El
estanque de Anapji fue, sin duda, mi sitio favorito de Gyeongju. Este
majestuoso palacio (Donggung Palace) se construyó en el año 679 para usarlo en
los festivales, banquetes y como residencia del príncipe. Envuelto en un
impresionante paraje lleno de naturaleza cuidada hasta el extremo, el rey Munmu
también mandó construir un lago artificial que midiera 190 metros en las cuatro
direcciones (norte, sur, este y oeste): el lago Wolji, que durante la dinastía
Joseon pasó a llamarse Anapji.
A los reyes de
la dinastía Silla les gustaba impresionar a sus visitantes llevándolos a este
excepcional lugar, por ello fue durante mucho tiempo un gran centro para la
diplomacia de su reino. Su pabellón Imhaejeon era capaz de albergar a más de
mil personas. Para impresionar a los enviados chinos de la dinastía Tang, mandaron
construir miniaturas de las doce montañas más queridas en china, dispuestas en
forma de terrazas alrededor del estanque.
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Cuando el reino
de Silla cayó, el estanque se abandonó y se recontruyó en 1974 como parte de un
proyecto de renovación de los lugares históricos de Gyeongju. 33.000 reliquias
históricas fueron excavadas mientras duró el proyecto. Más de 700 se pueden ver
hoy en el Museo Nacional de la Ciudad.
Su importancia
histórica y su gran belleza, hicieron que Anapji fuera declarado Patrimonio de
la Humanidad en el año 2000.
Al
otro lado del estanque Anapji, verás desde la calle un enorme jardín de loto al que se
puede acceder de manera gratuita, a pesar de que en su entrada quedan los
restos de una antigua taquilla. Te aconsejo que te pases al atardecer para disfrutar
de los colores de la puesta de sol en este inmejorable entorno.
Autobuses: 11, 600, 601, 602, 603, 604, 605, 607, 609 y 700.
Precio: 2.000 W.
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