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Nueva Zelanda: Día 12 – Gran nevada hacia Gore


Cuando salí de Te Anau, había empezado a nevar. Poco después, me encontré la carretera cortada: o usaba cadenas o no pasaba. Si hubiera tardado un poco más en salir, ni siquiera con cadenas hubiera podido pasar.

Nunca había puesto unas cadenas y, aunque en la oficina de Jucy me pusieron un vídeo sobre cómo se usan, con los nervios no me acordaba de nada. Da vergüenza decir todo lo que tardé… y es que allí nadie ayudaba a nadie. Ni siquiera el personal de carretera. Luego me di cuenta que tenía las instrucciones en la guantera...  😔

Al final lo conseguí. El paisaje era increíble: ciervos, vacas, ovejas, todas las montañas nevadas… Hasta que la furgoneta dio un trompo y casi me la pego. Pero, bueno, esas son anécdotas y vivencias que enriquecen un viaje. Aquí dejo unas fotillos:










➤  Nueva Zelanda: Día 12 – Qué ver en Gore


Nueva Zelanda: Día 11 – Impresionantes paisajes hacia Te Anau


Durante las dos horas de vuelta desde Queenstown a mi hotel en Te Anau me encontré con sol, lluvia y nieve. Un camino lleno de paisajes inigualables. También paré un poquito en Kingston, donde se encuentra el Kingston Flyer, un tren de vapor que tiene más de 130 años  y que hace un trayecto de 14 km hacia Fairlight. Un poco caro. Hace muy pocos viajes y cuando llegué al pueblo ya estaba cerrado. Así que disfruté un poquito de su playa y de las impresionantes vistas.






Cuando quedaban unos pocos kilómetros para llegar a Te Anau, el tiempo ya empezó a contar lo que nos esperaría al día siguiente:








Nueva Zelanda: Día 10 – Qué ver en Te Anau, la entrada al fiordo Milford Sound


Este pueblo de 3000 habitantes se emplaza a la orilla del lago del mismo nombre. Decidí  contratar el hotel aquí porque Queestown es demasiado bulliciosa, toda llena de hostales, pubs y discotecas, y había leído muchos comentarios de viajeros que se quejaban de no poder descansar en condiciones. Además, Te Anau es la puerta de entrada a Milford Sound, un magnífico fiordo, visitable por carretera y agua. 




Aparte de eso, el pueblo tiene poco que ofrecer. Unos cuantos restaurantes y cafeterías, algunos hoteles y dos supermercados. En el i-site junto al lago tienen toda la información turística de la zona y, justo al lado, está la terminal desde donde salen los cruceros para recorrer el fiordo. También ahí te informarán de las cuevas de luciérnagas a las que se accede sólo en barco. 

En coche se tarda una hora  y media en llegar a la entrada al fiordo. Conviene siempre salir a primera hora de la mañana para evitar la manada de autobuses que, desde Queenstown, salen para visitarlo. Por el camino, hay varias rutas pequeñitas que merecen una visita.

Las distancias están tomadas desde Te Anau:
  • 29km - Te Anau Downs: imponente puerto desde donde salen los alpinistas para hacer la maravillosa Mildford Track, de varios días de duración, recorriendo los bosques neozelandeses hasta llegar al fiordo.
  • 57km - Mirror Lakes: Lagos famosos para ver cómo se reflejan en ellos las montañas en los días claros.
  • 77km - Lake Gunn: con vistas impresionantes, esta pequeña ruta dura tan sólo 45 minutos.
  • 84km - The Divide: este es el punto de partida de las rutas Greenstone y Routeburn y para los que quieren escalar la montaña hasta llegar a Key Summit.
  • 99km - Homer Tunnel: un túnel de montaña, sin luces, que hay que atravesar para llegar al fiordo. Normalmente hay muchos peligros de avalancha en la zona. Se tardan tan sólo 15 minutos en llegar al mirador.
  • 107km - Espectaculares cascadas a 10 minutos de la carretera.
  • 117km - Llegada a la entrada de Milford Sound. 
Desafortunadamente, al día siguiente amanecimos nevados. Fuimos al i-site y me dijeron que la carretera a Mildford Sound estaba cerrada y que todos los barcos estaban cancelados. Se esperaban grandes nevadas durante los siguientes tres días. Así que... abandoné la idea de visitar el fiordo. Una pena.



Nueva Zelanda: Día 10 – Opinión del Aden Motel de Te Anau


Sin duda, el mejor hotel en el que estuve en Nueva Zelanda. Este pequeño motel cuenta con unas pocas habitaciones que bien podrían ser pisos.

Los dueños se habían ido de vacaciones en las fechas que estuve allí. No obstante, me recibió una viejecita encantadora que me enseñó la habitación, me dio un poco de charla y me regaló botellas de leche y pastelitos. Un gran detalle, teniendo en cuenta que llegué ya de noche cerrada.

La habitación tenía una terracita con unas sillas y una mesa. Un gran ventanal daba acceso al salón-cocina, donde había un sofá, dos sillones, una mesa de comedor con sillas, una tele de pantalla plana y una cama individual. También había un DVD y la posibilidad de alquilar películas en recepción. 


La cocina estaba totalmente equipada de máquinas y cacharros. La mujer me dijo que si necesitaba algo que lo pidiera. 


La habitación estaba a la derecha, con un gran armario empotrado, lleno de mantas, una gran cama con un nórdico y una manta eléctrica y otra tele. Todo muy bien calefactado.


El baño estaba dividido en un pasillo, donde estaba el lavabo y los espejos, una zona para la ducha y otra zona para el WC. Así estaba mejor aislado del frío.


También había wifi gratis que funcionaba muy bien.

En la puerta de cada habitación había una zona privada para aparcar. Todo lo de fuera también estaba todo muy bien decorado, hasta con un huerto ecológico y todo.

No tiene restaurante, pero sirven desayunos en las habitaciones por 12’50NZ$ por persona y noche.

Todo muy limpio, acogedor y calentito. Me encantó.

💲 Precio para dos noches: 97€


   ADEN MOTEL   
57-59 Quintin Drive
Te Anau