En las zonas turísticas de Rusia que he visitado me he
encontrado con varias modalidades de alojamiento, algunas mejores que otras. Te recomiendo no ir a la ligera y mirar multitud de opiniones antes de reservar
nada porque, aun así, incluso, te la pueden colar.
Muchos alojamientos te pueden sorprender por fuera. Lo
normal en Rusia es que todo esté fenomenal por dentro, pero lo de fuera da
igual que se caiga a pedazos. Se ha llegado a un individualismo exacerbado tan increíble
que se observa abiertamente en el interior de los pisos. Mi piso está
totalmente reformado por fuera, mis dos baldosas de entrada están nuevas y
limpias, pero las del resto del descansillo están partidas, sucias, son de otro
color viejo, las paredes que no son la mía están con los cables por fuera…
Muchos hoteles se encuentran en una planta de un piso
antiguo. Hay veces en las que en un mismo bloque de pisos hay varios hoteles
distribuidos por planta. La primera vez me horroricé mucho. Me encontré con un
portalón, que cerraba con llave de imán y que daba paso a otro mundo: cables
por fuera, olor a humedad, pintura descascarillada... No sabía dónde me había
metido, daba verdadero miedo. Y no había sido un hotel precisamente barato…
Pero luego me asombré mucho. Cuando me abrieron la puerta del hotel, el
interior era increíblemente lujoso. El dicho de baño ruso: cara limpia y culo
sucio no se cumple para nada. Es justamente al revés. Lo de todos da verdadero
asco, lo sabemos y nos da igual, pero lo de uno que se quede bonito.
Hoteles
En general, los hoteles rusos están bastante bien. En la
zona europea hay hoteles que cumplen todas expectativas de los viajeros
occidentales. La mayoría vienen con el desayuno incluido, normalmente buffet en
el que puedes elegir platos calientes, fríos, ensaladas, platos chinos, kéfir,
yogures, quesos, crepes… Por muy caro que sea el hotel, eso no quiere decir que
el personal sepa inglés. Si acaso, se defiende, pero no preguntes mucho.
También me ha llamado la atención que los hoteles con spa
escasean. Incluso ha sido difícil encontrar hoteles que tuvieran piscina. Algunos
tienen una sauna rusa, pero no todos.
Hoteles de estilo soviético
Su público sigue siendo eminentemente autóctono. Tanto, que
incluso a algunos les molesta la presencia de extranjeros allí. Bueno, parece
que si eres chino no hay tanta reticencia.
Los hoteles de este estilo muestran la arquitectura
tradicional de la época, con toda su sobriedad. El mobiliario también es de esa
época. Por lo que con que pruebes uno, si estás interesado en vivir unos días
bajo un techo antiguo soviético, es suficiente. No son cómodos para nada. El
personal tampoco está acostumbrado a tratar con extranjeros.
Hoteles Guest House o Mini hoteles
Son hoteles familiares. Normalmente es un piso grande que
una familia ha restaurado y ha transformado en hotel. Tienen muy pocas
habitaciones y su precio es parecido al de un hotel, aunque cuenta con menos
instalaciones. Su punto bueno es la cercanía de los dueños. Aunque no sepan
inglés, hacen por dónde. Es una buena forma de acercarte más a las familias y
de tener una oportunidad para aprender hablando con ellas mientras desayunas.
Hostels
Se parecen mucho a las casas de huéspedes. Son antiguos
pisos restaurados, pero más amortizados. En vez de tener habitaciones
individuales, sacan más dinero transformándolas en dormitorios con varias
literas. Sinceramente no me ha gustado ninguno de los que he visto. De uno de
ellos hasta me fui, aunque ya lo había pagado de antemano. Mi habitación resultó
ser un cuarto de escobas. Las fotos que yo había visto por internet no sé ni
cómo las habían hecho, porque no cabía nada en la habitación. Era sólo la cama.
Para entrar, tenías que ir agachado y mi mochila tenía que estar en el pasillo, porque tampoco cabía. El servicio estaba al lado de recepción, con lo que todo
el mundo sabía cuándo entrabas y salías y se iban pasando un ambientador los
unos a los otros, porque había colas. Encima, para ir yo tenía que atravesar
unas escaleras de caracol desde mi habitación-cuarto escobas, que se movían de una
manera que pensaba yo: “O mearme encima, o matarme por las escaleras. Hay que
elegir”.
Mi habitación vista desde la cama. Eso es todo lo que hay: cama encajada entre las paredes.
Apartamentos
En booking y otras centrales de reserva aparecían como
apartahoteles. Pero, cuando llegué allí, en dos ocasiones, me encontré con una
mujer que me llevaba en coche a otro lugar distinto del que aparecía en la
reserva. De hecho, en esas direcciones no existía ningún hotel.
Los dos en los que estuve tenían las mismas cosas en común:
pese a ser zonas más o menos céntricas, los barrios dejaban mucho que desear;
los bloques daban susto por fuera, estaban casi en ruinas; por dentro
estaban totalmente reformados, con una decoración y una limpieza excelente; en
ambos casos me ofrecieron servicios adicionales a un precio a menos de la mitad
del que ofrecían las agencias o los hoteles (servicio de taxi,
excursiones…).
Campings
De ellos poco puedo hablar. Pero lo poco que puedo es malo. Iba
a alojarme en un camping nuevo en Khuzhir, en la isla del Baikal, que tenía
buenas opiniones y que mostraba unas fotos maravillosas, plan glamping.
Conforme se fue acercando el momento de mi reserva,
empezaron a aparecer muchos comentarios negativos en las redes. Me extrañó. Muchos
hablaban de estafa. Los comentarios se iban borrando. Un día los encontrabas y
al día siguiente ya no estaban. Curiosamente, las fotos del camping también
cambiaron y, de ser un glamping, pasó a un cutrecamping. En vez de mostrar una
genial tienda de campaña maravillosa, mostraba una cabaña polvorienta con un
catre mugriento. Una vez en Khuzhir, fui a ver por fuera el camping y llevaban razón las últimas fotos.
Durante mi planificación del viaje intercambié varios emails
con ellos para que me aconsejaran sobre excursiones por la zona y para ver si
me podían organizar el viaje de vuelta de la isla a Irkutsk. En todo momento me
respondieron rápidamente y empezaron a organizármelo todo. Cuando vi aquellas
fotos y aquellos comentarios, me quedé muy fría. Les mandé nuevamente un email preguntándoles
directamente si las fotos de su camping eran las antiguas o las nuevas, si me
iban a alojar en una tienda de campaña como la de la foto o en un catre en una
cabaña ruinosa. Allí acabó nuestra relación. Esperé y esperé, pero nunca me
contestaron. Finalmente, cancelé mi reserva antes de que me cobraran y contraté
una guesthouse (al final fue peor el remedio que la enfermedad. Pero, bueno,
esa es otra historia…).
Como ves, mi experiencia con los alojamientos rusos es
bastante variada. Suelo huir de los hoteles lujosos y me gusta ahondar en
lo mundano para poder relacionarme más con la gente del lugar y aprender más de
su cultura. Aunque un lujito de vez en cuando para reponer fuerzas, tampoco lo
descarto. Contrastando mis vivencias con otros viajeros que me encontré por el
camino, todos estuvimos de acuerdo en una cosa: Rusia es un país difícil,
incluso si hablas ruso, y hay que ir con cuidado cuando vas por libre para no
tener problemas con donde duermes.
Quizás tú tengas otra visión de esto, o no. Aquí tan
sólo muestro las impresiones que yo tuve la suerte a veces, y otras no tanta, de
llevarme de allí.
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