8 sitios imprescindibles que ver en Ávila en un día



Dónde aparcar gratis en Ávila

🚘 El coche lo puedes dejar muy cerquita, siempre fuera de las murallas, para que sea fácil y gratis. El Centro de Recepción de Visitantes que mejor pilla para aparcar está en la Avenida de Madrid, 39 y abre de 9’00 a 20’00 en verano y de 9’00 a 17’30 en invierno.

Qué es la tarjeta Visitávila 48H

Aunque vayas a estar sólo un día, esta tarjeta merece la pena, pues con sólo visitar unos cuantos monumentos ya la habrás amortizado. El pase lo debes pedir expresamente en el centro de recepción, pues a mí no me lo ofrecieron y mucha gente que me encontré en los museos se estaba quejando por ello.

Esta tarjeta sirve para dos días y con ella puedes visitar:
  • La Muralla: 5€
  • La Catedral: 2€
  • La Basílica de San Vicente: 2€
  • El Real Monasterio de Santo Tomás: 4€
  • El Museo de Santa Teresa: 2€
  • El Palacio de Superunda: 3’5€
  • El Monasterio de la Encarnación: 2€
  • El Convento de San José: 1’40€
  • El Museo de Ávila: 1’20€
  • Ávila Mística: 2’50€
  • Hornos postmedievales: 1’50€
Ver todo esto sin el pase sale por 27’50€ mientras que el pase sólo costará 15€. Sale bastante rentable. 


Qué ver en Ávila en un día

1. La Basílica de San Vicente

Saliendo de la oficina de turismo, lo primero que te encontrarás antes de llegar a la zona amurallada es esta basílica del siglo XI. Fue construida por el arquitecto francés Fruchel, de quien se dice que introdujo el gótico en España. Es una joya del románico, aunque al tardar dos siglos en construirla también bebió del gótico.


La basílica se levantó donde la leyenda decía que San Vicente y sus hermanos murieron al negarse a reconocer unas acusaciones sobre su participación en ritos de dioses romanos (en el 306).

El edificio cuenta con una planta de cruz latina, dos torres inacabadas y una cripta con tres capillas. En la nave central está la imagen románica de la Virgen de la Soterraña, patrona de Ávila.  


Lo que más llama la atención, además de sus techos, es el cenotafio, en el centro de la basílica. Aunque no contiene los restos de los santos, merece la pena verlo por sus perfectos relieves policromados.


2. Subida a la Muralla de Ávila

En frente de la Basílica, sigue las indicaciones de la calle y llegarás al punto de acceso para subir a la muralla. En la calle hay un montón de restaurante y, al lado, verás otra oficina de turismo donde te darán un mapa gratis.


Subiendo las primeras escaleras hay una maqueta de la muralla. Construida por los romanos en el siglo II a.C., aunque algunos dicen que ya existió antes, su importancia llegó en la Edad Media, cuando ya la ves como está hoy. Alfonso VI de Castilla y Raimundo de Borgoña, marido de doña Urraca, impulsaron su construcción.

Con la visita turística puedes acceder por la Casa de las Carnicerías, la Puerta del Alcázar y el Arco del Carmen, y se pueden recorrer 1700m.

Está considerado el recinto amurallado urbano mejor conservado del mundo.

3. La Catedral de Ávila

A escasos metros del acceso a la muralla de la Casa de las Carnicerías tienes la Catedral, en frente de Correos


Justo ahí está la Catedral del Salvador, la primera catedral gótica de España. En ella se pueden distinguir reminiscencias de la Basílica de Saint-Denis, la que dio origen a este movimiento. Se cree que el maestro Fruchel empezó a construirla en el siglo XII y que, además de catedral, sirvió como fortaleza, pues su ábside constituye uno de los cubos de la muralla.


En su fachada se encuentra el reloj mecánico que Juan Guas diseñó en 1475 y el altar mayor, obra de Pedro Berruguete y terminado por Juan de Borgoña. Además, también podrás admirar la obra cumbre de Vasco de la Zarza: el sepulcro de El Tostado (teólogo y obispo del siglo XV) y el trascoro de Juan Rodríguez y Lucas Giraldo, donde aparecen los Reyes Magos destacando Baltasar.  El claustro y la sacristía son también góticos, allí se guarda la custodia de Juan de Arfe.



En la catedral están los sepulcros de Claudio Sánchez-Albornoz, último presidente de la II República, y de Adolfo Suárez y su mujer.

Para entrar hay soportar una larga cola, muy estrecha y muy incómoda, pues se entra y se sale por el mismo sitio, con lo cual los empujones no paran. Si tienes el pase de VisitAvila, basta con acercase al guarda saltándose toda la cola y entrarás sin problema. 

Saliendo de la Catedral baja por la calle Reyes Católicos para ver el Ayuntamiento. Se ubica en la Plaza Mayor, porticada y con buen ambiente, toda llena de restaurantes, cafeterías y locales donde comprar yemas. 


4. La Capilla de Mosén Rubí

Desde la Plaza Mayor busca la calle Bracamonte hasta la Capilla de Mosén Rubí y el Convento de las Dominicas, obras donde se mezclan el gótico y el renacimiento. Es un sitio pequeño, con un jardín en su exterior, pero es bonito verlo. Algunos lo visitan porque está lleno de misterio debido a su leyenda masónica. Si quieres saber más sobre esta leyenda, te recomiendo esta página donde se detalla todo muy bien. 👉  Más información. 



Si continúas pegado a la muralla, pronto verás las Bóvedas del Carmen y los restos del antiguo monasterio. Siguiendo por la calle Marqués de Santo Domingo, aparecerán los Hornos Postmedievales.

5. Los Hornos Postmedievales

La visita en sí es bastante parca. Se ve en diez minutos o menos. Fruto de las excavaciones realizadas en 1995, se hizo este museo donde muestran los restos de un alfar cerámico del siglo XVI. Se construyeron cerca del río Adaja para aprovechar su agua. Parece ser que estuvo en funcionamiento hasta el siglo XVIII y acabó convirtiéndose en una huerta.


Hoy se exponen los hornos donde cocían el barro, restos de los molinos que usaban para molerlo y los pilares para pisarlo y amasarlo. En la planta de arriba hay un pasillo donde se disponen en vitrinas reproducciones de la historia de la  cerámica de Ávila, desde lo tradicional hasta el torno. 


Muy cerca tienes la Ermita de San Esteban, una hermosa iglesia románica (aunque con tanta reforma hoy sólo queda románico el muro septentrional y la cabecera). Por fuera apenas tiene decoración. Cuando fui estaba cerrada, pues sólo se puede entrar antes y después del culto. Las misas sólo se dan los domingos y festivos a las 10’30.


6. El Palacio de los Polentinos

Subiendo te toparás con el Palacio de los Polentinos, que perteneció a esta familia hasta finales del siglo XIX. En 1875 se convirtió en Academia de Intendencia y en 1993 en Archivo Histórico Militar.


El palacio fue construido en el siglo XVI por Juan de Contreras y presenta motivos platerescos en su fachada. Dentro hay un patio central alrededor del cual se distribuyen varias galerías donde está El Museo de la Intendencia. Allí puedes recorrer 6 salas que muestran la evolución del Cuerpo de Intendencia. Hay uniformes (desde sus orígenes hasta la actualidad), carros (hornos, cocina y aguada), material de laboratorio, retratos de personajes ilustres ligados al cuerpo, banderas y estandartes, objetos cotidianos y, lo que más me impresionó: una muestra del equipo y la alimentación que llevan los soldados.

Para acabar la visita, hay una sala con información relacionada con el trabajo que hoy se lleva a cabo en el palacio, como sede del Archivo Histórico Militar.

A la derecha, atravesando la Travesía de santo Domingo y la calle Intendente Aizpuru, llegarás a la Plaza de Santa Teresa para ver la Casa Natal de Santa Teresa y el convento. En frente está el centro de interpretación de la Mística.

7. El Convento de Santa Teresa

En la Plaza de la Santa tienes varias cosas importantes que ver. Lo primero es la plaza en sí misma, que cuenta con un maravilloso arco de la muralla y con el Palacio de Justicia en uno de sus laterales.


En el otro extremo puedes visitar la Sala de Reliquias de Santa Teresa. Es un poco escabroso. Lo más llamativo es un dedo de Santa Teresa y dos huesos de san Juan de la Cruz. Da un poco de yuyu. En la misma sala hay una tienda de recuerdos que no es nada cara.



Al salir, a la derecha, está el Convento de Santa Teresa. Edificado sobre la casa natal de Santa Teresa de Jesús en 1636, su fachada es barroca y tiene forma de retablo. En ella aparecen la imagen de la Santa, los escudos de Cepeda y Ahumada (su familia), la Orden de los Carmelitas descalzos, el del Conde Duque de Olivares, el de Intendencia y el de Doctora de la Iglesia.


Lo curioso es que el Altar Mayor no sigue la orientación litúrgica y está mirando al noroeste para hacerlo coincidir con los aposentos donde nació la Santa. Dentro puedes ver la capilla de Santa Teresa, construida sobre la habitación de sus padres, y una huerta donde la Santa jugaba de pequeña y construía ermitas con la tierra, pues su sueño era ser monja y servir para que los moros le cortaran la cabeza y así poder morir siendo mártir. 😳




Al lado del convento se encuentra el Museo de Santa Teresa, situado en una cripta de más de 1500 metros cuadrados. Al entrar te encontrarás con con galerías bajo arcos de ladrillo rojo divididas en tres secciones: vida de la Santa, canonización y pervivencia de su obra.

Son curiosos los aspectos mostrados que están relacionados con su vida, ya que hay hasta un trozo del huerto familiar y, también, la recreación de la celda que habitó en el Monasterio de la Encarnación. Lo demás está lleno de libros, estatuas, retratos, traducciones de sus obras. La verdad es que si no estás muy interesado en la vida de la Santa se puede hacer un poco tedioso. Además, no dejan hacer ninguna foto.


8. El Palacio de Superunda - Palacio Caprotti

Continuando hasta la plaza Corral de Campanas tienes el Monumento a San Juan de la Cruz y la Mansión de los Superunda.


Este palacio se construyó en 1580 por el regidor Ochoa Aguirre y a principios del siglo XX lo adquirió el pintor italiano Guido Caprotti. De estilo renacentista, la mansión se articula en torno a un patio. En sus habitaciones hay grandes tapices del siglo XVI y XVII, más de 250 cuadros del propio artista (incluida su obra maestra: El sereno), su estudio, sus muebles, instrumentos musicales de la familia, restos de la antigua cocina…





Mi visita acabó volviendo para coger el coche y entrando en el Monasterio de Santo Tomás antes de que cerrara. Está lejillos del centro, pero hay muchas zonas para aparcar por allí.

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