A 4 km de la
localidad zamorana de Granja de Moreruela, junto a la ribera del río Esla,
descansan los restos de un importante monasterio cisterciense, considerado uno
de los primeros que esta orden construyó en la península.
La primera
referencia que se tiene de él se encuentra en un códice de la Catedral de León.
En él se cuenta que el Santo Froilán de León inauguró un monasterio en Tábara y
otro en Moreruela en el siglo X. en sus orígenes estaría consagrado a Santiago,
aunque más tarde pasaría a serlo de Santa María.
Estuvo funcionando
hasta 1835 cuando Mendizábal ordenó su desamortización y se cerraron todos los
monasterios. Después de muchos saqueos, en 1949 un particular compra la dehesa
de La Guadaña, tierras en las que se ubica el recinto y se hace también con sus
ruinas. A pesar del contrato, el Ministerio de Cultura inició su expropiación forzosa
en 1981 y se vendió como cantera. Una verdadera pena para patrimonio de tal
calibre. Hoy se pueden
visitar sus ruinas.
Lo que más resalta, además de la gran envergadura de todo el conjunto, son los restos de la iglesia. Construida en el XII en estilo románico, con muchas trazas de gótico. Originariamente tenía las dimensiones propias de una catedral.
También han
sobrevivido a los años la puerta por la que los monjes accedían a la iglesia y
al claustro, y los restos de la sacristía, la sala capitular, la sala de los
monjes, el hueco de la escalera que daba al dormitorio y el pasillo que
comunicaba el claustro con la huerta.
Desgraciadamente, poco queda del ala
norte del monasterio, donde se encontraban el refectorio, la cocina, el
calefactorio y la zona oeste en la que se situaban los legos.