Granucillo es
un pequeño pueblo zamorano de unos 120 habitantes en el que puedes ver vestigios de la
existencia de una antigua población que se asentaba en esta zona desde la Edad
de Bronce.
Asentada en el
Valle de vidriales, la localidad cuenta con dos monumentos megalíticos de más
de 5000 años de antigüedad.
Cómo llegar al Dolmen de Las
Peñezuelas
Para llegar a
él basta con dejar el coche a la entrada del pueblo, donde está la parada de
autobús, y caminar por la carretera ZA-V-2531 hasta que veas el desvío. Está realmente
cerca y viene señalizado en Google Maps.
A un lado, la
vega del arroyo Almucera y al otro, un dolmen milenario que cosera los
ortostatos de la cámara. Las primeras excavaciones se llevaron a cabo en los
años treinta y descubrieron seis de sus losas, fosas de cimentación, los hoyos
que delimitaban la cámara y los restos de un corredor.
En el dolmen
se encontró un ajuar con diversos elementos, como la punta de una flecha,
cuentas de un collar de pizarra y un raspador. Posteriormente se reconstruyó
para dar lugar lo que puedes ver hoy.
Cómo llegar al Dolmen de San
Adrián
De vuelta a la
carretera, cruzando el puente, sale un caminito hacia la derecha. Desde su
inicio puedes ver la figura de una ermita al fondo. El bonito paseo por la vega te llevará hasta ella, la ermita de San Adrián, santo que también da nombre al
dolmen.
Éste se halla justo
en frente. Durante las diversas excavaciones arqueológicas se descubrieron varias
de sus losas y un ajuar con una punta de flecha y trozos de cerámica de la Edad
de Bronce, entre otros objetos. La reconstrucción que se hizo de él completó el
perímetro original de su cámara circular. Lamentablemente, cuando fui estaba todo lleno de hierbas y no se distinguía muy bien.
Al fondo, a la
derecha, acompañando durante todo el camino, se divisa la figura del Castillo
de los Condes de Benavente. Se cree que se construyó antes de 1446 bajo el
mando de los señores del pueblo, la familia Escobar, cuando Enrique II le cede
estas tierras. Posteriormente, ellos se lo vendieron a los Condes de Benavente,
los Pimentel. Ahora sólo se pueden ver sus ruinas, aunque son de propiedad
privada.