Mostrando entradas con la etiqueta Diario de Viaje Australia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Diario de Viaje Australia. Mostrar todas las entradas

Australia: Día 6 – Cómo llegar a Bondi Beach, en Sydney


Después de llegar al hotel y descansar un poco (¡por fin en una cama!), intenté coger el autobús para ir a Bondi Beach. Justo en frente del Best Western Twin Towers Hotel había una parada de autobús. Pero me dijeron que no podía subirme porque ya estaban extinguiendo los billetes en papel y necesitaba comprar una Opal Card. Así que intenté ir en tren. A una media hora o menos en línea recta desde esa parada de autobús se encontraba la Estación de St Leonard. Allí me dijeron lo mismo y, encima, no pude comprar la Opal porque era domingo y estaba cerrada la taquilla. Me mandaron a un 7-Eleven que había justo en frente de la estación. Le metí 20$, por si acaso me perdía y tenía que ir cogiendo trenes o autobuses de más, aunque el saldo mínimo es de 10$ cuando la compras.


Los trenes de Sydney pasan con menos frecuencia que el metro en España, cada veinte minutos o más. Eso sí, ni punto de comparación. Limpios hasta el extremo.

Desde St Leonard fui al centro en tren y, desde allí, cogí un autobús que me dejó en la misma calle que lleva a Bondi. La zona estaba llena de gente, sobre todo, surferos. Está llena de hostales dedicados a gente joven, donde se comparten dormitorios y/o baños por un módico precio (aunque a veces son caros para ser hostales).



Bondi Beach es la playa más famosa de Sydney y una de las más conocidas de Australia. Tiene tan sólo un kilómetro de largo, pero el atardecer allí es maravilloso. Hay una red para tiburones submarina, por lo que bañarse aquí es bastante seguro. Además, como el agua tiene una temperatura agradable durante todo el año, puedes darte un bañito incluso en pleno invierno. Yo me bañé a principios de agosto, por la noche, y fue genial.


Si no la encuentras segura, no te preocupes. La playa es la sede del equipo de rescate más antiguo del mundo, formado en 1907. Actualmente, el club es la organización de voluntarios más grande de Australia. Presumen tanto de sus servicios de salvavidas, que incluso tienen un programa de televisión llamado Bondi Rescue que lleva en antena desde 2006. El programa sigue a los socorristas municipales que patrullan en las playas de Bondi, Tamarama y Bronte mientras realizan su trabajo y cuentan con invitados de la talla de Rowan Atkinson o Hugh Grant.


La calle que lleva a la playa es Campbell Parade. Está toda llena de tiendas surferas, cafeterías y restaurantes. Algunos de ellos son de lujo, como el Bondi Iceberg.

Saliendo de la playa hay duchas, servicios, fuentes (incluso para perros).


Después de secarme, coger de nuevo el autobús y pasear un poco por el centro después de cenar, volví al hotel haciendo el mismo camino. Pero ya, con la Opal Card.

Cómo llegar a Bondi Beach

🚌 Desde King Cross Station:  coger la línea de autobús 326 que realiza el itinerario Bondi – King Cross – Circular Quay.
🚌 Desde Bondi Junction: coger la línea 333 – 380 con itinerario Bondi – Hyde Park – Circular Quay.

🚘 En coche: no te lo aconsejo, pero si no tienes más remedio, puedes usar esta página para ver qué aparcamientos hay y cuánto cuestan:

Australia: Día 6 – Opinión del Best Western Twin Towers Inn de Sydney


Mi primera idea era quedarme en un camping cercano a Sydney, pero todos los que miré tenían valoraciones malísimas en internet y, algunos, ni quiera aceptaban reservas por email (ni me contestaron). Echando cuentas de lo que me iba a costar el camping más el transporte desde éste a la ciudad, al final opté por un hotel que lo reservé el día de antes a través de Booking.es

Lo primero que vi de los hoteles de Sydney es que son caros. Y los del centro son MUY caros. Encima de que pagas un dineral por las habitaciones, ninguno tiene parking gratuito y en algunos casi pagas más por el parking que por la habitación. Descarté la opción de un hotel céntrico porque no sabía dónde iba a meter la campervan. Además, conducir por el centro es un caos y aparcar resulta imposible. Encima, cada vez que atraviesas el puente central para llegar al CBO hay que pagar peaje. La opción de los hostales ni la consideré. La mayoría sólo tienen dormitorios compartidos, o cuarto de baño compartido, o son para gente que va de juerga…

El hotel que elegí fue el primero que me salió a un precio razonable, con valoraciones buenas y con parking gratuito. Lo regentaban unos chinos que no entendían mucho inglés y que se hacían un lío con las habitaciones disponibles. Debido a un error, al final acabaron dándome una habitación mucho más grande y con dos camas de matrimonio, porque la mía no estaba arreglada (a pesar de ser ya tarde).

La habitación estaba muy limpia, tenía kettle y servicio de café, té y wifi gratuitos. 


Lo gracioso fue al día siguiente cuando estaba en el centro de Sydney y me llamaron por teléfono para preguntarme si iba a volver por la noche. Yo les dije que sí y el recepcionista me preguntó que por qué no había avisado. Le dije que no tenía que avisar, que yo había reservado la habitación para dos noches y que claro que iba a volver a dormir. Me siguió preguntando cosas absurdas, como que, si quería que me limpiasen la habitación para una hora concreta, y siguió regañándome por no haber avisado de nada.

Al final se me ocurrió que el tío estaba muy confundido y que se pensaba que no había llegado nunca al hotel porque no había nadie en la habitación asignada. Claro, me habían cambiado a una superior porque no estaba arreglada y no se había enterado. Si a todo esto le añadimos que no sabía hablar inglés y que no entendía mucho… hasta que se aclaró todo, me tiré hablando con él veinte minutos.

Ubicación:

Para encontrar un hotel así y tan barato, tuve que irme a las afueras de Sydney, al suburbio de Artarmon.

En frente hay una parada de autobuses urbanos. Pero para cogerlos es necesario tener una tarjeta prepago que hay que comprar en un 7-Eleven o en una estación.


A 15 minutos andando todo recto, siguiendo la calle del hotel a la derecha, está la estación de tren de St Leonard’s. Allí me hice con la tarjeta y pude llegar al centro de Sydney en una media hora.  

En coche tan sólo se tardan unos 15 minutos en llegar al Sydney Harbour Bridge siguiendo la Gore Hill Freeway.

Precio: 178$ por 2 noches en habitación doble y con parking gratuito.


   BEST WESTERN TWIN TOWERS INN   
260 – 264 Pacific Highway
Artamon. Sydney. 2064 Australia
+61294391388




Australia: Día 6 – Berrima, una parada imprescindible cerca de Sydney


Las excursiones que van de Canberra a Sydney suelen parar en Berrima a desayunar. No hay que desviarse mucho del camino y merece mucho la pena.

Berrima es un pequeño pueblo creado en 1829 que mantiene toda la esencia de antaño. La historia se siente en el aire. Incluso se dice que tiene el primer hotel que cuenta con licencia continuada desde 1839 y que se mantiene en su edificio original: The Surveyor General Inn. Este enclave prosperó por estar en la antigua Old Hume Highway, un punto de parada que llegó a tener catorce hoteles en 1840. Sin embargo, toda su fama se paró cuando comenzó la construcción del ferrocarril que dejaba a un lado esta ciudad. A partir de entonces, su población decreció considerablemente.


Hoy puedes ver edificios históricos como la Holy Trinity Anglican Church (1849), St Fancis Xavier Catholic Church (1851), Berrima Court House (1838) o el Berrima Gaol, un antiguo correccional femenino.

Berrima cuenta actualmente con 246 habitantes y está considerada como el mejor ejemplo australiano de un pueblo Georgiano. El pueblo se llena de turistas y se hace casi imposible aparcar, a pesar de tener varios aparcamientos gratuitos. Su calle principal está llena de cafeterías, pastelerías, tiendas de antigüedades y restaurantes. Fue una parada rápida e imprescindible en mi camino a Sydney.

Distancias:
  • 125 km hasta Sydney – 80 minutos.
  • 162 km hasta Canberra – 100 minutos.
  • 82 km hasta Wollongong – 50 minutos.   

Si quieres ver más fotos de Australia, puedes encontrarlas en mi tablero de Pinterest.

Australia: Día 5 – Opinión del Alivio Tourist Park Canberra


Uno de los mejores campings en los que he estado de Australia. Sin duda. Está todo muy organizado, como si fuera un hotel. La recepción abre hasta bien tarde y tiene bar-restaurante. Aquí tienes los precios:


El camping se divide en zona de villas, cabañas, caravanas y tiendas de campaña. Es bastante grande y está lleno de servicios.

Hay zonas para hacer barbacoas por todos sitios, pista de tenis, de baloncesto, columpios, piscina…y 200 mb de wifi gratis.

Los módulos de los aseos están limpísimos y cuidan hasta el mínimo detalle. Hasta hay dispensadores de champú y suavizante gratis en las duchas… Y las lámparas calefactoras son un plus en invierno.


Lo que más me gustó fue el módulo de la Camp Kitchen. El que me pillaba más cerca tenía una decoración muy cuidada, dos televisiones enormes, radiadores, y toda la cocina completa (microondas, woks, arroceras, barbacoa, fogones, tostadora, hervidores, sandwicheras, neveras y todos los cacharros de cocina). Otra cosa a su favor es que está cerrada. Todas las demás cocinas en las que he estado en Australia estaban abiertas y en invierno esto es una mierda, sobre todo cuando viene la lluvia con viento y sólo te queda estar ahí mojándote o estar dentro de la furgoneta…




Lo único malo es la ubicación. Aunque en el mapa aparezca cerca del centro de la ciudad, no es así. El camping está en un monte lleno de naturaleza. Para llegar al centro hay que atravesar el monte, que de noche prácticamente no está iluminado, dejar de largo una zona de chalets e iglesias de un montón de religiones distintas, seguir atravesando bosque al lado de la carretera y entrar ya en las afueras de la ciudad. El camino hasta el centro desde ahí es feo, las pintas de la poquísima gente que vi no fueron muy buenas y no me sentí nada segura haciéndolo.

En caso de querer hacer este recorrido en transporte público, no hay ningún medio que lleve al camping. Tan sólo te queda coger un autobús que vaya a las afueras y, desde allí, atravesar todo el monte. Vamos, que el monte, de noche, no te lo quita nadie. Menos mal que me llevé la linterna por si acaso.

Distancia al Parlamento andando: 1h 30'.

Precio: 49$


   ALIVIO TOURIST PARK CANBERRA   
20 Kunzea St, O'connor ACT 2602 Australia
Tel: +61 2 6247 5466
reservations@aliviogroup.com.au 


Australia: Día 5 – Visitando Canberra, la capital de Australia


Después de maravillosos paisajes desde Albury, que parecían sacados de La Comarca de El Señor de los Anillos, por fin llegué a Canberra. Mi idea era descansar un poco y patearme la ciudad viendo todo lo que pudiera de ella. Pero, lo siento. Me pareció aburridísima. Quería visitar la capital de Australia, pero te puedo decir que en el viaje a mí me pareció totalmente prescindible.

El camping que elegí parecía estar muy cerca del centro de la ciudad, pero no fue así. Estaba lejísimos y el transporte público no llegaba allí. Así que, a caminar. Anduve durante 1h 30’ hasta el Parlamento. Para ello tuve que atravesar todo el bosque del monte donde estaba el camping, pasar por una zona de chalets de lujo y dejar atrás las afueras de Canberra, con pintas ya no muy fiables. No es que fuera un camino agradable. Tenía la sensación de que estaba todo abandonado. Como en una peli de zombies. Podía pasar media hora hasta que veía a alguien aparecer de algún piso. Ni siquiera pasaban coches.


Mi primera parada importante fue el famoso Lago Burley Griffin. Las vistas eran maravillosas, una sensación de calma increíble y aquí, por lo menos, ya había gente. No mucha, pero algo es algo.



Después de pasear un rato por la orilla del lago, empecé a dirigirme hacia el Parlamento. El problema fue que el camino estaba en obras y acabé perdiéndome. Tardé muchísimo más de lo esperado en llegar y ya estaba todo cerrado. Así que disfruté un poco del paseo de vuelta, viendo los edificios por fuera.




El camino de regreso al camping fue muchísimo peor. Menos mal que me había llevado la linterna porque, una vez dejada atrás la zona de los suburbios, ya casi no había nada de luz. Llegué a estar totalmente a oscuras varias veces y sin un alma. Cuando por fin vi las luces del camping, me pareció que había llegado al cielo.


Mi visión de Canberra: me pareció una ciudad fantasma.