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Qué comer en Soria: 4 Dulces típicos de Soria



1. Mantequilla de Soria: elaborada con leche de vaca frisona y pardo-alpina, la mantequilla de Soria fue el primer producto de la provincia en tener Denominación de Origen y tres sabores: salada, natural y dulce. Es normal encontrarla en cafeterías y pastelerías.


2. Numantinas: galletas de mantequilla dulce soriana con forma de la famosa figurita con forma de caballo encontrado en Numancia.


3. Pastas de las hermanas clarisas de Soria

productossorianos.es

4. Paciencias y yemas de Almazán: la repostería de esta localidad soriana tiene fama más allá de la provincia, sobre todo la elaborada en la Confitería Almarza, con muchos años de tradición.

www.confiteriaalmarza.com

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Qué comer en Soria: 14 platos y productos típicos de Soria



1. Migas de pastor: hechas con pan, panceta adobada, ajo, chorizo y sal. Algunas variantes pueden llevar pimentón, pimiento, huevo frito, torreznos o uvas.


2. Torrezno o torrenillo: el producto estrella de los bares sorianos. Se trata de tiras largas de panceta fritas crujientes por fuera y jugosas por dentro. Su importancia para la provincia es tal que hasta cuentan con Denominación de Origen. También se les llama langostinos de tierra.


3. Setas: los pinares de Soria y las condiciones climáticas y del terreno hacen que se puedan coger setas durante todo el año. Los níscalos y el boletus son las especies más apreciadas.

Hoteles.net

4. Morcilla dulce de Soria: elaborada con sangre de cerdo, arroz, azúcar, canela y frutos secos.  
www.autoserviciomunoz.com

5. Caldereta: guiso hecho a base de carne de cordero (aunque también se puede elaborar con otra carne), cebolla, pimiento verde, tomate, ajo, guindilla, pimento y sal. Tradicionalmente se cocinaba en una caldera de bronce y en fuego de leña.

elmirondesoria.es

6. Cordero asado y chuletillas de cordero a la brasa:

ABC.es

7. Trufa negra: se recoge entre los meses de diciembre a marzo y se usa para sopas y un sinfín de recetas. Tiene Denominación de Origen y se la conoce como el Diamante Negro de Soria.

www.turismosoria.es

8. Embutidos de Soria: provienen de cerdos alimentados en la provincia a base de cereales. Chorizo, panceta, lomo, salchichón, jamón… se pueden encontrar en tiendas de todo el país.

morenosaez.com

9. Queso de Soria: elaborado con leche de cabra y oveja. El Queso de Oncala, al que le pueden añadir otros ingredientes como trufa, ajo negro o boletus, tiene gran fama.

www.quesoncala.com

10. Patatas fritas Añavieja: la empresa Añavieja fue la primera de España en comercializar patatas fritas ecológicas. Hoy tiene gran variedad de aperitivos artesanos y ecológicos.

anavieja.com

11. Vinos: Soria cuenta con 19 municipios en los que se produce vino bajo la Denominación de Origen de Ribera del Duero. Denominación que comparte con Burgos, Segovia y Valladolid.

www.vinissimus.com

12. Limonada: combinación de vino, limón, canela y azúcar, que se toma principalmente en Semana Santa.

soriadecompras.com

13. Hamburguesa de ternera de Soria: 


14. Sopa castellana:  en algunas partes de Soria se le añade un puñado de setas senderuelas al refrito con los ajos y al pimentón.



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Visitando Almazán y su románico soriano


Almazán es un pueblo soriano de algo más de 5600 habitantes que merece una visita. Famosa por ser la villa en la que se supone que están enterrados los restos de Tirso de Molina, su patrimonio es envidiable.

El coche lo puedes dejar en cualquier calle fuera del centro para no tener que ir conduciendo por calles estrechas. Atravesando la Puerta de la Villa (una de las tres puertas que quedan del siglo XII) pronto llegarás a la Plaza Mayor, donde se encuentran la mayoría de los monumentos destacados.


La plaza la preside el Palacio de los Hurtado Mendoza, de estilo gótico-renacentista. Allí está la Oficina de Turismo, por si quieres información sobre la comarca.


Al otro lado de la plaza verás el Ayuntamiento y la iglesia de San Miguel (s. XII) con una torre y un curioso bajorrelieve románico que narra el martirio de Thomas Becket.

Y en el centro, la estatua del teólogo Diego Laínez, que influyó en su amigo San Ignacio de Loyola para crear la orden de los Jesuitas y que rechazó ser Papa. También es curiosa la imagen del Zarrón, gran símbolo del pueblo. Cada 17 de mayo, durante las fiestas de San Pascual Bailón, ocho parejas con trajes típicos bailan danzas del siglo XVIII, mientras dos figuras con rabos de zorro las persiguen. El Zarrón, a quién se le identifica con el diablo, va dando mamporros por toda la plaza y los asistentes beben la soparra (una mezla de vino, azúcar, canela y pan mojado). Esta fiesta de origen pastoril es bastante curiosa.



Los restos de la antigua muralla que rodeaba Almazán se pueden ver alrededor de la Puerta del Mercado, con sus dos torreones, y el Rollo de las Monjas, un torreón cilíndrico desde el que se ve el Duero y que está junto al convento del siglo XVI.

Saliendo de la plaza también hay otros monumentos importantes, como la Iglesia románica de Nuestra Señora del Campanario, la Iglesia de San Pedro o la de San Vicente, hoy convertida en Centro Cultural.

También hay varios miradores sobre Duero, un Museo de Escultura al Aire Libre en el Parque de la Arboleda, una ermita y el famoso Convento de la Merced, en el que escribió y murió Tirso de Molina.


Para acabar la visita, recomiendo ir a la Confitería Almarza. Fue toda una sorpresa. Fundada en 1820, en sus paredes hay fotos de visitantes ilustres que han ido allí para comer sus famosas paciencias o las yemas de Almazán. Entre ellos, Jordi Hurtado.





Qué ver en Medinaceli, uno de los pueblos más bonitos de España


En mi camino hacia Navarra, decidí hacer una parada a desayunar en esta villa que fue elegida para formar parte de los pueblos más bonitos de España.

Subiendo por la carretera que serpentea por una colina, se llega al arco romano que da entrada a la ciudad y que, en su día, formó parte de la muralla de Medinaceli. Es el único en España con tres arcos y se construyó en el siglo I, durante la época romana, en honor a Cesar Augusto. Aunque no se sabe a ciencia cierta cuál fue su función como arco del triunfo. Desde allí hay unas vistas magníficas.




Atravesando el arco, un poco más adelante, hay un gran aparcamiento y una enorme zona para caravanas.

Acercándote al parque hay varios restaurantes a buen precio, aunque hay muchos por todo el conjunto arquitectónico. Era la primera vez que veía un cartel como éstos y me llamo la atención.


El pueblo se recorre en muy poco tiempo. Es como viajar al pasado. Sus calles estrechas conservan todo su esplendor medieval. Incluso en una de ellas se pueden ver los restos de un mosaico romano.


Continuando tu camino llegarás a la gran Plaza Mayor (5000 m2), ubicada en el lugar de un antiguo foro romano. En ella se encuentra el Palacio Ducal, sede de la Casa de Medinaceli, que data del siglo XVI y tiene corte renacentista. Hoy alberga exposiciones culturales.



Al otro lado de la plaza está el Ayuntamiento y la Oficina de Turismo, construidos en un edificio del siglo XVI con soportales y la antigua alhóndiga.

La segunda plaza más famosa es la que alberga la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción. Allí está el Museo de Arte Sacro.


Paseando por las calles que salen a la derecha de esta plaza, te encontrarás con el Convento de Santa Isabel, único que está en funcionamiento en Medinaceli, y el Beaterio de San Román, cuyos orígenes pudieron estar en una sinagoga y que hoy ya no continúa abierto.


Todo el conjunto estaba rodeado por una muralla, de la que aún quedan varios restos y puertas: la del Arco árabe y la de Coz. A las afueras también puede visitarse un nevero árabe.


Desde el valle se puede ver el cementerio, que está construido sobre el castillo de Medinaceli. Una alcazaba árabe en la que posteriormente vivieron los Condes de Medinaceli hasta que se mudaron al Palacio Ducal.

Una visita rápida, pero que mereció la pena.



Plano turístico de Medinaceli