En plena comarca del Cerrato Palentino, Astudillo está a tan sólo 30 kilómetros de Palencia. Sin embargo, sus alrededores están llenos de una quietud que sorprende. Páramos y más páramos rodean a este bello Conjunto Histórico-Artístico, con buen ambiente de bares en sus plazas y que cuenta hasta con una pequeña área para autocaravanas, bastante preparada.
Este pequeño
refugio en las alturas (nombre del que parece ser que deriva su topónimo),
cuenta con unos escasos mil habitantes y adquirió fama en la antigüedad por su
producción textil. Se dice que sus paños fueron conocidos en toda la península.
Hoy su actividad está dedicada principalmente a la agricultura, aunque también
destaca la industria alimentaria y la producción eléctrica, gracias a la
existencia de varios parques eólicos e instalaciones fotovoltaicas en sus
alrededores.
Su configuración responde a la arquitectura medieval fruto de la repoblación llevada a cabo en el último tercio del siglo IX, de cuya época conserva algunos tramos de la muralla que lo rodeaba y una de las puertas de acceso a la villa.
Qué ver en
Astudillo
1. Convento de
Santa Clara: fundado a mediados del siglo XIV por María de Padilla, la querida
de Pedro I de Castilla, en él destaca su iglesia de estilo gótico-mudéjar.
Adosado a ella se encuentra el Palacio de Don Pedro I y un torreón perteneciente
a la antigua muralla. Dentro puedes visitar el Museo Provincial, en el que
podrás ver bellas yeserías mudéjares, diversas obras creadas entre los siglos
XIV y XVIII y una colección de más de doscientos belenes. Una réplica de este
conjunto aparece en el Parque Temático Mudéjar de Olmedo.
2. Puerta de
San Martín: es la única puerta de la muralla que se conserva de las seis que tuvo en el siglo XIII.
3. Iglesias góticas:
Astudillo cuenta con tres hermosos templos de estilo gótico: Santa María, San
Pedro y Santa Eugenia. Esta última alberga el Museo Parroquial. En la iglesia
de Santa María descansa el sepulcro de alabastro de Fernán Alonso de Astudillo.
4. Palacio de
los Marqueses de Camarasa: el pueblo está colmado de palacetes y casas
blasonadas, entre los que destaca este palacio que perteneció a Ruy Díaz de
Mendoza, mayordomo mayor de Juan II y que se encuentra junto al Ayuntamiento.
5. Castillo de
la Mota: en la parte alta de Astudillo, descansan las ruinas de este castillo
del que no se sabe mucho sobre sus orígenes. La primera vez que se habla de él
en una fuente escrita es en 1035. Hoy sólo se conservan algunos tramos de la
muralla, el cubo y algunas saeteras.
6. Bodegas subterráneas: el mejor ejemplo lo podemos encontrar en la Peña Manguis, cuyo interior está decorado con objetos etnográficos procedentes de las donaciones de sus miembros. Esta bodega subterránea da cuenta de la riqueza que llena el subsuelo de Astudillo, pues el pueblo está recorrido por una serie de galerías que en sus orígenes pudieron estar conectadas entre sí y que tuvieron una función principalmente defensiva. Se ha llegado a descubrir una red de pasadizos de dos kilómetros excavados en el suelo arcilloso. Algunos de ellos fueron cegados y otros han sido utilizados durante siglos como bodegas. Otro local curioso está en una cueva en las faldas del castillo, la Peña El Colmao de Alegría.
Si te has quedado con ganas de más, puedes aprovechar tu visita para ver la Ermita del Santo Cristo Torre Marte, una construcción gótica que conserva algunos de sus primitivos elementos románicos en un entorno natural privilegiado, el Puente Viejo, antiguo paso obligado para atravesar el Pisuerga.
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