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Día 4 – Camboya: Cómo es la visita a Angkor


Por la mañana, muy tempranito, ya tenía en la puerta del hotel a mi conductor, Saroh, para llevarme a los templos. Y es que más tarde, es imposible por todos los turistas que se agolpan en los recintos. Pero, tampoco puedes ir al amanecer, ni al atardecer, porque estarás en las mismas…

Ir a Angkor es bastante fácil: tan sólo hay que seguir la carretera de la avenida en la que están los Jardines de la Independencia y el Museo de Angkor. Todo recto, durante unos 5 km.

De los tres tipos de entradas que existen, yo opté por la de un día. Ni tenía mucho tiempo, ni tampoco quería dedicarlo todo a los templos. Y, es que, después de la impresión y el entusiasmo inicial… luego ya me parecían muy repetitivos. Pero eso ya, depende de cada uno.

Sarah me llevó a las taquillas. Allí me hicieron una foto y me dieron impresas las entradas. En ellas aparecen los datos personales para que no se puedas falsificar.


A continuación, acordé con mi conductor que iba a hacer el recorrido corto, viendo lo imprescindible. Y es que hay tres complejos que no te puedes perder: Angkor Wat, Bayón y Ta Prom. Este circuito tiene un recorrido de unos 17 km.

Angkor cuenta con el edificio religioso más grande del mundo: Angkor Wat. Es Patrimonio de la Humanidad y el orgullo de Camboya. Gracias a él, la zona se está revitalizando y están consiguiendo ganar algo de dinero que invertir en el país. En su reconstrucción y mantenimiento están participando otros países, como China o Corea.

Su construcción comenzó en el 802, con el rey Jayavarman II, quien unificó los reinos que habitaban en Camboya e inició una época que llevaría al florecimiento del imperio jemer. Desgraciadamente, su declive comenzó en el siglo XIV y, en el XV, quedó olvidada hasta que un explorador francés la descubriera en 1860. Allí tan sólo quedaba un monasterio con monjes y esclavos.

1. Angkor Wat: es la estampa más bella de toda Camboya. Te pone los pelos de punta. Se realizó a principios del siglo XII y representa el universo según el hinduismo. En su centro se halla el Monte Meru: la torre central de Angkor Wat. Todo ello rodea por un foso, que simula el mar. 


2. Angkor Thom: se construyó junto al rio Siem Reap a finales del XII. Constituye la ciudad fortificada del complejo, que llegó a albergar a más de un millón de personas. Está lleno de templos, entradas, esculturas… Las puertas piramidales de 28 metros de altura muestran las cuatro caras de Avalokiteshvara, que protege la ciudad mirando a los cuatro puntos cardinales.  Uno se puede perder fácilmente entre tanta jungla. 





Los lugares más representativos en Angkor Thom son:

●  El Bayon: mundialmente famoso por Tom Raider. Se halla en el centro de la ciudad y es todo un misterio. Contiene más de 200 caras con una enigmática sonrisa, que adornan 37 torres.

En frente de la entrada hay una zona de restaurantes callejeros, con unas condiciones un poco… malas. Delante de ellos se agolpan las decenas de tuk tuk aparcados, con los conductores descansando mientras esperan a sus turistas. También hay un sitio donde contratar un paseo en elefante. No lo recomiendo para nada. Los animales están en unas condiciones pésimas y son muy maltratados.


●  El Baphuon: dedicado a Shiva y simulando una montaña.


●  Phimeanakas: es el más antiguo del complejo. Fue construido en el siglo X.


●  La terraza de los elefantes: constituye un paseo de 350 metros por donde desfilaban las tropas reales.
 

En cada esquina de la ciudad fortificada verás un pequeño templo Prasat Chrung, en el que la gente sigue dejando sus ofrendas, y pequeñas pagodas, como la de Preah Ngok:


3. Ta Phrom: otro de los imprescindibles. La naturaleza ha echado raíces en el templo. Construcción y vegetación se unen resultando en una belleza sin igual. Piedras inmensas se ha ido cayendo y depositando en el suelo, entre los árboles, y siendo el único remanente de las pasadas bibliotecas, salones de bailes, templetes… que llenaban el templo.


4. Ta Keo: justo antes de irte visitarás este inacabado templo dedicado a Shiva. Su construcción se abandonó de repente por razones desconocidas.


De vuelta a Siem Reap, con la llovizna, aproveché para comer algo en Pub Street y darme una vuelta por el centro. 


De postre, una parada en el único centro comercial de Siem Reap, Lucky Mall, para comprar un coco de gelatina.



➤ 12 Consejos para visitar los Templos de Angkor

Los niños mendigos de Angkor


Hace unos años, cuando escuchabas hablar de Angkor a alguien que ya había ido, era inevitable que hablaran de los mendigos. De que no te dejaban en paz, de que algunos eran incluso violentos, de que era una pena como estaba todo lleno de estas pobres gentes, de que no sabían cómo ayudarles…

Por suerte, la situación está cambiando bastante y ya no es tan usual encontrarse con niños mendigando en Angkor. Las autoridades y las ONGs, sobre todo éstas,  están trabajando a fondo para hacer que cada vez más niños vayan a las escuelas y no estén en la calle. Esto no quiere decir que no te encuentres con casos que te ponen los pelos de punta.

Los adultos (padres o cuidadores) emplean a niños, porque dan más pena, para pedir a los turistas. Piden dinero o comida. Hay que saber que nada de esto irá a parar a los niños. Todo será para el adulto que se esconde entre los árboles, al que se lo darán en cuanto te des la vuelta, para evitar represalias.

Las últimas medidas que están llevando a cabo los vigilantes de Angkor incluyen la idea de quitarles a estos niños todo lo que le hayan dado los turistas. Los tienen vigilados, saben dónde están y, en cuanto consiguen alguna limosna, llega el vigilante y se la quita.

Aunque parezca cruel, lo que quieren es que les llegue a los adultos el mensaje de que allí no van a conseguir nada con los chavales. De este modo, están consiguiendo que muchos no utilicen ya a menores para estos menesteres y sus posibilidades de asistir a clase, aunque bajas, empiezan a aumentar.

Todo esto hay que tenerlo en cuenta cuando visites los templos. Yo sólo vi a dos de estas criaturas. Uno de ellos era un chico de unos 9 años, que hablaba un poco de inglés. Intentaba iniciar un poco de conversación con los turistas y, cuando ya había captado su atención, entonces les pedía limosna.

La segunda niña, daba una penita increíble. Una nena de unos 5 años, sola en medio de un camino. Allí se abrazaba a todo el que pillaba y lo miraba con cara de pena para que le dieran comida. Pero no dejaba de mirar más allá, hacia unos setos donde se escondería el que la vigilaba.


Fue horrendo ver cómo dos españoles (¡tenían que ser!) se pararon a hacerse fotos con ella, a abrazarla, y a darle chocolatinas ante los ojos atentos de uno de los guardias de Angkor. Pero, ¿no habían avisado por todas partes de que eso es malo? Están en las guías de viaje, está en cualquier página de Internet sobre Angkor, los dicen los guías, avisan los vigilantes, en los hoteles… pues nada. Me puse… uffff. 



➤ ¡Cuidado con los monos de Angkor!

Camboya: Dónde ver Bailes Apsara en Siem Reap


En la mitología camboyana los apsaras eran seres sobrenaturales que se disfrazaban de hermosas doncellas que bailaban ante los mortales para cautivarlos.

Su recreación como danza ceremonial parece ser que surgió en el siglo IX en Angkor. Las bailarinas danzaban ante el rey bendiciéndolo con sus delicados movimientos.

Según una leyenda, el eremita indio Kampu, se casó con una bailarina de Apsara llamada Mera. De esta unión procede el antiguo nombre de Camboya: Kampumena, o Kampuchea.

Con Jayavarman VII llegó a haber más de 3000 bailarinas en la corte, aunque los bailes sólo se realizaban ante el rey. Su fama fue tan grande que cuando los Tailandeses saquearon Angkor en el siglo XV, se llevaron con ellos un amplio grupo de bailarines de cuelta a casa.


Durante la época de los Jemeres Rojos, se prohibieron todas las manifestaciones culturales, por lo que esta danza cayó en el olvido. La Princesa Boppha Devi, que había sido una bailarina principal del espectáculo real, fue la encargada de promocionarlo. Para ello estudió en profundidad los miles de relieves que hay en los templos y, de este modo, pudo aprender más movimientos de la danza centenaria. Pero no fue hasta 1995, dieciséis años después de la caída de los Jemeres Rojos, cuando se pudo ver de nuevo una representación de Apsara. Para ello, eligieron como escenario el fabuloso Angkor Wat.


Hoy, gracias al turismo, ha resurgido con fuerza. Y eso que no es fácil: dominarla implica aprender sus más de 4500 movimientos y realizarlos mientras se mantiene un rostro sereno e inexpresivo.

En el año 2008 fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Bailes Apsara en Temple Club 

Yo fui al alma de Pub Street. Este lugar siempre está lleno de gente y el bullicio es enorme. Cuenta con dos plantas y es en la parte de arriba donde todas las noches ofrecen espectáculos de Apsara.

La entrada es gratuita. Tan sólo hay que consumir algo, aunque sea una cerveza. En la zona de arriba hay dos billares, mesas y sillones. Conviene llegar temprano para pillar un buen sitio.


En medio de la sala se encuentra el escenario y en sus extremos hay tres músicos de instrumentos tradicionales sentados en el suelo. Poco a poco van apareciendo unos cuantos chicos y chicas engalanados para la ocasión. Sus vestidos sus únicos y llaman mucho la atención. Aunque no seas fans de este tipo de espectáculo, los trajes te impactarán y siempre es bueno conocer alguna representación artística del país para llevarse a casa una experiencia más plena.



Los precios de la comida y de la bebida son muy accesibles. La comida es abundante y no está mal. Tiene una gran selección de comida occidental, sobre todo. Su carta la puedes ver en su web.

Horario del espectáculo: de 19’30 a 21’30.   ¡Cuidado con los carteristas! Vigila bien tus cosas.
Dirección: Street 8, Krong Siem Reap.


Otros lugares donde ver espectáculos de Apsara:
  • Apsara Theatre: todos los días hay una cena a las 19’30 y un baile a las 20’30. Suele costar unos 25$ y se realiza delante del Angkor Village Hotel. La entrada la puedes comprar en tu hotel o en cualquier agencia de viajes de la ciudad. www.angkorvillage.com 
  • La Noria Hotel: los miércoles y los domingos a las 19’30 niños de una ONG realizan las danzas. (River Road, north of Highway Nº 6). El precio es de 6$. www.lanoriaangkor.com
  • Grand d’Angkor (Raffles): el lugar más suntuoso de todos. Hay cena+espectáculo todos los días, pero hay que reservar antes. Se hace en el fabuloso hotel que hay en frente de los Jardines de la Independencia.
  • Angkor Mondial Restaurant: cuesta unos 48$ y con una cena buffet. (Pokambor Avenue, Intersection Samdech Tep Vong).
  • Alliance Café: espectáculo de 20’30 a 21’30. Se recomiendo reservar con antelación. www.allianceangkor.com
  • Crystal Angkor Restaurant: cada noche hay bailes desde las 19’00. www.crystalangkor.com
  • The Khmer Barbe Q: las cenas comienzan a las 19’30 y los bailes a las 20’00. www.restaurant-siemreap.com
  • Kullen II Restaurant: el baile va acompañado de un buffet que comienza a las 18’00. www.koulenrestaurant.com
  • Smile of Angkor: es un gran espectáculo con láseres en 3D. Hay que reservar y comienzan a las 19’15.



Camboya: 12 Consejos para visitar los Templos de Angkor



1. Elege bien la ropa que vas a llevar

La humedad es agobiante y se suda mucho pero, por otro lado, tendrás el problema de los bichos. Por lo que es mejor evitar la manga corta y los pantalones cortos, sobre todo al amanecer y al atardecer. Es importante llevar una ropa que transpire bien.

Para entrar a algunos templos no puedes llevar faldas cortas (a veces tampoco dejan pantalones cortos), sombreros, camisetas de tirantes, ni escote. Lleva algo para taparte en la mochila y solucionado. No avisan de esto en ningún sitio y, después de llevar un buen rataco esperando en la cola, es una faena que te echen para atrás. De todos modos, fuera del complejo, en los mercadillos de las entradas hay todo tipo de kits para los templos, pues saben que hay mucho despistado y se aprovecha.

La llovizna puede arruinarte el día. No olvides echar en la mochila un paraguas o un chubasquero y una funda impermeable para la cámara, por si acaso.

2. Decide bien tu medio de transporte
  • No hay transporte público. Por tu cuenta debmos seguir la carretera del Museo de Angkor todo recto hasta llegar a las taquillas.
  • Tuk tuk: se pueden contratar en los hoteles o en cualquier calle. Se acuerda con el conductor qué quieres visitar (el recorrido corto o el largo) y, en función de eso, se regatea. En la calle los puedes encontrar más baratos que en los hoteles. Lo normal es que cobren unos 15$ por el recorrido corto y se pague al final del trayecto, para que no te dejen tirado mientras visitas un templo y te esperen a la salida.
  • Bicicleta: es la manera ideal. Si hubiera tenido tiempo, lo hubiera hecho así. Hay que estar en buena forma, pero es bastante accesible. El recorrido corto tiene un trayecto de 25 km. El terreno es llano y la carretera está bastante bien conservada. Muchos hoteles ofrecen bicis gratis. De todos modos, alquilarlas sale bastante barato.
  • A pie: no se puede. Las distancias entre los templos son tan grandes, que es imposible hacerlo. Entre un templo y otro suele haber un mínimo de tres kilómetros, más 5 kilómetros de ida desde Siem Reap a las taquillas y otros tantos de vuelta, caminar entre los templos… es inviable.
  • Visitas organizadas: por los hoteles o por cualquier agencia de viajes que contrates. Utilizan minivan, o coches privados (si pagas más). Pero, realmente, no merecen la pena. Se pierde el encanto de ver el paisaje en condiciones. Y, además, van como hormiguitas siguiendo al guía, rápido, rápido, sin poder detenerse mucho en ningún sitio.
  • Elefantes: darse una vuelta por las entradas de los templos en elefante sale barato. Pero no lo aconsejo. Los pobres están en unas condiciones pésimas. Los tratan mal, están esclavizados y, cuando no sirven ya para llevar a turistas, los abandonan sin más en mitad del bosque. Están totalmente explotados. Si quieres montar en elefante, visita otros sitios en los que te garanticen que están haciendo todo lo posible por su conservación, como Elephant Conservation Center, en Laos.
  • También se pueden contratar helicóperos (muuuy caros) y globos aerostáticos. En tu hotel te lo pueden gestionar.

3. Elege el tipo de entrada que más te convenga

Depende del tiempo del que dispongas, así puedes comprar los tickets para:
  • 1 día: 20$
  • 3 días: 40$
  • Una semana: 60$
4. No te pierdas

Hay mapas del complejo en todos los hoteles. Tienes que saber que, si vas por tu cuenta, las taquillas para comprar las entradas están siguiendo la carretera que parte del Museo de Angkor, en Siem Reap. Se encuentran a 3 km de la ciudad y a 2 km de los templos.

Si no vas por esta carretera, luego será mucho más difícil, porque te encontrarás en la entrada de los templos, pero no tendrás los tickets. Así que te obligarán a dar media vuelta en dirección a las taquillas.

5. Lleva bastante agua

Con tanta humedad, se pierde mucho líquido y será necesario hidratarse bien. Allí puedes comprar agua, pero a un precio muy superior al de Siem Reap.

6. Ten cuidado con los monos

Aunque parezcan encantadores, intentarán quitarte todo lo que les llame la atención, incluidos los móviles y las cámaras. Su perdición es la comida y te pueden morder. Ten en cuenta que pueden trasmitir enfermedades como la rabia.


7. Ve con calma

Si vas en tuk tuk, lo alquilarás por recorrido, no por horas. Tenlo en cuenta para no pegarte el atracón de templos, sin disfrutar de nada.

8. El antimosquitos es esencial

Aunque la zona esté mejorando en cuanto a malaria, es necesario ir cubiertos. Angkor está lleno de zonas húmedas, ideales para los mosquitos. Goibi Extreme me fue muy bien para evitar las picaduras.

9. Piensa en los horarios

Los templos abren de 5’00 hasta las 17’30. El amanecer y el anochecer son preciosos de ver, pero están saturados de gente y, al final, es casi imposible hacer ninguna foto. Si no quieres amargarte con miles de turistas con sus trípodes, evítalos.

10. Cuidado con los mercadillos

Es importante regatear y no dejarse timar por los vendedores. Lo intentarán por todos los medios.


11. No fomentes la mendicidad

La mendicidad está siendo reducida a marchas forzadas en Angkor. Las imágenes de decenas de niños pidiendo en los templos ya no es tan usual. De todos modos, si veis a niños mendigando, no les des nada. Ni caramelos, ni comida. Normalmente todo va a parar a manos del adulto que los espera detrás de cualquier árbol y les obliga a seguir pidiendo. De este modo, estos niños nunca irán a la escuela y seguirán siendo pobres.

12. Cuidado con el sol

Aunque pueda parecer que no hace sol  porque esté nublado, hay que llevarse una gorra y protección, porque te puedes quemar igualmente. 


➤ ¡Cuidado con los monos de Angkor!


Camboya: Día 3 - Siem Reap: Opinión del The Cambodian Circus, Phare


Después de los templos de Angkor, sin duda, esto es lo que más me gustó de mi vista a Siem Reap. Por la noche me quedé un buen rato mirando al cielo para ver cómo los murciélagos gigantes de la fruta hacían su peregrinación desde los grandes árboles de los Jardines de la Independencia hasta Angkor. Un espectáculo increíble.

Asombrada por tanto bicho, continué mi camino por la carretera de Angkor hacia el Circo Phare. La acera se acaba, hay que continuar por el arcén de una carretera con mucho tráfico, hasta llegar al Museo de Angkor. Allí pregunté a los guardas y me indicaron el camino, había que girar a la izquierda y continuar hasta el final de la calle.

Si hubiera ido en tuk tuk, quizás no me hubiera llevado esa primera impresión. Y es que, de noche, con una calle muy poco iluminada y vacía, lloviznando… (un panorama) y, encima, todo lleno de descampados y chabolas. Casi me di media vuelta cuando vi la parte trasera del solar del circo.

Menos mal que no lo hice. Continué andando hacia la izquierda, otra vez, y ya vi la entrada muy iluminada. Lo dicho, en tuk tuk, una vez más, hubiera formado parte de ese gran espejismo para turistas que han construido en Siem Reap.

Qué es el Circo Phare 

La tradición circense en Camboya es tan antigua como sus templos, y es que así lo demuestran los relieves realizados en el siglo VI, que enseñan cómo artistas del circo amenizaban todo tipo de ceremonias y festivales.

En 1960 el rey Norodom Sihanouk fomentó una gran revitalización del circo camboyano, que quedó brutalmente aniquilada en 1975 cuando las tropas jemeres rojos con Pol Pot arrasaron el país y abolieron cualquier tipo expresión cultural y creativa, asesinando a todos los artistas que quedaban en el país.

Con la ocupación vietnamita y los jemeres rojos escondiéndose selva adentro, ocho jóvenes camboyanos, que habían conseguido estar en un campo de refugiados en la frontera con Tailandia, decidieron ayudar a reconstruir la gran tradición escénica en el país.

Su gran idea fue crear el Phare Ponleu Selpak (El Faro de las Artes) y fundaron una escuela de artes visuales e interpretativas. Este espectáculo solidario comenzó su andadura en 1994, en Battambang, una de las zonas más deprimidas de Camboya. Su objetivo primordial fue el de ayudar a niños excluidos socialmente, pobres, abandonados, huérfanos…  

Desde entonces, más de 1.400 estudiantes han pasado por la escuela del circo, que se encuentra en una zona rural cercana a la frontera con Tailandia (una de las más peligrosas del mundo por la gran corrupción policial que asola esos lugares). Los apartaban de las calles, de los problemas familiares y del tráfico de drogas dándoles gratis comida, educación y una formación ocupacional.

Más adelante, los creadores (que aún sufrían de estrés postraumático por haber sobrevivido a la masacre de los jemeres), decidieron poner una gran carpa en Siem Reap y empezar a realizar espectáculos protagonizados por algunos de sus estudiantes. Un éxito total.



El dinero recaudado se destina a financiar su escuela y agrandarla, ofreciéndoles un futuro a sus alumnos.

Mi visita al Circo Phare

Phare no es un circo normal, tiene un aire alternativo que encanta. Sus cantes y bailes suenan al Circo del Sol, pero con un presupuesto muchísimamente inferior. Aunque sus artistas son excepcionales.

Su carpa era lo más iluminado de la calle. No había pérdida porque la entrada estaba ya llena de tuk tuk, y eso que había ido con una hora de antelación. Nada más entrar me recibieron sus empleados, con una sonrisa y una amabilidad enorme. Como había comprado la entrada por Internet, me ahorré la primera cola y pasé directamente al segundo jardín. Allí había un montón de paneles que contaban la historia de este circo.


Después de leerlos, pasé a una tienda de recuerdos y a la zona del restaurante. Allí me dieron gratis una bolsa de palomitas y, los que habían comprado el pack de cena + espectáculo, ya estaban allí sentados. Los precios no eran muy elevados.

Justo a la entrada de la carpa, ya había cola. Las entradas normales no tienen numeración, por lo que el primero que llega tiene el mejor sitio. Las entradas VIP sí que tienen asientos numerados, y son los de mejor visibilidad.

Por eso hay que ir pronto y es que algunos sitios no permiten ver bien el espectáculo o las pantallas que traducen lo que hablan los actores.

La obra estaba llena de acrobacias, contorsionismo, bailes, música, mimo, comedia… y un montón de risas. No hace falta saber camboyano. Los actores hablan muy poco y todo está traducido al francés y al inglés en las pantallas. Pero, no es imprescindible para entenderlo y disfrutar.


El teatro es pequeñito y hay un montón de ventiladores bajo la carpa. Yo llegué a tener frío, y es que fuera seguía lloviendo y ya estábamos todos mojados cuando entramos. Lo único bueno de tanto ventilador a tope era que no había mosquitos.

Durante más de una hora disfrutamos como enanos. Otra de las cosas que hace que Phare sea distinto es que está lleno de motivos camboyanos: la música, los bailes, los temas… Todo ofrece un acercamiento a la cultura e historia del país. En mi caso, pude disfrutar de una obra que hablaba de cómo una de las creadoras de este circo había sobrevivido al drama de los jemeres rojos, su familia había sido asesinada pero ella había encontrado refugio en una familia que la había adoptado. Este drama estaba contado de manera tierna y, sorprendentemente, lleno de comedia.



Al final del espectáculo, los actores se quedaron en el escenario para quienes quisieran hacerse fotos con ellos o charlar un poco. Hablaban inglés bastante bien. También pusieron unas cestas donde podías echar donaciones. La gente estaba tan encantada que las cestas se llenaron en unos pocos minutos.

Así que… una vez vistos los templos, no abuses de Pub Street, que cerveza y pubs hay en todas partes, y disfrutar de este espectáculo único y solidario.

Consejos:
  • Llega muy temprano para coger un buen sitio, si no has comprado las entradas VIP.
  • Compra la entrada por internet, porque llenan casi todas las noches.
  • Lleva un paraguas porque hasta que entres vas a estar a la intemperie, en el jardín que da entrada a la carpa.
  • Lleva una chaqueta fina por si te toca sentarte junto a uno de los enormes ventiladores y te chafa la noche pensando todo el rato en el frío que estás pasando.
  • Compra algo en el restaurante o en la tienda de recuerdos para contribuir con esta causa.

   PHARE, THE CAMBODIAN CIRCUS   
Comaille Road,
detrás del Angkor National Museum – delante del Angkor Century Hotel
Siem Reap, Camboya
ticketing@pharecambodiancircus.org
+855 (0) 15 499 480 & +855 (0) 92 225 320



Camboya: 15 cosas que ver y que hacer en Siem Reap (aparte de Angkor)



15 cosas que ver y que hacer en Siem Reap (aparte de Angkor)


1. Tomarse algo en la mítica Pub Street: la zona más famosa de la ciudad. Hay un montón de restaurantes, cafeterías, tiendas de souvenirs y cajeros. Se reconoce porque es el sitio donde hay más tuk tuk aparcados, y más gente. En ambas entradas a la calle hay un gran cartel de lucecitas y está todo iluminado con cubos de colores.

El precio de la comida es europeo, aunque hay bastantes ofertas con las cervezas y combinados. En algunos pubs, la happy hour dura todo el día. La comida es predominantemente occidental, pero también hay lugares donde ofertan comida jemer y hot pot.

Alrededor de Pub Street han surgido un montón de calles similares y con grandes ofertas. La tradicional happy pizza (con marihuana) está en declive y ya no hay tantos sitios donde la vendan.


2. Comprar recuerdos en el Old Market: el mercado viejo es el mejor sitio para comprar souvenirs. Como en todas partes, habrá que regatear para obtener un buen precio. Las tiendas que dan a la calle están abiertas hasta por la noche, las del interior cierran a las18’00, más o menos.

Dentro hay un ambiente muy agobiante. En el centro se encuentran los puestos de comida y el olor a sangre, carne y pescado, es sofocante.


3. Comprar más recuerdos en el Night Market: cuando cierra el Old Market puedes seguir de comprar en este mercado nocturno, aunque algunos puestos también abren por la tarde. Es mucho más moderno y tranquilo. Se encuentra en la otra orilla del canal y para llegar a él hay que cruzar el puente. Los precios son más altos porque se centra, básicamente, en la venta de artesanía.

También tiene algunos restaurantes en su interior, que no tienen mala pinta.


4. Hacer la ruta de los Wat (Templos): la ciudad está llena de pequeños templos a los que puedes dedicar parte de una mañana. Su visita es gratuita y es bonito ver a los monjes rezando y cantando en su interior. Suelen cerrar a las 18’00.

●  Wat Preah Prom Rath: es el templo más famoso de Siem Reap. Está junto al canal y data de 1915. Es bastante grande, pero no le dedicarás más de diez minutos.


●  Wat Phomcheck Phomchom: pequeñito, pero agradable. Se encuentra situado en frente de los Jardines de la Independencia y en sus puertas hay músicos tocando piezas tradicionales. En el exterior, en mitad de una rotonda, hay un pequeño templete siempre lleno de ofrendas y gente rezando.


●  Wat Bo: es uno de los más antiguos de Siem Reap. Alberga pinturas murales de finales del XIX.


●  Wat Preah Inkosei: está construido sobre un antiguo templo angkoriano, todavía se conserva su puerta trasera original.


●  Wat Athvea: atractiva pagoda situada en el terreno de un antiguo templo.


●  Wat Thmei: está situada junto a la bifurcación izquierda de la carretera a Angkor Wat. Tiene una stupa decorada con restos óseos de las víctimas de los jemeres rojos.


5. Visitar el Museo Nacional de Angkor: su precio es excesivo, 12$ por persona. Está en la carretera que va a Angkor y el edificio es muy hermoso.


6. Darse un paseo por la Residencia Real y los Jardines Reales: la Residencia no presenta mucho interés. No se puede visitar, ni tiene mucho aspecto de palacio. Es famosa por ser el lugar en el que se albergaba el rey cuando venía de visita a la ciudad.

En frente puedes ver los jardines, llenos de árboles donde descansan los enormes murciélagos de la fruta. A la izquierda tienes un magnífico templo y delante está situado el Hotel Central.


7. Disfrutar de un tradicional Espectáculo de Apsara: hay dos espectáculos famosos en la ciudad. El primero se realiza cada noche en el Hotel Central. El espectáculo es bastante caro; la otra opción te lleva a Pub Street. Allí está Temple Club, en cuya segunda planta se ofrecen espectáculos de Apsara cada noche a las 20’00. Los bailarines no tienen mucha calidad, pero le ponen ganas. Los músicos sí que resultan más profesionales.

El espectáculo es gratuito para todos aquellos que se quieran tomar algo en el pub, o jugar al billar. Está repleto de comida occidental y cervezas a 1$ ó menos.


8. Deleitarte en el Circus Phare: la joya de la corona de Siem Reap. Un espectáculo único y una gran oportunidad para apoyar una buena causa. En este post amplío la información sobre este tema. 👉  Más información.


9. Darse un masaje: la ciudad está llena de locales y spa, desde los más cutres, hasta los más suntuosos, las relaciones públicas no pararan de atosigarte con propaganda.


10. Darse un masaje de pies con peces (ictioterapia – Fish massage): antes de que se pusiera de moda en el resto del mundo, los camboyano ya habían inventado esta manera tan rara de masaje. Locales con pececitos hay por todas partes a precios razonables. O lo disfrutas plácidamente, o no lo soportas desde el minuto cero y tienes que dejarlo.

Cuidado, pueden transmitir enfermedades como el sida o la hepatitis C. Estos peces nadan en aguas termales donde se sumergen todo tipo de pacientes. A través de los mordiscos de los animales, bacterias y virus pueden ser transmitidos de unos clientes a otros. De ahí que ya hayan sido prohibidos en algunas zonas de EE.UU. y Canadá.


11. Montarse en un tuk tuk: es algo imprescindible para vivir Siem Reap a tope. Los tuk tuk están por todos lados, hasta hay algunos con una pegatina que afirma que son VIP. Los conductores suelen ser muy insistentes y molestan saliendo a cada paso para encasquetarte uno. Deben cobrar 1$ por trayecto urbano y 2$, si es por la noche. Todo lo que exceda este precio hay que regatearlo duramente.


12. Hacer la ruta de los puentes: la ciudad está llena de encantadores puentes que cruzan el canal. En la rivera hay un bonito paseo lleno de bancos para sentarse, esculturas y farolas con detalles labrados.




13. Participar en un curso de comida camboyana: casi todos los restaurantes y pubs del centro, así como bastantes hoteles, ofrecen un curso básico para turistas.

14. Perderse por sus calles para salir del espejismo (todo está perfecto) que han montado en el centro, para saber lo que se cuece realmente en esta ciudad, ver cómo viven y cómo es el día a día de estas gentes más allá de la zona turística.


15. Sentirse como Batman: ver miles de murciélagos gigantes yendo cada día, al anochecer, durante más de 20 minutos, hacia Angkor para comer un aperitivo.


Una vez visto y hecho todo, sólo te queda una cosa: visitar la maravillosa Angkor