Las normas de tráfico internacionales existen también en
China, pero simplemente no se cumplen. Las señales están, los policías están,
los radares también… pero pasan.
Nada más poner el pie en China te darás cuenta de que un
paso de cebra o un semáforo en verde para el peatón no significan nada. Lo mejor
es ir detrás de algún chino y seguirlo. Ellos saben cruzar muy bien, hasta que
aprendas a moverte entre los coches sin que te dé miedo, es lo más práctico.
Se adelanta por la izquierda, por la derecha, se va en
dirección prohibida, se va por la acera… Incluso se dan las rotondas al revés si
a alguien le apetece hacerlo, o se hace un cambio de sentido donde te venga en
gana. En carreteras de dos carriles, hasta caben cuatro filas de coches, todo
sea por pasar antes.
La pasividad ante esto es máxima. Si te apetece pasar,
simplemente pita. Los pitidos se multiplican en un ademán de indicar “que
quiero pasar yo” y ya está.
Además de los carriles de coches, hay carriles para motos y
bicis. Parece ser que las bicis en estos carriles no tienen que respetar los
semáforos para los coches, hay semáforos para ellos o siguen los de los
peatones. Pero para hacer trampa, en este carril de noche pasan las motos SIN
LUCES, así se hacen pasar por bicis sin ser vistos. Todo un peligro. Ten cuidado.
En la acera tampoco estarás a salvo si no vas con cuidado,
pues las motos, bicis y coches, si les apetece, pasarán por ahí y te avisarán
con el típico pitido de “ahora quiero pasar yo”.
La delincuencia en China
Aparte de los típicos timos de tener que pagar más sólo por
el hecho de ser extranjero (tarifa especial), no he tenido problema de
delincuencia ninguna. La gente que te acosará ofreciéndote productos, taxis y
demás, también los acosa a ellos, aunque menos. Simplemente haz lo que los
chinos: agacha la cabeza y no hables. En el momento en el que los mires o
les digas que no, te costará mucho que te dejen en paz.
No me han robado en ningún sitio, ni en las colas, ni en
las taquillas… nada. Iba sobre aviso. Usé candados para todas las
mochilas, incluso la que llevaba para las excursiones. Es muy difícil que
intenten abrir un candado en la cola de una atracción turística cuando tienen
otras más a mano.
La impresión en general es que me ha parecido un país muy
seguro si se va con precaución, como en cualquier país del mundo.
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