A 113 km de
Buenos Aires, San Antonio de Areco es considerada la Capital Nacional de la
Tradición. La ciudad no llega a los 25.000 habitantes, pero se llena durante la
Fiesta de la Tradición, la celebración criolla más antigua del país y que se realiza
en noviembre.
Dentro de sus
atractivos, el sector comprendido por la Zona de Preservación Patrimonial,
popularmente conocido como Casco Histórico con su arquitectura
“italianizante-criolla” (1870-1930) es uno de los puntos fuertes, así como los
viejos bares, boliches y almacenes detenidos en el tiempo.
Qué ver en San
Antonio de Areco
1. Parroquia San
Antonio de Padua: la actual iglesia es una obra de 1869, pero sus orígenes se
remontan a 1720, con la construcción de la primera capilla en honor a San
Antonio como ruego de los pioneros para que no los invadieran los indios.
2. Antigua Municipalidad:
hoy alberga el Concejo Deliberante y la Escuela de Bella Artes.
3. Boliche de
Bessonart: en una esquina se levanta esta casona que parece que se está cayendo
a cachos. Hoy sigue siendo un lugar donde sirven comidas.
4. Almacén Los
Principios: otro boliche con historia. Su interior es una auténtica tienda de
la época, con su peso antiguo y todo.
5. Cine y teatro
Vieytes: Secretario de la Junta Grande de Gobierno, autora del Pronunciamiento
del 25 de Mayo de 1810, su pueblo lo recuerda como el dueño de la jabonería. En
su honor se bautizó este teatro y se puso una placa en el solar donde se
levantara su casa natal en 1757.
6. Prado Español:
la Plaza Española fue fundada en 1881 por los españoles que vivían en el pueblo
para recordar su patria, fundando también la Sociedad Española de Socorros
Mutuos.
7. Parroquia San
Patricio: su historia está vinculada a los inmigrantes irlandeses que llegaron
a la región en 1806 y que un siglo más tarde construyeron una iglesia para
seguir con sus tradiciones.
8. Antigua Estación
de Tren: a San Antonio de Areco llegó el ferrocarril en 1878. Cuando se cerró,
se remodeló como escuela, pero ahora está abandonada.
9. Ribera de
Areco y Puente Viejo: el bonito paseo por la costanera lleva al puente
construido en 1857 para unir las dos partes en las que se divide el pueblo. Su nombre
lo recibió tras levantarse el nuevo, que está un poco más adelante y que fue
bautizado como Puente Gabino Tapia.
10. Parque Criollo
y Museo Gauchesco Ricardo Güiraldes: cruzando el puente se accede a este lugar
fundado en 1936. La casona reproduce una hacienda del siglo XVIII y ofrece
exposiciones vinculadas al pasado gaucho.
11. Pulpería La
Blanqueada: restaurante con más de 150 años de vida. Poseía una reja a través
de la cual se servía a los forasteros, mientras que los conocidos sí que podían
acceder a su salón interior para tomarse algo.
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