👉 Inicio de ruta: desde Lago de Babia sale una carretera hasta la propia laguna. Allí hay un aparcamiento desde donde se inicia el sendero. Otra opción es subir andando desde el propio pueblo. La distancia que hay desde Lago de Babia es una cuesta de 1'4 km que se hace en poco tiempo.
Tanto si has optado por ir en coche, como si te has decidido por ir andando, merece mucho la pena que dediques parte de tu tiempo a visitar el pequeñito pueblo de Lago de Babia. Esta pedanía sólo cuenta con 5 habitantes, pero los muros de sus seis edificios han sido decorados con pinturas enmarcadas dentro del proyecto Lago de la Cultura y han quedado preciosos. En ella han participado vecinos, el muralista Manolo Sierra (autor del logotipo de Babia) y la empresa de telecomunicaciones de León Ocho Caños.
Desde el aparcamiento podrás ver ya el cartel informativo de la laguna y acercarte a su orilla. Aquí hace fresco hasta en verano. Está situada a 1.440 metros de altura y eso se nota.
De origen glacial, puede llegar a tener una superficie de más de tres hectáreas y una profundidad de tres metros. Sobre todo en primavera, cuando recoge las aguas de los deshielos.
Su elevado interés biológico y ecológico ha hecho que esté incluida en el Catálogo de Zonas Húmedas de Interés Especial de Castilla y León, sea considerada Reserva de la Biosfera, Monumento Natural y Zona de Especial Protección para las Aves. Pero lo que más llama la atención cuando te acercas es el croar de las ranas bermejas. También te puedes encontrar con otros ejemplos de fauna autóctona, como escarabajos acuáticos, peces o sapos.
Rodeada de altos montes, como la Peña Larga, y de grandes praderas, aún es posible ver a las vacas bajar para beber de sus aguas. La tranquilidad y la belleza inundan el entorno, como en toda Babia.
Leyenda de la Laguna Grande de Babia
Los cuentos y leyendas están muy presentes en está región, como parte de la tradición del calecho. Cuando la insistente nieve cubría los valles las familias se sentaban alrededor del fuego para hablar, compartir recuerdos y crear historias. Hasta tenían su propio dialecto: el pachuezo, un derivado del bable cuyo uso hoy es anecdótico, aunque puedes ver ejemplos en la Casa del Parque, en Riolago.
La Laguna Grande también cuenta con su propia leyenda, en la que una ganadera estaba amamantando a un bebé en una braña (cabaña tradicional de piedra). Durante un momento lo dejó descansando un rato tumbado y el niño empezó a llorar y a llorar. Al ir corriendo a cogerlo, la mujer vio que estaba cubierto por una gran culebra y comenzó a maldecir y a llorar como el niño. De tanto llanto, la tierra se abrió y empezó a salir el agua formando la laguna que hoy vemos.
Actualmente no se puede rodear la laguna, pues está protegida por una cerca. Una vez recorrida su orilla por su margen derecha, puedes continuar un poco más hasta un cercano collado en el que verás otro cartel que indica que a tus pies se abren el Valle del Sil y el de La Cueta (el pueblo más alto de León).
🏃 Llévate agua, crema solar, un buen calzado y algo de abrigo.
🏃 Longitud: 3 km
🏃 Dificultad: muy sencilla.
🏃 Duración: menos de 1 hora.
🏃 Recorrido circular. 🏃 Desnivel: 61 metros
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