15 cosas que ver y que hacer en Siem Reap (aparte de Angkor)
1. Tomarse algo en la mítica Pub Street: la zona más
famosa de la ciudad. Hay un montón de restaurantes, cafeterías, tiendas de
souvenirs y cajeros. Se reconoce porque es el sitio donde hay más tuk tuk
aparcados, y más gente. En ambas entradas a la calle hay un gran cartel de
lucecitas y está todo iluminado con cubos de colores.
El precio de la comida es europeo, aunque hay
bastantes ofertas con las cervezas y combinados. En algunos pubs, la happy hour
dura todo el día. La comida es predominantemente occidental, pero también hay
lugares donde ofertan comida jemer y hot pot.
Alrededor de Pub Street han surgido un montón de
calles similares y con grandes ofertas. La tradicional happy pizza (con
marihuana) está en declive y ya no hay tantos sitios donde la vendan.
2. Comprar recuerdos en el Old Market: el mercado
viejo es el mejor sitio para comprar souvenirs. Como en todas partes, habrá que
regatear para obtener un buen precio. Las tiendas que dan a la calle están
abiertas hasta por la noche, las del interior cierran a las18’00, más o menos.
Dentro hay un ambiente muy agobiante. En el centro
se encuentran los puestos de comida y el olor a sangre, carne y pescado, es
sofocante.
3. Comprar más recuerdos en el Night Market: cuando
cierra el Old Market puedes seguir de comprar en este mercado nocturno, aunque
algunos puestos también abren por la tarde. Es mucho más moderno y tranquilo. Se
encuentra en la otra orilla del canal y para llegar a él hay que cruzar el
puente. Los precios son más altos porque se centra, básicamente, en la venta de
artesanía.
También tiene algunos restaurantes en su interior,
que no tienen mala pinta.
4. Hacer la ruta de los Wat (Templos): la ciudad está
llena de pequeños templos a los que puedes dedicar parte de una mañana. Su visita
es gratuita y es bonito ver a los monjes rezando y cantando en su interior. Suelen
cerrar a las 18’00.
● Wat Preah Prom Rath:
es el templo
más famoso de Siem Reap. Está junto al canal y data de 1915. Es bastante
grande, pero no le dedicarás más de diez minutos.
● Wat Phomcheck Phomchom:
pequeñito, pero
agradable. Se encuentra situado en frente de los Jardines de la Independencia y
en sus puertas hay músicos tocando piezas tradicionales. En el exterior, en
mitad de una rotonda, hay un pequeño templete siempre lleno de ofrendas y gente
rezando.
● Wat Bo:
es uno de los más antiguos de Siem Reap. Alberga pinturas murales de finales
del XIX.
● Wat Preah Inkosei:
está construido sobre un antiguo templo angkoriano, todavía se conserva su
puerta trasera original.
● Wat Athvea:
atractiva pagoda situada en el terreno de un antiguo templo.
● Wat Thmei:
está situada junto a la bifurcación izquierda de la carretera a Angkor Wat. Tiene
una stupa decorada con restos óseos de las víctimas de los jemeres rojos.
5. Visitar el Museo Nacional de Angkor: su precio es
excesivo, 12$ por persona. Está en la carretera que va a Angkor y el edificio
es muy hermoso.
6. Darse un paseo por la Residencia Real y los
Jardines Reales: la Residencia no presenta mucho interés. No se puede visitar,
ni tiene mucho aspecto de palacio. Es famosa por ser el lugar en el que se
albergaba el rey cuando venía de visita a la ciudad.
En frente puedes ver los jardines, llenos de
árboles donde descansan los enormes murciélagos de la fruta. A la izquierda
tienes un magnífico templo y delante está situado el Hotel Central.
7. Disfrutar de un tradicional Espectáculo de Apsara:
hay dos espectáculos famosos en la ciudad. El primero se realiza cada noche en
el Hotel Central. El espectáculo es bastante caro; la otra opción te lleva a
Pub Street. Allí está Temple Club, en cuya segunda planta se ofrecen
espectáculos de Apsara cada noche a las 20’00. Los bailarines no tienen mucha
calidad, pero le ponen ganas. Los músicos sí que resultan más profesionales.
El espectáculo es gratuito para todos aquellos que
se quieran tomar algo en el pub, o jugar al billar. Está repleto de comida
occidental y cervezas a 1$ ó menos.
8. Deleitarte en el Circus Phare: la joya de la
corona de Siem Reap. Un espectáculo único y una gran oportunidad para apoyar
una buena causa. En este post amplío la información sobre este tema. 👉 Más información.
9. Darse un masaje: la ciudad está llena de locales y
spa, desde los más cutres, hasta los más suntuosos, las relaciones públicas no
pararan de atosigarte con propaganda.
10. Darse un masaje de pies con
peces (ictioterapia – Fish massage): antes de que se pusiera de moda en el resto
del mundo, los camboyano ya habían inventado esta manera tan rara de masaje. Locales
con pececitos hay por todas partes a precios razonables. O lo disfrutas
plácidamente, o no lo soportas desde el minuto cero y tienes que dejarlo.
Cuidado, pueden transmitir
enfermedades como el sida o la hepatitis C. Estos peces nadan en aguas termales donde se sumergen todo
tipo de pacientes. A través de los mordiscos de los animales, bacterias y virus
pueden ser transmitidos de unos clientes a otros. De ahí que ya hayan sido
prohibidos en algunas zonas de EE.UU. y Canadá.
11. Montarse en un tuk tuk: es algo imprescindible para vivir Siem Reap a
tope. Los tuk tuk están por todos lados, hasta hay algunos con una pegatina que
afirma que son VIP. Los conductores suelen ser muy insistentes y molestan
saliendo a cada paso para encasquetarte uno. Deben cobrar 1$ por trayecto
urbano y 2$, si es por la noche. Todo lo que exceda este precio hay que
regatearlo duramente.
12. Hacer la ruta de los puentes: la ciudad está llena de encantadores
puentes que cruzan el canal. En la rivera hay un bonito paseo lleno de bancos
para sentarse, esculturas y farolas con detalles labrados.
13. Participar en un curso de comida camboyana: casi todos los restaurantes
y pubs del centro, así como bastantes hoteles, ofrecen un curso básico para
turistas.
14. Perderse por sus calles para salir del espejismo (todo está perfecto)
que han montado en el centro, para saber lo que se cuece realmente en esta
ciudad, ver cómo viven y cómo es el día a día de estas gentes más allá de la
zona turística.
15. Sentirse como Batman: ver miles de murciélagos gigantes yendo cada día, al anochecer, durante más de 20 minutos, hacia Angkor para comer un aperitivo.
Una vez visto y hecho todo, sólo te queda una cosa: visitar la
maravillosa Angkor.