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Argentina: Día 20 - Visita a la ciudad de Tigre desde Buenos Aires



Después de venir de San Antonio de Areco, me cambié a la estación de al lado de la de autobuses, la estación de trenes de Retiro. Desde allí, con la Tarjeta SUBE, me monté en un tren para ir a la última etapa de mi viaje: la ciudad de Tigre.


El tren iba de lo más animado. Vendedores, músicos… no pararon en los 55 minutos de trayecto. Ideal para los turistas que vamos entretenidos, pero no para los estudiantes y demás gente que quería ir tranquila.


La estación de Tigre está en el centro de la ciudad, por lo que no hay que caminar mucho para ver lo más representativo. De todas maneras, hay un autobús turístico que te da una vuelta por los once lugares más populares. Yo sólo quería pasar la tarde allí disfrutando del solecito.


Había muchísima gente por todos lados. Antes de seguir caminando, me paré en una chocolatería que había en frente de la estación. Y me tomé mi último submarino argentino. Después comencé a andar por la Avenida Mitre paralela al río Tigre. Su nombre se debe a un yaguareté que antiguamente asolaba la zona. Los propietarios lo sacrificaron y el arroyo comenzó a ser conocido como Tigre.

Desde este paseo salen las embarcaciones turísticas que llevan a los turistas hacia el Delta del Tigre, mientras van haciendo un recorrido por el río.




Al final del paseo está Chinatown, el Parque de la Costa (un parque de atracciones), el Teatro Nini Marshall y el Casino Trilenium. Atravesé Chinatown viendo tenderetes, hasta llegar a la zona de Puerto de Frutos.



Hasta mediados del siglo XX, en Puerto de Frutos desembarcaba la producción frutal del Delta del Paraná, que luego era comercializada en la ciudad de Buenos Aires. La producción frutal del Delta ha decaído, y actualmente los únicos productos de las islas que se comercializan en este mercado son las artesanías de mimbre y junco, muebles de pino, miel de abeja y las embarcaciones que salen a la isla a vender mercadería.

El lugar y los alrededores eran un hervidero de gente. Había puestecillos de comida y souvenirs por todos lados y mucho más baratos que en Buenos Aires. Me encantó la zona.





Di la vuelta por el Boulevard Sáenz y crucé el puente que hay en frente de la estación de tren, siempre caminando por la costanera, hasta llegar al Paseo Victoria.

Cuando anocheció, volví a Buenos Aires. Mi avión salía al día siguiente por la mañana temprano y tenía que decir adiós a Argentina.



Argentina: Cómo llegar a Tigre desde Buenos Aires



Denominada Tigre por un yaguareté que asolaba la región, hoy la ciudad de Tigre tiene más de 380.000 habitantes. Su bonito paisaje junto al río homónimo y sus pintorescos mercadillos en Puerto Frutos, hacen que sea una visita obligada desde Buenos Aires.

La manera más sencilla para llegar es dirigirte a la Estación de trenes de Retiro. Desde allí, tienes que montarte en la línea MITRE RAMAL TIGRE. No te confundas y no cojas el Tren de la Costa.

Se paga con la Tarjeta SUBE y te deja en pleno centro.

🚆 Frecuencia: cada 15 minutos

🚆 Horario: desde las 5’00 hasta las 23’00

🚆 Duración:  55 minutos.







Argentina: Día 20 - Visita San Antonio de Areco desde Buenos Aires



Mi penúltimo día en Argentina iba a ser bastante entretenido. Como no quedaba apenas tiempo en mi viaje, pero no quería irme sin visitar una ciudad gaucha, pensé en ir a San Antonio de Areco por la mañana y volver para pasar la tarde en Tigre, que tampoco me lo quería perder.

Reservé con mucha antelación un asiento de autobús con la empresa Chevallier. Hay que hacerlo pronto, porque ya había muchos asientos escogidos. Elegí el primer viaje de la mañana, el de las 6’00, para coger el de vuelta a las 12:40. Sabía que era poco tiempo, pero el centro histórico es pequeño y se ve muy pronto.

Me tuve que levantar tempranísimo para estar en la estación de autobuses de Retiro en Buenos Aires a tiempo. Al principio me equivoqué y me fui a la de trenes, que está al lado. Le pregunté a un guardia y me sacó de mi error.


El autobús era una gozada. Asientos cómodos, amplios y semicama. Se podían echar totalmente para atrás sin tener que molestar a nadie. Además, tenía café. Eché durmiendo todo el viaje.

A las 8’00 llegué a la estación de autobuses de San Antonio de Areco. Un local muy pequeñito que atiende un señor muy simpático. Éste se encarga de todo: vende billetes, atiende el mostrador de su minitienda y sirve café.


Desde la estación de la estación de autobuses ya parecía aquello que había viajado al pasado. Y el resto del pueblo me lo corroboró. Salí andando al lado de la carretera, por un camino que me llevó al pueblo.

San Antonio de Areco está considerado el Pueblo de la Tradición, es decir, uno de los lugares que mejor ha preservado el pasado gauchesco de la Pampa. Este hecho me había llevado a visitarlo. Se encuentra a 113 km de Buenos Aires y su origen se remonta a principios del siglo XVIII.

Como me imaginaba que a esa hora todo estaría sin vida, me fui directamente hacia la costanera, donde ya había algún que otro paseante. El bonito paseo por la costanera lleva al puente construido en 1857 para unir las dos partes en las que se divide el pueblo. Su nombre lo recibió tras levantarse el nuevo, que está un poco más adelante y que fue bautizado como Puente Gabino Tapia.




Al lado del río, los caballos me recordaban a su pasado gaucho. La figura del gaucho es lo que define a la Pampa, una especie de cowboy siempre a lomos de su animal, que más tarde acabaría cuidando del ganado en sus estancias.


Atravesando el puente, llegué al Museo Gauchesco (a esa hora cerrado), y a la Pulpería La Blanqueada, un restaurante con más de 150 años de vida. Poseía una reja a través de la cual se servía a los forasteros, mientras que los conocidos sí que podían acceder a su salón interior para tomarse algo.



En el parque también se rinde homenaje a un personaje muy querido en esta tierra: Ricardo Güiraldes, escritor nacido que reprodujo en sus obras escenas del pueblo que sus antepasados crearon. Su madre, Dolores Goñi, pertenecía a una de las ramas de la familia Ruiz de Arellano, fundadora de San Antonio de Areco.


Volví sobre mis pasos y recorrí las calles vacías mirando sus fachadas. Sin duda, conserva todos los atributos de un tradicional pueblo de la llanura pampeana. Había tesoros en los sitios más insospechados, como el lugar que habían elegido para montar este negocio:


Actualmente existen 6 lugares nombrados Monumentos Históricos Nacionales: el Parque Criollo y Museo Gauchesco Ricardo Güiraldes, el Puente Viejo, la Parroquia San Antonio de Padua, la Intendencia Municipal, la Estancia La Porteña y la Pulpería La Blanqueada.

Alrededor de la Plaza Ruiz de Arellano se pueden ver muchos edificios representativos, como la Municipalidad. Entré en un bar de la plaza que ya estaba abierto, El Tokio. Un lujo. Emanaba historia por todos lados. Precios baratísimos y asombro en los lugareños a ver extranjeros por allí tan temprano y en invierno.



Seguí mi camino por las calles del pueblo viendo cómo iban abriendo poco a poco boliches en casas antiquísimas, que por fuera parecía que se estaban cayendo.



Llegué al Prado Español. La Plaza Española fue creada en 1881 por los españoles que vivían en el pueblo para recordar su patria, fundando también la Sociedad Española de Socorros Mutuos.


No sólo españoles habitaban estas tierras. Otros muchos inmigrantes europeos también lo hicieron, como los irlandeses que construyeron su propia iglesia en honor a San Patricio, como no podía ser otro.


Después de comer algo, volví a la estación de autobuses. Charlé un poco con el señor que la atiende y me subí en el autobús de vuelta a Buenos Aires.






Argentina: Dónde comprar souvenirs en Buenos Aires



Productos de cuero, alfajores, lana, muñecos, imanes… Cuando vas de viaje siempre quieres traerte algo de recuerdo y comprarle alguna cosilla a tus amigos y familiares. Algunos lugares donde comprar souvenirs en Buenos Aires son:

1. Centros comerciales

a) Centro Comercial Abasto: el antiguo mercado de la capital se remodeló en 1998 para convertirse en Abasto Shopping. Hoy tiene 4 plantas y cientos de tiendas en su interior. Está conectado con el metro (la estación del Subte Carlos Gardel) y cuenta con un restaurante de comida Kosher, ya que el centro comercial se encuentra dentro de uno de los barrios con más presencia judía de la ciudad.

b) Centro Comercial Alto Palermo: a unos cuatro kilómetros del Microcentro, Alto Palermo es uno de los primeros centros comerciales que abrieron en Buenos Aires. Su original estructura y techado de vidrio hace que pueda brindar luz natural. La estación de metro Bulnes está justo debajo del complejo.

c) Unicenter Shopping: es el centro comercial más grande y el que más vende de toda Argentina. Sus tres plantas están construidas sobre un área de 10 manzanas.

d) Patio Bullrich: el primer centro comercial de Buenos Aires se encuentra en el famoso barrio de Retiro. En sus dos plantas podrás encontrar tiendas de primeras marcas.

e) Galerías Pacífico: inspirado en el edificio Le Bon Marché de París, estas galerías comerciales tienen su origen en 1889. Su interior está lleno de tiendas y restaurantes, y cuenta con el Centro Cultural Borges en el piso superior. Aquí podrás encontrar primeras marcas nacionales e internacionales.



2. Ferias de artesanos y mercados callejeros

En el tradicional barrio de San Telmo, puedes encontrar souvenirs argentinos en la Cooperativa de Artesanos de Argentina (calle Defensa, 1200). Un poco más abajo, en el número 1000 de la misma calle, verás Florida Tango, con sus productos gauchos y relacionados con el baile.

a) Feria de San Telmo: los domingos la calle Defensa está cerrada al tráfico para albergar uno de los mercados más famosos de Buenos Aires.

b) Feria de Mataderos: los fines de semana la esquina entre la Avenida Lisandro de la Torre y la de los Corrales, se llena de puestos artesanos y actuaciones callejeras.

c) Feria de Once: frente a la estación de tren de Once, hay todos los días un montón de puestecitos desde las 10’00 hasta las 19’00.

d) Otros: Feria Artesanal Plaza Francia, en Retiro, y Feria Plaza Serrano, en Palermo, la Plaza Dorrego, son otros mercados para encontrar buenos productos.

3.  Calles comerciales

a) La calle peatonal Florida

b) La calle Avellaneda

c) La calle Murillo


4. Kioscos y tiendas de dulces

Kioscos donde comprar alfajores vas a encontrar por toda la ciudad. Otros buenos locales para hacer tus comprar son las tiendas de alfajores, como Havanna o Laguna Negra, y las especializadas en dulce de leche, como La Casa del Dulce de Leche, en la que podrás probar sus originales productos antes de comprarlos.

La tienda de Arcor es un paraíso de las chucherías y chocolates de esta marca argentina líder en el sector.


5. Mercado de Tigre

A menos de una hora de Buenos Aires en tren, llegas a uno de los lugares más famosos de la región. Allí, además de darte una vuelta por los canales y por su Paseo Victoria, podrás ver un gran mercado de souvenirs baratos y una gran zona de puestos de comida con vistas a los barcos.


Argentina: 16 cosas imprescindibles que hacer en Buenos Aires



La ciudad porteña, famosa por su tango y sus alfajores, es fácilmente abarcable a pie y usando el transporte público con la Tarjeta Sube. Durante tu viaje por Argentina reserva unos cuatro o cinco días para sacarle todo el partido a esta gran ciudad, darte una vuelta por sus múltiples museos y visitar sus alrededores. 

Qué hacer en Buenos Aires

1. Hacerte una foto en la Plaza de Mayo con la Casa Rosada de fondo: la plaza más famosa de la ciudad está rodeada de la Catedral Metropolitana, el Cabildo y la Casa Rosada, desde cuyo balcón Evita arengaba a su pueblo. En el centro se encuentra la Pirámide de Mayo, un obelisco blanco que se construyó para conmemorar el primer aniversario de la independencia de los argentinos de España. Los jueves, a las 15’30, aun puedes ver a las famosas Madres de la Plaza de Mayo pidiendo justicia por sus familiares desaparecidos durante la dictadura (1976-1983).


2. Buscar la estatua de Mafalda en el Barrio de San Telmo: San Telmo es uno de los barrios más característicos de Buenos Aires. Está lleno de edificios que recuerdan a los que se asentaron aquí durante la época de la primera colonia. Mansiones que más tarde se conocerían como Conventillos, viviendas alrededor de un patio central habitadas por los inmigrantes europeos en las que se supone que nació el tango. Hoy, además de su arquitectura, podrás deleitarte con sus locales antiguos, espectáculos de tango, mercados (la Feria de San Telmo se celebra cada domingo, de 10’00 a 18’00) y el Paseo de la Historieta.


3. Comerte un choripán mientras ves las aves de La Costanera: la Reserva Ecológica Costanera Sur es un remanso de calma a escasa distancia del centro de Buenos Aires. 350 hectáreas de reserva natural, donde podrás ver más de 300 especies de aves si cuentas con unos buenos prismáticos (y suerte) además de iguanas, tortugas y nutrias. Su acceso es gratuito. En la calle que hay fuera de la reserva, es común ver puestos de comida callejera en los que disfrutar de un barato y bien servido choripán (bocadillo de chorizo asado).


4. Ver la Tumba de Evita en Cementerio de La Recoleta: uno de los cementerios más famosos de Sudamérica, cuenta con pasillos llenos de increíbles mausoleos altamente ornamentados, algunos de ellos ya casi en ruinas. Entre sus tumbas más famosas, la de Eva Perón. Al lado del cementerio, no puedes dejar de visitar la bonita Basílica del Pilar y pasear por uno de los barrios más lujosos de la capital.


5. Disfrutar de un espectáculo de tango callejero: Caminito, San Telmo o la peatonal Calle Florida, son sólo un ejemplo de los lugares donde es más probable que asistas a un espectáculo improvisado de tango.


6. Tomarte un chocolate con churros en el Café Tortoni: es un lugar indispensable si estás en Buenos Aires. Pero, ten en cuenta que hay que hay que echarle paciencia para poder entrar. La gente se agolpa a la entrada y las colas son enormes. Si no te importa la espera, merece la pena. Personalidades de la talla de Ortega y Gasset o Borges lo frecuentaban habitualmente. Pirandello, Einstein o Lorca, también lo visitaron. Incluso el mítico Gardel, quien actuó allí dos veces, tuvo una mesa privilegiada, siempre reservada para él, y en la que podía estar con sus amigos sin que lo agobiaran sus fans.


7. Tomarte un submarino con un alfajor: un vaso de leche calentito en el que se mete una barra de chocolate negro y se remueve hasta que se disuelve. Una delicia que puedes encontrar en cualquier cafetería argentina. Havanna o Laguna Negra, son algunas de las más famosas para, además, tomarte un buen alfajor (nada que ver con los españoles navideños).


8. Probar las muestras de La Casa del Dulce de Leche: en Argentina está hecho a base de leche de vaca, azúcar, esencia de vainilla) y una pizca de bicarbonato de sodio. Los hay de muchas marcas y sabores, incluido el de menta, que puedes encontrar en La Casa del Dulce de Leche, en Buenos Aires. Acabarás comprando algo, seguro.


9. Darte una vuelta por Caminito (de día): la calle más famosa del barrio de La Boca, es la estampa característica que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en Buenos Aires. Sus animados edificios de colores, sus originales tiendas y sus espectáculos callejeros de tango, atraen a los turistas que visitan la ciudad. Sin embargo, no es accesible en metro, hay que llegar en autobús, y siempre antes de que anochezca. La delincuencia ha aumentado mucho en este lugar y en sus calles aledañas, creciendo el número de robos con violencia. Incluso un paseo hasta el estadio de La Bombonera tiene sus riesgos.


10. Comprarte un libro en el Ateneo: la librería más famosa de la capital se sitúa en el interior del antiguo Teatro Grand Splendid, donde actuó también el famoso Carlos Gardel. Situada en el famoso barrio de Recoleta, en 2008 The Guardian la eligió como la segunda librería más hermosa del mundo y en 2019, National Geographic la nombró la librería comercial más bella del mundo. La librería El Ateneo es una marca tradicional, creada en 1912, que actualmente se halla asociada a la firma Yenny, y posee más de 34 locales repartidos en la Argentina, principalmente en Buenos Aires.


11. Subir a la Torre Monumental: en pleno barrio de Retiro y muy cerca de la estación de tren y de autobús, se alza esta bonita torre de 76 metros de altura donada por la comunidad británica en 1916 y construida con materiales traídos en barco desde Inglaterra. Su nombre inicial fue Torre de los Ingleses, pero tras la Guerra de las Malvinas de 1982, fue rebautizada como Torre Monumental. Hoy puedes subir hasta su sexto piso en el que hay una pequeña exposición y un mirador.


12. Visitar las Galerías Pacífico: inspirado en el edificio Le Bon Marché de París, estas galerías comerciales tienen su origen en 1889. Su interior está lleno de tiendas y restaurantes, y cuenta con el Centro Cultural Borges en el piso superior.


13. Hacerte una foto en el Obelisco: si consigues hacerte un hueco entre los cientos de turistas que lo rodean todos los días, podrás sacarte una de las fotos más representativas de la ciudad, con el nombre de Buenos Aires y el Obelisco de fondo. Erigido en 1936 para conmemorar el 400º aniversario del primer asentamiento español en el Río de la Plata, hoy se encuentra en el centro de la Plaza de la República, lugar elegido por los forofos para celebrar las victorias futboleras.


14. Recordar a Dante en el Palacio Barolo: este original bloque de 22 pisos se construyó en 1923, siendo por aquel entonces el edificio más alto de Buenos Aires. Diseñado por el arquitecto Mario Palanti, su interior está fuertemente ligado a la Divina Comedia de Dante. Su altura (100 metros) es una referencia a cada uno de los cantos que componen la obra. El número de sus pisos (22) recuerda al número de versos que componen cada canto. Además, su estructura también está dividida en Infierno, Purgatorio y Cielo, como las partes de la famosa obra de Dante. Hoy se puede acceder a su interior contratando uno sus tours guiados, en los que viene incluida la visita a la terraza para disfrutar de las vistas de la ciudad.


15. Comer carne: parrilladas, asados, bifes… Buenos Aires es el paraíso de los carnívoros. Platos de verduras, más allá de la típica ensalada, son difíciles de encontrar en toda Argentina (sobre todo, fuera de las grandes ciudades) y las frutas son carísimas en los supermercados. Ante esto, déjate llevar por platos abundantes y comidas largas y contundentes.


16. Hacer una excursión cercana:
⬥ El Tigre: para darte una vuelta en barco por sus canales.
⬥ San Antonio de Areco: para empaparte la cultura gaucha.
⬥ Uruguay: Montevideo y Colonia de Sacramento están muy cerca en barco.