre: para darte una vuelta en barco por sus canales.
⬥ San Antonio de Areco: para empaparte la cultura gaucha.
⬥ Uruguay: Montevideo y Colonia de Sacramento están muy cerca en barco.