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Vietnam: Cómo ir al Delta del Mekong – Tipos de Visitas


La mayoría de agencias de viaje del barrio mochilero de Pham Ngu Lao, cerca de Ben Tanh Market, ofrecían los mismos tipos de visitas. Para que te puedas hacer una idea, cuando estés planificando tu viaje, aquí te dejo su descripción.

Cómo ir al Delta del Mekong – Tipos de Visitas

1. Mekong Delta en un día: My Tho – Ben Tre. 3 islands.

Te recogen en Ho Chi Minh y te llevan hasta My Tho, uno de los lugares más importantes del Delta. Allí visitarás la pagoda de Vinh Trang, con sus estatuas gigantes de Buda. Después, un barco a motor te llevará por el río recorriendo Dragon Island, Unicorn Island y Phoenix Island. En las islas podrás conocer:

▪  Una granja de abejas, probar té con miel, coger un panal y una serpiente.
▪  Una fábrica artesanal de caramelos de coco y probarlos.
▪  Un restaurante en un entorno privilegiado, rodeado de palmeras y de saltarines del fango.
▪  Un paseo corto en bicicleta.
▪  Un paseo caballo (por favor, negaos a hacer esto. Lo explico en esta entrada.)
▪  Un paseo en barca por los canales.
▪ Finalmente, también disfrutarás de un concierto de música tradicional vietnamita mientras comes fruta.

Precio: 190.000 VND. Entra el transporte ida y vuelta, la comida y todas las entradas a los sitios que se visitan. En el autobús os dan también una botella de agua.



2. Mekong Delta en 2 días: My Tho – Ben Tre – Can Tho

Día 1: Saigón – My Tho – Ben Tre – Can ThoDurante el primer día se hace lo mismo que en la visita anterior pero, al final, el autobús te lleva a Can Tho para dormir allí.

Día 2: Can Tho – Mercado Flotante de Cai Rang – SaigónDespués de desayunar, irás a ver el mercado flotante más llamativo del delta. Además, verás cómo se preparan los noodles vietnamitas en un taller de cocina. Al acabar el tour, te devuelven a Ho Chi Minh.

Precio:

▪ Con estancia en un hotel con aire acondicionado, incluyendo la comida del primer día y el desayuno del siguiente: 490.000 VND

▪ Con estancia en una casa particular, incluyendo una clase de cocina y una cena con gente local: 565.000 VND.

Al finalizar el tour, te darán también la opción de coger el autobús hacia Rach Gia y, luego, el barco hacia Phu Quoc.


3. Mekong Delta en 3 días: My Tho – Ben Tre – Can Tho – Long Xuyen – Chau Doc – Saigón

Días 1 y 2: iguales que en los anteriores tours, sólo que, al final del segundo día, te llevan a Thot Not en autobús y duermes en un hotel de Chau Doc.

Día 3:

▪ Opción A: después de desayunar verás el mercado flotante, un pueblo de una etnia islámica minoritaria cham y, en el camino de vuelta hacia Saigón, te pararán en Long Xuyen para ver cómo se fabrican las varillas de incienso. Precio: 950.000 VND (en habitación compartida). Si quieres una habitación privada, te cobrarán, además, 240.000 VND.

▪ Opción B: Desde Chau Doc te llevan en barco a Phnom Penh, la capital de Camboya. Precio: 1.100.000 VND en barco lento (llegáis a las 18’00). 1.400.000 VND en barco rápido (llegarás a las 14’00).


Vietnam: Día 17 – Visita de un día al Delta del Mekong. ¡Pobres caballos!


Mi última visita en Vietnam la iba a dedicar al Delta del Mekong. Era una pena que no tuviera más tiempo para poder estar allí dos días al menos, pero no quería perderme la oportunidad de ir, aunque fuera un solo día.

La mejor manera de visitar el Delta es contratando una excursión con una agencia. Ir por tu cuenta exige depender de las estaciones de autobuses, y los horarios y los tickets son un jaleo; o ir en coche privado con conductor.

Mi excursión la contraté en la misma agencia en la que había estado durante mi primer día en Ho Chi Minh. Como me había ido muy bien con la salida hacia Cu Chi, decidí probar suerte con ellos otra vez.

Se sitúa en la zona mochilera de Pham Ngu Lao, muy cerca de Ben Tanh Market. Se llamaba Gnocc Mai y está en el número 169, en frente de un gran parque. Me costó 190.000 VND, con comida incluida.

La salida era a las 8’00 pero, como ya estaba acostumbrada, acabamos saliendo a las 9 y pico. Mientras tanto, nos entretuvimos con este vendedor que bailaba a la vez que cogía el dinero que le daban por comprar uno de los dulces que tenía en la cabeza. Un fenómeno, el tío.


La primera parada fue a una rest room sin mucho sentido. Allí vimos un taller venido a menos, en el que unos vietnamitas hacía pinturas lacadas. No estaban trabajando, pero hacían como si lo estuvieran. Se notaba un montón el circo. Al final del taller había una tienda pequeña de porcelana y pinturas.

De vuelta al autobús nuestro guía nos fue contando lo que íbamos a ver a lo largo de la excursión. No era Jimmy Jo, que tenía más gracia e incluso se acordó de mí cuando nos vio de nuevo en la agencia y ya habían pasado dos semanas desde nuestra excursión a Cu Chi. Este guía era más sieso.

La entrada al Mekong Delta la hicimos por My Tho, la capital de la provincia de Tien Giang, tres horas más tarde. De la ciudad no vimos nada. Sólo nos paramos en su maravilloso templo: la Pagoda de Vinh Trang, que tiene enormes estatuas de Buda. Dentro vimos cómo rezaban algunos monjes, incluso nos invitaron a pasar a la sala de oraciones. Y a ver, también, cómo eran llamados para el almuerzo.


Subimos otra vez al autobús para bajarnos al poco tiempo y montarnos en un barco en el que daríamos una vuelta por el Mekong. El barco nos dejó en Unicorn  Island. Allí nos recibieron en un restaurante para contarnos las lindezas de los productos que realizaban con la miel que sacaban de sus abejas. Nos dieron té y frutas, y nos dejaron coger un panal y conocer a una gran serpiente. Luego, sutilmente, nos invitaron a que compráramos cremas, té y caramelos hechos con miel.



El barco nos llevó a otra parte de la isla. Olía fatal. Era la del taller de caramelos de coco. Y lo que olíamos era a cocos podridos que tiraban al suelo. Cuando nos acostumbramos al olor, probamos unos cuantos caramelos y acabé comprando una bolsa por 1€. El proceso de fabricación, más artesanal imposible.




Nuestra siguiente parada fue para comer en un restaurante en un entorno ideal. Todo lleno de palmeras, plantas, rodeados de canales… El paisaje me encantó, incluso pudimos ver al saltarín del fango, que pueden respirar fuera del agua. Mientras los demás iban terminando de comer, podías coger una bici para darte una vuelta por el lugar.



La peor parte vino justo después. No le gustó a ninguno de los occidentales que hizo la excursión en mi grupo. En Ben Tre el guía nos dijo que íbamos a dar un paseo en caballo. Hasta ahí bien. Pero cuando vimos a los pobres caballos, se nos cayó el mundo encima. Estaban en unas condiciones pésimas. Escuálidos y maltratados. No paraban de golpearles con el látigo para que tiraran de unos carros abarrotados de turistas. Parecía que iban a desfallecer.


El guía nos dijo que teníamos que subirnos porque íbamos retrasados y nos estaban esperando al otro lado del camino. Todos insistimos en ir andando, pero no nos dejó. Aun así, manifestamos nuestro malestar y así lo dejamos patente cuando volvimos a la agencia.

Al bajarnos de los carros, nos estaban esperando unas barquitas encantadoras para dar un paseo por los canales. A mí fue lo que más me gustó. Estaba todo en silencio, parecíamos exploradores. Además, para causar esa sensación mágica, las barcas iban muy alejadas las unas de las otras.





La última atracción fue en un escenario. Allí, los habitantes de la aldea nos cantaron unas piezas tradicionales mientras comíamos fruta. Al final del concierto pasaron unas cestas para que les dejáramos propina. Y se la merecieron, aunque sólo fuera por el esfuerzo de los músicos, con esa edad…




La visita, en general, no estuvo mal por el paisaje. Pude aprender cómo vive esta gente en el Delta, qué trabajos artesanales siguen haciendo, montarme en barco de motor por el Mekong y en barquita silenciosa por los canales, conocer su música tradicional… Si no hubiera sido por lo de los caballos, todos nos hubiéramos ido tan contentos. 

Por favor, si haces esta excursión, pregunta en la agencia por el paseo en caballo y di que no lo quieres hacer. Que se lo ahorren, con tal de no ver esos ojitos sufriendo mientras ven caer el látigo una y otra vez. 

Laos: Visitando los Templos Wat de Luang Prabang I (Cruzando el Mekong)


Al otro lado del Mekong comienza esta ruta para la que hay que cruzar el río en el ferry hacia Ban Xieng Mane., una aldea muy rústica. Si sigues el camino marcado te encontrarás con varios templos curiosos y algunos abandonados.


1. Wat Chomphet: templo de 1888, con un dragón y aves en el techo. Está al otro lado del Mekong, al norte de Xieng Mene y abre de 8’00 a 17’30. La entrada es de pago. Hay que subir 123 escalones para llegar a la cima y tener desde allí unas vistas increíbles. Delante hay dos pagodas gemelas.


2. Wat Tham Xieng Maen: construido en 1889 y casi abandonado, este templo está excavado en una roca llamada Tham Sakkarin Savannakuha. Dentro hay muchas imágenes de Buda que provienen de otros templos y las dejan aquí porque están rotas o deterioradas. La cueva está cerrada normalmente, hay que ir al Wat Long Khun y pedirle a alguien que te abra. Lleva linterna. 


3. Wat Longkhun: en este espectacular templo era tradición que el rey de Luang Prabang permaneciera 3 días meditando antes de su coronación. A veces lo llaman el Monasterio de la canción feliz.


5. Wat Had Siaw: conocido por su principal edificio de meditación, que hoy parece más un trastero.


6. Wat Nong Sakeo: construido sobre un estanque, la mayoría de sus edificios están abandonados.


Siguiendo el camino de las piedras blancas, que aparecen como marcadores del terreno, llegarás a la Naga de 7 cabezas. 


7. Wat Xieng Maen: fundado en el siglo XVI, su monumental puerta es obra del trabajo conjunto de artesanos de Luang Prabang y Myanmar.

8. Wat Khok Pab: recibidos por una jauría de perros, los jardines está muy cuidados. Allí se cogen los barcos de vuelta a Luang Prabang.


Laos: Día 6 - Cómo es la visita a Lao-Lao Village y a las Cuevas Pak Ou


Por la mañana temprano, después de haber visto la Procesión de las Ánimas y de haber tenido el incidente con el desayuno del hotel, me fui a la agencia en la que había comprado la excursión a las Pak Ou Caves.

De salir a las 8’00, al final acabé saliendo más de media hora después. Allí me sentaron en unas sillas y no me hicieron ni caso hasta que apareció un tuk tuk destartalado que me llevó al embarcadero… De haberlo sabido, no hubiera reservado nada con la agencia, porque mi hotel estaba cerquísima del embarcadero ése y había hecho el camino en vano. Además, me habría salido más barato si hubiera comprado el billete en el propio embarcadero.

Allí me dieron un ticket con un número (que luego no se respetó para nada) y estuve esperando otra media hora a que organizaran los barcos. Finalmente, conseguí montarme en uno. Toda una experiencia. Es más bonito que las cuevas en sí mismas. Un barco muy estrecho, algo difícil para montarse en él, subiendo por tablas, barro… todo destartalado, pero con el aire encantador que inunda Laos.



Daba un poco de miedo cuando venía la corriente fuerte pero, al rato, te olvidabas y disfrutabas del paisaje salvaje, viendo a los niños y a los perros jugando en el agua, gallinas salvajes, gente viviendo en el río… todo tranquilísimo.



A medio camino paramos para echar gasolina. Nunca había visto una gasolinera en mitad de un río. Curioso.



Una parada en Whiskey Village - Ban Xang Hai 

Un poco más adelante hicimos una parada en este poblado. El pueblo está construido en la ribera del Mekong, a 20 km de Luang Prabang si vas por carretera.

Nada más bajarnos, vienen a saludarnos algunos habitantes. Uno de ellos, mayor, sabía hablar un inglés bastante aceptable para estar dónde estábamos. Allí nos enseñó las instalaciones donde hacían el famoso lao lao. Un licor que es consumido a todas horas en este país. Nos dio a probar tres mezclas distintas, en función de su graduación. La última sabía a aguardiente del fuerte.


Las botellas de lao-Lao normalmente contienen pezuñas de oso, huesos de tigre o cualquier otro trozo de algún animal, porque creen que esto incrementa la virilidad masculina. Y también porque quieren dar morbo a los turistas. No compres estas botellas ya que perpetúa el serio problema que hay en el país de furtivos y caza ilegal de animales amenazados. Exige que no lleven nada de esto dentro. Es una pena.


Después de beber todo eso con el estómago casi vacío, hacía un calor y un mareo… nos adentramos un poco en el pueblo, donde todo el mundo estaba aletargado. No hacían ningún ademán por vender, parecía no importarles nuestra presencia allí. Raro, y más cuando es un pueblo orientado principalmente al turismo. Su única calle polvorienta está llena de talleres y tenderetes donde venden telas, bufandas, gorros… hay mujeres tejiendo in situ, pero muchos de los artículos están hechos en fábricas de China o de Vietnam.




Al principio de la calle hay un templo muy bonito al que merece la pena echar un vistazo después de haberles comprado algo a esta pobre gente.



Todas las visitas que van a las cuevas hacen la parada de rigor en Whiskey Village (Lao Lao Village), aunque también se puede ir por carretera o alquilando un viaje privado en alguna embarcación. Sin embargo, ir exclusivamente a este lugar no merece mucho la pena, tan sólo sirve de excusa para estirar la piernas antes de continuar el camino a las cuevas.

Visitando las Cuevas de Pak Ou

A 25 km de Luang Prabang, río arriba, se encuentran estas cuevas que llevan siendo lugar de culto desde hace más de mil años. Cuando los peregrinos lograban llegar a ellas, era tradición dejar atrás una estatuilla de Buda. Con el tiempo las cuevas se fueron llenando de estas estatuillas, y ahora hay miles de ídolos de todos los tamaños y estilos.



Las cuevas consisten en dos oquedades realizadas en un acantilado de 15 metros de altura sobre el río. La primera que te encuentras es Tham Ting. Allí sí que hay luz natural y un montón de velas, por lo que se puede ver sin problemas. Es más un abrigo, que una caverna. Hay algunos carteles que nos enseñan el significado de las estatuas y de los altares que la llenan. Seguridad no hay ninguna. Hay que mirar muy bien donde se pisa.





La primera pintura que se conoce de esta cueva se le atribuye a Francis Garnier, que describe su viaje explorando el Mekong desde 1865 a 1867.


Una vez vista, seguimos el camino donde hay algún que otro vendedor de champiñones, ofrendas… y una niña de unos 4 años que vendía muñequitas. Al final del camino aparecen unos escalones que hay que subir para llegar a la cueva de Tham Theung, unos diez minutos subiendo. Hay descansar de vez en cuando para no ahogarse y disfrutar del paisaje.



Arriba hay una cueva sin luz. En la entrada alquilan linternas o puedes usar el flash de las cámaras o del móvil. Dentro hay un montón de imágenes de Buda de un modo mucho más tranquilo, pues no está tan llena de turistas como la de abajo. Muchos no quieren subir tanto escalón.




Abajo hay un servicio con una pinta sospechosa. No me atreví a entrar en ellos. Parecía mejor la jungla, la verdad. Una señora tumbada (literalmente) en el suelo, cobraba 5000 kip por entrar en él mientras se le abría la boca. Muy estresada no parecía.

Las cuevas no son muy espectaculares, todo hay que decirlo. Lo que es encantador es el viaje en sí mismo, disfrutando del paisaje del Mekong y de la visión de tanto ídolo en su interior, y a oscuras. Aun así, merece mucho la pena dedicarle media mañana.


Cómo llegar a las Cuevas de Pak Ou 

🚢 En Barco: comprando el ticket en el embarcadero. No hace falta ir a ninguna agencia, así te saldrá más barato. Está en frente del Saffron Café. Se tardan 2 horas en llegar a las cuevas, con una pequeña parada en Whiskey Village. De vuelta, como sólo hay que seguir la corriente, se tarda una hora y media. 

🚘  Por carretera: cualquier tuk tuk del centro te puede llevar por un camino sin asfaltar que sale de la carretera 13, cerca del km 405. Se tarda una hora y hay que cruzar el río en un barco desde el pueblo más cercano (Ban Pak Ou).


PRECIO:
- Entrada a la cueva: 20.000 kip
- Barco ida y vuelta: 60.000




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