Hay muchas
empresas que se dedican a organizar visitas por los alrededores de Copenhague.
Yo contraté una con Getyourguide.com, que incluía el viaje a Roskilde, la
entrada al Museo de Barcos Vikingos y la visita a los castillos de
Frederiksborg y de Kronborg. Lo hice por internet para asegurarme la reserva el
día que yo quería, pues sólo disponía de un día en concreto. De todas maneras,
en Copenhague verás un montón de ofertas, unos 10-15€ más baratas, que supongo
que será el dinero que se lleve este turoperador. A mí me costó 145€, con
entradas, guías en inglés y transporte incluidos.
Al poco de
hacer la reserva, me mandaron un correo con los datos exactos de la hora y el
lugar de recogida: a las 7’30 venía a recogerme a mi hotel un guía de la
empresa Hamlet Tours. Como había mucho tráfico en el centro, me llamó por
teléfono para decirme que se retrasaría unos 5 minutos. Cuando llegó, la
furgoneta estaba vacía y fuimos a recoger a otra gente a sus hoteles. El tour
fue entero en inglés y el guía, estupendo. Mientras salíamos de Copenhague, fue
haciéndonos un tour en la minivan explicándonos todos los monumentos que íbamos
atravesando.
Nuestra
primera parada: Roskilde
Roskilde se
encuentra a unos 30 km de Copenhague. Fue capital de Dinamarca hasta el siglo
XV y es una de las ciudades más antiguas del país. Según una leyenda, la ciudad
fue fundada por el rey Hroðgar o Roar. En el área había algunos manantiales,
por lo que el nombre de Roskilde provendría de Roar y kilde: "manantial,
fuente".
El guía nos
llevó directamente desde Copenhague hasta la plaza de la Catedral de Roskilde,
el monumento más representativo de la ciudad. De noviembre a abril, esta visita
no incluía el acceso a la Catedral, sino sólo a su plaza para dar un paseo rodeándola.
Fue una pena, pero las normas son las normas.
Patrimonio de
la Humanidad desde 1995, el edificio fue iniciado en el siglo XII para
reemplazar un viejo templo anterior hecho con madera. De estilo gótico, su
originalidad se encuentra en el ladrillo con el que se construyó, siendo una de
las primeras en hacer con este material, cuya técnica de fabricación fue
introducida por monjes en Dinamarca en 1160.
En su interior
guardan sepultura la mayoría de la familia real danesa, y por ello, su diseño se
fue adaptando a los gustos de los distintos tiempos. Eso hace de esta catedral
un friso cronológico de la evolución de la arquitectura de los edificios
cristianos en la Europa del Norte. En total hay 20 reyes y 17 reinas enterradas
aquí. También está ya preparada para albergar el sarcófago de la actual reina,
Margarita II y su consorte, Enrique.
Después de
explicarnos la catedral mientras la rodeábamos entre la niebla, paseamos un
poco por la plaza del Ayuntamiento y volvimos a la furgoneta.
En poco tiempo
llegamos al otro gran atractivo de Roskilde: el Museo de los Barcos Vikingos.
Su ubicación,
en plena orilla del Fiordo de Roskilde, hace que las vistas desde allí sean magníficas.
Aparcamos y nos
dirigimos al recinto, para hacer la visita por nuestra cuenta. En el exterior
había varios puestos de artesanía y talleres que son mostrados a los turistas en
la temporada de verano.
En su interior
hay varias salas en las que se pueden ver vídeos y carteles sobre los barcos
que se descubrieron en 1962 en el fondo del fiordo. Los barcos fueron hundidos
a propósito, alrededor del año 1000, junto a otro barco llamado Skudelev, para
que protegieran la ciudad de invasiones enemigas por mar. El museo se creó para
ver los 5 barcos que se encontraron.
Saliendo de
nuevo, hay expuestos varios barcos que se han realizado allí utilizando las
mismas técnicas que usaron los vikingos originarios, además de explicar las
fases de construcción que requieren para hacerlos. Tardan más de un año en crear
uno de estos barcos.
Realizada la
visita, nuestro guía nos estaba esperando para ir a la ciudad de Hillerød, donde
se asienta el castillo de Frederiksborg.
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