Opinión sobre el Restaurante Japonés Hanakura y sus famosas Okonomiyakis


En la plaza de Olavide se encuentra este conocido restaurante japonés, que tiene mucha fama dentro de los amantes de esta cultura. Su nombre en japonés significa bodega y flor.

El local es un poco pequeño, con decoración muy austera y las mesas muy juntas. Todo ello se olvida con la calidad de la comida.

Entre semana, escoge el menú del día porque la oferta es inmejorable. Sin duda, es uno de los restaurantes japoneses de calidad más asequibles de Madrid.

Para empezar una sopa de miso, arroz blanco y una ensalada de fideos fríos..



Como plato principal, te recomiendo un Katsu curry, que se parece mucho a los que probé en Japón, sobre todo en la zona de Nara.


Y, cómo no, cuando se viene al Hanakura, el objetivo está claro: probar los Okonomiyaki. Sin duda, este el punto más exquisito del restaurante. Y es que es el único de Madrid que los hace al estilo de Oxaca. Este plato es una tortilla japonesa de repollo, carne y huevo, presentada sobre unos tallarines con salsa; hay de marisco, de carne y de verduras. 


De postre, un pastel de queso con frutos rojos, uno de los platos más famosos del cocinero (Cheese Keigo – Keigo es el nombre del dueño, que te sonará por el Ramen Kagura y el Kuraya) muy compacto y rico; y un helado de sorbete de mandarina



El servicio es muy atento y el hecho de que vayan japoneses al local siempre es un plus. Además, en la web afirman que son un referente en cuanto al Noken.

Todos los menús incluyen la sopa, el arroz, sugerencias del chef, bebida y postre. La comida es muy abundante y está muy bien presentada. Si quieres probar un auténtico shabu shabu, tendrás que reservar el plato con antelación.

👉  Reserva con antelación porque siempre está lleno.

👉  Realiza el checkin con el móvil por Foursquare para que te regalen una deliciosa brocheta de pollo con salsa teriyaki. 


Cómo llegar al Restaurante Japonés Hanakura 

🚇  Metro Línea 1, hasta la parada de Iglesia. Toma la salida Eloy Gonzalo impares, sigue hacia calle Castillo, gira hacia la izquierda hacia la calle Quesada y hacia la derecha por calle Murillo. Desde el metro hasta el restaurante hay unos 4 minutos.

c/ Murillo, 4 (Plaza de Olavide) – Madrid
91 445 46 91













Visitando el invernadero de la Estación de Atocha


La Estación de Atocha se construyó en 1851 por la compañía ferroviaria MZA (Madrid, Zaragoza, Alicante), llamándose por entonces la Estación del Mediodía o la Estación del Sur. Fue la primera de todo Madrid.

En 1888 un gran incendio la destruyó y la renovaron contando con Alberto de Palacio (colaborador de Eiffel). Es una gran obra de arte del s.XIX.

En 1984 se realizó un concurso de ideas para ampliar la estación y acoger las primeras líneas del AVE. Tras la remodelación del arquitecto Rafael Moneo entre 1985 y 1992, en el histórico edificio de la Estación de Atocha, puedes disfrutar de un magnífico jardín de 4000 metros cuadrados y más de 500 especies de plantas.


Este invernadero contiene plantas tropicales y subtropicales con una temperatura de 22-24 grados y una humedad del 70%.





Lo más sorprendente del recinto es la gran cantidad de tortugas que hay en la zona de las plantas acuáticas. Realmente, la zona no estaba pensada para ellas, pero desde hace unos años mucha gente ha abandonado a sus tortugas allí cuando no pueden hacerse cargo de ellas o cuando se hacen demasiado grandes.



Es una pena porque como no están siendo cuidadas adecuadamente, algunas ya tienen enfermedades. Y es que cada día hay más. En la misma zona también hay peces y palomas.



La mejor visión del invernadero la obtendrás en el piso superior, donde también está la escultura en honor al viajero. Otra opción, es sentarse en la terraza del Restaurante Samarkanda.

Cómo llegar a la Estación de Atocha 

Plaza Emperador Carlos V

🚇 Metro: Atocha Renfe, línea 1 (azul claro). 

🚍 Autobuses: 47, 55, 19, 85, 10, 24, 57, 102 y C.

🕑 Horario: de 05:00 a 01:00. Venta de billetes para el mismo día de lunes a viernes de 5:30 a 22:30, resto de días desde las 6:15.

👉 Recientemente se ha llevado a cabo una gran remodelación de la estación y ya no están las tortugas de antaño. 


Cómo es la visita al Museo de Los Caños del Peral en Metro Madrid


Hace unos años, haciendo obras para renovar los ascensores de la estación, descubrieron bajo la Plaza de Isabel II los restos de la famosa Fuente de los Caños del Peral (renacentista), de la alcantarilla del Arenal (s.XVI) y del Acueducto de Amaniel (s. XVII).

La fuente se llamaba así porque se encontraba al lado de un peral que le daba sombra a los que iban a beber o a lavar en el lavadero, allá por 1263. Su reconstrucción la diseñó posteriormente Juan Bautista de Toledo, el primer arquitecto de El Escorial.

Por su parte, el acueducto se construyó para conducir el agua desde el manantial hasta el Palacio Real.

La fuente estuvo en funcionamiento hasta mediados del XIX, cuando quedó enterrada al construir la Plaza de Oriente, el teatro Real y la Plaza de Isabel II.

En el recinto, de 200 metros cuadrados, tan sólo se puede ver un trozo del acueducto (el resto lo han hecho trozos y está en los almacenes de la Casa de Campo); la fuente tampoco la puedes ver entera, tan sólo 5 metros, de los 35 que se encontraron (el resto no se sabe dónde está, aunque se comenta que se volvió a enterrar…).

La entrada es gratuita y la visita es bastante corta, pues sólo cuenta con una estancia. En ella también emiten dos documentales, uno para niños y otro para adultos, en los que cuentan la historia de los restos arqueológicos y cómo los recuperaron para crear el museo. El video está bastante entretenido.

A ver, para ir expresamente no es. Pero si alguna vez tienes que bajarte en la estación de Ópera, o cerca, puedes aprovechar para visitarlo y en pocos minutos haceros una idea de cómo fueron los restos en la antigüedad.
La entrada es gratuita, pero el museo está en el interior del metro. Para entrar es necesario pasar los tornos de acceso, así que necesitarás estar en posesión de un ticket de metro




Los edificios que componen Plaza de Castilla


La Plaza de Castilla es una de las principales Plazas de Madrid, atravesada por el Paseo de la Castellana, está formada por varios edificios famosos:

Las Torres Kio

La Puerta de Europa, más conocida como las Torres Kio, son las primeras torres inclinadas que se hicieron en el mundo. Construidas en 1996 por la empresa de Kuwait KIO (de ahí su nombre: Kuwait Investments Office) presiden la Plaza de Castilla.

Como muchos edificios del mundo, éstos tampoco se salvan de los escándalos financieros, pues se dice que los constructores (entre ellos, Alberto Cortina) se quedaron con más dinero de la cuenta. Tras el juicio del “Caso KIO” se condenó a uno de los empresarios por desvío de capitales.

Los arquitectos estadounidenses Johnson and Burgee las diseñaron en 1989, aunque no se terminaron hasta 1996 debido a la falta de fondos. Con una inclinación de 15º y tienen 27 plantas. Debido a esta inclinación cada planta tiene una distribución distinta pues no todos los ascensores pueden llegar a la última planta.

Hoy pertenecen a Bankia y a Realia. No hay manera de subir a ellas, a no ser que tengamos enchufe o suene la flauta y algún año las abran al público durante la Semana de la Arquitectura de Madrid.

El Obelisco de Calatrava

Este monumento cambia toda la fisonomía de la Plaza de Castilla. Consiste en un enorme mamotreto en mitad de toda la plaza que el arquitecto Santiago Calatrava realizó en 2009 con motivo de los trescientos años de vida de Caja Madrid.

En un principio iba a medir 120 metros, pero como el subsuelo de la plaza está lleno de túneles, al final sólo pudo tener 92.



La gente se piensa que Calatrava lo donó a la ciudad. De eso nada: costó 14’5 millones de euros, que pagaron Cajamadrid y el Ayuntamiento (vamos, todos los madrileños).

Hecho de bronce y recubierto con pan de oro, tiene 126 motores hidráulicos que hacen que se mueva, como si fuera un taladro, y que se ilumine. Pero, como sale demasiado caro, ni se mueve, ni hace nada. Sólo estorba la vista. Y es que mantenerlo cuesta más de 150.000 € al año.

Encima, ni siquiera es un diseño original. Calatrava tan sólo copió un proyecto suyo que hizo para la universidad de Haifa (Israel), que es igual en todo, menos en el color: es plateado. Y está inspirado en otro (vamos, una copia de una copia), de la columna realizada por el escultor rumano Constatin Brancusi en Targu Jiu en los años 30.

El Monumento a Calvo Sotelo

Este monumento es el resultado de un concurso que convocó el Diputación Provincial de Madrid en 1955 y al que se presentaron trece proyectos. El ganador fue el del arquitecto Miguel Manzano y esculpido por Carlos Ferreira en memoria del asesinato de Calvo Sotelo en 1936.

Hecha con hormigón armado, fue inaugurada por Franco en 1960.

Junto con las Torres Kio, forma una M imaginaria.

Los Jardines del Canal de Isabel II

Con una extensión de 5 hectáreas, la entrada a este parque también la tenemos en la Plaza de Castilla. Bajo el suelo tenemos el primer depósito de agua que se hizo para abastecer a Madrid. Hoy cuenta con más de 624 especies y es un sitio muy agradable para pasear.


El depósito elevado que se encuentra antes de los jardines, también forma parte de la imagen de Plaza de Castilla. La sede de la Fundación Canal quedó inaugurada en 2002 y se encuentra bajo este depósito, en la antigua estación elevadora de agua.

El recinto cuenta con salas de exposiciones, aulas y un auditorio con 300 plazas. El depósito no se utiliza desde los años sesenta, pero se sigue reservando para posibles emergencias.

Completan la plaza el edificio de los juzgados de primera instancia, el edificio judicial más grande de Madrid; y el Castilla Plaza Hotel, del grupo Abba, con 228 habitaciones y 4 estrellas. 



Visitando el Museo Naval de Madrid


Situado en el Paseo del Prado, en el edificio del Cuartel General de la Armada, este museo abrió sus puertas en 1792 gracias al Secretario de Marina de Carlos IV.  

Aunque inicialmente el proyecto se iba a localizar en la provincia de Cádiz, finalmente cambiaron su emplazamiento a Madrid pero su construcción no se llevó a cabo hasta 1842 con Isabel II. Desde entonces ha pasado por varias sedes hasta acabar en 1932 en el Ministerio de Marina, su actual localización.

La entrada al museo es gratuita. Normalmente hay que hacer cola en la calle hasta pasar a la entrada donde hay que pasar el control de seguridad y darle tus datos y el DNI a un funcionario.

Tras subir las escaleras, nos encontramos con la tienda y la entrada al museo, donde hay un empleado que amablemente os pedirá una APORTACIÓN VOLUNTARIA de 3€. Tras quejarnos y decir que en todos lados pone que la entrada es gratuita, pudimos entrar gratis, pues si no, es una engañifa. Que digan desde el principio: precio de la entrada 3€ y ya nos planificamos nosotros. ¡Ojo! Que esto se está poniendo muy de moda últimamente en los museos, al menos los de Madrid.

El museo cuenta con 25 salas y más de 10.700 piezas que muestran la evolución de la Marina española desde los Reyes Católicos hasta la actualidad y una serie de monográficos: la evolución tecnológica en navegación, astronomía, geodesia, cartografía…; las armas y enseres que descubrieron las expediciones del siglo XV al XVIII, o las embarcaciones usadas en China, el sudeste asiático y el Pacífico.

El museo es enorme y la visita puede durar entre hora y media y dos horas fácilmente. Si no disponéis de tanto tiempo, hay 4 piezas clave que debéis disfrutar:
  • Carta universal de Juan de la Cosa: El mapa más antiguo que representa el continente americano. Data el año 1500. En él África aparece por primera vez orientado de norte a sur y refleja los descubrimientos de las expediciones portuguesas. Asia se muestra imprecisa, siguiendo las teorías de Ptolomeo y las crónicas de viajeros como Marco Polo.



  • Bandera del Regimiento fijo de Málaga: la única bandera de José I que se conserva en España, pues las Cortes de Cádiz mandaron destruir todas las banderas e insignias de José Bonaparte.
  • Modelo del navío Real Carlos: maqueta de 1766 que representa un barco de tres puentes y 104 cañones. Es el precedente del Santísima Trinidad, el mejor buque de la Armada del siglo XVIII.
  • Piezas de la nao San Diego: nave que naufragó en Filipinas en el 1600. Sus restos se descubrieron en 1990 y el museo los adquirió.

También llaman la atención los objetos relacionados con las naos asiáticas y de Oceanía.

Salas:
  1. Vestíbulo principal
  2. Reyes Católicos
  3. Casa de Austria
  4. Guerra de Sucesión española
  5. Felipe V y Fernando VI
  6. Carlos III y Carlos IV
  7. Vestíbulo de Honor
  8. Nao san Diego
  9. Arsenales y construcción naval
  10. Ciencias Náuticas
  11. Cámara del Comandante
  12. Sala del Real Patronato
  13. Descubrimientos geográficos, s. XV-XVIII
  14. Trafalgar, Guerra de Independencia y Fernando VII
  15. Marina científica del s. XIX
  16. Armas y etnografía del s. XIX
  17. Campañas de Cuba, Santo Domingo y África
  18. Filipinas
  19. Isabel II
  20. Amadeo I, Primera República, Alfonso XII y Regencia de Mª Cristina
  21. Construcción naval de los siglos XIX y XX
  22. Segunda República y Guerra Civil
  23. Franco y Juan Carlos I
  24. Sala de Navegación Exposiciones temporales
Cómo llegar al Museo Naval de Madrid

▪  Metro
: línea 2, Banco de España
▪  Autobuses: 1, 2, 14, 27, 37, 51, 146, 150, 202 y 522.
▪  RENFE: Recoletos y Atocha.
▪  Los parkings (privados) más cercanos están en la calle Montalbán y en la Plaza de las Cortes.

Horario del Museo Naval de Madrid

▪  De martes a domingo: de 10:00 a 19:00
▪  En agosto: de 10:00 a 15:00
▪  Cerrado: lunes, 1 y 6 de enero, Viernes Santo, 1 de mayo, 16 de julio, 24, 25 y 31 de diciembre.


Museo Naval
Paseo del Prado, 5

Cómo es la Plaza de la Villa de Madrid


Cerca de la popular Taberna Ciriaco encontrarás una de las plazas más famosas de todo el Madrid de los Austrias. La Plaza de la Villa, antigua Plaza de San Salvador, que recibió este nombre en el siglo XV cuando Enrique IV de Castilla le otorgó a Madrid el título de Noble y Leal Villa.

Qué ver en la Plaza de la Villa

1. La Casa Cisneros: se mandó construir en 1537 por el sobrino del Cardenal Cisneros. De estilo plateresco, su fachada se realizó a principios del s. XX cuando el Ayuntamiento se quedó con el palacio y lo anexó a la Casa de la Villa. Pero no sólo tiene fama por eso, también fue la prisión del secretario de Felipe II (Antonio Pérez), la casa donde nació el conde de Romanones y el hogar de Ramón María Narváez.

2. La Casa de la Villa: este palacio sirvió como sede del Ayuntamiento de Madrid desde 1693 hasta 2007, antes de trasladarse al Palacio de Comunicaciones. Hoy se utiliza para recepciones y eventos oficiales.


3. Casa y Torre de los Lujanes: de estilo gótico-mudéjar, son los edificios civiles más antiguos de la capital. Pertenecían a los Lujanes, unos ricos comerciantes aragoneses que los mandaron construir en el s. XV. Se dice que Francisco I de Francia estuvo encerrado aquí tras haberlo hecho prisionero en la batalla de Pavía en 1525. Hoy sirve de sede a la Real Academia de Ciencias Políticas y Morales.


Este conjunto lo forman varias casas. La primera de ellas albergaba antiguamente la Hemeroteca Municipal. Dentro está la escalera gótica que formaba parte del hospital de La Latina y hasta hace poco también contenía las tumbas de La Latina y de su marido (hoy en el Museo Municipal del antiguo Hospicio).

4. Estatua de Álvaro de Bazán: justo hacia el centro de la plaza, donde había antiguamente una fuente y más tarde una estatua de Carlos V, hoy puedes ver la estatua en bronce del almirante marino Don Álvaro de Bazán, que data del 1888. El marino aparece pisando la bandera turca y con la banda de Capitán General de la Armada en el pecho. En el pedestal rezan las palabras que Lope de Vega le dedicó a este personaje:


El fiero turco en Lepanto,
en la Tercera, el francés
y en todo el mundo el inglés,
tuvieron de verme espanto.
Rey servido y patria honrada
dirán mejor quién he sido
por la cruz de mi apellido
y por la cruz de mi espada.

Las callejuelas de los alrededores tampoco tienen desperdicio. En la plaza tienen su origen tres pequeñas calles originarias del primitivo trazado de la ciudad: la del Codo, la del Cordón y la de Madrid. Baja por la calle del Cordón para hacer un descanso en  "El Jardín del Convento" una tienda donde puedes comprar las ricas pastas y dulces de las monjas. Después, sube por la Calle del Codo (entenderás el nombre cuando tengas que girar de golpe) para aparecer otra vez en la Plaza de la Villa y disfruta de la imagen del Madrid del s. XVII. 


Lamentablemente, ninguno de los edificios de la Plaza de la Villa es visitable por dentro. Así que toca conformarse con las magníficas vistas desde el exterior.


Cómo llegar a la Plaza de la Villa de Madrid

🚇  Metro:

▪  Líneas 1, 2 y 3 con parada en la estación de Sol.

▪  Líneas 2, 5 y R con parada en la estación de Ópera.

🚍  Autobuses:
 
▪  3, 5, 20, 25, 33, 39, 50, 51, 52, 53, 150. 


Cómo es la visita al Museo de Arte Público de la Castellana


Este espacio al aire libre, cuenta con 17 obras de escultores españoles. Se creó en 1970 cuando se realizó un paso elevado para comunicar las calles de Juan Bravo y Eduardo Dato, el este y el oeste de Madrid.

Debajo del paso elevado se ideó un espacio para acercar el arte moderno al público de la calle. Eusebio Sempere (arquitecto del paso elevado) se puso manos a la obra y fue convenciendo a artistas amigos suyos para que donaran alguna obra para el museo. Y es que el Ayuntamiento no puso nada más que una pega: no había dinero para comprar nada.

Las obras son de los artistas de la vanguardia histórica y de los de la generación de los años 50.
  1. Andreu Alfaro: Un món per a infants.
  2. Chillida: La sirena varada.
  3. Martín Chirino: Mediterránea
  4. Amadeo Gabino: Estela de Venus
  5. Julio González: La petite faucille
  6. Rafael Leoz: Estructuración hiperpoliédrica del espacio
  7. Marcel Martí: Proalí
  8. Joan Miró: Mère Ubu
  9. Pablo Palazuelo: Proyecto para un monumento IV B
  10. Manuel Rivera: Tríptico
  11. Gerardo Rueda: Volumen-Relieve-Arquitectura
  12. Alberto Sánchez: Toros Ibéricos
  13. Sempere: Móvil
  14. Pablo Serrano: Unidades-Yunta
  15. Francisco Sobrino: Estructura permutacional
  16. Subirachs: Al otro lado del muro
  17. Gustavo Torner: Plaza-Escultura
Si pasas por allí, puedes aprovechar para echarle un vistazo, pero lo cierto es que a mí me decepcionó mucho. Todo estaba muy abandonado y me lo esperaba más grande y más cuidado. En fin, espero que si vas te puedas llevar otra impresión.

Cómo llegar al Museo de Arte Público de Madrid

🚇 Metro: Estación Rubén Darío, Línea 5

🚍 Autobús: 5, 14, 27, 5, 150


Museo de Arte Público
Paseo de la Castellana, 40
Distrito Castellana/Salamanca