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Vietnam: Día 18 – Mi último día en Ho Chi Minh


Mi último día en Vietnam lo dediqué a comer, comer y comer. Y es que la comida vietnamita está tan rica... Y en el barrio mochilero había cada ganga… imposible decir que no.



El resto del tiempo, lo pasé dando vueltas por los mercadillos y por los puestos callejeros. Aproveché lo poco que me quedaba en la ciudad para hacer todas las compras de última hora. Hasta un cuadro compré, que lo tenía visto desde el primer día, pero que... cuando llegué al hotel, me di cuenta de que ¡no cabía en la mochila!


Así que por la tarde, entre plato y plato, a buscar maletones baratos por todo el centro de Ho Chi Minh. Al final, éste fue el resultado:


Y es que ya, no sólo no cabía el cuadro, sino que había comprado tantos regalos (porque todo estaba baratísimo), que no había manera de cuadrar el equipaje. Y eso que el gorro lo llevaba puesto todo el rato para ahorrar espacio. Pero en la nueva maleta, cabía hasta yo metida en ella...

Con los maletones (y el gorro), cogí el autobús para el aeropuerto. Todavía me quedaban más de 25 horas hasta llegar a casa, con dos escalas: una de 4 horas en el asqueroso aeropuerto de Guangzhou (estoy deseando que amplíen la zona donde esperan los viajeros de transfer), y otra de otras cuatro horas en París.

Y el primer avión, en el que viajé con la China Southern Airlines, seguía con sus viejas costumbres. Y es que, para los chinos, Don Benito sigue siendo lugar de referencia de todos sus mapas de la Península Ibérica.  😄


Viajando con China Southern y Air France a Vietnam - Problemas con las maletas


Mi periplo comenzó a las 7’00 en el aeropuerto de Barajas. El vuelo lo reservé con Expedia, como casi siempre, por los importantes descuentos que hace si lo contratamos ida y vuelta, y con dos noches de hotel. En total, unos 1987€ para dos personas viajando con China Southern Airlines y Air France.

De Madrid a París 2’05h + 3’10 horas de escala + De París a Guangzhou 11’35h + 3’10h de escala + De Guangzhou a Ho Chi Minh 2’50h = 22’50 horas hasta llegar.

Desde la primera vez que cogí un vuelo con esta compañía, la China Southern ha ido creciendo a una velocidad increíble y los servicios que ofrece son cada vez mejores. Mi primer avión ni siquiera tenía tele y tuve que ir aburrida durante 14 horas de vuelo,  la comida era escasa y dejaba mucho que desear.

El cambio es enorme cada año. Y en este viaje lo he podido comprobar una vez más. Los asientos eran mucho mejores, con su monitor para cada uno y con multitud de películas, seres y juegos; y la comida fue copiosa y buena. Además, tenía un montón de aperitivos para coger durante el vuelo, cosa antes que se limitaba a un mísero bollito de atún.



En cuanto a la Air France, los asientos no es que fueran muy cómodos pero la comida fue inmejorable. Hasta nos ofrecieron brandy después de comer. Y una gran variedad de quesos franceses de aperitivo. Así como bombones, tónicas de distintos sabores, licores, vinos… Pero el servicio de maletas otra vez la cagó. Y ya van dos años seguidos. El año pasado me la perdieron en Guanzhou y llegó más tarde a Madrid. Y este año mi maleta llegó destrozada. Hasta se había roto la cerradura con la clave de tanto golpe que había recibido. La solución fue un asco. Tuve que bajar yo un día entre semana en horario laborable, al único sitio que tienen disponible en Madrid para arreglar maletas, cerca de la Puerta del Sol. Dejarla allí mientras la arreglaban y volver otro día a recogerla. No abrían los fines de semana. Y no me dejaron otra opción.

Si me han destrozado la maleta, lo normal sería que vinieran ellos a casa a recogerla y se encargaran de arreglarla. La gente que trabaja no tiene tiempo de hacerse cargo de los destrozos de otros. A pesar de mi reclamación, no recibí ni una sola disculpa. Increíble. Este servicio no está a la altura de una compañía de tanto renombre.


Día 1 – Vietnam: Opinión sobre el Rex Hotel Ho Chi Minh


Mi periplo comenzó a las 7’00 en el aeropuerto de Barajas. El vuelo lo reservé con Expedia, como casi siempre, por los importantes descuentos que hace si lo contratas ida y vuelta, y con dos noches de hotel. En total, unos 1987€ para dos personas viajando con China Southern Airlines y Air France.

De Madrid a París 2’05h + 3’10 horas de escala + De París a Guangzhou 11’35h + 3’10h de escala + De Guangzhou a Ho Chi Minh 2’50h = 22’50 horas hasta llegar.


Opinión del Rex Hotel Ho Chi Minh

Llegué al aeropuerto de Saigón a las 11:00. Cogí el autobús 152 Xe Buyt San Bay pagando tan sólo 5000 dong por persona y otros 5000 dong por maleta. Le pedí al conductor que  me avisara cuando llegara a Ben Than Market. Desde allí se tarda muy poco en llegar al hotel. Hay que tener como referencia el Edificio del Comité del Pueblo y las obras del metro porque, justo en la puerta, está el hotel. La localización es ideal y más aún lo será cuando acaben las obras del metro, porque llegarás directamente de la estación a su puerta principal.


Construido a principios del siglo XX, este hotel de 5 estrellas fue originalmente el garaje francés de unos grandes almacenes del centro de la ciudad. En 1959, la familia Ung Thi lo renovó por completo y lo convirtió en hotel histórico.

El Rex se hizo famoso durante la guerra de Vietnam, durante la cual pasó a ser conocido como Rex BOQ, cuartel para oficiales solteros del ejército norteamericano. Contaba con una bonita terraza con escenario donde tomarse unas copas mientras se divisaban los bombardeos. Allí las tropas y los periodistas iban a divertirse y a pasar el rato mientras la planta baja albergaba la Oficina Conjunta de Asuntos Públicos de EEUU (JUSPAO). Además, tenía varios cines, una cafetería, una biblioteca y una sala de baile.

Pero lo que realmente hizo famoso en todo el mundo a este hotel fue uno de los programas de radio más famosos durante la guerra. Desde allí se retransmitía diariamente el informativo Five O’clock Follies, un programa lleno bromas cínicas sobre la guerra y los oficiales, en el que se criticaba muy a menudo la baja credibilidad de los informes oficiales. Fue dirigido por Barry Zorthian, quien afirmó en más de una ocasión que “mientras que la palabra del gobierno americano era verdad hasta que se demostrara lo contrario, en Vietnam siempre debía ser cuestionada hasta que se probara su veracidad.” Algo parecido podemos ver en la famosa película “Good Morning, Vietnam”, con Robin Williams.

En sus más de 300 m2 hoy alberga 286 habitaciones, cuatro restaurantes, un spa, una cafetería y un bar; una pista de tenis en las alturas, dos piscinas y un gimnasio.

A pesar de llegar a las 12’00 y tener el check in a las 14’00, me dieron la habitación de inmediato. Contraté una Deluxe Room con cama de matrimonio. Estaba en el ala nueva y cerca de un amplio balcón desde el que se ve las dos amplias terrazas (una arriba y otra abajo) y un precioso jardín vertical.






En la mesita me encontré un plato de fruta, una kettle, y sobres de té y café. Todo muy nuevo, limpio y confortable. Y el wifi funcionaba genial.



Fue todo un detalle que me dieran un vale para dos bebidas gratis en la terraza y otro para descuentos en su bar. Así que por la noche aproveché para tomarme algo allí. La terraza era enorme, preciosa y tranquila.  Con razón la Rooftop Garden Bar fue votado como uno de los mejores bares del Sudeste Asiático y es que, a pesar de no estar muy alto (tan sólo en la planta 5ª), tiene un gran encanto. Sólo por el hecho de estar en un sitio tan elegante, histórico y con unas bonitas vistas al centro de Saigón. Desde allí se puede ver la famosa Nguyen Hue, una calle peatonal, libre de las malditas motos, con un gran bullicio. La gente pasea por ella tranquilamente, hay cantantes, bailarines, patinadores (hasta la policía va en patines), vietnamitas que pasean orgullosos a sus perros muuuuy cuidados (parece una competición para ver cuál es el mejor peinado) y que acaba en el Edificio del Comité del Pueblo, con su gran estatua del Tío Ho.








El desayuno bufé se sirve en el Hoa Mai Restaurant, repleto de una gran variedad de comida asiática y occidental. No falta ningún detalle y la decoración es muy refinada. Desgraciadamente sólo pude disfrutar de él un día, porque al día siguiente tenía que irme demasiado temprano para coger el vuelo a Camboya. Hablé con recepción por la noche por si podían prepararme algo para llevar y no hubo ningún problema. Cuando hice el check out me dieron un paquete con sándwiches, fruta y huevos y dos botellas de agua.



Lo que no me gustó

La entrada del Hotel Rex es un poco caótica. Se ha roto todo el encanto pasado y se ha convertido en algo muy impersonal. De hecho, me volví loca la primera vez buscando la recepción. Y es que toda la planta baja está llena de tiendas de lujo. Es como una gran galería comercial que le quita belleza a tan histórico edificio. 


   REX HOTEL   

141 Nguyen Hue Street, District 1
Ho Chi Minh
Teléfono (848) 3829 2185





Nueva Zelanda: Día 16 – Escala. Qué ver en Guangzhou en un día


Como ya dije al principio, lo peor de viajar a Nueva Zelanda es el viaje de ida y vuelta. Mi vuelo de vuelta incluía las siguientes escalas:

🛫 De Christchurch a Auckland con Jetstar. Duranción: 1’20h
  ●  Escala en Auckland de 10 horas.

🛫 De Auckland a Guangzhou con China Southern Airlines. Duración: 12h
  ●  Escala en Guangzhou de 18’05h

🛫 De Guangzhou a Amsterdam con China Southern Airlines. Duración: 12’40h
  ●  Escala en Amsterdam de 2’45h

🛫 De Amsterdam a Madrid con KLM. Duración: 2’35h.
  ●  Cuando llegué a Madrid parecía un zombie.


Visado para visitar Guagzhou en una escala

Guangzhou, al ser una importante zona comercial, tiene el mismo tratamiento que Hong Kong y Pekín. Puedes permanecer en la ciudad 72 horas. Siempre que: no se salga de la ciudad y se tenga un billete de salida del país. Es sólo para pasajeros en travesía. Algo que me fue muy útil. 

Haciendo escala en Guangzhou

Como mi escala en Guangzhou era de 18 horas, en el aeropuerto de Auckland me informaron de que la compañía ponía a mi disposición un hotel de manera gratuita para que no tuviera que estar tantas horas en el aeropuerto. Para mí fue una gran sorpresa. La verdad es que la China Southern se portó bastante bien.
Al llegar al aeropuerto de Guangzhou nos recogieron a todos los que estábamos en una situación parecida y nos montaron en un autobús. Nos llevaron a un hotel de 4 estrellas bastante alejado. El desayuno buffet también lo ponía la compañía. Echaba yo de menos estos desayunos chinos. Había de todo.




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En la recepción del hotel no se enteraban de nada de inglés y no supieron indicarme nada. Mi idea era pasar el resto del día visitando algo de Guangzhou hasta la hora en la que el autobús tenía que pasar a recogerme para llegar al aeropuerto. A pesar de lo cansada que estaba, no iba a dejar pasar esa oportunidad.

Decidí coger un taxi hasta una estación de metro y desde allí ubicarme para saber, al menos, dónde estaba. Cuando llegué al metro, me di cuenta de que mi hotel estaba muy retirados de todo. Iba a perder un montón de tiempo en el desplazamiento, por lo que tuve que cambiar de idea y limitar mis aspiraciones de ver cosas.

Guangzhou es una ciudad enorme. No tiene nada que ver con las imágenes que tenía en mente de Cantón. Hoy en día se ha modernizado enormemente. Sobre todo desde que se celebra allí la Feria Comercial de Guangzhou, a la que llegan cada año más de 50.000 visitantes. Es la más importante de China.

Las distancias son muy largas en esta ciudad y no hay mucho de interés para el viajero. No es lo más representativo de China y en un viaje por el país se puede obviar su visita. No obstante, yo tenía unas ganas enormes de Asia. Así que lo disfruté.

Qué ver en Guagzhou en un día

1. Yuexiu Gonyuan: mi visita se centró principalmente en el famoso parque Yuexiu Gonyuan. Es el parque más extenso de la ciudad, con 93 hectáreas. Éste alberga muchos monumentos de interés. Con 7 colinas y 3 lagos artificiales, es un lugar estupendo para hacerse una idea de Guangzhou






Uno de los edificios más representativos es el Memorial de Sun Yat Sen, un antiguo palacio perteneciente a los gobernadores Qing. Es de planta octogonal y mide unos cuarenta metros.  

💴  Precio: 10 yuanes. 

🕛  Horario: de 8’00 a 18’00.

🚇  Línea de metro 2 y bajarse en Sun Yat-sen Memorial Hall Station. Salir por la Salida D.

🚌 Autobús  27, 133, 185, 204, 209, 224, 229, 261, 276, 283, 284, 289, 293 y bajarse en Sun Yat-sen Memorial Hall Station.

En lo alto del parque, sobre una colina, está el Museo Municipal y la Torre Zhenhai, de cinco plantas. Esta torre es lo único que queda de la antigua muralla de la ciudad y data de la Dinastía Ming. Durante las guerras contra las potencias occidentales fue ocupada por batallones anglofranceses y se pueden contemplar varios cañones procedentes de aquellos conflictos.






Unas de las zonas más visitadas del parque es la Escultura de las Cinco Cabras. Éste es el símbolo de Guangzhou. Forma parte de la leyenda de cómo se formó la ciudad. Ésta cuenta que este territorio estaba seco y estéril hasta que aparecieron cinco diosas montadas sobre cinco cabras y tocaron una canción con la que consiguieron bendecir la ciudad y dar arroz a toda la población desde sus bocas.  Sus cabras se convirtieron en piedras y las diosas desaparecieron y, desde entonces, la ciudad creció rica y próspera. Por ello, Guangzhou es conocida como “La ciudad de las cabras”.


2. Templo de los Seis Banianos: cuando terminé de ver un poquito el parque, me dirigí hacia el Templo de los Seis Banianos, que se encuentra en Liurong Lu. La entrada fue gratuita, aunque estaban de reformas. Pero se podía visitar sin problema. Fundado en el año 537, fue uno de los templos más importantes de la Escuela Zen. Sufrió un incendio en el siglo X que lo destruyó por completo y fue reconstruida en el 989. Su pabellón más importante es el Salón de Mahavira, con tres estatuas de bronce. Cada una pesa diez toneladas y mide seis metros de alto. Representan al Buda del pasado, del presente y del futuro. También cuenta con una enorme pagoda en la que se guardan las reliquias budistas.


🚇 Línea de metro 1 o 2 hacia Gongyuanqian Station. Salida B. andar unos 5 minutos hacia el templo.

🚌 Autobús 12, 215, hacia Liurong Road Station. También se puede coger el número 74, 85, 88, 102, 104, 107, 193, 250, 286, hacia Zhongshan Liulu Stdation.

3. Shangxia Jiu Pedestrian Street: para terminar me di un paseo por la zona comercial de Shangxia Jiu Pedestrian Street, llena de tiendas y visitando la Comic City. Y aproveché para comer algo de la comida cantonesa. Aunque hay que tener presente el dicho chino: “En Guangzhou comen todo lo que vuela menos los aviones, todo lo que nada menos los barcos y todo lo que tiene patas menos las sillas y las mesas.”




No debes olvidar que la mayoría de los restaurantes chinos que conozco en España realizan una cocina cantonesa adaptada a los gustos europeos. Muchísimos cantoneses emigraron hacia occidente cuando Cantón era una de las zonas más pobres de China y hoy continúan con sus negocios aquí.

Una lástima que mi visita se viera truncada por una gran tormenta tropical que no me dejó visitar nada más. Aún así pude disfrutar un poquito de un trocito de Asia, a la que siempre tengo en mente.

De vuelta, en el autobús que me llevaba hacia el aeropuerto, me despertó la voz de Antonio Resines. Sí, asombrada, me desperté y miré hacia delante. La película que estaban poniendo en el autobús era Celda 211, subtitulada en chino. Mira que ir tan lejos para despertarte con la voz de Resines… se las trae. 
  • Datos importantes en chino:


Lista de cosas imprescindibles que hacer en Nueva Zelanda


Antes de dejar Nueva Zelanda, conviene repasar la lista de cosas que tienes que ver en el país, según Kiwi Holiday Park. Yo las conseguí casi todas, aunque algunas son difíciles.