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Rusia: Opinión del Grand Express – Mi viaje de San Petersburgo a Moscú

Me despedí de San Petersburgo por unas semanas para coger el tren que me llevaría a Moscú. Para aprovechas más el tiempo y vivir una experiencia única, aposté por el Grand Express, que tenía unos precios mucho más asequibles que la otra opción ferroviaria de lujo, el Flecha Roja. 
El tren es toda una institución en Rusia. En el año 2002, fue el primero en ser privatizado y ahora lo lleva la empresa JSC TC Gran Service Express, que lo anuncia como un hotel sobre ruedas. Con todos los servicios de un hotel, el Gran Express ofrece un viaje único entre las dos ciudades más famosas de Rusia.

El Grand Express sale de la estación de Moskovsky Vokzal, una estación que está en plena Avenida Nevski, por lo que es muy fácil llegar a ella. La estación de metro de Mayakovskaya está al otro lado de la plaza. Una vez en la estación, hay que quedarse en el hall de la entrada para ver los carteles donde van apareciendo los nombres de los trenes y las plataformas donde se van a colocar. Es bastante engorroso porque en todo el hall no hay ningún asiento y está todo lleno de gente esperando. Tampoco te puedes sentar en el suelo, como pasa en muchos aeropuertos, porque los guardas vienen y te llaman la atención. El otro punto importante es que los carteles van apareciendo en ruso. Al menos cuando yo fui, no había nada en inglés. Le pregunté a un guardia y me lo explicó como pudo. Tuve que esperar hasta diez minutos antes de la salida para que pusieran a qué plataforma tenía que ir.
Cuando llegué al andén me encontré con una azafata por vagón, con un uniforme muy bonito, que iba ayudando a los pasajeros. Me llevó al compartimento y me enseñó la “habitación” y cómo se convertían los asientos en camas, bastante grandes y cómodas. Todo estaba impecable. Lo que más me llamó la atención fue el armario que se abría y se transformaba en un aseo.
Al rato me trajo la carta con el desayuno. Apuntó a qué hora quería que me lo sirviera y qué quería elegir entre las opciones que había. Y la dirección de mi hotel en Moscú, porque el transfer va incluido en el precio.
Mi compartimento fue uno en 1ª Clase Business. Este tipo de vagones tiene 9 cabinas con dos camas: una abajo y otra arriba. La puerta se abre y se cierra con tarjeta. Tenía aire acondicionado, ropa de cama, una mesa, un espejo, enchufes en un montón de sitios… Lo contraté a través de su propia página web. Los servicios se encuentran en ambos extremos del vagón.  Lo único malo es que no hay mucho espacio para dejar el equipaje. 
Como todos los trenes rusos, salió muy puntual, a las 23’44 exactas. Y tenían razón los folletos de publicidad, el traqueteo hace que te quedes dormido en un minuto. Y la única pega... que duró muy poco. Las 8 horas y media que tardó en recorrer los 635 km que nos separaban de Moscú se me pasaron volando.

Grand Express San Petersburgo- Moscú
En el billete de 1ª Clase Business viene incluido:
▪ Desayuno.
▪ Wifi gratis, que funciona estupendamente y sin tener que registrase.
▪ Set de snacks y fruta de bienvenida.
▪ Amenities en el aseo del compartimento.
▪ Transporte en coche privado desde la estación de Moscú hasta tu hotel.
Hay que reservarlo con muchos días de antelación. Yo lo reservé más de un mes antes y ya había muchos billetes vendidos. https://www.grandexpress.ru/en/tickets/


Rusia: Día 5 – Visita a la Catedral de Kazán y a la Catedral de San Isaac en San Petersburgo


Antes de coger el tren para llegar a Moscú, visité los dos templos importantes que me quedaban por ver cerca de la Avenida Nevski. El primero de ellos fue la Catedral de Kazán, casa del obispo ortodoxo de la ciudad. Está inspirada en San Pedro de Roma y dentro siempre hay una cola de creyentes esperando su turno para besar el icono de Nuestra Señora de Kazán. Su diseño refleja el deseo del excéntrico zar Pablo de unir el catolicismo y la ortodoxia en un tipo de súper-cristiandad, y su fascinación por los Caballeros de la Orden de Malta, de la que él era miembro. Poco después de mandarla construir, murió asesinado en un golpe de estado. (Horario: de 7’00 a 18’00. Precio: la entrada es gratuita).

Hay que vestir con decoro, pero no es necesario el pañuelo en la cabeza para las mujeres.

Desde allí, me fui a la Catedral de San Isaac, la más grande de la ciudad. Las entradas las compré por internet para ahorrarme la interminable cola. San Isaac destaca por su cúpula dorada. Su interior es muy llamativo, pero merece la pena subir los 262 escalones para obtener grandiosas vistas desde arriba. Sólo para la cubierta de la cúpula se usaron 100 kilos de oro.


La Catedral tiene planta de cruz griega con una enorme cúpula central, visible desde todos los puntos del centro histórico, y cuatro cúpulas pequeñas, una en cada esquina. La cúpula central, recubierta de oro, está sostenida por una columnata y una balaustrada decorada con 24 estatuas de ángeles y arcángeles.



Su interior es enorme. Puede albergar a más de 14.000 personas dentro. Todo está lleno de mosaicos, columnas de malaquita y lapislázuli, mármoles, frescos, 350 esculturas… Lo más llamativo es el vitral del altar central, llamado “La Resurrección de Cristo”, algo raro en una iglesia ortodoxa. (Precio: 250 Rublos.  Precio para subir a la cúpula: 150 Rublos más. Cierra los miércoles.  http://eng.cathedral.ru/


En el exterior se encuentra la Plaza del senado y el monumento del Jinete de Bronce, una estatua ecuestre de Pedro I cuya base es una enorme roca de granito rojo de 1500 toneladas. Se la conoce como la Piedra de Trueno y se dice ser la piedra más grande movida por el hombre. Se la trajeron desde el Golfo de Finlandia, en una sola pieza, montada en una especie de trineo. El viaje para recorrer estos 6 km tardó nueve meses y en él participaron más de cuatrocientos hombres.

Mi siguiente parada sería la estación de tren para pasar la noche en el Grand Express y llegar a Moscú.


Rusia: Día 4 – Opinión del Crucero Astra Marina por San Petersburgo


Mi barco salió a las 00’30 desde el embarcadero que hay delante del Museo Fabergé, aunque me avisaron de que tenía que estar media hora antes allí para canjear los tickets.

Cuando llegué, hice la cola y me senté a esperar. Allí mismo hay un bar donde tomarse algo. Digo yo que por eso la insistencia de que se esté media hora antes allí. Si no, no lo veo necesario.


Cuando vino el barco, hice otra vez la fila y me monté. Los asientos no son numerados, así que tienes que ser rápido si quieres coger un buen sitio. Mi barco era el modelo Festival. Al principio, todo el mundo quiso montarse fuera para tener unas mejores vistas, pero poco a poco la gente se iba cansando de pasar tantísimo frío (aunque daban mantas).

Dentro estaba todo demasiado oscuro. Muy elegante, con velitas en las mesas, pero no se veía nada. Casi animaba a dormirte dadas las horas que eran. Y muchos lo acabaron haciendo. El barco tenía un servicio de comida y bebida a precio de fuera (para nada excesivo) y un músico, que fue amenizando la velada con música muy relajante.


Desde el barco se pueden ver los canales de San Petersburgo y, poco a poco, va dirigiéndose a los puentes principales: Palace Bridge, Troitsky Bridge, Liteyny Bridge, Bolsheokhtinsky Bridge, Alexander Nevsky Bridge, Sampsonievsky Bridge and Blagoveschensky Bridge.


Justo a la hora a la que se levanta el primer puente, se pueden ver un montón de barcos en hilera haciendo lo mismo que nosotros. Además, decenas de autobuses aparcan cerca, para que la gente se baje y vea el espectáculo. Parece una feria.


Lo mejor de las vistas, para mí, fue disfrutarlas durante una de las noches blancas de San Petersburgo. Un fenómeno atmosférico en el que los atardeceres son finales, los amaneceres son principios y la oscuridad nunca es completa. Parece que nunca se va a poner el sol.




El paseo duró más de dos horas. El barco me dejó en el embarcadero que hay delante del Almirantazgo, porque cierran los pequeños ríos y canales un poco después de la hora de salida de los cruceros. Volví  al hotel andando por Nevski en un atardecer perpetuo, en el que se veía perfectamente por la calle a pesar de ser las 3 de la mañana. Las noches blancas tienen su aquél, aunque también son un incordio si tu hotel no tiene persianas o cortinas gruesas, o si se te olvida echarlas. ¡Tenlo en cuenta!

El viaje en barco fue bonito, pero se me hizo un poco largo. Quizá fuera por la hora, o por el frío helado que hacía, o por las dos cosas 😊


Precio del Crucero para ver los puentes levadizos de San Petersburgo: Romance of the drawbridges: 800 Rublos por persona. El precio es el mismo si lo compras por internet o allí.

▪ Salida: a las 00’30 desde el muelle que hay delante del Museo Fabergé. Fontanka river emb., 21.

▪ Llegada: a las 2’30 al muelle central. Admiralty emb., 2.

▪ Contratación online: http://www.boattrip.ru/excursion/drawbridges_faberge_en  

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➤ Rusia: Día 5 – Visita a la Catedral de Kazán y a la Catedral de San Isaac en San Petersburgo

Rusia: Día 4 – Visitando la Fortaleza de San Pedro y San Pablo en San Petersburgo


Por la mañana temprano emprendí mi camino hacia la isla Zayachy, en pleno río Neva, para llegar a la zona más antigua de San Petersburgo. Aquí, en el siglo XVI, Pedro el Grande arrebató este terreno a los suecos, y puso la primera piedra de la ciudad. Para defenderla, la dotó de la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, que funcionó como cárcel hasta 1917.

Desde la Avenida Nevski, se puede llegar andando perfectamente cruzando el puente que sale justo detrás del Almirantazgo.

La fortaleza guarda en su interior varios edificios y museos:

1. La Catedral de San Pablo: te recomiendo que después de comprar la entrada, te dirijas directamente aquí, porque es lo más visitado y lo que más cola tiene. Es la catedral más antigua de la ciudad y en su interior se pueden ver los sarcófagos de todos los gobernantes del país anteriores a la Revolución (menos Pedro II e Iván VI). Si quieres subir a la torre, tienes que pagar la entrada aparte.


2. La casa del comandante: acoge una pequeña exposición sobre la historia de la ciudad.


3. Museo de la Historia de la fortaleza (Neva Curtain Wall): la exposición está representada por más de 500 de las piezas de museo (hallazgos arqueológicos, gráficos arquitectónicos, mapas…). Es muy pequeñita y se ve rápido.


4. La Prisión (Bastión de Trubetskoy): en ella se pueden ver las celdas de la prisión política, por la que pasaron más de 1500 prisioneros: miembros del movimiento populista como Kropotkin(1870 – 1884); socialdemócratas en la década de 1890, como Bauman; revolucionarios como el escritor Gorky o Trotsky (1905 – 1907)… Después de la revolución de febrero de 1917, los ministros del gobierno zarista también fueron llevados a esta prisión.


5. Museo de la Exploración Espacial (Ioannovsky Ravelin): abierto desde 1973, muestra la historia del desarrollo espacial soviético. En él se exponen motores, trajes espaciales, fotografías… Es pequeño y muy interesante.


La fortaleza alberga muchas más exposiciones, pero éstas se tienen que pagar aparte, una a una. Merece la pena que te des una vuelta por el exterior del muro para ver la zona de las playas, donde muchos rusos aprovechan para tomar el sol.

En mi camino de vuelta, me desvié un poquito para ver la mezquita, que data de 1910.


Y acabé mi visita a la isla viendo el Crucero Aurora. Es un ala más del Museo Naval Ruso. Este gran barco ha participado en tres guerras (Guerra Ruso-japonesa, Segunda Guerra Mundial y en la Revolución Rusa). Hoy es símbolo de la ciudad y muchas parejas van a hacerse fotos con él de fondo. Su interior, si no eres un apasionado de lo naval, no merecerá mucho la pena. Pero por su importancia histórica, acércate por lo menos a verlo por fuera. Horario: de 11’00 a 18’00, de miércoles a domingo. Precio: 600 rublos. Las entradas sólo se pueden comprar en la taquilla.

Después de cenar hice hora para coger un crucero por el Neva y ver los puentes levadizos. Y compré algunos dulces típicos:



Precios de la Fortaleza de San Pedro y San Pablo – San Petersburgo

Los tickets sólo se pueden comprar en las taquillas.

El acceso al recinto de la Fortaleza es gratuito. Puedes pasear por su patio interior.

Lo más interesante es comprar una entrada conjunta para visitar la catedral, la casa del comandante, el museo de historia de la fortaleza, la prisión y el museo espacial. Cuesta 600 Rublos.

Precios individuales:
  • Catedral: 450 Rublos.
  • Prisión: 200 Rublos.
  • Casa del comandante: 200 Rublos.
  • Museo Historia de la Fortaleza: 100 Rublos.
  • Museo de la Exploración Espacial: 100 Rublos.
👉 Más información sobre horarios y precios: 
http://www.spbmuseum.ru/themuseum/visitors/cost.php



Rusia: Día 3 – Una mañana en Peterhof desde San Petersburgo


Por la mañana temprano, cogí el metro hasta la estación de Avtovo, una de las más bonitas y famosas del metro de San Petersburgo. Cuando salí de la estación había un montón de marshrutkas esperando aparcadas en ambos sentidos de la carretera. Todas ellas ponían el cartel de Peterhof, en nuestro alfabeto o en el suyo, pero se entendía perfectamente. Me monté en la primera que vi y en unos 40 minutos llegamos a mi destino. El viaje me costó 200 rublos.

El autobús me dejó en el parque superior. Aproveché que era muy temprano y le eché un vistazo al parque, que estaba lleno de parejas haciéndose las fotos de boda. El acceso a esta zona es totalmente gratuito. Tiene cinco espectaculares fuentes.


Más tarde, me dirigí a las taquillas del parque inferior, cuya entrada cuesta 700 rublos. Yo las había sacado por internet, así que sólo tuve que hacer una pequeña cola para canjearlas. El ticket da acceso al complejo de fuentes más grande del mundo, con más de cien hectáreas. El agua de todas las fuentes proviene de manantiales naturales.

Mi primera parada fue para la Gran Cascada para coger sitio. Allí se agolpaban ya cientos de personas esperando que llegasen las 11’00. A esa hora, en verano, empieza a funcionar esta fuente, que se extiende desde el Palacio Grande hasta el canal de marina, y que cuenta con 64 fuentes y más de 200 estatuas de bronce. Los zares, cuando se cansaban de andar, cogían su barca y se iban en ella por el canal, hasta el palacio.



Después de ver el gran espectáculo, que dura muy poquito, empecé a visitar el recinto conocido como el Versalles Ruso. El parque está lleno de fuentes, estanques y atracciones. Hay varias fuentes para niños, un laberinto e incluso un estanque donde pescar esturiones por más de 3000 rublos el pez (justo debajo del Palacete de Marly).


Mis pasos me llevaron hasta el embarcadero, para ver llegar al hidrofoil, y a la orilla, para ver el Golfo de Finlandia, con San Petersburgo de fondo. Todo el camino estaba lleno de simpáticas ardillas.



En el parque hay varios puestecillos de helados y dulces, como éste que vendía gofres con palo; ricos, pero un poco difíciles de comer.



El Palacio Grande lo vi sólo por fuera. La entrada se pagaba a parte y sólo se pueden comprar online entre octubre y abril. De mayo a septiembre sólo se pueden comprar en las taquillas. Yo vi la cola para entrar y me asusté, así que como ya había visto el Palacio de Catalina, éste lo tuve que dejar pasar.


El conjunto es enorme. Se compone de varios apartados: El Parque Inferior, el Palacio Grande, el Tesoro (un museo dentro del palacio con objetos pertenecientes a los Romanovs), Monplaisir (el palacete donde se originó Peterhof), el Museo Menshikov, el Muse “Picture House”, el Palacio Cottage, el Palacio Chino, la Capilla gótica, el Pabellón “Stone Halle”, el Museo de la Estación Telegráfica, el Palacio de Pedro III, el Pabellón Tsaritsyn… Y un montón de rincones escondidos más. Te puedes perder durante toda la mañana. Aquí tienes un mapa de Peterhof:

waitamoment.co.uk

Emprendí el viaje de vuelta, yendo a la misma zona donde me había dejado el autobús y cogiendo uno que llevaba hasta la estación de metro.

Después de descansar un poco, terminé el día comiendo en un restaurante en la Avenida Nesvki, cocina típica rusa.


Precios de la entrada a Peterhof:

No todas las entradas se pueden comprar por internet. Visita su página web para obtener información actualizada sobre las entradas disponibles. http://tickets.peterhofmuseum.ru Los precios son:
  • Palacio Grande: 700 rublos.
  • Bathouse: 500 rublos.
  • Monplaisir: 500 rublos.
  • Ala de Catalina: 500 rublos.
  • Church Corps: 500 rublos.
  • Parque inferior: 500 rublos.
  • Parque superior: gratis.