Un año exactamente tardé en poder ir a este sitio soñado
desde hacía un montón de tiempo. La primera vez que me hablaron de él, intenté
reservar y tuve que hacerlo para el año siguiente. Estaba todo completo. Increíble.
Pero, la espera mereció la pena. Sin dudarlo.
Las cabañas están ubicadas entre Bilbao (a 42 km) y Vitoria (a 26 km). Se puede ir en coche propio o en autobús hasta la parada de
Zubizabala. El entorno es precioso. Plena naturaleza. No se escucha nada más
que el viento y los animales. Entorno relajante 100%.
Al llegar me dieron la opción de dejar el coche en el
parking o ir con él hasta la cabaña, pero el acceso es bastante malo porque no
está asfaltado y está todo lleno de baches. Así que decidí ir andando. Las chicas
de recepción me dieron un mapa y una cesta con termos, linternas y un
catalejo, y comencé a caminar hacia mi alojamiento.
En frente de la recepción vi otro tipo de alojamiento
también original: unos carros zíngaros.
La cabaña estaba algo lejillos de la recepción (a 1’5 km) y
cuando llegué tuve la sensación de estar completamente sola en el bosque.
No se veía a nadie más por allí porque las cabañas están muy alejadas unas de
otras.
La que elegí fue la Elaia, la más alta de Europa. A 17 metros del
suelo. Dicho así puede sonar poco, pero cuando empiezas a subir por la escalera
de caracol y ésta se empieza a balancear… te das cuenta de todo lo que estás
subiendo y de que arriba del todo vas a dormir tú.
Cuando llegué arriba, me esperaba una terracita desde la
que ver todo el bosque con mi catalejo y la puerta al interior. Espectacular.
La decoración es impresionante. Una estancia con un espacio para sentarte a
comer algo, una cama amplísima y redonda, y un cuarto de baño en una esquinita.
Coqueto todo.
Los ventanales que hay en la zona de la cama permitían ver
el bosque desde allí y tener más la sensación de aislamiento total. El paisaje
era el de un bosque de abetos gigantes encima de un riachuelo que me ayudó a
dormir por la noche.
No hay electricidad, ni agua corriente. El WC es seco y se
tapa con serrín, y uno se lava con agua que hay en un depósito y una jarra. Parecía sacada de Robinson Crusoe.
Me tomé un té caliente y disfruté del calorcito de la
chimenea, porque afuera hacía un frío que pelaba.
Al llegar la noche, recorrí con mi linterna el
bosque para llegar a la recepción. Allí había reservado una hora en su zona
de spa ecológico. Me llamó mucho la atención. Una bañera redonda de madera
calentada con leña a 38º y una sauna finlandesa. Curioso. Me sentó muy bien
cuando fuera estábamos a bajo cero.
Para ducharme después, me fui a la
recepción. Allí, en la planta de arriba hay unos baños comunes que todos los
huéspedes pueden usar. En la planta baja hay una sala de estar con chimenea y
un espacio de cafetería con wifi gratis.
¿Las cabañas se mueven?
Sí, y mucho. Dormí como un tronco pero tuve la
sensación de estar como en el camarote de un barco. También “tuve la suerte”
de ir cuando había mucho viento. La noche anterior habían tenido que desalojar
a los clientes por la alarma de temporal de viento. Cuando me desperté estaba cayendo una gran nevada. En estos vídeos puedes ver y escuchar cómo se iba moviendo poco a poco cuando hacía un poquillo de viento, cuando hizo más pues... más.
A la mañana siguiente me dejaron el desayuno en una cesta y lo subí gracias a la polea que había en lo alto de la cabaña. Otra “tontería”
que me encantó.
El personal fue encantador. Tuve un problema con el coche
y me ayudaron en todo momento.
- Precio: 130€ con desayuno.
- Spa: 25€
CABAÑAS EN LOS ÁRBOLES - EUSKADI
Ctra. N-240, entre km-26 y km-27,
Desvío Otxandio Ctra. BI-3542
48144 Zeanuri. Bizkaia (España)
Teléfono: 675 970 072