El hanok 한옥
coreano es el equivalente al ryokan japonés, casas tradicionales, algunas de
las cuales tienen cientos de años. Un estilo único, que comenzó en la época de
los Tres Reinos (57 a.C. a 668 d.C.) y que se utilizó con normalidad hasta la
dinastía Joseon (1291-1910).
Últimamente se
están renovando muchas para orientarlas a un turismo que cada vez está más
interesado por visitar Corea.
Disposición de
la casa
El hogar está construido
sobre el nivel del suelo y puede tener forma de L o de I, en las zonas cálidas
y forma cuadrada en las zonas más frías para retener el calor.
Las
habitaciones (nunca demasiado decoradas) normalmente rodean a un patio interior, al que todas tienen
acceso, y algunas están conectadas entre sí por dentro a través
de puertas correderas.
Este patio está
prácticamente vacío, no se utiliza de jardín. Esto se debe a la creencia
tradicional de que el entorno que lo rodea es considerado su verdadero jardín,
por lo que no necesitan otro. Lo único que necesitan para llegar a éste es
abrir su puerta.
Las ventanas
de las estancias son muy pequeñas para evitar que se vea mucho desde fuera y dan a la parte de atrás, conformando la fachada exterior.
La importancia
de la naturaleza
Para la
construcción de la vivienda era muy importante respetar la naturaleza y estar
en armonía con ella. Todo ello está representado en su construcción.
Tradicionalmente
los tejados están construidos con tejas (giwa), en el caso de las familias
adineradas, o con materiales naturales, como juncos, paja, arcilla… Las tejas
tienen formas puntiagujas y curvas y se disponen de modo que controlen la luz
que entra en la casa.
La madera es
usada para las columnas y los techos, mientras que la arcilla cubre el suelo,
las paredes y también los techos. Con estos materiales la casa queda aislada tanto en
invierno, como en verano. Además, todo
se recubre con Hwangto, un tipo de tierra coreana que dicen que purifica y que
emite rayos infrarrojos. El Hwangto puede caer del suelo y de las paredes, pero no es dañino.
Otro elemento
aislante es el hanji, un papel coreano poroso, que es utilizado en paredes y
puertas, principalmente. Su naturaleza porosa hace que la estancia pueda estar
ventilada sin necesidad de abrir puertas, ni ventanas. Asimismo, también
permite que entre luz a la estancia. Lo normal es que este papel esté pintado
con aceite. Hoy, en muchos hoteles, encontraremos una segunda puerta mosquitera
que se coloca después de la de hanji.
El sistema de calefacción
ondol 온돌
Las casas
tradicionales coreanas están dotadas de un sistema de calefacción parecido a
nuestro suelo radiante. La cocina está construida a un nivel inferior que el
resto de la casa. Allí se encuentra la chimenea, cuyo fuego se utilizaba para
cocinar y para calentar el resto de la vivienda.
Para ello,
toda la casa contaba con unos canales que discurrían por debajo de las
estancias. La parte superior de estos canales estaba construida con piedras
lisas (gudulchang), argamasa y barro.
El humo y el calor del fuego los atravesaba calentando estos materiales y eran
expulsados por una chimenea colocada al otro extremo de la casa. De este modo,
el suelo de las estancias se iba calentando. Algo muy importante para los
coreanos, que solían hacer su vida sentados y acostados en el suelo.
El sistema de
refrigeración maru
Al lado de las
estancias que estaban dotadas de ongol, muchas casas construían otras dotadas
de maru, en las que hacían su vida diaria en las épocas más calurosas. Estas habitaciones
podían tener un porche estrechito de madera (toenmaru) o un suelo de madera
(marubang), levantado un poco del suelo para facilitar que el aire circulara y
que se intercambiara el aire caliente por aire fresco, permitiendo la
ventilación.
También podía
darse el caso de viviendas que tenían un porche antes de entrar a las
estancias, y todas éstas estar dotadas de ongol, combinando ambas construcciones.
De este modo,
la casa quedaría dividida en tres espacios fundamentales: Maru, ongol y cocina.
La gente se descalza en las escaleras que llevan al porche, deja sus zapatos
allí, atraviesa el porche, o la estancia con el suelo de madera y entra
en la estancia con ondol pisando descalzo sobre el suelo radiante.
Mientras que antiguamente el ondol era pura necesidad para sobrevivir a los duros inviernos, el maru era
un lujo que se construía en casas grandes.
Hoy, las
habitaciones cuentan con ventiladores y con aires acondicionados.
Las camas que te vas a encontrar en los hanok
Las camas
coreanas están formadas por un yo, que hace las veces de colchón, y un ibul,
que sería la colcha. No hay más. Tan sólo la almohada. Están hechos para dormir
calentito aprovechando el calor del suelo.
Esta especie
de futón se enrolla o se dobla y se deja en un rincón de la habitación o se guarda
en un armario para dejar la estancia libre durante la mañana.
Las almohadas
tradicionales se llamaban pyogae y estaban rellenas de cáscara de trigo. Aunque hoy, te acabarán dando cojines. 😉
💤 Hoy puedes vivir la experiencia de dormir en un hanok moderno en barrios tradicionales,
como Bukchon en Seúl, o aldeas. Algunos de estos alojamientos los puedes encontrar en:
✱ Andong
✱ Icheon
✱ Namsa
Yedamchon
✱ Namsangol
✱ Seonbichon
✱ Seongeup
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