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Qué ver en Fuerteventura en 4 días - Itinerario II


Día 2 - Costa noroeste y centro

Por la mañana, muy temprano, emprendí mi camino hacia El Cotillo, un pueblo pesquero que ahora está lleno de hoteles, restaurantes y tiendas. El pueblo en sí no tiene mucho de especial, pero sus playas son de un turquesa increíble. 5 km al norte de El Cotillo, en Punta Ballena, se alza el Faro del Tostón, de finales del XIX. Antes de llegar al faro, paré un poco en la Playa del Marrajo o los Lagos, una zona de pequeñas calas que forman piscinas de aguas cristalinas y muy tranquilas.


La otra playa más famosa de El Cotillo es la Playa de La Concha. Es un lugar ideal para pegarse un baño por su poco oleaje, gracias a su arrecife natural en forma de herradura.


Continuando carretera abajo, llegué a Lajares desde donde emprendí la subida al Volcán Calderón Hondo. Al norte de Lajares se encuentran una serie de volcanes formados, hace más de 50.000 años, que contribuyeron a aumentar la superficie de Fuerteventura, acercándola a Lanzarote, y creando el Islote de Lobos.

El Volcán Calderón Hondo es uno de los que mejor se conservan y la vista de su cráter, de 70 metros de profundidad, desde arriba… es impresionante. Una caminata de unos 4-5 km, acompañada de un montón de ardillas morunas, que merecieron mucho la pena. 


Después de comer en Lajares, en el curioso restaurante Pura Vida, el café me lo tomé en La Oliva. Tras Betancuria, este fue el centro político de la isla. Por eso, aquí se encuentra la Casa de los Coroneles, los representantes de los señores feudales en Fuerteventura hasta el siglo XIX. Es la residencia de clase alta más grande que se conserva en Canarias. Actualmente es un centro cultural.


En sus alrededores hay cientos de ardillas morunas.  Llegaron a la isla en 1965, cuando un vecino de Gran Tarajal trajo una pareja de Sidi Ifni, antigua colonia española. Una se le escapó y la otra la liberó. Resultado: un millón de ejemplares en Canarias, de los que el 99% están en Fuerteventura. Están por todos lados y, por más que hay carteles avisando de que no se les dé de comer, muchos turistas hacen caso omiso. Son portadoras de enfermedades mediante amebas, bacterias contagiosas, de un virus hispano-africano transmisible al hombre y sensibles al tifus morino y a la leismaniasis cutánea. Una mordedura puede provocar nuestra muerte

⚠ ¡Cuidado! ⚠
Disfruta de su vista, hazles todas las fotos que quieras, pero NO LES DES DE COMER.


De vuelta a la carretera, pronto apareció la famosa Tindaya, la montaña sagrada de los guanches. Allí arriba, los guanches grabaron cientos de dibujos de pies orientados hacia las cumbres de Tenerife y Gran Canaria, que usaban como un complejo reloj astronómico desde el que calcular los solsticios o los tránsitos de Venus, usando las cumbres de estas islas como puntos de referencia. Está prohibido escalarla y sólo se puede visitar concertando una cita (+34) 928 862 300.


A medio camino entre Tindaya y Betancuria, está el Mirador de Guise y Ayuse, con las esculturas de los reyes de los dos bandos que se dividían la isla en la época aborigen. 



Mi próxima parada fue Betancuria, Juan de Bethencourt fundó la primera capital de Fuerteventura en 1404. Es el municipio menos poblado de la isla, pero es el que cuenta con el mayor interés histórico-artístico. En él se encuentra la Iglesia de Santa María (s. XV), reconstruida tras el saqueo de los piratas, un museo arqueológico y varios restaurantes. El pueblo tiene un encanto particular, un oasis en mitad de la aridez majorera. A mí me encantó. 




Dejando Betancuria a un lado, continué el camino hacia Vega del Río, una de las zonas más húmedas de la isla. Allí, dejando el coche en la Casa de la Naturaleza, sale un sendero de 3 km que atraviesa el barranco y llega a la Presa de las Peñitas y acaba en una pequeña ermita entre riscos. Mi segunda caminata del día, esta vez por la tarde, duró un poquito más de una hora. Aquí te dejo la información sobre el sendero


El día se iba acabando y me habían recomendado dejar el atardecer para verlo en Ajuy. Desde su playa volcánica de arena negra, parten unos escalones que llevan a sus famosas cuevas, si la marea lo permite.  Por el camino, también hay un antiguo horno de cal, dunas fósiles y un mirador que cuelga sobre el mar a más de 20 metros de altura.




Mi día terminó en Pájara, la que dicen que es la capital del municipio más extenso de España y con más kilómetros de playas. Allí, cerca de su iglesia, junto a los árboles de un parquecillo, cené uno de los mejores platos de queso majorero frito que he probado en la isla, en el restaurante Guayarmina


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Qué ver en Fuerteventura en 4 días - Itinerario I


Hay quienes sólo vienen a Fuerteventura para hacer una excursión de un día cogiendo el ferry desde Lanzarote. Pero para mí, lo mejor es alquilar un coche y dedicarle varios días a la isla. Ten en cuenta que en visitar el Islote de Lobos ya habrás echado más de medio día y otro medio si quieres ir al Faro de Jandía y a la Playa de Cofete.

Fuerteventura es mucho más que sol, playa y viento. Una isla desértica que esconde muchos lugares interesantes. Su tranquilidad y la originalidad de sus paisajes la han convertido en una de mis favoritas del archipiélago. Además, no está tan masificada, sobre todo la zona del interior, donde podrás alejarte de las hordas de autobuses turísticos y explorarla a tu antojo. 



Día 1 - Alrededores del hotel

El primer día lo dediqué a recoger el coche de alquiler con Hertz, ir al hotel y visitar los alrededores. Mi hotel estaba en El Castillo Caleta de Fuste, uno de los centros turísticos de la isla. Lleno de restaurantes, centros comerciales, alemanes e ingleses. No era esto lo que yo buscaba en Fuerteventura, así que sólo lo utilicé para hacer noche y poco más.


Caminando por el paseo marítimo se llega al Puerto Deportivo y al Castillo de San Buenaventura. Si sigues andando un poco más, verás los hornos de cal, en la Guirra, junto a la desembocadura del Barranco de Miraflor.



Allí también hay una cafetería con unas vistas bastante buenas.


Siguiendo por el sendero se llega a Las Salinas del Carmen, datan del siglo XVIII y hoy son las únicas que funcionan en la isla. Dentro se ve en vivo el proceso de formación de la sal de espuma. El museo está abierto de martes a sábado, de 10’00 a 17’30. Pero, si vas cuando está cerrado también puedes acercarte a haceros una idea de lo que hay desde la valla.


Después de este paseo, me dirigí a conocer la capital de la isla: Puerto del Rosario. Por la carretera impresionaba ver tantos aviones pasando por encima.


Puerto del Rosario es una ciudad pequeña, llena de comercios. No tiene mucho que ver. Hasta hace apenas 50 años todavía se la llamaba Puerto Cabras. Hoy lo más llamativo es su parque escultórico, con más de cien obras al aire libre, la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario (s. XIX) y el Museo de Unamuno, a quien el dictador Primo de Rivera desterró en 1924 a Fuerteventura por sus continuos ataques verbales.


Mi cena fue en el puerto, para probar una de las especialidades de la isla: la carne de cabra.


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Ruta de Senderismo - Cómo llegar a la Presa de Las Peñitas


👉 Inicio de ruta: La ruta comienza en el pueblo de Vega del Río Palmas. Allí puedes dejar el coche en la Casa de la Naturaleza. Justo en frente, verás un cartel informativo de la Red de Senderos.

A menos de 2 km, en pleno espacio natural protegido (Parque Rural de Betancuria), aparecerá el embalse de Las Peñitas. Este pantano se creó después de la Guerra Civil para el regadío de los cultivos de la época y ahora está en desuso. Los sedimentos se han ido acumulando a lo largo de los años y apenas recoge ya agua.




El camino bordea el pantano por su margen derecha, al pie de las Peñas del Alcalde y el Pico de la Aguililla. Atravesaréis un gran desfiladero de granito conforme te adentres en el Barranco de las Peñitas.




A la derecha, aparecerá un sendero marcado que conduce a la ermita (Malpaso). El camino aquí es un poco más difícil por las piedras sueltas que hay. También se vuelve más complicado para los que tengan vértigo.


Pronto estarás recorriendo el lugar donde afloran los materiales geológicos más antiguos de Fuerteventura y de todo el archipiélago: Malpaso.

Es aquí donde, tras recorrer unos cuantos escalones, verás la Ermita de la virgen de la Peña. Allí, entre los riscos, podrás observar cabras y, si tienes muchísima suerte, el famoso guirre de Fuerteventura, hoy amenazado. El guirre es un ave carroñera de gran tamaño y uno de los símbolos de la isla. En los años ochenta se extinguieron en Gran Canaria y Tenerife, en Lanzarote su número es cada vez más escaso y es sólo en Fuerteventura donde mantiene su último reducto.


La ermita de las Peñitas

Una leyenda cuenta que la Virgen de la Peña se apareció a los frailes franciscanos Diego de Alcalá y Juan de San Torcaz, quienes vieron un resplandor extraño en una roca y, al excavar, encontraron una pequeña imagen de la Virgen de la Peña, patrona de la isla de Fuerteventura.


En recuerdo de este acontecimiento, se levantó aquí una pequeña ermita. El tercer sábado de septiembre, desde 1497, los peregrinos van a este lugar a venerar a su patrona. Me llama la atención cómo este sendero, tan estrecho en su último tramo, puede albergar a tanta gente.

Hoy la imagen está en el pueblo de Vega del Rio. La ermita está abierta, pero llena de pintarrajos. Es una verdadera pena.



Desde la ermita, puedes darte la vuelta e iniciar el camino de regreso o seguir hasta el palmeral, un poco más abajo, una zona famosa para la escalada en roca. El sendero continúa hasta el pueblo de Buen Paso, otro inicio de la Ruta de las Presillas, pero haciéndola en sentido contrario.

Ya en coche, te recomiendo que te dirijas hasta el Mirador de Las Presillas, desde donde se ve todo el camino que has realizado, pero ahora desde arriba.



                              🏃  Llévate un buen calzado, agua y protección solar.
                              🏃  Longitud:  3 km (Vega del Río hasta la ermita y vuelta).
                              🏃  Dificultad:  baja.
                              🏃  Duración: 1 hora.
                                 🏃  No hay fuentes.
                              🏃  Hay largos tramos sin sombras.


8 Souvenirs y productos típicos de Fuerteventura – Qué comprar de recuerdo



1. Aloe Vera de Fuerteventura: su cultivo a gran escala en la isla se remonta a la década de 1980. Hoy el mayor número de plantaciones está en Antigua y Tuineje. El aloe majorero es producido con certificación del Consejo Regulador de la Agricultura Ecológica (CRAE).


2. Jabón de leche de cabra: la leche de cabra es rica en proteínas, vitaminas y minerales que son beneficiosos para la piel, además de los lípidos que se encuentran en la leche para humectar la piel, previniendo la sequedad y el agrietamiento. La ciencia moderna ha confirmado el inmenso valor de la vitamina E para la piel, la cual se encuentra en la leche de cabra. 


3. La camiseta de Fuerteventura: es el símbolo de la isla, con el diseño de una cabra majorera. Es la más popular de todas las camisetas de Canarias.


4. Bisutería de lava volcánica: 


5. Calado: el calado es una de las actividades artesanales más arraigadas en Fuerteventura, donde existe una variedad propia conocida como el redondillo majorero.


6. Queso majorero: elaborado con leche de cabra y, a veces, hasta un 15% de leche de oveja, está reconocido con la Denominación de Origen Queso Majorero. También se puede condimentar con ingredientes, como el pimentón.


7. Aceite de oliva de Fuerteventura: Teguerey Selección Coupage Arquequina Hojiblanca Picual, de Fuerteventura, ha sido designado en el certamen oficial Agrocanarias como el mejor aceite de oliva virgen extra de Canarias en 2018.



8. Semillas de drago: es una especie de planta arbórea típica del clima subtropical de Macaronesia, particularmente de las Islas Canarias, pero cuya mayor población se encuentra en el oeste de Marruecos. Es uno de los símbolos de este archipiélago.