Coca es un pequeño
pueblo segoviano de tan sólo 1896 habitantes, pero que alberga uno de los
castillos más importantes del gótico-mudéjar de Castilla y León.
La fortificación se encuentra a la entrada del
pueblo, junto al meandro del río Voltoya. Allí hay un amplio aparcamiento desde
el que se pueden hacer maravillosas fotos de su entrada.
Un poco de historia
El castillo se empezó a construir en 1473, en la
época de Juan II de Castilla, a instancias del tercer señor de Coca, don Alonso
de Fonseca, sobrino del Arzobispo de Sevilla que llevaba el mismo nombre. El
encargo se lo dio al alarife Ali Caro, quien construyó el cuerpo central.
Tras pasar de mano en mano y volver a la casa de
los Fonseca, lo adquirió la Casa de Alba por casamientos. En 1954, en estado
ruinoso, los duques lo cedieron al Ministerio de Agricultura durante 100 años
para que lo restaurara y desde 1956 alberga una Escuela de Capacitación
Forestal.
Sus estancias han sido ocupadas por personalidades
tan famosas como el duque de Medina-Sidonia (Gaspar Pérez de Guzmán) quien
estuvo preso aquí tras autoproclamarse rey de Andalucía o el cardenal francés
Jean Jouffroi. Además, durante la Guerra de la Independencia, los franceses lo
ocuparon desde el 1808 hasta el 1812, dejándolo completamente en ruinas. Ruinas
que siguieron acentuándose gracias a un administrador de la Casa de Alba que,
en 1928, se dedicó a vender de extranjis materiales del castillo, como sus
famosas columnas de mármol del patio interior.
La visita al Castillo de Coca
Lo primero que llama la atención, antes incluso
de entrar a la fortaleza, es el enorme foso que la rodea y que se sortea
gracias a un puente defensivo. Su sistema defensivo consta del foso y de dos
recintos amurallados con torreones.
Tras recorrer el primer recinto amurallado,
se accede al interior del castillo a través de una señorial puerta. Dejando atrás
la taquilla comienza la visita por el interior de la Torre del Homenaje.
En la primera planta hay una pequeña capilla con un
Cristo del siglo XIV. A continuación, se sube por una escalera de caracol para
acceder a una sala con pinturas originales del siglo XV, entre las que aparece
el escudo de los Fonseca, armas de los siglos XVI y XVII y un bargueño.
Antes de llegar al mirador hay una sala con cinco pilastras de mármol de Carraca y una galería llena de
armaduras, armas y fotos del castillo (antes y después de su restauración).
Los últimos escalones llevan al mirador de la
torre, con sus 25 metros de altura. La visita continúa rodeando el patio de
armas hasta llegar a la galería norte, que se atraviesa para llegar a la sala de
los jarros, ya en la llamada Torre de Pedro Mata. Esta sala está decorada con
pinturas de jarros, flores y arcos entrelazados.
A continuación, te puedes asomar por la única entrada a
la mazmorra del castillo, un pequeño agujero situado en el piso de arriba desde
donde arrojaban a los presos.
Finalmente, la visita acaba en el patio de
armas, donde están las dependencias de la Escuela de Capacitación Forestal. Allí
se encuentran los servicios y una máquina de café.
Una vez visto el castillo, merece la pena completar
tu visita dando un paseo por el pueblo para conocer otros monumentos
dignos de mención:
▪ Las murallas con su puerta medieval, de las que
quedan 200 metros.
▪ La iglesia gótica de Santa María la Mayor, donde
descansan los sepulcros de la Familia Fonseca.
▪ Los Verracos prerromanos de la Edad de Hierro.
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▪ La Torre de San Nicolás, del siglo XII, que es todo
lo que queda de una antigua iglesia románica.
Mi siguiente parada de sábado mudéjar me llevó por tierras
vallisoletanas: Olmedo.
Horario del Castillo de Coca
- Mañanas: de 10’30 a 13’00
- Tardes: de 16’30 a 18’00 (en verano cierra a las 19’00)
- Cerrado: el primer martes de cada mes.
Precio
- Individual: 3€
CASTILLO DE COCA
Teléfono: 617 573 554