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11 Souvenirs típicos de Camboya (Siem Reap)



Hay tantas cosas que puedes encontrar en los mercados de Siem Reap, que es un asco tener que llevar una maleta tan pequeña. Ahí van algunas ideas:

1. Especias: como curry de mil clases (incluso hay pastas de curry – kroeung), cardamomo, tamarindo, galanga, cúrcuma, lemongrass, chalota… Imprescindible la Pimienta negra camboyana de Kampot, esencial en la cocina jemer y una de las más apreciadas del mundo, simboliza el renacimiento y la esperanza.

2. Té: hay cestitas y bolsitas de té pequeñas que te puedes llevar de recuerdo. Son muy bonitas. 


3. Velas y jabones artesanos: tanto en el mercado de artesanía, como en Old Market verás estos productos de todos los tamaños.




4. Figuritas de Angkor:  en escayola o talladas en madera. Hay que mirar bien porque muchas están descascarilladas y tienen golpes. Ves una muy bonita en el puestecillo, pero luego te meten otra dañada en la bolsa. Cambiazo.


5. Cestas de paja hechas a mano: usadas normalmente por las mujeres, hoy en día se ha convertido en una de las actividades más realizadas en los talleres de víctimas de las minas.




6. Cajas de Bambú: antiguamente estas cajitas reflejaban el estatus de su dueño dependiendo de su tamaño, diseño y los materiales de los que estaban hechas. Normalmente contenían una gran cantidad de plata. Ahora puedes comprarlas como recuerdo. Las más caras, de plata. Las más baratas, de imitación.


7. Camisetas: las hay por todo Siem Reap. La que más gracia hace a los turistas  es una que pone: no tuk tuk, no massage, no money. Por la insistencia pesada a la que te someten cuando paseas por Angkor o Siem Reap.


8. Ropa jemer: como pantalones anchos. Esta ropa está disponible en todas las tiendas de Angkor, y te servirá de mucho si te has olvidado de vestir “ropa adecuada” para que te dejen entrar a los templos.
           
El Krama: es el típico pañuelo jemer que llevan los locales. Suelen ser muy baratos. 


9. Seda:  hecha artesanalmente, incluso su tintado. Hay numerosos talleres por toda Camboya donde puedes conocer su proceso de realización y visitar una granja de gusanos de seda.


10. Gemas y piedras preciosas:  la mayoría provienen de Vietnam, o están hechas por vietnamitas expatriados. Hay una gran muestra de estos productos en el Mercado de Artesanía, al otro lado del río.


11. Estampados realizados en papel de arroz:  Rice Paper Prints. Muy decorativos, están dispuestos en las entradas de los templos de Angkor. Si te esperas a Siem Reap, te saldrán muchísimo más baratos.





Camboya: Día 3 - Qué ver en Siem Reap en un día


Después de asombrarme con lo bien que estaba el hotel, a pesar de la entrada, me di un paseo visitando los lugares más famosos de la ciudad. Es una ciudad pequeña, de unos 125.000 habitantes, que es muy asequible para recorrerla andando. No obstante, si te cansas, puedes subirte a los cientos de tuk tuk o motos que te atosigarán por el camino. Cuestan 1$ por la ciudad y 2$ si es de noche.

Si no te sales de la zona turística, Siem Reap es una delicia para el viajero. Parece que está estructurada pensando únicamente en los turistas: hoteles de lujo (lujísimo), restaurantes occidentales por doquier, tiendas para todos los bolsillos, suntuosos spas… Aunque esto no te dará una imagen verdadera de cómo es la ciudad.



Tan sólo apartándote un poquito del territorio marcado, te encontrarás con aceras a medio hacer, caminos de tierra, basura y más basura, chabolas… Merece la pena salir un poco de ese espejismo que han querido poner para darte cuenta de que en este país el salario medio ronda los 50$ al mes.

La verdad es que se han hecho verdaderos esfuerzos por combatir la pobreza en la ciudad y ya no hay niños pidiendo por la calle y por Angkor son muy raros de ver. Se está impulsando la inscripción de los menores en escuelas elementales y de formación profesional. El turismo se ve como el futuro y la gran mayoría de la gente en Siem Reap sabe hablar inglés (no escribirlo, ni leerlo).

Mi primer día en Camboya lo disfruté recorriendo la ciudad y viendo el gran circo camboyano.

El alma del centro es la famosa Pub Street, allí hay un montón de restaurantes y bares con alma occidental, que también incluyen unos pocos platos jeremeres y clases de cocina tradicional. El reclamo, sin duda: la cerveza a 1$ y la Happy Hour. Es parte más de este espejismo.




Después crucé el cochambroso río por uno de sus bonitos puentes para encontrarme con una gran sorpresa: ¡Mi añorado Yoshinoya! Estaba en Kings Road, un centro comercial sólo de restaurantes, pequeñito y acogedor, justo en frente del río y no había mucha gente. Así que acabé comiendo allí para recordar mis tiempos por Japón y para aprovechar su wifi.


Después de comer en Yoshinoya, crucé otra vez el río para llegar a una avenida con unas farolas preciosas, bancos junto al río y estatuas. 




Allí visite el Wat más famoso de Siem Reap: Wat  Preah Prom Rath. Un complejo de 1915, gratuito, algo raro y sin mucha gente.








Saliendo del templo, continuamos por la avenida del canal hasta los Jardines de la independencia y la residencia real. La residencia no tiene mucho interés, es un bonito edificio, pero no está abierto al público y casi pasa desapercibida. Una gran casa colonial en la que solía vivir el anterior rey de Camboya durante sus visitas a la ciudad. Pese a no ser tan impresionante como un palacio, sí que es importante para los camboyanos. En esta casa se reunieron el Rey Sihanouk con el General Lon Nol para planear la Cruzada Real por la Independencia de Francia, en los años cincuenta.



En frente, hay unos jardines abiertos al público y gratuitos. Un lugar privilegiado donde descansar un rato. Delante de los jardines se alza el famoso Hotel Central (The Raffles Hotel), construido en 1929, fue el primer hotel de lujo de Camboya. Cuenta con una fabulosa piscina de 35m (la más grande de la ciudad). En él se han alojado personalidades de la talla de Charles de Gaulle o Michelle Obama. Por la noche es más famoso aún por las actuaciones de bailes Apsara que realizan a 12$ más o menos.

En un lateral de los jardines, encontramos el Templo Phomcheck Phomchom, un templo vecinal, no muy turístico. En él había un montón de músicos tocando, monjes y visitantes haciendo donaciones y rezando.




Lo más impactante de los jardines, de todos modos, es la gran concentración de murciélagos de la fruta que duermen en las ramas de sus impresionantes árboles. Al anochecer, estos murciélagos gigantes salen de los árboles para dirigirse hacia Angkor. Son tantos que estuve mirando al cielo durante 20 minutos, lo juro, porque la migración era impresionante. Al principio no sabía lo que eran, pero parecían murciélagos gigantes. Y, asombrosamente, así fue.


Tras quedarme impactada con estos gigantes nocturnos, continué mi paseo por la misma avenida, que es la que lleva a Angkor. Pasado el hotel, se acaba la acera y hay que andar otro rato por el arcén hasta llegar al Museo de Angkor


Dada la hora que era y el precio excesivo de la entrada, obvié la visita. Preguntando a los guardias, llegué, por fin, a mi ansiado destino: el circo Phare. Un imprescindible espectáculo de 5 estrellas con el que acabé mi primera noche en Siem Reap. 







Camboya: 15 cosas que ver y que hacer en Siem Reap (aparte de Angkor)



15 cosas que ver y que hacer en Siem Reap (aparte de Angkor)


1. Tomarse algo en la mítica Pub Street: la zona más famosa de la ciudad. Hay un montón de restaurantes, cafeterías, tiendas de souvenirs y cajeros. Se reconoce porque es el sitio donde hay más tuk tuk aparcados, y más gente. En ambas entradas a la calle hay un gran cartel de lucecitas y está todo iluminado con cubos de colores.

El precio de la comida es europeo, aunque hay bastantes ofertas con las cervezas y combinados. En algunos pubs, la happy hour dura todo el día. La comida es predominantemente occidental, pero también hay lugares donde ofertan comida jemer y hot pot.

Alrededor de Pub Street han surgido un montón de calles similares y con grandes ofertas. La tradicional happy pizza (con marihuana) está en declive y ya no hay tantos sitios donde la vendan.


2. Comprar recuerdos en el Old Market: el mercado viejo es el mejor sitio para comprar souvenirs. Como en todas partes, habrá que regatear para obtener un buen precio. Las tiendas que dan a la calle están abiertas hasta por la noche, las del interior cierran a las18’00, más o menos.

Dentro hay un ambiente muy agobiante. En el centro se encuentran los puestos de comida y el olor a sangre, carne y pescado, es sofocante.


3. Comprar más recuerdos en el Night Market: cuando cierra el Old Market puedes seguir de comprar en este mercado nocturno, aunque algunos puestos también abren por la tarde. Es mucho más moderno y tranquilo. Se encuentra en la otra orilla del canal y para llegar a él hay que cruzar el puente. Los precios son más altos porque se centra, básicamente, en la venta de artesanía.

También tiene algunos restaurantes en su interior, que no tienen mala pinta.


4. Hacer la ruta de los Wat (Templos): la ciudad está llena de pequeños templos a los que puedes dedicar parte de una mañana. Su visita es gratuita y es bonito ver a los monjes rezando y cantando en su interior. Suelen cerrar a las 18’00.

●  Wat Preah Prom Rath: es el templo más famoso de Siem Reap. Está junto al canal y data de 1915. Es bastante grande, pero no le dedicarás más de diez minutos.


●  Wat Phomcheck Phomchom: pequeñito, pero agradable. Se encuentra situado en frente de los Jardines de la Independencia y en sus puertas hay músicos tocando piezas tradicionales. En el exterior, en mitad de una rotonda, hay un pequeño templete siempre lleno de ofrendas y gente rezando.


●  Wat Bo: es uno de los más antiguos de Siem Reap. Alberga pinturas murales de finales del XIX.


●  Wat Preah Inkosei: está construido sobre un antiguo templo angkoriano, todavía se conserva su puerta trasera original.


●  Wat Athvea: atractiva pagoda situada en el terreno de un antiguo templo.


●  Wat Thmei: está situada junto a la bifurcación izquierda de la carretera a Angkor Wat. Tiene una stupa decorada con restos óseos de las víctimas de los jemeres rojos.


5. Visitar el Museo Nacional de Angkor: su precio es excesivo, 12$ por persona. Está en la carretera que va a Angkor y el edificio es muy hermoso.


6. Darse un paseo por la Residencia Real y los Jardines Reales: la Residencia no presenta mucho interés. No se puede visitar, ni tiene mucho aspecto de palacio. Es famosa por ser el lugar en el que se albergaba el rey cuando venía de visita a la ciudad.

En frente puedes ver los jardines, llenos de árboles donde descansan los enormes murciélagos de la fruta. A la izquierda tienes un magnífico templo y delante está situado el Hotel Central.


7. Disfrutar de un tradicional Espectáculo de Apsara: hay dos espectáculos famosos en la ciudad. El primero se realiza cada noche en el Hotel Central. El espectáculo es bastante caro; la otra opción te lleva a Pub Street. Allí está Temple Club, en cuya segunda planta se ofrecen espectáculos de Apsara cada noche a las 20’00. Los bailarines no tienen mucha calidad, pero le ponen ganas. Los músicos sí que resultan más profesionales.

El espectáculo es gratuito para todos aquellos que se quieran tomar algo en el pub, o jugar al billar. Está repleto de comida occidental y cervezas a 1$ ó menos.


8. Deleitarte en el Circus Phare: la joya de la corona de Siem Reap. Un espectáculo único y una gran oportunidad para apoyar una buena causa. En este post amplío la información sobre este tema. 👉  Más información.


9. Darse un masaje: la ciudad está llena de locales y spa, desde los más cutres, hasta los más suntuosos, las relaciones públicas no pararan de atosigarte con propaganda.


10. Darse un masaje de pies con peces (ictioterapia – Fish massage): antes de que se pusiera de moda en el resto del mundo, los camboyano ya habían inventado esta manera tan rara de masaje. Locales con pececitos hay por todas partes a precios razonables. O lo disfrutas plácidamente, o no lo soportas desde el minuto cero y tienes que dejarlo.

Cuidado, pueden transmitir enfermedades como el sida o la hepatitis C. Estos peces nadan en aguas termales donde se sumergen todo tipo de pacientes. A través de los mordiscos de los animales, bacterias y virus pueden ser transmitidos de unos clientes a otros. De ahí que ya hayan sido prohibidos en algunas zonas de EE.UU. y Canadá.


11. Montarse en un tuk tuk: es algo imprescindible para vivir Siem Reap a tope. Los tuk tuk están por todos lados, hasta hay algunos con una pegatina que afirma que son VIP. Los conductores suelen ser muy insistentes y molestan saliendo a cada paso para encasquetarte uno. Deben cobrar 1$ por trayecto urbano y 2$, si es por la noche. Todo lo que exceda este precio hay que regatearlo duramente.


12. Hacer la ruta de los puentes: la ciudad está llena de encantadores puentes que cruzan el canal. En la rivera hay un bonito paseo lleno de bancos para sentarse, esculturas y farolas con detalles labrados.




13. Participar en un curso de comida camboyana: casi todos los restaurantes y pubs del centro, así como bastantes hoteles, ofrecen un curso básico para turistas.

14. Perderse por sus calles para salir del espejismo (todo está perfecto) que han montado en el centro, para saber lo que se cuece realmente en esta ciudad, ver cómo viven y cómo es el día a día de estas gentes más allá de la zona turística.


15. Sentirse como Batman: ver miles de murciélagos gigantes yendo cada día, al anochecer, durante más de 20 minutos, hacia Angkor para comer un aperitivo.


Una vez visto y hecho todo, sólo te queda una cosa: visitar la maravillosa Angkor