Fundada en 1894, como dice su cartel, ésta es la pastelería más famosa de todo Madrid. Y es que su ubicación en plena salida del metro de Sol, hace que sus escaparates no pasen desapercibidos a nadie.
Su nombre se debe a su fundador, Juan Ripoll, un
mallorquín del siglo XIX. Y como buen mallorquín comenzó a hacer famosas las
ensaimadas por todo Madrid. La tienda comenzó a vender unos pocos pasteles,
fiambres y botellas y contaba con un salón interior.
Era lo más chic de la época, pues hizo que sus
camareros llevaran frac y atendieran en francés. Por eso fue visitada por toda
la alta sociedad madrileña y pronto sus tertulias se hicieron famosas. Entre
los más famosos se encontraban los autores de sátiras que firmaban todos como El Bachiller Alonso de San Martín.
Los precios son baratos, teniendo en cuenta donde
está. Aunque si quieres disfrutar del café de arriba, habrá que pagar un poco más, pero las vistas de todo el bullicio de la Puerta del Sol
merecen la pena.
Aunque los fundadores ya no son los mismos, pues vendieron el local a sus actuales propietarios durante la Guerra Civil, continúan manteniendo su esencia. Tienen dulces de todo tipo, pero están
especializados en repostería madrileña. Tanto es así que para San Isidro, las
colas para comprar las famosas rosquillas son interminables. También venden
licores y ponches segovianos de distintos sabores (kiwi, tiramisú, Selva
Negra…). En 1970 incluso patentaron la napolitana.
Tienen muchísimo personal, pero aun así, no dan abasto.
Es casi imposible tomarse algo en el apartado de cafetería de la planta de
abajo. Y para comprar un dulce en sus mostradores, hay que abrirse camino casi a
empujones. Y es que su fama es tal que, sea la hora que sea, siempre está llena.
Por eso es uno de locales de Madrid que se puede permitir el lujo de cerrar
durante mes y medio por vacaciones: del 18 de julio al 31 de agosto.
🕑 Horario: De 9'00 a 21'15
LA MALLORQUINA
Calle Mayor, 2
915 21 12 01
Madrid