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Opinión del Restaurante Japonés Hattori Hanzo en Madrid


Me habían hablado tanto de este restaurante que estas navidades me decidí pasarme por allí. La verdad es que la decoración, por fuera y por dentro, es excepcional. Se nota que está todo hecho con gusto por un personal que te atiende con una gran sonrisa.

El restaurante lleva abierto tan sólo desde este verano, por eso es grandiosa la fama que ha tenido en unos pocos meses. Y es que tener mesa aquí es algo casi imposible si no se reserva y… aun así, es difícil.

Su ubicación es bastante buena. Está en Malasaña, muy cerquita de la Gran Vía y de Callao. Desde fuera ya se ve su decoración: todo lleno de farolillos y de pinturas de Hattori Hanzo, un ninja del siglo XVI.



Dentro hay dos espacios bien diferenciados. El primero es el que está montado como si fuera un izakaya. El suelo está con adoquines, simulando una calle japonesa, todo hasta el mínimo detalle. Incluso hay una tapa de alcantarilla con un dibujo de un castillo nipón. Las mesas simulan puestos yatai de los que encuentras a la entrada de muchos restaurantes japoneses. Están bastante chulos.

En el Salón del Manga de Barcelona


El mayor salón de manga de España se viene realizando en Barcelona desde 1995 y ya ha cambiado de sede tres veces porque cada vez acude más gente ¡Las entradas se han llegado a vender en la reventa por 300 euros! Y es que este año ha batido record: 130.000 visitantes en 50.000 m2.

Este año también se celebraba en la Feria de Barcelona, en plena Plaza de España. Ubicación excepcional si se va en tren. Yo fui en el AVE  desde Madrid y mereció la pena, porque evitas el jaleo del aeropuerto, que pilla muy retirado.

Lo primero que tienes que hacer al llegar para disfrutar del salón: apuntarte a todas las actividades con aforo limitado para que no te quedes fuera.

Lo segundo, sea la hora que sea, es pasarte por los puestos de comida. A las 14’00 es imposible pillar cosas, las colas son enormes y cuando llegas al puesto ya no queda casi de nada. La verdad es que me impresionó la cantidad de puestos de comida que había. Y a precios razonables. Mochis, yakitoris, cerveza Sapporo y Asahi, takoyakis… incluso había kakigoris que estaba haciendo un japonés.

En la Plaza Univers, justo a la entrada, no pararon  las actuaciones: concursos de Cosplay, Anime Song Contest, bailes y actuaciones. La más reseñable fue la de Loverin Tamburi, una banda que está de gira mundial y ha parado en Barcelona. http://www.loverintamburin.com/ Y también varias exhibiciones de artes marciales.

El Pabellón 1 contó con un montón de actividades. En la planta baja, al final, se situó el taller de cocina, con degustaciones, catas a ciegas de ingredientes japoneses (incluso de sake)…

En el salón de actos se realizaron un montón de conferencias y presentaciones de las novedades de varias editoriales y del Estudio Ghibli. También hubo encuentros con autores como Takeshi Obata o Ken Niimura, acompañados del famoso traductor Marc Bernabé. Y un sitio reservado al airsoft.



En medio del salón, todo estaba dedicado a Pokémon. El espacio, de 750m2, estaba lleno de Nintendos 3DS y 2DS para probar las novedades Pokémon y participar en algunos torneos de videojuegos y cartas.

En la planta baja del Pabellón 2 se desarrollaron los talleres de manga y de cosplay, un taller de aerografía y varias clases magistrales de expertos invitados. También hubo un espacio dedicado al J-Pop y otro de juegos japoneses.

La planta 2 era la más japonesa de todas: Espacio del espíritu de Japón, dedicado a las tradiciones, cultura y terapias naturales japonesas. Aquí fue donde más disfruté: exposiciones de ikebana, de jardines zen, espacios de meditación (aunque en el que yo me metí no me gustó nada), varias conferencias, talleres de comida macrobiótica, de cómo ponerse un kimono, de masajes…







Por último, en la sala de proyecciones se pudieron ver varias películas en español, catalán y en VOSE.

Lo único que no me gustó fue la organización de las firmas: por sorteo y encima te firmaban en un papel oficial del salón, nada de posters, ni dibujos. Y algunos dejaban hacerse fotos y otros no.



En general, una experiencia muy positiva.

Y, a la salida, no te olvides de quedarte a ver el espectáculo de luces y música de la Fuente de Montjuïc. 


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Ávila - Visitando El Museo Oriental del Monasterio de Santo Tomás


Este monasterio es uno de los monumentos que pasa más desapercibido para los turistas por estar alejado de la muralla, pero su interior impresiona nada más entrar.

La parte más antigua del monasterio se debe a Hernán Núñez Arnalte, que fue tesorero y secretario de los Reyes Católicos. Él lo planificó, pero se murió antes de empezarlo dejando a Torquemada y a Doña María Dávila este proyecto de cuya época queda el actual Claustro del Noviciado.

Tras disfrutar de la fachada de la iglesia, donde hay unas magníficas estatuas de Gil de Siloé y Diego de la Cruz, la visita comienza a la derecha. En la recepción dan con la entrada una audioguía bastante interesante y nada pesada.

A continuación, se pasa al Claustro del Noviciado, el más antiguo de los tres que tiene el monasterio. De estilo toscano y algo sobrio, destaca su pozo, ubicado en un lateral del patio. Se dice que el arquitecto original fue Juan Guas, aunque no hay certeza de ello.



Seguidamente, se accede al Claustro del Silencio, lugar de lectura y meditación de los Dominicos. También se le llamó Claustro de los Difuntos, porque éste era el enterramiento conventual. En la planta superior, las decoraciones representan yugos y flechas (símbolos de los Reyes Católicos), el escudo de los dominicos y la flor de lis.  En uno de sus laterales se encuentra el Lavabo de las Abluciones, donde los monjes se lavaban las manos antes de entrar en el Refectorio. 




A través del claustro se entra a la Sala De Profundis, llamada también la Sala del Tribunal de la Inquisición. En ella se conserva un buen artesonado y una cubierta mudéjar.

El último claustro es el de los Reyes. Se supone que fue destinado como Palacio Real de Verano junto con las dependencias donde hoy está el Museo Oriental. Es el más grande de los tres y muy sobrio. También se le llamó Claustro de la Universidad ya que en 1504, Fray Vicente Bandello, Maestro General de los Dominicos, fundó un Estudio de Teología, Filosofía y Lógica que alcanzó el rango de universitario con el papa Gregorio XIII. La universidad desapareció en 1807.


Volviendo al Claustro del Silencio, por el ala oriental  se entra a la Iglesia gótica. De estilo flamígero, presenta ocho capillas y una planta de cruz latina. El altar mayor está en alto para albergar debajo la capilla funeraria del príncipe don Juan, el único hijo varón de los Reyes Católicos. Esculpido en Génova, presenta la figura del príncipe reposando vestido de guerrero. El sepulcro está adornado con virtudes, alegorías y santos. Pero lo más sorprendente es que está vacío. Los restos del príncipe desaparecieron en algún saqueo de guerra.


Además de este sepulcro, la iglesia también recoge los restos de don Juan Dávila y su mujer, doña Juana Velázquez de la Torre, del escultor Pedro de Salamanca, del comitente don Hernán Núñez Aralte y del escultor Vasco de la Zarza.

Destacan también la Capilla del Cristo de las Angustias que guarda el confesionario donde Santa Teresa tuvo una visión en el año 1561.

El retablo mayor es obra de Berruguete, cuenta con 19 pinturas juntadas en esta obra gótica de 21 metros de alto. En ellas se ven cuatro escenas de la vida de santo Tomás de Aquino y los santos Esteban, Agustín, Juan Evangelista, Mateo, Jerónimo y Sebastián en la predela.

Al fondo, tras haber pasado el sarcófago del príncipe, se suben unas escaleras para llegar al coro. Desde aquí se aprecian unas vistas impresionantes de la iglesia. En el coro alto destacan las sillas reales con los blasones de los Reyes Católicos. Se cree que su autor fue el escultor Martín Sánchez de Valladolid, el mismo que realizó el coro de la cartuja de Miraflores de Burgos.


El Museo de Arte Oriental de Ávila 

Volviendo al Claustro de los Reyes disfrutarás de esta joyita que se abrió en 1964 en las antiguas dependencias del Palacio Real. Su importancia es innegable pues en la actualidad sólo existen dos museos de arte oriental en España, éste y el de los Padres Agustinos de Valladolid. La colección se divide en 10 salas:

1. El arte chino: en esta sala se encuentra la pieza más antigua del museo, una campana de bronce del siglo V a.C. También puedes ver tres Budas y un plato con el símbolo del ave fénix y del dragón (emperatriz y emperador).

2. La laca china: en ella predominan piezas de arte realizadas en laca, la savia de un árbol, y piezas que representan el Cristianismo en Oriente, ya que en el siglo XVI los misioneros promovieron la producción de porcelana china para representar pasajes de la Biblia.

3. La porcelana china: celadores de la dinastía Song (960 – 1279), piezas de la dinastía Ming (1368 – 1644) y de la Qing (1644 – 1911). Sobresalen las figuras taoístas. Al fondo de la sala también hay un espacio reservado a la caligrafía y a las herramientas que utilizaban para realizarla.

4. Los bordados chinos: la pieza más reseñable es una montaña taoísta con madera lacada y dorada del siglo XVIII procedente de Hong Kong.  

5. El marfil chino: sala de obras realizadas con este material donde destaca un objeto con 16 esferas concéntricas realizado en la ciudad de Cantón. La exposición termina con la foto del Padre Isaac Liquete, misionero en Vietnam y promotor de este museo.

6. Etnología china: esta pequeña sala se encuentra ya en la zona superior. En ella hay diversos inventos chinos (norias, arados, juegos de té) y maquetas de casas chinas y rituales matrimoniales y funerarios.

7. El salón del trono: el antiguo salón del trono del Palacio de Verano cuenta con un techo mudéjar de la época de Carlos V perfectamente conservado, retratos de los Reyes Católicos y de Isabel II y el Obispo Blanco, quiénes recuperaron el monasterio tras la desamortización de Mendizábal y lo convirtieron en un centro de formación para los misioneros que se iban a Filipinas. El resto de la sala presenta muebles chinos, biombos y muebles vietnamitas.

8. El arte de Vietnam: los primeros dominicos llegaron al país en el 1676. La sala cuenta con diversos muebles y obras vietnamitas destacando un altar de los antepasados.

9. El arte de Japón: en ella hay tres crucifijos que sufrieron la bomba de Nagasaki en 1945, estatuas de dioses japoneses, budistas, muebles, kimonos, katanas, incensarios…

10. El arte de Filipinas: los dominicos llegaron a Filipinas en 1579 y crearon varias escuelas y la Universidad de Santo Tomás de Manila. En la sala podemos ver obras religiosas en marfil, en madera y en nácar.
En el otro ala del claustro se encuentra un Museo de ciencias naturales dedicado a la taxidermia. Tiene un montón de piezas de animales de un montón de países. A mí me resultó muy tétrico y mal conservado. 


🕑  Horario del Museo Oriental de Ávila

●  De lunes a viernes: de 10'30 a 14'00 y de 15'30 a 19'30

●  Fines de semana y festivos: de 10'30 a 19'30

●  Del 1 de julio al 31 de agosto: de 10'30 a 21'00




Visitando Un Jardín Japonés en Matadero-Madrid


Desde el 31 de enero y hasta el 20 de abril puedes disfrutar en Matadero-Madrid de un jardín japonés bastante original.

Dentro del marco de las actividades realizadas para la conmemoración del año dual España-Japón, la profesora Esther Pizarro ha realizado un jardín lleno de simbolismo.



Todo el suelo de la Nave 16 está lleno de piedrecitas blancas y sobre ellas se han colocado diversas plataformas separadas. Cada plataforma representa una de las ocho regiones de Japón, como si fuera un país de islas, respetando el shakkei, el enmarcado, la primera condición para que un jardín exista. 





Horario

▪ Fechas: desde el 31 de enero al 20 de abril de 2014.
▪ De martes a viernes: de 16.00h a 21.00h.
▪ Sábados, domingos y festivos: de 11.00h a 21.00h.

Cómo llegar a Matadero - Madrid

Plaza de Legazpi, 8  Madrid

▪ Metro: Legazpi (líneas 3 y 6)
▪ Autobuses EMT: 6, 8, 18, 19, 45, 78 y 148
▪ Cercanías: Embajadores (más cercano a 1,3 kilómetros) y Pirámides.
▪ Parada permanente de taxis: Plaza de Legazpi

Precio

▪ 
Gratis.


Cómo es la fiesta de Mochitsuki en Madrid


Cada año tiene lugar en Madrid la fiesta del Mochitsuki Taikai, 餅つき大会. Esta fiesta se organiza para celebrar el inicio del año nuevo y lo hacen preparando y comiendo mochis. Los mochis son pastelitos hechos con pasta de arroz hervido, que luego es amasado en un mortero.

La celebración tuvo lugar otro año más en La Casa de Mónico y estuvo organizada por la Asociación de la Comunidad Japonesa de Madrid. Tras hacer más de una hora de cola al fresquito, me pude hacer con la entrada (no las hay anticipadas).


Una vez comprada, se pasa al salón principal para comprar los puntos. Cada punto cuesta 1€ y te dan un folleto con los precios de los productos, para que te hagas una idea de los puntos que quieres comprar. Eso sí, hay que comprar rápido, porque todo se agota en nada de tiempo.



Mientras se espera a que empiece el acto, se puede ir comprando en los puestos de mochis, mirando la tiendecita de artesanía (que este año iba dedicada a las víctimas del tsunami) o comiendo gratis de unos aperitivos muy españoles (tortilla de patatas, queso, jamón…) que ponen en unas mesas grandes en el centro, como si fuera la copa de espera de una boda.


El evento comenzó a las 13:00 y a las 13:30 tuvo lugar el pregón de la fiesta, dado por el presidente de la asociación y el saludo del Embajador de Japón en España, Satoru Sato.
Presidente de la Asociación: Yosuke Yamashita.
Embajador de Japón: Satoru Sato.
A partir de entonces había que elegir: o seguías disfrutando del evento o te ibas a hacer la interminable cola para la comida, porque el restaurante habría un poco antes de las 14:00.

Después del  saludo del Embajador, tuvo lugar el coro de los alumnos del colegio Japonés de Madrid que enseñaron al público a cantar la Canción de Año Nuevo con un Karaoke y, por fin, la ceremonia de Kagami-Biraki.

El Kagami-Biraki (romper el espejo) consiste en romper un Kagami mochi (dos mochis redondos y un daidai, una naranja agria japonesa, con una hoja pegada encima). Se le llama espejo porque se parecía a un tipo antiguo de espejo de cobre utilizado durante la era Muromachi, entre los siglos XIV y XVI. Este kagami se rompe como ofrenda a las divinidades sintoístas.  El Embajador, el Director del Colegio Japonés y dos japoneses más, rompieron el Kagami mientras todo el mundo contaba hasta tres para celebrar el año nuevo.


A continuación, el Embajador fue mostrando cómo se realiza el mochi de manera tradicional. Él pegaba martillazos en el mortero mientras una chica iba dándole vueltas a la pasta de arroz y mojándola, aún a riesgo de llevarse un martillazo…


Terminada la demostración del mortero, nuevamente había que elegir: o seguir viendo el evento, o seguir haciendo cola para la comida, o comenzar a hacer cola para los talleres de caligrafía y de masajes Shiatsu, que cada uno costaba 2 puntos y había que reservarlos a la entrada.

El evento continuó con un baile tradicional de los alumnos del colegio, el Hanagasa-ondo y con la proyección de un video muy cortito sobre la preparación del mochi y todas las empresas que habían participado con sus donaciones.

Y aquí… otra vez a elegir, esta vez comenzaban las rifas. En estas rifas se sorteaban productos de merchandising de las empresas participantes.

La celebración prosiguió con una demostración de Hane-Tsuki, un juego tracional de Año Nuevo Japonés, muy parecido al bádminton, en el que cuando pierdes te van poniendo en la cara tiritas negras o te las van pintando.



Antes de terminar, vino el desfile de Shishi-Mai, la danza del león, al son del taiko y el Shinobue. Como marca la tradición, el león se bajó del escenario y fue mordiendo la cabeza de la gente para darles salud y prosperidad durante todo el año.



El acto acabó con un concierto de Koto y un concurso para explicarnos qué es el Osechi (comida típica de año nuevo, servida en cajitas parecidas a los bento) y para las 16’00, cada uno a su casa.



Por todo el salón había también de ejemplos de ikebana y, en la entrada, preciosos kadomatsu, unos adornos que se colocan a ambos lados de la entrada de los comercios durante el Año Nuevo para indicar al Toshigami el lugar por donde debe entrar para llevar felicidad. 





Desventajas:

▪  La gran cola que hay que esperar en un lugar muy húmedo y con mucho frío.

▪  La inmensa cantidad de gente que acude al evento, hace que estés apretujado todo el rato y vayas pasando de una cola a otra sin disfrutar de nada.

▪  El recinto no es pequeño, pero no está preparado para tanta gente.

▪ Una vez que se realiza la cola única del restaurante, cuando llega tu turno, hay varios puestos. Decidirte por uno de ellos implica tener que volver a hacer la cola única para visitar el puesto de al lado.

▪  La comida está buenísima pero se acaba en nada, los mochis sí que suelen durar más.

▪  La superposición de actividades hace que no disfrutes del acto en sí y te pases la gran parte de la mañana haciendo cola helados de frío.

▪  No hay entradas anticipadas. Cuando se ha superado el aforo previsto se cancela la venta de entradas. VE PRONTO.


Cómo llegar a La Casa de Mónico

▪ 
En coche: Avenida del Padre Huidobro s/, A-6 (Carretera de La Coruña) km.10

▪ En autobús: números 284, 654, 655, 657.


Precios del Mochitsuki 2014

▪ 
5€ la entrada. Menores de 12 años: gratis.

▪ Participar en la rifa cuesta 3€ más.

▪ A partir de las 15’00, la entrada cuesta 3€. Pero a esta hora, o ya estará el aforo completo o la comida se habrá acabado, casi con seguridad.


Fecha del Mochitsuki

▪  
En Japón se celebra el 11 de enero, en España suele coincidir con el fin de semana más cercano a esa fecha.