Hacia la hora
de comer llegamos a Hillerød, una ciudad muy pintoresca en el norte de la isla
de Zelandia. Los que quisieron se fueron a pasear por la ciudad para comer (el
guía recomendó unos lugares donde le hacían descuento), y otros decidimos ver
primero el castillo y luego comer.
El gran
atractivo de Hillerød es el Castillo de Frederiksborg, el mayor castillo
renacentista danés. Se construyó en el siglo XVII sobre tres pequeñas islas
situadas en un lago para simbolizar la potencia de la monarquía absoluta danesa,
sirviendo de escenario para las coronaciones de la mayor parte de los reyes
daneses hasta 1840.
En 1859 un
incendio acabó con él. Gracias a los planos originales y al apoyo de J.C.
Jacobsen, el fundador de la fábrica de cerveza Calsberg, se pudo rehabilitar
incluyendo en su interior el gran Museo Nacional de Historia. El castillo
actual ocupa todo el islote norte del lago Slotssoen.
La Fuente de
Neptuno que nos da la bienvenida al castillo es una réplica de la original, que
se encuentra en Estocolmo. Los suecos tomaron la fortaleza en 1659, se llevaron
la fuente y aún se encuentra allí.
La Capilla fue
construida por Lambert van Haven en 1680. Durante el incendio sólo sufrió daños
menores, por lo que es parte mejor conservada del antiguo palacio renacentista
y se ha usado como iglesia parroquial desde la época de Christian IV (s.XVI).
También es la sede
ceremonial de la Orden de Dannebrog y de la Orden del Elefante, a la que también
pertenece la reina española emérita, Sofía.
La visita continúa
por el Salón de los Caballeros. En él se muestra una reconstrucción del salón que
usaban las grandes familias de la corte en tiempos de Christian IV.
La Sala de
Audiencias también se salvó del incendio. Su techo está decorado con pinturas
alegóricas de los continentes y su centro lo preside una gran lámpara con una
escultura de un ciervo.
A lo largo de
las demás salas se puede ver la colección de retratos más grande de Dinamarca,
con pinturas, bustos, relieves y fotografías. A través de ella se puede tener
conocimiento de la historia del país desde el siglo XVI, hasta hoy.
En la planta
tercera del edificio se exhibe una gran colección de obras modernas.
El palacio
está rodeado por unos preciosos jardines que constituían un coto de caza de
ciervos de Christian IV. En ellos se puede ver un bonito jardín barroco y unas pintorescas cascadas en su parte central. La entrada a los jardines es gratuita.
Visto el
castillo y paseado por sus jardines, recorrí el centro de Hillerød. Es una
ciudad que bien merece una visita. Su centro peatonal está altamente dirigido
al turismo. En él se suceden las tiendas, las cafeterías y los restaurantes (de
precio bastante alto). Desde sus plazas hay vistas maravillosas del palacio.
A la hora
acordada, nos reunimos con nuestro guía para continuar la visita hacia el Castillo
de Kronborg.
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