Opinión del Camping Los Batanes - Ruidera

 

Si estás pensando en visitar las preciosas Lagunas de Ruidera, debes saber que la oferta de alojamientos que hay a su alrededor es inmensa. La última vez que las visité me alojé en un bungalow del camping Los Batanes durante un puente y mi experiencia fue bastante agradable.

Las parcelas son llanas y están al cobijo de una gran arboleda. En caso de que optes por los bungalows, hay diversas opciones en función de tus preferencias y necesidades de espacio, contando con seis tipos distintos, con capacidad de dos a seis personas.

Localización

El camping está situado junto a la Laguna Redondilla, por lo que ofrece un lugar ideal para visitar todas las lagunas y hacer senderismo por la zona. A su derecha, a poca distancia, también está la Laguna Lengua y a su izquierda, la Laguna de San Pedro.

El recinto tiene piscina, actividades infantiles, un parque aventura, tienda y un restaurante.

Por detrás del camping existe un camino que da la vuelta a todas las lagunas ofreciendo una gran ruta de senderismo. Además, puedes llegar caminando a lugares interesantes como la Quebrada del Toro o la Cueva de Montesinos.

Ruidera: 8’8 km

 Quebrada del Toro: 1’6 km

 Cueva de Montesinos: 5 km

 Argamasilla de Alba: 40 km

 Villanueva de los Infantes: 44 km

 Ossa de Montiel: 23 km

Bungalow Batán

Había reservado otro tipo de bungalow más pequeño, pero al llegar me dieron éste mucho más grande. Con capacidad para seis personas, en la parte exterior la plaza tiene un porche, una terraza con una mesa, sillas y sombrilla. No se permiten hacer barbacoas, pero se está muy bien al fresquito y a la sombra.

Dentro todo estaba muy limpio y cuidado. La cocina-comedor cuenta con todo el menaje, frigorífico, microondas, fregadero, aire acondicionado, un gran sofá y televisión.



Tiene dos dormitorios con calefacción. Uno de ellos con dos camas individuales y un armario. El otro, con una cama de matrimonio. Al lado de éste se encuentra el aseo. La ropa de cama venía incluida, pero no las toallas. Se me olvidó este detalle, por lo que tuve que ir a recepción a alquilarlas.



En general, pasé una buena estancia allí y fue todo un detalle que dejaran una botella de vino de regalo como recibimiento en la cocina de la cabaña.

   CAMPING LOS BATANES   
Laguna Redondilla, Ctra. Lagunas de Ruidera, km, 8,
02611 Ossa de Montiel

6 lugares imprescindibles que ver en Almadén

 

Hace poco me estaba leyendo la saga de La Fundación (Asimov) desde el principio, y me sorprendió que hicieran referencia a estas minas en Yo, Robot (Un conflicto evitable). Y es que su fama llegó a extenderse a lo largo de los siglos y de los continentes.

El origen de su nombre ya daba pistas. Los árabes la llamaron al-maʿdin, la mina. Su historia ha estado siempre vinculada a la minería, aunque su máximo esplendor se dio en los siglos XVI y XVII cuando el mercurio se hizo tan necesario para realizar la amalgama de plata con todas las riquezas americanas. Además, se utilizaba en medicina para curar las enfermedades venéreas.

Las minas se cerraron en 2003, pero el pueblo sigue sin olvidar su pasado. La minería está presente en las calles del pueblo a través de sus edificios históricos, museos y esculturas, y cada año nuevos estudiantes siguen acudiendo a la primera Escuela de Minería de España y la cuarta del mundo (1777), tras las de Freiberg (Alemania, 1767), Schemitzz (Eslovaquia, 1770) y San Petersburgo (Rusia, 1772).

Qué visitar en Almadén

1. Las Minas de Almadén: sin duda, son el reclamo turístico por excelencia. En los dos mil años que estuvieron abiertas de ellas se extrajo un tercio de todo el mercurio que ha usado la humanidad a lo largo de su historia. En 2003 las cerraron por la prohibición de seguir usando mercurio dictada por la Unión Europea y en 2012 las declararon Patrimonio de la Humanidad. La visita merece mucho la pena y es muy completa. Primero accedes a un centro de interpretación en el que se proyecta un audiovisual sobre las minas. A continuación, bajas a los pozos. Y, para acabar, te llevan en un curioso vehículo a ver el Museo del Mercurio y varias instalaciones exteriores. Los últimos trabajadores que tuvo son ahora los que guían la visita. Toda una aventura.

Para acceder a ellas, reserva toda una mañana o toda una tarde. Tendrás que hacer muy bien las cuentas para que te cuadre todo y te dé tiempo a visitar el Hospital de Mineros de San Rafael, cuya entrada va incluida en el ticket. Las entradas se agotan muy rápido cuando las ponen a la venta. 👉 Más información.

2. La Plaza de Toros: es única en el mundo por tener forma hexagonal y por ser una de las más antiguas de España (1752). Las epidemias y la falta de alojamientos propiciaron la construcción de veinticuatro viviendas alrededor de esta plaza para evitar el hacinamiento de los vecinos en una época en la que cuatro o cinco familias compartían casa y sacar dinero alquilándolas para construir el futuro Hospital de Mineros.

3. Iglesia de Nuestra Señora de la Estrella: fue construida en 1747 gracias a los donativos de los mineros y de los vecinos de Almadén. Es de estilo neoclásico y destaca su colores blancos y amarillos. En su interior descansa el Cristo de la Fuensanta, la imagen más antigua del templo (s.XVI).

4. La Real Cárcel de los Forzados: se tiene constancia de que estaba ya funcionando en 1525 para encerrar a presos comunes, pero sobre todo, a presos forzados de la Corona, gitanos y esclavos. La cárcel contaba con una galería que la comunicaba con la mina, con lo que los presos no veían nunca el exterior. A los forzados se les cargaba con una pena temporal o perpetua, pero la mayoría no vivía lo suficiente como para volver a ser libre. Se demolió en 1969 y sobre ella se construyó la actual Escuela de Ingeniería Minera e Industrial de Almadén. Hoy quedan sus sótanos para ser visitados.

5. El Castillo de Retamar: en pleno centro del pueblo se conservan los restos de este castillo árabe del siglo XII, construido para defender las minas. Su nombre fue Hins-al-madin o Fuerte de la Mina. Puedes subir a su mirador para observar Almadén y su entorno desde las alturas.

6. El Real Hospital de Mineros de San Rafael: cuando se intensificaron las extracciones de las minas para abastecer a las colonias americanas, aumentó el número de mineros enfermos (sobre todo con azogue). Esto llevó a la construcción de este hospital en 1755 y que tuvo métodos de curación novedosos como la playa, en el que los enfermos daban vueltas sobre un círculo que había en el suelo mientras exudaban el mercurio gracias a las altas temperaturas que tenía la habitación en la que se encontraban, o el cajón de madera, que tenía varias lámparas que daban calor al enfermo que se sentaba en él para que sudara. Estuvo abierto hasta 1980 y hoy puedes ver un museo sobre Almadén y su precioso patio.


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10 lugares imprescindibles que ver en Ocaña

Ocaña es un pueblo toledano que da la oportunidad de hacer una escapada tranquila desde Madrid (a una hora), Toledo (a unos 40 minutos) o desde cualquier sitio cercano. Situada en la comarca de la Mesa de Ocaña, sus orígenes parecen ser prerromanos, aunque no se sabe muy bien de dónde procede su nombre. Sí que se sabe que en el siglo XV su judería era una de las más grandes del reino de Castilla y que sus habitantes son llamados también botijeros por ser famosos productores de esta artesanía.

Hoy su Plaza Mayor sigue atrayendo a cientos de visitantes cada año como antiguamente. Puedes darte una vuelta por sus calles, disfrutar de la gastronomía manchega en una de sus terrazas, apuntarte a una de las visitas guiadas que ofrece la Oficina de Turismo y comprar uno de los famosos Quesos de Ocaña en las tiendas del pueblo. Aquí te cuento algunos lugares que ver en Ocaña.  

Qué visitar en Ocaña

1. Plaza Mayor: es el principal atractivo del pueblo. La gente llena la plaza los fines de semana para tomarse algo en sus terrazas y es que se está bien a gusto bajo sus soportales, hasta en invierno. Se construyó a finales del siglo XVIII bajo los reinados de Carlos III y Carlos IV. Su fama fue tal, que sirvió como escenario a Lope de Vega para su obra Preibáñez y el Comendador de Ocaña. Actualmente se sigue utilizando para ofrecer en ella espectáculos y obras de teatro.

Con sus 70 pilares de piedra proveniente las canteras de Colmenar de Oreja, hoy es la tercera mayor de España, después de la de Madrid y la de Salamanca. En ella destaca el edificio del Ayuntamiento, la Oficina de Turismo y la torre del reloj, que sirve también como campanario utilizando para ello la campana de la derribada Iglesia de San Pedro.

2. Palacio de Don Gutierre de Cárdenas: construido en el XVI, sirvió como vivienda a este asesor de los Reyes Católicos y Comendador Mayor en León de la Orden de Santiago. Tras pasar por las manos de los duques de Maqueda y los de Frías, desde el XIX pertenece al Ministerio de Justicia albergando los juzgados de Ocaña. En su portada destaca una gran S tumbada, presente del escudo de Don Gutierre. Según dicen, la obtuvo cuando éste presentó a Isabel la Católica a su futuro marido, Fernando, y le dijo: “Es ése.” Y se quedó con la S por la gracia. 😐

3. Iglesia de Santa María de la Asunción: es la más antigua del municipio. Se construyó sobre una antigua mezquita del que sólo queda el alminar interior. Su fachada principal es de estilo plateresco. En su interior destaca la Capilla de Jesús Nazareno, patrón de Ocaña, y una amplia colección de armaduras en su sacristía.

4. Teatro Lope de Vega: este antiguo colegio jesuita se transformó en teatro en 1832. Lo que más te llamará la atención será la torre campanario neo-mudéjar. Delante del teatro podrás ver el Rollo de la Justicia (s. XV), una picota muy elaborada, de estilo gótico.



5. Museo Arqueológico: al lado del teatro se halla este museo que recorre la historia de la comarca de Ocaña desde la Prehistoria hasta la actualidad.

6. Torre de la Iglesia de San Martín: de la antigua inglesia de San Martín Obispo, sólo ha llegado hasta nuestros días esta torre herreriana del siglo XVI y su portada plateresca, que descansa junto a ella.

7. Fuente Grande: junto con la Plaza Mayor, es el monumento más característico de Ocaña. Esta fuente, diseñada por Juan de Herrera, es una de las obras de ingeniería hidráulica del siglo XVI. Se compone de una gran galería de piedra cubierta con veinte pilastras toscanas de sillería, que conforman sus arcos adintelados. A pocos metros de la fuente hay un manantial de agua que fue canalizada a lo largo de un túnel de ladrillo de más de 274 metros de largo. Al otro lado, se encuentran unos lavaderos de tal envergadura, que podían acoger a trescientas mujeres lavando a la vez. Para acceder a la fuente, tienes que ponerte en contacto con la Oficina de Turismo de Ocaña, que organiza visitas gratuitas.

8. Belén del Convento de Santo Domingo: esta construcción renacentista cuyo claustro se atribuye a Alonso de Covarrubias. Su impresionante coro fue esculpido en 1573 en madera de nogal de estilo renacentista italiano, obra sufragada por el clavero de la Orden de Calatrava, Fernando Fernández de Córdoba, y ubicado en el Convento de la Asunción de Calatrava de Almagro. En 1866, el rector de la Orden del Convento de Santo Domingo de Guzmán de Ocaña se lo compró a Isabel Aparicio por 11.000 reales. En el interior del edificio podrás ver el Museo Porticum Salutis, en el que destaca un original belén interactivo.

9. Convento de San José: fue construido en 1595 a instancias de María de Bazán, la mujer de Alonso de Ercilla. A su cargo, como priora y maestra de novicias, se mantuvo la sobrina de santa Teresa de Jesús, Beatriz de Jesús. En su interior descansan los sepulcros de Alonso de Ercilla y Zúñiga, su hermana y su esposa.

10. Museo del Guante: el Restaurante Tenería ofrece excursiones para disfrutar de su edificio del siglo XV y de su museo del guante, un curioso espacio que honra al oficio que se ejercía aquí. Esta prenda de cuero y piel se confeccionaba para la nobleza y la realiza europea en España, teniendo especial importancia la industria desarrollada en Sevilla y en Ocaña, convirtiéndose en la actividad principal de esta localidad en el siglo XV.


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12 cosas imprescindibles que ver y que hacer en San Lorenzo de El Escorial

Es una de las excursiones indispensables para pasar un día si estás en Madrid o alrededores. Los fines de semana San Lorenzo de El Escorial se llena de gente que va a visitar el monasterio o a comer en los múltiples restaurantes del centro. El ir y venir de gente es tal, que se hace difícil encontrar aparcamiento. ¡Tenlo en cuenta y ven temprano! Pero San Lorenzo es mucho más que el monasterio, en esta entrada te propongo algunos planes imprescindibles para completar tu visita y hacer que tengas ganas de volver y quedarte más de un día.

¡Ah! A la hora de venir, es importante que distingas San Lorenzo de El Escorial de El Escorial, pues son dos pueblos totalmente distintos, a pesar de estar unidos. El primero es donde se encuentra el monasterio, el segundo es mucho más antiguo y es donde está la estación de Renfe.

🚗 Dónde aparcar en San Lorenzo de El Escorial gratis

En el centro se hace verdaderamente difícil. Lo más sencillo es buscar un sitio en los alrededores del Parque Adolfo Suárez, por el Paseo de los Alamillos, o por la Plaza San Antón, junto a la coqueta Ermita de San Antonio Abad. Otra opción es ir a la Calleja Larga.

12 cosas imprescindibles que hacer en El Escorial

1. Visitar el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial: reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1984, es el principal reclamo para venir a este hermoso pueblo. Lleva en pie desde 1584, cuando Felipe II lo inauguró para conmemorar la victoria en la batalla de San Quintín, que tuvo lugar el día de San Lorenzo de 1557. El monasterio permaneció aislado hasta finales del XVIII, cuando Carlos III propició la expansión de una pequeña villa cortesana que dio lugar al actual municipio. De hecho, le gustaba tanto este sitio que obligó a los Jerónimos a vender terrenos para construir viviendas privadas.

La visita se puede hacer de manera libre o guiada (1h– 1’30h) y las entradas se pueden comprar allí o por internet. Dada la afluencia de gente, te recomiendo hacerlo online para evitar sorpresas.            👉 Comprar entradas.

El recorrido incluye la Galería del Claustro del Patio de los Evangelistas, la Sala de Batallas, el Museo de Pinturas de las Salas Capitulares (con obras de Velázquez, El Greco y Ribera, entre otros), el impresionante Panteón de Reyes (incluida la llamada tarta – donde fueron enterrados los infantes) y la espectacular biblioteca. Con otro horario distinto, pero con la misma entrada, podrás acceder también a la Basílica.

2. Deleitarte con las vistas desde el Mirador del Parque Adolfo Suárez: si quieres obtener unas buenas vistas del monasterio, el estanque, los jardines y las huertas, puedes acercarte el cercano Parque Adolfo Suárez. Desde allí se sacan preciosas fotos del paisaje con la sierra al fondo.

3. Pasearte por los jardines de la Casita del Príncipe: también pertenecientes a Patrimonio Nacional, forman un agradable paseo de casi 400.000 metros cuadrados al cobijo de grandes robles, secuoyas, pinsapos y boj. Lo mandó construir Carlos III como sitio de recreo para su hijo a imitación de las modas francesas. Al final del paseo se encuentra la Casita del Príncipe o Casita de Abajo, que también puedes visitar con tu entrada al monasterio (cuando está abierta). Al lado de la casita hay una bonita cafetería en la que descansar al frescor de los árboles mientras disfrutas de una bizcotela.

4. Pasar por el arco entre las Casas de Oficios: en frente de la entrada al Monasterio puedes ver dos edificios del siglo XVI que se utilizaron como dependencias palaciegas y uno del siglo XVIII, que alojó al Primer Secretario de Estado. Hoy albergan la Casa de la Cultura, la Oficina de Turismo, el Santuario de Nuestra Señora de Gracia y el Centro de Estudios Musicales Padre Antonio Soler. Una estampa típica de El Escorial es el arco de comunicación que existe entre las dos primeras Casas de Oficios, construido por Pedro Antonio de Pontones.

5. Entrar al Museo Cocheras del Rey: en este edificio construido por Carlos III para cubrir las necesidades de transporte de mercancías y personal, hoy puedes ver este museo que no sólo exhibe coches antiguos. Su visita te sorprenderá por la cantidad de enseres que hay expuestos. 👉 Comprar entradas. 

6. Ver una obra en el Real Coliseo: se abrió al público en 1771 para ofrecer representaciones a la corte. Esto lo hace el más antiguo de todos los teatros cubiertos que se conservan en España y el único teatro de corte que aún se mantiene en uso. Puedes adquirir las entradas para cualquiera de los espectáculos que aún se siguen ofreciendo , apuntarte a una visita teatralizada gratuita o entrar al Museo del Coliseo, que se encuentra en la parte trasera del edificio y que muestra su historia. 👉 Comprar entradas. 

7. Curiosear por la Galería Martín: hasta su reinauguración en 1979 servía como residencia de cómicos del Real Coliseo. Posteriormente pasó a ser una galería comercial con varios salones, de los que hoy sólo quedaba el histórico Restaurante Fonda Genara, aunque ahora está cerrado temporalmente.

8. Aprender sobre bichos en Insect Park: a unos 4 km del Monasterio, en el área recreativa de El Tomillar, puedes visitar este curioso lugar en el que descubrirás coloridas mariposas, espectaculares escarabajos y enigmáticas arañas.👉 Comprar entradas.                                                                                                                                                                

9. Hincharte a bizcotelas, los dulces típicos de El Escorial: el dulce por antonomasia de San Lorenzo son las bizcotelas, un manjar llamado Bizcocho del Palacio Real cuya receta aparece en el libro Arte de Repostería (1747), de Juan de la Mata, confitero de la corte de Carlos III. Hoy las puedes encontrar en las pastelerías del pueblo. Cada una tiene distintas especialidades y sabores, por lo que te recomiendo que visites este lugar varias veces para probarlas todas. 😋

10. Merendar chocolate con picatostes en El Miranda: Es el establecimiento hotelero más antiguo de San Lorenzo de El Escorial, remontándose a 1846 con la creación de la Fonda de San Luis, siendo una de sus primeras huéspedes Isabel II en su camino del destierro. Al haber sido destronada y no poder pasar la noche en las habitaciones reales del monasterio, las pasó aquí. También Isaac Albéniz eligió este lugar para tocar sus primeras composiciones cuando se escapó de casa y se hizo aventurero. Hoy el Hotel Miranda & Suizo sigue siendo el lugar en el que tradicionalmente se merienda esta especialidad de la casa. 👉 Precios.     


11. Hacer una sencilla ruta por el Bosque de la Herrería: con casi 500 hectáreas, este enorme pulmón verde fue declarado Paisaje Pintoresco en 1961 y actualmente es considerado Lugar de Interés Comunitario y Zona de Especial Protección para las Aves. Su origen se remonta a 1561, cuando Felipe II adquirió los terrenos para construir el Monasterio y las tierras colindantes para crear un coto real de caza, pastos para el ganado y huertas de abastecimiento de los mojes. Actualmente es un lugar de acceso gratuito y público, ideal para realizar sendas, visitas sus ermitas y pasar un agradable día de campo junto al arroyo.

12. Subir a la Silla de Felipe II: la leyenda cuenta que estas piedras de granito escalonadas sirvieron como observatorio para que Felipe II viera cómo iban las obras del monasterio. No obstante, los estudiosos apuntan a que se trata de un altar de sacrificios vetón. Está situada a unos 2’5 km al sur del pueblo, en el espacio natural protegido del Paraje pintoresco del Pinar de abantos y Zona de la Herrería. Desde aquí se obtienen las mejores fotos de todo el Monasterio. La gente suele dejar el coche en el parking del área recreativa, junto a la ermita y subir andando. Si lo prefieres, puedes probar suerte a aparcar a los pies de la misma silla para no tener que andar tanto, pero tendrás que ir muy temprano.  👉 Cómo llegar.  

🎄Una más de propina: Si vas en Navidad, no te puedes perder la visita al Belén de El Escorial, creado por sus vecinos a escala natural. El acceso es gratuito. Hay figuras puestas por las calles céntricas, pero lo más espectacular es el Portal de Belén situado frente al Ayuntamiento.

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6 lugares Imprescindibles que ver en Tembleque, típico pueblo castellano

 

Tembleque, la llamada Puerta de la Mancha, se hizo popularmente famosa por aparecer en la novela de Noah Gordon El último judío (1999), como lugar en el que habitaba el personaje de Ferrán Vasca.

De origen incierto, a lo largo de la historia por sus tierras han pasado carpetanos, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos, lo que le ha dotado de una historia muy rica. Su época de máximo esplendor fueron los siglos XV y XVI, cuando le sacó partido a su situación estratégica en las rutas de la trashumancia y Juana la Loca le concedió el título de villa.

Hoy es un pueblo tranquilo, con una plaza mayor preciosa y en el que ya se ve la influencia manchega en su arquitectura y en su gastronomía, pues es una zona ideal para que pruebes las migas, el pisto o los duelos y quebrantos. Además, si pasas por la gasolinera, no olvides llevarte unas exquisitas tortas de cañamones de La Guardia, una exquisitez.

Qué visitar en Tembleque

1. La Plaza Mayor: declarada Bien de Interés Cultural en 1973, es una de las plazas castellanas más bonitas y no suele estar atestada de turistas. Su origen se remonta al siglo XVII, cuando Felipe IV la concibió como plaza de toros, y para acceder a ella tendrás que cruzar un pórtico con columnas de granito. Sobre él verás dos galerías y un palco para que las autoridades vieran las corridas de toros a gusto.



El edificio principal corresponde al Ayuntamiento barroco, que se añadió a la plaza posteriormente. Al lado puedes entrar a la Oficina de Turismo, que cuenta con un Museo Etnográfico y un precioso patio manchego.

2. La Iglesia de la Asunción: como Tembleque aportó dinero y soldados a la expedición a Orán de 1509, a cuyo mando estaba el cardenal Cisneros, éste aportó una gran cantidad de donativos para construirla, que se juntaron a las aportaciones recibidas de parte de los priores de San Juan y la de los propios vecinos del pueblo. Su interior se organiza en una planta de cruz latina con una sola nave y bóveda de crucería gótica.

3. La Casa de las Torres: este palacete barroco del siglo XVIII sirvió como residencia al caballero de la Orden de Santiago Antonio Fernández-Alejo, quien hizo fortuna en América. Fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1979, pero necesita una reforma urgente. Una pena.

4. La Casa de Postas: este caserón situado en las afueras de Tembleque se utilizó como caballerizas ofreciendo sus servicios a los encargados del correo y a los viajeros que frecuentaban el antiguo camino de Madrid a Cádiz.

5. Ermita de la Veracruz: en mitad del pueblo verás esta torre octogonal que fue construida en el XVIII imitando el Santo Sepulcro de Jerusalén. Su interior sirvió antaño para albergar los restos de un miembro de la familia de los Torres, aunque hoy se usa como Biblioteca Pública. Tembleque, además, cuenta con cuatro ermitas más: la Ermita de la Purísima Concepción, la Ermita de Loreto, la Ermita de San Antón y la Ermita del Valle.

6. Los Molinos de Tembleque: en las afueras del pueblo se alzan varios molinos de viento sobre una colina. Son dos réplicas de moderna construcción, aunque también se conservan restos de los originales.


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10 cosas imprescindibles que hacer y ver en Aranjuez

 

Aranjuez forma parte de los lugares reconocidos como Patrimonio de la Humanidad que tiene la Comunidad de Madrid, junto con Alcalá de Henares, San Lorenzo de El Escorial, el Hayedo de Montejo, el Paseo del Prado y el Retiro. Todos ellos ofrecen un buen plan para pasar un día entero disfrutando ellos si te encuentras en Madrid.

Aranjuez está a unos 50 km de la capital y es fácil llegar a ella en tren y en coche. Además, tiene bastantes plazas de aparcamiento gratuitas para que no tengas que preocuparte por el coche durante tu visita.

Fuertemente ligada a la historia moderna de la monarquía española, Aranjuez comenzó a configurarse como lugar de recreo real en el siglo XVI y consiguió su máximo apogeo en el siglo XVIII con la llegada de los Borbones. Desde entones la ciudad no ha hecho más que crecer y añadir atractivos a su oferta turística. El encantador Palacio Real y sus jardines la hacen uno de los lugares perfectos para disfrutar de la naturaleza y el arte en todo su esplendor.

Qué hacer en Aranjuez

1. Visitar el Palacio Real de Aranjuez: gestionado por Patrimonio Nacional, el palacio y sus jardines son lo que atraen a Aranjuez a miles de visitantes al año. Situado junto a las aguas del Tajo, se comenzó a construir en tiempos de Felipe II y fue residencia de primavera para los monarcas hasta 1870. En su interior verás estancias que te asombrarán por su cuidado y belleza, como la sala de los Espejos, las salas de pinturas chinas, el salón de baile o el comedor de gala. La ruta acaba entrando en la capilla real. Para visitarlo tendrás que comprar una entrada que incluye el acceso al palacio, al Museo de Falúas Reales y a la Casa del Labrador. Se puede comprar en las taquillas o en su página web. 👉 Más información.

2. Entrar a la Casa del Labrador: la verás dentro del Jardín del Príncipe. Carlos IV la levantó sobre un solar en el que había una choza de un labrador, de ahí su nombre. Juan de Villanueva es el arquitecto encargado de diseñar este palacete que sirvió para el recreo de los monarcas. En su interior destaca la galería de los emperadores, el salón de baile, el tocador de la reina y la sala de los bordados.

3. Ver pavos reales: paseando por los jardines, sobre todo por el de la Isla, es fácil que veas a estos preciosos animales paseándose entre los turistas. Sus sonidos son graciosísimos.



4. Pasear por sus jardines: cerca del Palacio Real, Aranjuez cuenta con jardines maravillosos en los que perderte entre la naturaleza. Su acceso es gratuito.

🌳 Jardín del Parterre: en la parte oriental del palacio una puerta de rejería rococó da acceso a este palacio francés encargado por Felipe V. En él destaca la fuente de Ceres y el estanque con la fuente de Hércules y Anteo. Sin duda, una de las imágenes más fotografiadas de Aranjuez, con el palacio al fondo.

🌳 Jardines del Rey y de la Reina: se sitúan a ambos lados del palacio, en la fachada este. En sus orígenes se concibieron como lugares privados y estaban cerrados por altos muros. Felipe IV le incorporó una gran colección de estatuas y bajorrelieves y posteriormente se quitaron los muros para que fueran espacios abiertos.

🌳 Jardín de la Isla: es el más importante del palacio y constituye un gran ejemplo de los jardines de los Austrias en España. Diseñado por Juan Bautista de Toledo y completados por Juan de Herrera, descansa entre el palacio y el Tajo formando una ría artificial. Su función era servir de lugar de recreo a la familia real y a su corte y en él se celebraron corridas de toros, espectáculos y cacerías. Cuenta con nueve fuentes que funcionan los fines de semana y festivos.

🌳 Jardín del Príncipe: un poco más alejado del palacio, cuenta con una longitud de 3 km y fue concebido por Juan de Villanueva, arquitecto de Carlos III. A mí es el que más me gusta de Aranjuez. Está lleno de lugares encantadores, como un bello embarcadero, el estanque chinesco y las monumentales fuentes de Narciso y Apolo. Su paseo central bajo enormes árboles lo hacen un lugar ideal para descansar en verano huyendo del tórrido calor. En el interior de este jardín también encontrarás el Museo de Falúas y la Casa del Labrador.

🌳 Jardín de Isabel II: este coqueto y pequeño parque está junto a la Plaza de San Antonio. Está formado por parterres de flores, árboles y la estatua de Isabel II de niña que le regaló el embajador francés Juan Luis Brunette.

5. Entrar a la Iglesia de San Antonio: está en la Plaza de San Antonio, que se halla presidida por la Fuente de Mariblanca. Fernando VI la encargó a Santiago de Bonavía en 1750 y sufrió grandes saqueos por parte de los franceses durante la Guerra de Independencia.

6. Caminar por la Plaza de Parejas: en frente del Palacio Real se encuentra esta explanada en la que se celebraban fiestas hípicas y desfiles militares. En ella puedes ver un edificio que albergaba la Casa de los Oficios y el Cuarto de los Caballeros. Los mandó construir Felipe II como viviendas para el personal de servicio. Lo más llamativo son las galerías formadas por arcos de medio punto sobre pilastras de sillería.

7. Admirar el Museo de Falúas: su visita está incluida en la entrada al Palacio Real. Para llegar a él, tendrás que dirigirte al Jardín del Príncipe, donde descansa este museo construido en la década de los sesenta para guardar las embarcaciones que usaba la familia real durante sus paseos por el Tajo. Son impresionantes.

8. Hacer un divertido crucero por el río: si quieres disfrutar de un paseíto en barco por el Tajo, ésta es una manera bastante original de hacerlo. Muchas veces tienen barra libre y juegos. Está bastante chulo. A la entrada de Aranjuez, junto a la Glorieta de Fernando VI y muy cerca del Jardín del Parterre, está el embarcadero donde se sacan los tickets, aunque lo mejor es sacarlos online porque casi siempre está lleno. 👉 Más información.

9. Comer fresas con nata: Aranjuez también es famoso por su producción de fresas, una exquisitez potenciada por la Casa de Borbón y de la que se tiene constancia desde el siglo XVI. Aunque cada vez quedan menos agricultores dedicados a su cultivo, aún siguen siendo muy reputada. En temporada es común que vendan fresas con nata en las heladerías cercanas al palacio. La fresa tiene tanta fama en Aranjuez que cuenta con el bonito Tren de la fresa, un tren histórico que funciona desde 1984 entre el Museo del Ferrocarril de Madrid y Aranjuez, y en el que puedes degustar esta especialidad. 👉 Más información.

10. Hacer senderismo por el Mar de Ontígola: a dos kilómetros de Aranjuez tienes esta Reserva Natural con una superficie de cas 630 hectáreas. Este humedal se remonta a 1552, cuando Felipe II ordenó la ampliación de la balsa que regulaba las aguas del Arroyo de Ontígola que regaba las huertas y los jardines reales construyendo la Presa de Ontígola. Hoy es una zona naturalizada en la que habitan una gran variedad de aves y plantas. Un sendero recorre la laguna hasta un alto observatorio. 


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