Nueva Zelanda: Día 10 – Desde el Desfiladero de Haast hasta Queenstown - Wanaka y Arrowtown


Desde el Glaciar Fox me quedaba un largo recorrido de más de 4 horas atravesando las montañas. Eso sí, fue la jornada de viaje con los mejores paisajes que he visto nunca. Ya se dice: “En Nueva Zelanda hará que abras la boca de asombro al menos una vez al día al ver su naturaleza.” Y tienen razón.


Mi primera parada fue el Lago Moeraki y Knight’s Point, que debe su nombre al perro de un topógrafo. Aquí fue donde se inauguró la carretera de Haast en 1965. Hay un obelisco que conmemora la finalización de la carretera que conecta Westland con Otago. También tiene un mirador para disfrutar del mar. 




Después de bordear la costa, me adentré en la Región de Haast, llena de una naturaleza tan asombrosa que le ha valido su inclusión en la lista de Patrimonio de la Unesco. Haast se divide en tres partes: Haast Village, Haast Beach y Haast Junktion. 

Se puede optar por atravesar el pueblo y llegar en una hora a Jackson Bay, donde acaba la carretera. Yo preferí atravesar el desfiladero hasta Wanaka. Por este camino se sigue el curso del río Haast y se sube hasta el desfiladero de Haast y Monte Aspiring, con paisajes que dejan boquiabiertos. Cascadas, lagos, bosques, nieves... El paisaje va cambiando continuamente. 

 ¡Cuidado! 

Planifica bien tu viaje porque la carretera que une Haast con Makarora, que está a una hora en coche, cierra todas las noches del año de 16:00 a 8:30. Si vas al contrario, la carretera cierra en Makarora a las 16:30 y la abren a las 8:30.

Además, tienes que llevar el coche lleno de combustible. En este tramo no hay ninguna gasolinera, tan sólo algunos restaurantes y hoteles. 

La gasolina en Haast Junction ha sido la más caras de todo mi viaje. Yo me negué a echar allí. Lo que pasa es que se aprovechan porque saben que lo más cercano está a 120 Km, en Fox Glacier. Y la gente prefiere llenar el depósito antes de adentrarse en el desfiladero. Yo ya iba advertida.

Por fin me quité de en medio la zona peligrosa y avancé hacia Wanaka

Visitando Wanaka

Con sus 5.000 habitantes, éste es el pueblo más importante de la zona. A tan sólo 71 km de Queenstown. La población basa su interés turístico en los deportes de aventura, en el enorme lago Wanaka (con un impresionante azul) y en los esquiadores que suben a las cercanas estaciones de Trebble Cone y Cardrona, cuya carretera es una de las más altas entre las asfaltadas  de Australasia. 

Tras pasear por la pequeña localidad, acabé en Puzzling World, que está en el top 10 de las atracciones más raras del mundo. Un lugar lleno de hologramas, ilusiones ópticas, laberintos... Incluso hay puzzles en los aseos. Está a 2km de Wanaka. Puedes entrar gratis a ver la torre inclinada, las casas giradas, los baños romanos y la cafetería, que está llena de puzzles y juegos de estrategias gratuitos. 









Visitando Arrowtown 

La carretera hacia Queenstown desde Wanaka es otro ejemplo de paisajes impensables. El trayecto, lleno de curvas, se me hizo difícil de llevar por la lluvia y por la nieve que empezaba a acumularse. Esto hizo que mi camino se retrasara. 




Una vez bajada la montaña, hice una paradita improvisada en Arrowtown. A 21km de Queenstown, es un pequeño pueblecito de 1000 habitantes que se fundó en 1862 cuando un minero encontró oro en el cañón Arrow.

Del actual pueblo se dice que es un paraíso para fotógrafos y artistas. Yo no lo encontré tan interesante, la verdad. Tiene muy pocas calles. La principal, Buckingham Street, está llena de los edificios originales restaurados y convertidos en restaurantes, hoteles y cafeterías. En esa misma calle está la Gold Shop, una tienda que muestra una gran pepita de oro de 131 gramos. Se la encontraron  en 1993 en el río. 

Lo más interesante del pueblo es el antiguo asentamiento minero chino. Hay un amplio aparcamiento gratuito en la entrada. Está al final de Buckingham Street. Hay que bajar unas escaleritas y se sigue el itinerario indicado en los paneles informativos que van contando las malas condiciones de vida de los pobres mineros chinos. Las antiguas cabañas están siguiendo el curso del río, por lo que el paseo es bastante bonito por la rivera, andando o en bici, que también alquilan allí. Al estar en mitad del campo, no tiene horario. Siempre está abierto. 







Si te quedas con ganas, también puedes ir a Macetown, a 14km, donde hay una localidad minera fantasma. La carretera atraviesa el río más de 25 veces, por lo que no se aconseja ir en coche por su mal estado y por las posibles inundaciones. Pero desde Arrowtown y desde Queenstown salen excursiones que incluyen la experiencia de buscar oro en el río con una criba. 



Después de parar un poquito en el pueblo, proseguí hacia Queenstown, donde hice otra paradita para cenar y salir corriendo hacia Te Anau. Aún me quedaba un largo camino...

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