Llega la primavera y con ella la floración del cerezo en el Valle del Jerte. Este particular Hanami español es visitado por miles de turistas en estas fechas y es que el entorno lo merece. Piscinas naturales, gargantas impresionantes, sabrosa gastronomía, bosques de castaños y robles… y cerezos, cientos de cerezos. El Jerte se convierte en paraíso en marzo, aunque… con demasiada gente en él.
¿Se puede hacer en un día la Ruta de los Cerezos del Jerte?
Sí, madrugando mucho. Aunque lo ideal es quedarse un fin de semana, como poco, para así hacer más rutas por las diversas gargantas o combinar esta ruta con la visita a la comarca de La Vera. Pero si no tienes tiempo, puedes disfrutar de lo básico en un día bien organizado. Yo salí de Madrid a las 7’00 y regresé a casa a las 23’00.
Hay dos opciones para hacer el camino completo: empezar por el norte, viniendo desde Ávila y llegando a Tornavacas; o comenzar por el sur, desde Plasencia. Yo decidí iniciarlo por el norte, porque luego es más rápido la vuelta a Madrid por la autovía.
Mi ruta por el Valle del Jerte
1. Mirador del Valle del Jerte: nada más llegar al
valle, podrás disfrutar de lo que más adelante te vas a encontrar si te asomas al mirador del Puerto de Tornavacas. No tiene pérdida, estará lleno de
coches y autobuses. Las vistas son espectaculares, todo blanco. No extraña que
sea uno de los puntos más fotografiados del norte de Extremadura. En el mirador
hay unas cestas típicas con cerezas para que te puedas hacer fotos sujetándolas
como buen recolector.
Allí hay varios puestos de productos típicos del
Jerte. No desesperes, te vas a encontrar muchos sitios donde hacer tus comprar y te aseguro que éste no es el más barato. Los famosos cerezos en
maceta cuestan unos 7€, más adentro, ya en el valle, el precio bajará
muchísimo.
2. Tornavacas: primer pueblo del valle,
marcadamente fronterizo por su cercanía con Ávila. Fue frontera histórica con
el Reino de Castilla y es donde nace el río Jerte. Cada día, al anochecer una
mujer en silencio y haciendo sonar una campana, recorre la larga calle de la
localidad. Es la "Mujer de la Esquila" y a su paso los vecinos se
santiguan. No te detengas mucho en este municipio y sigue bajando la carretera
hasta el pueblo más famoso de esta zona del valle.
3. Jerte: a la entrada del pueblo está la Oficina
de Turismo, donde te pueden asesorar sobre las rutas por el valle. Su calle
principal está llena de tiendas de recuerdos, bares y restaurantes. No suelen
ser caros y son un buen sitio para reponer fuerzas con sus papas revolcás
(parecidas a las revolconas) después de una larga caminata hacia la Garganta de
los Infiernos.
La zona más representativa de Jerte es la Calleja
de los Bueyes, que muestra la arquitectura típica de la zona. Durante la Guerra
de la Independencia, los franceses incendiaron todo el pueblo, sus habitantes
tuvieron que huir al monte y cuando volvieron reconstruyeron todo lo que ahora
ves. Su iglesia del s. XVIII y su gran Parque del
Nogalón con sus piscinas naturales, son dignas de hacerle una visita.
4. Garganta de los Infiernos: la ruta a pie hacia
la garganta más famosa del valle se puede iniciar desde el municipio de Jerte o
desde el Centro de Interpretación. La senda de algo más de 4km (ida) no es apta
para todo el mundo debido a sus largas cuestas. Aun así, la escena final merece
la pena, cuando llegas a las piscinas naturales de Los Pilones. Justo antes
de iniciar el camino de descenso hacia la garganta, también puedes disfrutar de
las vistas de la cascada desde el Mirador del Chorrero de la Virgen. 👉 Más información.
5. Cabezuela del Valle: declarado Conjunto
Histórico-Artístico, el pueblo está situado alineado con el río Jerte. Debido a
la importancia que el cerezo tiene en la localidad, en él puedes visitar el
Museo de la Cereza, que muestra distintas herramientas e información sobre su
cultivo y recolección. En Cabezuela del Valle también hay varias cooperativas
donde puedes comprar sus famosas picotas, más baratas que en el supermercado.
6. Garganta de las Nogaledas: esta ruta de 1’30h es
de dificultad baja, se hace a través de pasarelas y escaleras naturales y es
bastante accesible. A lo largo del recorrido se ven un montón de cascadas. Para
iniciar la ruta basta con llegar a Navaconcejo y atravesar la calle de las
Nogaleras, cruzando el puente. Está muy bien señalizado y se puede hacer la
ruta circular que lleva de vuelta al pueblo.
7. Navaconcejo: arquitectura típica con balcones
voladizos y aleros, el edificio de la antigua fábrica de telares del siglo
XVII, dos ermitas barrocas y el Mirador de El Cerrillo, a 300 metros del
puente. Pero lo más famoso del pueblo es ser punto de inicio de la ruta por la
Garganta de las Nogaledas.
Ruta circular por el Valle del Jerte
A partir de aquí debes empezar a desviarte para hacer
la ruta circular en carretera, por la que atravesarás caminos llenos de cerezos
a ambos lados. Sin duda, es la parte más hermosa para los amantes de estas
flores. Por falta de tiempo yo sólo me detuve en El Torno, pero
disfruté de las estrechas carreteras, llenas de curvas y de cerezos en flor.
Estos caminos son los que estarás acostumbrado a ver cuando se habla del Jerte
y sus cerezos.
Siguiendo esta ruta circular se atraviesa Valdastillas, Piornal, Cabrero y Casas del Castañar, deteniéndote de vez en
cuando para disfrutar de las terrazas llenas de cerezos. ¡Cuidado con el GPS!
Pueblos como el de Valdastillas los sitúan en otro lugar cercano por donde hay
que ir por carreteras en mal estado para no ver nada, porque acaban en mitad
del campo. Asegúrate bien de que señalan el punto correcto.
A mitad de camino, paré cerca de El Torno para
disfrutar de las vistas desde El Mirador de la Memoria. Está a escasa distancia
del pueblo y tiene aparcamiento, aunque en estas fechas es casi imposible
encontrar hueco. En él se puede ver un extraño conjunto escultórico en el que
aparecen varias personas desnudas mirado al valle: una mujer, un anciano y dos hombres
jóvenes, a tamaño real, que rinden homenaje a las víctimas de la Guerra Civil. Se
inauguró en 2009 y, poco después, alguien lo tiroteo de manera descabellada. Aun
hoy se ven los impactos de bala, que no quisieron reparar para dar más
sentido al conjunto. La verdad es que es un poco inquietante.
En el pueblo de El Torno te recomiendo que pares
en el bar El Mirador. Su nombre lo dice todo. Allí te puedes tomar algo
barato con unas vistas geniales desde sus amplios ventanales.
Después de continuar la carretera llena de cerezos por
Rebollar, acaba la ruta circular y continúa hasta Plasencia, donde termina el camino.
Fin de la ruta: Visitando Plasencia
Como
comprenderás, el tiempo que me quedó para visitar la ciudad fue muy escaso. Sin
embargo, pude hacerme una idea de su grandeza. Por algo la llaman “La Perla
del Jerte”.
Lo mejor es dejar el coche a la entrada, porque el
centro es zona peatonal casi todo. Yo lo dejé frente a la muralla y atravesé una de sus puertas para callejear un rato hasta llegar a sus dos catedrales. Sí,
Plasencia cuenta con dos: una nueva y otra vieja. Sólo pude verlas por fuera
porque ya no había visitas, pero mereció la pena. La imponente fachada
plateresca de Juan de Álava te quita el aliento. Justo en frente de la catedral
se alza la Casa del Deán.
Seguí andando por la izquierda hasta la Plaza
Mayor. Aquí está el Ayuntamiento con la figura más famosa de todo Plasencia: El
Abuelo Mayorga, un autómata encaramado a la torre del reloj y que toca la
campana cada media hora.
Continué por las callejuelas llenas de tiendas
de productos típicos, mucho más baratas que en otros sitios que me había encontrado en el valle, hasta que llegué a la Plaza de San Vicente Ferrer
para ver el Parador Nacional, que está ubicado en un antiguo convento. En la
misma plaza se encuentra el Palacio de Maribel y la iglesia de San Nicolás.
Se hizo tarde y encima empezó a llover con ganas.
Así que atravesé la muralla para volver al coche y comenzar mi largo camino
de regreso.
El Jerte me ha encantado. Tendré que volver por
la zona. ¿El Valle del Ambroz? ¿La Vera? No sé. Hay tantos parajes hermosos por esta
tierra… Es difícil decidirse.
Si quieres ver más fotos como éstas, puedes encontrarlas en mi tablero de Pinterest.