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Vietnam: Día 14 – Subiendo a las Montañas de Mármol de Da Nang


Las Montañas de Mármol las componen cinco montañas (Metal, Madera, Agua, Fuego y Tierra) llenas de cuevas, túneles y templos, y se encuentran a 9 km de Danang. Según una antigua leyenda, un dragón salió del agua de la playa de Non Nuoc y puso un huevo allí. Del huevo salió una preciosa muchacha y de la cáscara se formaron las cinco montañas.

Mi chófer me dejó en la entrada de la más famosa: Thuy Son, y me esperó en la puerta hasta que salí. Dentro puedes elegir dos opciones: o coger el ascensor panorámico para llegar directamente arriba, o subir los cientos de escalones que hay. De la última manera se disfruta más viendo el paisaje y descubriendo la gran cantidad de rinconcitos que aparecen a cada lado del camino.


Al subir el primer tramo de escaleras, se atraviesa la puerta de Ong Chon, llena de impactos de bala de la guerra. Esta puerta lleva a la Pagoda de Linh Ong.



Siguiendo las escaleras y atravesando los túneles que van apareciendo en el itinerario, llegas hasta dos cuevas llenas de budas y esculturas cham.

Vistas las cuevas, el camino lleva hacia la pagoda de Xa Loi, una torre de piedra desde el que se divisa la costa.


El empedrado continúa por una pequeña garganta hasta la cueva de Van Thong y su buda de cemento.



Atravesando la puerta de mapostería, se sigue por el sendero hasta la cueva de Linh Nham, que cuenta con un pequeño altar dentro. A la derecha aparece la cueva de Hoa Nghiem y, a la izquierda, la de Huyen Khong, parecida a una catedral.







Por el camino hay varios puestos de comida y bebida, bastante caros, y uno servicios. El camino de subida se hace duro en verano, con tanto calor y tanta humedad. Hay muchísimos mosquitos (los únicos que me picaron en Vietnam) y es algo difícil orientarse con los mapas que hay. Se tarda más de una hora en verla. 



Precio de la entrada a las Montañas de Mármol (Thuy Son):  15.000 VND



Vietnam: Día 11 – Cómo es el Crucero por la Bahía de Halong con Bai Tu Long Junks II (Continuación)


Crucero por la Bahía de Halong 
Día 2

Por la mañana temprano nos llamaron para que fuéramos a desayunar. Otra vez llenos de comida. En este barco nos iba a salir la comida por las orejas. Estaba todo tan rico…

Después de dejar recogidos nuestros camarotes para que estuvieran las maletas preparadas para cuando volviéramos, nos llevaron a visitan la cueva de Sung Sot. La Bahía de Halong está llena de cuevas y ésta es la más famosa porque está en el centro de la zona declarada Patrimonio de la Humanidad.



Su nombre significa Cueva de las sorpresas y se encuentra en Bo Hon Island. Se accede a ella a través de unos cientos de escalones de piedra, y es que está a unos 30 metros sobre el nivel del mar. Es una de las más grandes de la bahía y se divide en dos secciones. La primera se parece a un gran teatro lleno de estalactitas. A través de unos estrechos pasillos se llega a la segunda cámara, a la que sí llega la luz natural filtrándose por un gran agujero. La parte más profunda es el Jardín Real, que cuenta con un estanque en su interior.

Una vez fuera, hay tiendas de recuerdos a precios abusivos y, abajo, están los pescadores vendiendo sus productos con balanzas tradicionales.


 
Después de estar una hora más o menos visitando la zona, el bote vino a recogernos para volver al barco. Allí nos esperaban los cocineros para hacer un taller de rollitos vietnamitas. Fue bastante divertido y muy fácil. Y nos pudimos comer de aperitivo nuestras creaciones.

















A pesar de ser las 10’30 de la mañana, la tripulación insistió en que era la hora del almuerzo, porque el planning decía que el viaje incluía el almuerzo y no tenían tiempo para ponerlo a otra hora, ya que debíamos volver a tierra. Así que, a pesar de haber desayunado a las 8’00 y habernos comido los rollitos de aperitivo, hicimos hueco para unos platos más y la pena era que estaba todo buenísimo, pero íbamos a reventar.


Cuando llegamos al puerto, hicieron cuentas en el mostrador para ver cuánto se había gastado la gente en la bebida. Se podía pagar en Dong y en dólares. Cuando pagamos todos, nos montamos en el bote y nos dejaron en el mismo restaurante del día anterior. Allí estuvimos un rato aprovechando el wifi hasta que vino nuestro conductor para llevarnos de vuelta al hotel.


Por la noche, di una vuelta por el Barrio Viejo de Hanoi, disfrutando, o más bien sobreviviendo a sus calles. 

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Laos: Día 6 - Cómo es la visita a Lao-Lao Village y a las Cuevas Pak Ou


Por la mañana temprano, después de haber visto la Procesión de las Ánimas y de haber tenido el incidente con el desayuno del hotel, me fui a la agencia en la que había comprado la excursión a las Pak Ou Caves.

De salir a las 8’00, al final acabé saliendo más de media hora después. Allí me sentaron en unas sillas y no me hicieron ni caso hasta que apareció un tuk tuk destartalado que me llevó al embarcadero… De haberlo sabido, no hubiera reservado nada con la agencia, porque mi hotel estaba cerquísima del embarcadero ése y había hecho el camino en vano. Además, me habría salido más barato si hubiera comprado el billete en el propio embarcadero.

Allí me dieron un ticket con un número (que luego no se respetó para nada) y estuve esperando otra media hora a que organizaran los barcos. Finalmente, conseguí montarme en uno. Toda una experiencia. Es más bonito que las cuevas en sí mismas. Un barco muy estrecho, algo difícil para montarse en él, subiendo por tablas, barro… todo destartalado, pero con el aire encantador que inunda Laos.



Daba un poco de miedo cuando venía la corriente fuerte pero, al rato, te olvidabas y disfrutabas del paisaje salvaje, viendo a los niños y a los perros jugando en el agua, gallinas salvajes, gente viviendo en el río… todo tranquilísimo.



A medio camino paramos para echar gasolina. Nunca había visto una gasolinera en mitad de un río. Curioso.



Una parada en Whiskey Village - Ban Xang Hai 

Un poco más adelante hicimos una parada en este poblado. El pueblo está construido en la ribera del Mekong, a 20 km de Luang Prabang si vas por carretera.

Nada más bajarnos, vienen a saludarnos algunos habitantes. Uno de ellos, mayor, sabía hablar un inglés bastante aceptable para estar dónde estábamos. Allí nos enseñó las instalaciones donde hacían el famoso lao lao. Un licor que es consumido a todas horas en este país. Nos dio a probar tres mezclas distintas, en función de su graduación. La última sabía a aguardiente del fuerte.


Las botellas de lao-Lao normalmente contienen pezuñas de oso, huesos de tigre o cualquier otro trozo de algún animal, porque creen que esto incrementa la virilidad masculina. Y también porque quieren dar morbo a los turistas. No compres estas botellas ya que perpetúa el serio problema que hay en el país de furtivos y caza ilegal de animales amenazados. Exige que no lleven nada de esto dentro. Es una pena.


Después de beber todo eso con el estómago casi vacío, hacía un calor y un mareo… nos adentramos un poco en el pueblo, donde todo el mundo estaba aletargado. No hacían ningún ademán por vender, parecía no importarles nuestra presencia allí. Raro, y más cuando es un pueblo orientado principalmente al turismo. Su única calle polvorienta está llena de talleres y tenderetes donde venden telas, bufandas, gorros… hay mujeres tejiendo in situ, pero muchos de los artículos están hechos en fábricas de China o de Vietnam.




Al principio de la calle hay un templo muy bonito al que merece la pena echar un vistazo después de haberles comprado algo a esta pobre gente.



Todas las visitas que van a las cuevas hacen la parada de rigor en Whiskey Village (Lao Lao Village), aunque también se puede ir por carretera o alquilando un viaje privado en alguna embarcación. Sin embargo, ir exclusivamente a este lugar no merece mucho la pena, tan sólo sirve de excusa para estirar la piernas antes de continuar el camino a las cuevas.

Visitando las Cuevas de Pak Ou

A 25 km de Luang Prabang, río arriba, se encuentran estas cuevas que llevan siendo lugar de culto desde hace más de mil años. Cuando los peregrinos lograban llegar a ellas, era tradición dejar atrás una estatuilla de Buda. Con el tiempo las cuevas se fueron llenando de estas estatuillas, y ahora hay miles de ídolos de todos los tamaños y estilos.



Las cuevas consisten en dos oquedades realizadas en un acantilado de 15 metros de altura sobre el río. La primera que te encuentras es Tham Ting. Allí sí que hay luz natural y un montón de velas, por lo que se puede ver sin problemas. Es más un abrigo, que una caverna. Hay algunos carteles que nos enseñan el significado de las estatuas y de los altares que la llenan. Seguridad no hay ninguna. Hay que mirar muy bien donde se pisa.





La primera pintura que se conoce de esta cueva se le atribuye a Francis Garnier, que describe su viaje explorando el Mekong desde 1865 a 1867.


Una vez vista, seguimos el camino donde hay algún que otro vendedor de champiñones, ofrendas… y una niña de unos 4 años que vendía muñequitas. Al final del camino aparecen unos escalones que hay que subir para llegar a la cueva de Tham Theung, unos diez minutos subiendo. Hay descansar de vez en cuando para no ahogarse y disfrutar del paisaje.



Arriba hay una cueva sin luz. En la entrada alquilan linternas o puedes usar el flash de las cámaras o del móvil. Dentro hay un montón de imágenes de Buda de un modo mucho más tranquilo, pues no está tan llena de turistas como la de abajo. Muchos no quieren subir tanto escalón.




Abajo hay un servicio con una pinta sospechosa. No me atreví a entrar en ellos. Parecía mejor la jungla, la verdad. Una señora tumbada (literalmente) en el suelo, cobraba 5000 kip por entrar en él mientras se le abría la boca. Muy estresada no parecía.

Las cuevas no son muy espectaculares, todo hay que decirlo. Lo que es encantador es el viaje en sí mismo, disfrutando del paisaje del Mekong y de la visión de tanto ídolo en su interior, y a oscuras. Aun así, merece mucho la pena dedicarle media mañana.


Cómo llegar a las Cuevas de Pak Ou 

🚢 En Barco: comprando el ticket en el embarcadero. No hace falta ir a ninguna agencia, así te saldrá más barato. Está en frente del Saffron Café. Se tardan 2 horas en llegar a las cuevas, con una pequeña parada en Whiskey Village. De vuelta, como sólo hay que seguir la corriente, se tarda una hora y media. 

🚘  Por carretera: cualquier tuk tuk del centro te puede llevar por un camino sin asfaltar que sale de la carretera 13, cerca del km 405. Se tarda una hora y hay que cruzar el río en un barco desde el pueblo más cercano (Ban Pak Ou).


PRECIO:
- Entrada a la cueva: 20.000 kip
- Barco ida y vuelta: 60.000




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