Mostrando entradas con la etiqueta Diario de Viaje China. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Diario de Viaje China. Mostrar todas las entradas

China: Día 13 – Kunming: Visitando Yanquan Scenic Spot y Yanquan Temple


Kunming es la capital de Yunnan y en ella viven más de seis millones de habitantes. Está llena de grandes edificios y macrocentros comerciales. Pero aparte de esto, no hay mucho que ver por la ciudad. Si no quieres perder el tiempo, directamente dirígete a ver las pagodas de la dinastía Tang (Dongsi Jie y Shulin Jie, desde Jinbi Lu en dirección sur), el Templo de Yuantong (6 yuanes, autobuses 85 y 101) o el Mercado de las flores y los pájaros (en Jingxing Street).

Pero lo más atractivo de Kunming es que está relativamente cerca de Shi Lin, el Bosque de Piedra, uno de los paisajes más bonitos del mundo.

El desayuno del hotel estaba situado en el otro edificio, donde me había equivocado el día anterior. Al final me regalaron el desayuno que faltaba, supongo que por el miedo a decirme que no estaba incluido no sabiendo inglés. El desayuno era chino chino, no me gustaba casi nada y tenía mucha prisa, así que... aparte de pan, una especie de churros y el café, no comí nada. Pero hay que reconocer que no estaba mal. Había un montón de platos calientes, que simplemente no me apetecían a esas horas.

Como me habían prometido, a las 8:00 ya estaba esperando allí la furgoneta. En ella fuimos a recoger a otros viajeros chinos a sus hoteles. Cuando estuvimos todos, nos pidieron el dinero. Todos pagaron, pero cuando llegaron a mí, me pidieron la misma cantidad que a los chinos pero… ¡¡¡multiplicada por 4!!!

Les pedí explicaciones, pero pasaron. Incluso los chinos que iban en la furgoneta se asombraron y empezaron a hablarle a la guía, hubo algunos que se enfadaron y todo del timo que me estaban dando. Nada: tarifa especial.

Un chino muy gracioso que se sentó a mi lado, no paraba de reírse y de decir en su idioma que me habían timado  Por medio del traductor del móvil y con mi diccionario dijo que era una vergüenza, más o menos. Este chino se apiadó de mí y me fue asesorando durante toda la excursión. La guía se pilló un rebote con él… le dijo que se callara, que dejara de hablarme, se llevó el dedo a la boca rogándole silencio. Pero el tío pasó de ella. Al final sí que iba a crear malestar en la excursión, tal y como había vaticinado la recepcionista del hotel…

Yanquan Scenic Spot

Nuestra primera parada fue a este paraje situado al pie de Fushi Mountain y  muy famoso por sus manantiales.


Este paraje solía servir como palacio temporal de Wu Sangui (conocido como Pingxi King) y de su amante, Chen Yuanyuan, durante la Dinastía Qin. Es famoso por su Muro de los nueve dragones y por Wanfo Cliff, el lugar con más connotaciones del Fenshui en todo Yunnan.




Lo más característico es visitar su templo budista. Debajo de las rocas donde están los edificios de madera del templo, fluyen aguas manantiales durante todo el año. Los chinos afirman que su sonido es como el jade, vete tú a saber por qué.




Este paraje estaba aún a 30km de Shi Lin. Yo ya creía que me habían vuelto a timar y que la excursión no era para el Stone Forest, sino para ver esto. Tenía una cara, entre el enfado del dinero y el Bosque de Piedra que no llegaba…


China: Día 12 – Kunming: Llegada al hotel: Fairyland Hotel (Guo Fang Road)


Mi vuelo hacia Kunming lo cogí a las 15’30 y a las 16’50 ya estaba allí. La reserva la hice con la web de Travelgenio por 130 € volando con China Southern.

En el aeropuerto intenté encontrar información turística, pero nadie hablaba inglés. También intenté comprar un mapa de la ciudad, pero me fue imposible. Bueno, lo compré gracias al diccionario, pero cuando lo abrí, pfff… estaba en chino. Ni papa.

Harta de dar vueltas y de no encontrar ni indicaciones ni nada, decidí coger un taxi. Un chino me paró ofreciéndome uno, regateé y lo cogí a buen precio, incluyendo los peajes de la autopista. Tuve que acompañarlo al parking del aeropuerto, allí llamó por teléfono a una china, que fue la que me llevó. Pero que no era taxista ni nada, era un coche normal. El chino se montó en el coche y a la entrada de Kunming se bajó y me dijo que ella me iba a dejar en el hotel. Ya iba yo bastante mosqueada porque llevaba 1 hora y media en el coche y los atascos no se acababan. Dudé de que me llevara a buen puerto, pero lo hizo. Bueno, más o menos.

Mi hotel era el Fairyland Hotel(Guo Fang Road), lo había reservado por Booking.es por 189 yuanes con desayuno (aunque al imprimir la reserva resultó que el desayuno sólo estaba pagado para uno de los huéspedes).

(云上四季连锁酒店昆明国防路店))
Dirección No. 6, West Wacang
Road
Kunming, 650032
China
瓦仓西路6
昆明, 650032

La mujer me dejó en la avenida principal y me dijo que mi hotel estaba en la bocacalle, que estaba muy cerca. No me fiaba nada pero, no hubo más remedio que coger las maletas. Cuando llegué al hotel que me indicó, resulta que mi reserva no estaba hecha allí. No me enteraba de nada, así que el recepcionista desesperado ya, me dijo que lo siguiera. Salimos del hotel, cruzamos la calle y giramos a la izquierda, y allí estaba el verdadero hotel. Se ve que tienen dos edificios muy cercanos, pero que pertenecen al mismo.

Lo mejor para no perder la referencia de dónde estáis, es bucar el Yunnan Museum, desde ahí está muy cerquita.



Cuando la nueva recepcionista me vio aparecer, puso una cara de susto… Tampoco sabía inglés. Y yo que quería reservar con ellos una excursión a Shi Lin. Pues nada, por medio del traductor online de la recepción nos fuimos comunicando y tuve la suerte de encontrar a un chino haciendo el check out, que había estudiado en USA y me sirvió de intérprete.

Yo quería reservar una excursión organizada, pero la china se empeñaba en que fuera privada. Yo le decía a nuestro interprete que no; que si no, me salía muy caro y que no quería nada privado y la tía que no paraba de poner pegas: que si las explicaciones iban a ser en chino y no me iba a enterar, que si era mejor que fuera sólo un coche… bueno, al final dijo la verdad: no quería porque pensaba que mi presencia iba a incomodar a los chinos que fueran en la visita. 😨

Le dije que de incomodar nada. Y es que en esta ciudad (y en otras) había bastante gente que parecía racista con los occidentales y no se querían ni sentar al lado de uno (y mucho menos con pelirrojos…)

Al final la convencí y quedamos a las 8 en recepción. La habitación estaba muy bien. Muy amplia y limpia. Era todo un lujo, sobre todo el cuarto de baño. Lo único, que la habitación tiene internet por módem, nada de wifi. Menos mal que en Hong Kong me había comprado un adaptador para así poder tener wifi en nuestros móviles y así ir reservando los hoteles…

Por la noche me di un paseo por la ciudad. Me dio el aspecto de una ciudad rica, nueva.  Aquí probé la novedad del MacDonald's: la Black and White, porque estaba anunciada por todos lados y me entró curiosidad.


Yo la llamo la ciudad de la Navidad, porque las avenidas estaban llenas de luces, los árboles, los monumentos, todo. Muy tranquila y moderna. Pero no están acostumbrados a los turistas extranjeros y no están preparados para ellos. Ha sido la única ciudad de China en la que fuera del hostal internacional, no he encontrado a nadie que hablara nada de inglés. Comunicarse era imposible porque ni te hacían caso. Cuando preguntaba a alguien, la gente se asustaba por no saber responder y, de hecho, ni me respondían. Corrían para alejarse. Incluso los taxistas, cuando me veían, no me hacían ni caso. ¡Qué situación! A veces fue muy desesperante.




Como dijo la recepcionista, les incomodaría… 


China: Día 11 – Guilin: Cueva de la Flauta y Las Pagodas del Sol y la Luna


Tan decepcionada quedé de mi excursión por el río Li, que decidí no hacer la excursión a las terrazas de arroz de Longji, pensando que probablemente sería otro paisaje destrozado por el afán de sacarle los cuartos al turista. Y, para no ponerme de mala leche, pues lo dejé.

Tras pegarme otro buen desayuno en el hostal, cogí el autobús para visitar la Cueva de la Flauta de Caña. El paisaje de Guilin es kárstico, así que en la mayoría de las colinas hay cuevas y muchas de ellas han sido usadas (y aún lo son) por campesinos para guardar sus cosechas o para refugiarse.

El timo de la barca en la Cueva de la Flauta de Caña en Guilin

Justo en la entrada me encontré con un chino vestido con un traje “parecido” al de guía oficial (tan parecido, que no me di cuenta hasta después, de que no era un guía). El tío me enseñó un álbum de fotos de gente que se había montado en su barca. Le dije en inglés que no estaba interesada, pero me miró y me dijo en español que tenía cara de española Me asombró tal perspicacia. Me dijo que él sabía algo de español y que había vivido en Barcelona unos meses y me volvió a enseñar su álbum afirmando que había fotos de españoles.

Me dio pena, porque me dejaba el viaje por 3 yuanes, una miseria. Me dijo que la entrada a la cueva estaba lejos y que tenía que subir muchos escalones y que con su barca llegaría antes (falso).



Tras dejarme en el mismo sitio donde me había cogido, nos despedimos. Así que de atajo, nada, jajaja. Bueno, gané un paseíllo barato en barca auténtica de bambú y más bonita que las del río Li.


La Cueva de la Flauta de Caña es la más visitada por ser la más cercana. En los años 60 la iluminaron con un montón de luces, para destacar sus formas y hacerlas parecidas a los nombres que les ponen a las rocas (campo de sandías, león que saluda…). La visita dura una hora, pero los guías son en chino.






La iluminación hace que la cueva sea curiosa. El problema es que ya la mayoría de las cuevas chinas están iluminadas del mismo modo, así que vista una, vistas todas. Aun así, merece la pena ver una de ellas, porque son muy bonitas.

Por la tarde me di una vuelta por Guilin y sus calles llenas de tiendas. Y me a ver las pagodas del Sol y la Luna.


De estructura parecida, se diferencian por su altura y porque una es plateada (luna) y la otra dorada (sol). Por la noche se ven mucho mejor porque están iluminadas con luces blancas y amarillas.



Era mi última noche en Guilin y la aproveché para pasear por última vez entre sus neones y marcha nocturna.





Nixon afirmó que, tras haber visitado más de 80 países y más de 100 ciudades, no había encontrado lugar en la Tierra que fuera más bello que Guilin, una verdadera perla brillante de China.

"I have visited more than 80 countries and over 100 cities. I have found that no city can surpass the beauty of Guilin. Guilin is really a bright pearl in China."

Por su parte, Clinton dijo que ningún lugar de China evocaba más la belleza del país, como lo hacía Guilin.

"No place in China is more evocative of the beauty of your country than Guilin."

Bueno, no es lo que yo esperaba. Con tantas reseñas y tantas fotos y vídeos vistos había puesto muchas expectativas en este lugar. Es bonito, pero infórmate bien para que no te pase lo que a mí y no te decepciones. Espero que no acaben con lo que queda de su belleza.

Yo me quedaré con frases tan bonitas como éstas y con el fondo de pantalla de Windows XP, que fue lo que realmente lanzó a la famaa Guilin, en la historia reciente

China: Día 10 – Guilin: Bamboo Rafting – La gran pantomima


Tras haber mirado el día anterior varias agencias para negociar el precio de las excursiones, reservé una con CITS para hacer bambú rafting y disfrutar del paisaje natural de Guilin. No salió muy caro.

Había quedado en el hostal a las 10, pero eran las 10’30 y no venía nadie a buscarme. El recepcionista me hizo el favor de llamar a CITS para ver si habían tenido algún problema. Lo solucionaron al instante y en poco tiempo estaba allí el autobús. Esta vez íbamos bastantes occidentales y la guía daba las explicaciones en chino y en inglés.

Durante todo el trayecto nos contaba lo que íbamos a hacer cuando llegáramos a la zona del río y que la excursión no era tan buena, porque íbamos a ir en una barca cuatro personas y no eran de bambú auténtico; pero que si contratábamos la de por la tarde (que nos hacían un precio especial) pues que podríamos disfrutar de un romántico paseo en parejas en una barca de bambú auténtico, podríamos ver la pesca con cormoranes y montarnos en búfalos de agua, water buffaloes. La estrategia era bastante buena y casi todos picamos.


Cuando paró el autobús llegamos a un sitio chabolero, con un montón de chinos pidiendo. La guía insistió en que fuéramos a los aseos, pero ningún occidental se atrevió a entrar del olor tan nauseabundo que salía de ellos. 


Nos llevaron a la orilla del río y allí nos montaron en una barca. Tenía razón la guía: de bambú nada, de pwc cutres. El paisaje se lo están cargando con tanto turismo y con los motores de estas barcas. Nos recomendaron que no metiéramos los pies ni en esta zona, ni en Guilin, por la contaminación que tenía el agua. Una pena.



Tras más de una hora disfrutando del paisaje, nos devolvieron al autobús. Y aquí nos separaron: quienes quisieran ir a Yangshuo en un bus y quienes hubieran pagado por la excursión de por la tarde, a otro, y se quedaban sin ver Yangshuo (de esto no nos había avisado nadie). Bueno, luego hablé con unos españoles que me dijeron cuánto les había decepcionado Yangshuo por lo turística y cara que se había puesto y que no merecía la pena; pero en su momento me cabreé bastante.

Siguiente oferta de la guía: si queréis comer, que sé que ya tenéis hambre por la hora, tened en cuenta que en la zona a la que vamos no hay ningún sitio para comer, pero yo os hago una oferta por tan sólo 10 yuanes. La tía se lo curraba, todo el autobús pagó.

Lo que no nos dijo era dónde era la comida. Nos metieron en otro poblado de chabolas auténticas, con más mierda imposible. Era la casa particular de una familia. Tuvimos que atravesar el salón, donde vendían bebidas y polos al lado de la cuna de un bebé y el parquecito de otro, y había niños semidesnudos rebozándose en la mierda del suelo. Después llegamos a la cocina, inimaginable la de mugre que podía haber, y nos sentaron en un patio que parecía un desván. Los occidentales nos mirábamos con unas caras… La comida era un plato de fideos de arroz hechos con la receta local (recordemos que el perro aquí es un manjar). No preguntamos qué llevaba. Nos comimos lo que pudimos porque estábamos desmayados y nos fuimos corriendo huyendo de las moscas. (Los fideos acabarían en el wáter del hotel, cuando llegué por la tarde. Los poté todos del asco acumulado que llevaba).





Después de comer nos dieron un tour por las chabolas, que afirmaban que eran de un antiguo poblado de pescadores. Bueno, mierda a mansalva, y niñas meando y cagando en mitad de la calle. ¿No queríamos turismo rural? Pues toma.





Allí nos montaron en unas barcas de bambú auténtico, de dos en dos, con tu sombrilla y todo. Han montado un esperpento en mitad del río. Ni disfrutas del paisaje y la tranquilidad, ni nada. Y es que, en medio del río hay unas rampas a motor para que te tiren con la barquita y te hagan la fotito, como si fuera un parque temático, y luego tu barca se para (quieras o no) en la orilla donde hay televisiones para que las veas y te las impriman por 10 yuanes. Los motores de las rampas inundan todo de ruido, así que de tranquilidad, nada.






Tras las fotitos, la barca nos lleva a que veamos la pesca con cormoranes. Una engañifa total. En el pasado sería así, pero hoy consiste en un chino que le tira los peces al río a los pájaros para que se los traiga, así que ni pesca ni ná. Si los peces están muertos y son siempre los mismos…



Y, por último, nos llevan a ver los wáter buffaloes y nos dejan hacernos una foto con ellos. Más mansos, imposible.



Después de toda esta pantomima, nos devuelven al hotel.


Y tras potar los fideos, acabé dando una vuelta por el centro y viendo la marcha que había. Gente por todas partes, lucecitas, señoras mayores bailando con música a toda pastilla en la orilla del río… Bueno, no es lo que esperaba de Guilin, paraíso rural, pero, en fin…