Salí de
Bariloche a las 10’50 y llegué a las 16’00 a Puerto Iguazú, haciendo escala en
Buenos Aires. Como no había transporte público desde el aeropuerto, arreglé con
el hotel que fueran a buscarme.
Mi alojamiento se encontraba fuera del centro turístico de la ciudad, en una calle que no
tenía nada que ver con los sitios argentinos que había visitado hasta ahora. Las
calles de Puerto Iguazú eran totalmente distintas y estaban muy descuidadas. Además,
había gente haciendo barbacoas en mitad de la calle, al más puro estilo
asiático.
Durante mi
camino me paré en la primera tienda que vi a comprar comida para llevármela al
día siguiente a las cataratas, el Supermercado del Tío Juan. Me hizo gracia el
nombre. Seguí caminando mientras ahuyentaba a muchos perros callejeros llenos
de picaduras. Me acordé de lo que me había dicho el médico de los mosquitos y
me eché repelente. Estaba vacunada contra la fiebre amarilla, pero era bueno
prevenir.
Siguiendo toda la Avenida Victoria hacia abajo sin desviarme, llegué al centro. Pasé por delante del Casino Café Central y dejé atrás grandes resorts de lujo. Llamaban la atención esos mamotretos entre tanta casa baja y calles polvorientas.
Al final de la
avenida estaban arremolinados todos los turistas. El resto de la ciudad parecía
fantasma. Allí se encontraba el famoso Hito de las Tres Fronteras.
La Triple
Frontera está situada en el cruce de fronteras entre Argentina (Puerto Iguazú),
Brasil (Foz do Iguaçu) y Paraguay (las ciudades de Presidente Franco y Ciudad
del Este). Las fronteras de estos tres países, en esta zona, siguen el curso de
los ríos Iguazú y Paraná. El puente Tancredo Neves cruza el río Iguazú y
conecta las citadas ciudades argentina y brasileña. Sobre el río Paraná, el
Puente de la Amistad une Foz do Iguaçú con Ciudad del Este, además existen barcos
que conectan a Puerto Iguazú con Presidente Franco. En el área, hay un obelisco
en cada país con los colores de su bandera nacional correspondiente.
En Puerto Iguazú
hay un obelisco y un monumento con los escudos y banderas de los tres países. También
hay un mirador desde el que se ven las costas de Brasil y Paraguay.
Debajo del
mirador había un montón de puestecillos de artesanos vendiendo sus productos. Alrededor
del Hito había muchas tiendas de souvenirs.
A las 19’30 hay
un espectáculo de luces y agua, con música, al lado del obelisco. En el show se
representan las tres culturas de la triple frontera a través de distintos
ritmos musicales.
Para volver al
hotel cruce de acera y atravesé la Plaza San Martín. Seguí caminando viendo tiendas
y tiendas y paseé por La Ferinha, una calle muy pequeñita que es famosa por su
ambiente brasileño. Pero no había mucha gente.
Me paré en un
hipermercado a comprarme la cena para hacérmela en la cabaña y descansé, porque
estaba ya muy cansada de tanta tralla. Al día siguiente me esperaban las
cataratas.
Otras entradas que te pueden interesar: