Este alojamiento está ubicado en un barrio muy
tranquilo dentro del centro histórico de Gyeongju, en el que la mayoría de las casas
que lo rodean tienen arquitectura tradicional. A tan sólo 10 minutos andando,
se encuentra la zona turística del observatorio de Cheomseongdae. A la
estación de autobuses se puede llegar en 5 minutos en taxi, pero también es
fácil hacerlo andando.
El hotel tiene la estructura tradicional de un
hanok coreano. Las habitaciones se organizan en torno a un patio común. Éste está
lleno de plantas y tiene mesas para sentarse a disfrutar del fresquito de la
noche veraniega.
Mi habitación
era pequeñita. Contaba con tele, una cama tradicional coreana (parecida al
futón japonés, pero mucho más dura), cuarto de baño y aire acondicionado. Suficiente
para pasar la noche.
El suelo era de
madera y estaba equipada con Ondol, un sistema ancestral coreano de
calefacción, parecido a la tarima flotante. Las paredes estaban decoradas con
papel coreano hanji.
Me llamó la
atención que en la pared había un papel con las normas de la casa que también
avisaba del Hwangto. El Hwangto es un tipo de tierra coreana que dicen que
purifica y que emite rayos infrarrojos. El cartel avisaba de que este
componente podía caer del suelo y de las paredes, pero que no era dañino. No me
hacía nada de gracia estar durmiendo en el suelo y levantarme porque me estaba
cayendo el Hwangto ése…
Una de las
habitaciones del hanok albergaba la cocina común. Estaba muy limpia, había
muchos cacharros para usar y podías coger té, botes de noodles y pan mientras
estuviera abierta. El problema es que una de sus puertas daba a una habitación
de huéspedes. Pensé que a quien le tocara dormir en ella… pues sería una putada,
con tanto movimiento de gente. Una de las veces vi salir de allí a un señor
mayor, todo despeinado y con cara de estar hasta las narices, que se fue a la
terraza a fumar mientras farfullaba.
El personal fue muy amable. Por la noche, cuando llegué cansada de pasar todo el día recorriendo Gyeongju, la dueña se empeñó en darme un barreño y empezar a bombear agua manualmente para que me refrescara los pies. Fue curioso, porque no nos entendíamos para nada, pero ella no dejaba de sonreír y su voz sonaba muy amable.
En general fue
una buena experiencia y aprendí cómo se duerme en un hanok más tradicional que
en el que previamente había estado.
A través de Booking.es
su precio para una noche fue de KRW 85.000, unos 67€.
HANOK SODAMJEONG
(한옥 소담정)
17, Cheomseong-ro
49beongil, Gyeongju, 38167, Corea del Sur
첨성로49번길
17, 경주시
Teléfono: +82
10 3540 7171
https://hanok-sodamjeong-kr.book.direct/es-es
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