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China: Día 14 – Más de 20 horas en un tren en China



Tuve que coger el tren en la estación de Kunming por la mañana temprano, a sabiendas de que no llegaría a Chengdu hasta las 6 de la mañana del día siguiente.

En asiento duro y con todas las particularidades y diversas guarrerías que ya conté en esta entrada: 


La única suerte que tuve fue encontrar unas compañeras amables que iban en el asiento de en frente y compartían mesita conmigo. Eran unas estudiantes que estaban de vacaciones visitando algunas ciudades de China y que volvían a su casa en Chengdu.

Gracias a ellas el viaje se hizo mucho más ameno. Hablaban muy bien inglés y aprendí mucho de China con sus conversaciones. Aunque las pobres tenían una visión del extranjero muy limitada a lo que veían en la tele.

Tenían a Alemania en un pedestal, admiraban mucho la fuerza de los alemanes y su economía (conversaciones muy profundas, para nenas tan jóvenes). Pero conocían más nuestras debilidades como europeos, que nuestros logros: como los escándalos económicos, las vacas locas, la gripe A… Incluso pensaban que a los chinos en Europa los tratamos muy mal, a todos, sin excepción.

De España, conocían muchas cosas de oídas, como:

●  La tomatina.
●  Las corridas de toros.
●  Gaudí (lo admiraban mucho)
●  Baleares, Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga.
●  La Sagrada Familia.
●  El fútbol, claro.
●  Y de actores… sólo conocían a Javier Barden, que tiene muy buena fama en China porque a las chinas les parece sexy.

Me sirvieron como intérpretes de todo el vagón y me tradujeron las preguntas que me hacía la gente. La que más me llamó la atención fue que qué bebíamos más en España, ¿vino o cerveza?; que cómo eran nuestras uvas y que qué eran más fuertes ¿nuestras importaciones o nuestras exportaciones?

Preguntas curiosas y profundas, sobre todo si tenemos en cuenta que quienes me las hacían eran campesinos mayores, que muchos no tendrían dinero ni para ir sentados y tenían que ir de pie, que iban vestidos con lo poco que tenían…

Además, me indicaron cómo llegar a mi próximo destino: la visita a los pandas de Chengdu. Por todo ello, estén donde estén, gracias. 


China: Día 13 – Kunming: Cómo llegar al Upland International Youth Hostel


Gracias al único taxista que quiso cogerme en todo Kunming llegué al hotel. Allí había dejado el equipaje en consigna,  porque para esa noche había reservado en el Upland International Youth Hostel. Este albergue sí que acepta el carnet de alberguista. Parece un hotel. Aunque la recepción es muy pequeña, el edificio es bastante grande y las habitaciones también.

En recepción hablan perfectamente inglés, (vaya, serán de los pocos en esta ciudad que lo hablan) y te dan toda la información turística que necesites. La cafetería-restaurante es algo cara, pero sirven buena comida; aunque las Coca-Colas son más caras que en las tiendas de alrededor y no dejan traerse bebida de fuera.

La terraza está muy bien, pero como llovía a mares, pues no disfruté de nada. Normalmente suelen hacer actuaciones y conciertos en ella los sábados.

El hotel también vende cubos de noodles a un precio asequible y las habitaciones están limpísimas.

La única pega es que sólo hay wifi en el hall y en la cafetería.


El hotel no hace reservas de trenes. Las chicas me explicaron cómo llegar a la estación de tren y allí gestionar todos los desplazamientos que me quedaban en China, porque todos iban a ser en tren.

En la estación, fui directamente al mostrador de información. Un señor poco amable, me indicó, sin ganas, que fuera a una ventanilla en concreto. Llamó por el walkie y, de repente, aparecieron algunos de los letreros de la estación en inglés y los anuncios también (esto sucedió igual en todas las estaciones en las que estuve durante mi viaje).

En la ventanilla en cuestión, me esperaba el único empleado que hablaba inglés. Al principio, de mala gana, me indicó que en todos los trenes que yo llevaba apuntados (y que estaban en chino, gracias a las chicas del hostal que me lo habían escrito) sólo quedaban plazas de pie o en asiento duro. ¿20 horas de pie?

Reservé el único en el que me dijo que había litera, el de Pingyao a Datong (y encima, era el único que cogía por la mañana…). Cuando vio mi pasaporte, le cambió la cara. Asombrado, dijo “Shibaya!”, y cambió la cosa. Habló un poco de fútbol y me trató muy amablemente. Hasta me buscó vías alternativas a mi viaje para que pudiera ir en trenes con horarios parecidos, aunque fuera sentada, pero no de pié.

El poder del fútbol…

Cómo llegar al Upland International Youth Hostel

▪  Desde el aeropuerto: coge el bus 1 hasta el final de línea (West Inn) por 25 yuanes y luego un taxi, por 10 yuanes.

▪  Desde la estación de tren: coge el bus nº2 hasta Wenmiao y camina 600 metros o coge el bus nº1 y bájate en QingYu Jie.

🚖  En taxi, la distancia es de 4km y suele costar 15 yuanes.

▪  Desde West Bus Station: coge el bus nº80 hasta XiHua Yuan (la décima parada) allí enlaza con el bus nº95 y bájate en QingYun jie.

🚖  En taxi, la distancia es de 8km y suele costar 25 yuanes.



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China: Día 13 – Kunming: Shi Lin 石林 Stone Forest, el Bosque de Piedra


Después de volver a la furgoneta, fuimos a comer. Nada, que el Bosque de Piedra ni aparecía. Mientras comíamos en una mesa todos juntos, estaban anunciando en un escenario pinturas chinas para venderlas. Mi amigo chino, me miró, pensó un rato y me dijo: “No shopping, No shopping.” Supongo que después de asustarse por la clavada que me habían metido en la excursión, le daría pena y no querría que me timasen más.

Bueno, después de comer por fin nos llevaron a Shi Lin. Nos metieron por un camino alternativo, detrás de un cartel de publicidad donde había escombros y chabolas. Pero así, pudimos llegar a la misma puerta, porque los autobuses y las excursiones te dejan a dos kilómetros de la entrada para que tengas que coger taxis o coches eléctricos. Así, negocio seguro.




Como no había mucho tiempo, vimos un poco del parque andando y luego nos montamos en un coche eléctrico (sin pagar más, ufff). Pero el paisaje era impresionante. Las fotos hablan por sí mismas.




Visto lo más representativo del bosque, nos llevaron a un complejo enorme, con un montón de tiendas. Todas ellas dedicadas al té Puer, una variedad de té rojo, muy famoso en Yunnan. Nos metieron en un edificio y nos sentaron en una habitación. Unas chinas con vestido tradicional, nos mostraron en chino los beneficios de este té como si fuera un anuncio de la Teletienda. Nos bebimos tres vasos de té distintos, pero nadie compró. Las chinas primero se asombraron de vernos, luego no paraban de mirarnos y sonreír. Pero mi amigo seguía insistiendo en el “no shopping, expensive”.



Cuando salimos de la habitación, las chinas empezaron a hablar con la guía. Supongo que le dirían que ninguno habíamos comprado nada y… puso una cara de cabreo que le duró todo el resto del viaje.



El timo de contratar una excursión para que te dejen tirada en mitad de un polígono chino

Nuestra siguiente parada fue un centro comercial a las afueras de Kunming. Aquí nos bajamos para vendernos…¿cremas? Pues sí, el caso es vender. Nos sentaron en una mesa y nos explicaron los beneficios de unas lociones. Al ver que nadie estaba interesado, las chinas que nos lo explicaban empezaron a hacerle preguntas a nuestro amigo sobre mí. Me miraban con mucha curiosidad. Por los gestos de mi amigo entendimos que les estaba contando que me habían timado con el precio de la excursión y que por eso no iba a comprar nada. Las muchachas nos pusieron cara de pena y compasión y se despidieron de mí.

Cuando salimos volvió a ocurrir lo mismo: la guía estaba mucho más cabreada porque nadie había comprado nada y ella iría a comisión. Por usurera, que ya nos había timado bastante.

Cuando íbamos a montarnos en la furgoneta, literalmente nos echó. Empezó a gritarnos sin sentido, no nos enterábamos de nada. De repente, se montó ella y… ¡se fue!

Nos dejó allí tirados a todos. Los demás empezaron a parar taxis. Yo lo intenté, pero al verme occidental no me cogían. Se paraban y se iban. Estaba desesperada, en mitad de ninguna parte y sin tener ni puta idea de dónde estaba.

Vi una parada de autobús y me monté en el primero que pasó, sin saber ni adónde iba. Y es que se acercaba la noche y no quería estar en mitad de un polígono.

Por suerte, el autobús tiró para el centro. Me bajé en lugar con mucho bullicio, con la esperanza de que fuera céntrico y alguien me ayudara a volver al hotel, pero como en esta puñetera ciudad no encontraba a nadie que hablara inglés, ni que quisiera ayudar a occidentales pues… nada.

Con cara de pena y ya casi llorando, conseguí que uno de los taxis parara al verme tan desconsolada. Le rogué que me llevara al hotel, que le pagaba lo que pidiera. El tío se portó bien, me llevó y me salió barato. Resulta que estaba relativamente cerca, había atinado con el autobús. Pura suerte.

Cómo llegar a Shi Lin, el Bosque de Piedra

👉 Por tu cuenta la entrada cuesta 175 yuanes. El paraje abre de 8’30 a 18’00.

👉 Desde la Kunming East Coach Station salen autobuses cada 20-30 minutos. 


China: Día 13 – Kunming: Visitando Yanquan Scenic Spot y Yanquan Temple


Kunming es la capital de Yunnan y en ella viven más de seis millones de habitantes. Está llena de grandes edificios y macrocentros comerciales. Pero aparte de esto, no hay mucho que ver por la ciudad. Si no quieres perder el tiempo, directamente dirígete a ver las pagodas de la dinastía Tang (Dongsi Jie y Shulin Jie, desde Jinbi Lu en dirección sur), el Templo de Yuantong (6 yuanes, autobuses 85 y 101) o el Mercado de las flores y los pájaros (en Jingxing Street).

Pero lo más atractivo de Kunming es que está relativamente cerca de Shi Lin, el Bosque de Piedra, uno de los paisajes más bonitos del mundo.

El desayuno del hotel estaba situado en el otro edificio, donde me había equivocado el día anterior. Al final me regalaron el desayuno que faltaba, supongo que por el miedo a decirme que no estaba incluido no sabiendo inglés. El desayuno era chino chino, no me gustaba casi nada y tenía mucha prisa, así que... aparte de pan, una especie de churros y el café, no comí nada. Pero hay que reconocer que no estaba mal. Había un montón de platos calientes, que simplemente no me apetecían a esas horas.

Como me habían prometido, a las 8:00 ya estaba esperando allí la furgoneta. En ella fuimos a recoger a otros viajeros chinos a sus hoteles. Cuando estuvimos todos, nos pidieron el dinero. Todos pagaron, pero cuando llegaron a mí, me pidieron la misma cantidad que a los chinos pero… ¡¡¡multiplicada por 4!!!

Les pedí explicaciones, pero pasaron. Incluso los chinos que iban en la furgoneta se asombraron y empezaron a hablarle a la guía, hubo algunos que se enfadaron y todo del timo que me estaban dando. Nada: tarifa especial.

Un chino muy gracioso que se sentó a mi lado, no paraba de reírse y de decir en su idioma que me habían timado  Por medio del traductor del móvil y con mi diccionario dijo que era una vergüenza, más o menos. Este chino se apiadó de mí y me fue asesorando durante toda la excursión. La guía se pilló un rebote con él… le dijo que se callara, que dejara de hablarme, se llevó el dedo a la boca rogándole silencio. Pero el tío pasó de ella. Al final sí que iba a crear malestar en la excursión, tal y como había vaticinado la recepcionista del hotel…

Yanquan Scenic Spot

Nuestra primera parada fue a este paraje situado al pie de Fushi Mountain y  muy famoso por sus manantiales.


Este paraje solía servir como palacio temporal de Wu Sangui (conocido como Pingxi King) y de su amante, Chen Yuanyuan, durante la Dinastía Qin. Es famoso por su Muro de los nueve dragones y por Wanfo Cliff, el lugar con más connotaciones del Fenshui en todo Yunnan.




Lo más característico es visitar su templo budista. Debajo de las rocas donde están los edificios de madera del templo, fluyen aguas manantiales durante todo el año. Los chinos afirman que su sonido es como el jade, vete tú a saber por qué.




Este paraje estaba aún a 30km de Shi Lin. Yo ya creía que me habían vuelto a timar y que la excursión no era para el Stone Forest, sino para ver esto. Tenía una cara, entre el enfado del dinero y el Bosque de Piedra que no llegaba…


China: Día 12 – Kunming: Llegada al hotel: Fairyland Hotel (Guo Fang Road)


Mi vuelo hacia Kunming lo cogí a las 15’30 y a las 16’50 ya estaba allí. La reserva la hice con la web de Travelgenio por 130 € volando con China Southern.

En el aeropuerto intenté encontrar información turística, pero nadie hablaba inglés. También intenté comprar un mapa de la ciudad, pero me fue imposible. Bueno, lo compré gracias al diccionario, pero cuando lo abrí, pfff… estaba en chino. Ni papa.

Harta de dar vueltas y de no encontrar ni indicaciones ni nada, decidí coger un taxi. Un chino me paró ofreciéndome uno, regateé y lo cogí a buen precio, incluyendo los peajes de la autopista. Tuve que acompañarlo al parking del aeropuerto, allí llamó por teléfono a una china, que fue la que me llevó. Pero que no era taxista ni nada, era un coche normal. El chino se montó en el coche y a la entrada de Kunming se bajó y me dijo que ella me iba a dejar en el hotel. Ya iba yo bastante mosqueada porque llevaba 1 hora y media en el coche y los atascos no se acababan. Dudé de que me llevara a buen puerto, pero lo hizo. Bueno, más o menos.

Mi hotel era el Fairyland Hotel(Guo Fang Road), lo había reservado por Booking.es por 189 yuanes con desayuno (aunque al imprimir la reserva resultó que el desayuno sólo estaba pagado para uno de los huéspedes).

(云上四季连锁酒店昆明国防路店))
Dirección No. 6, West Wacang
Road
Kunming, 650032
China
瓦仓西路6
昆明, 650032

La mujer me dejó en la avenida principal y me dijo que mi hotel estaba en la bocacalle, que estaba muy cerca. No me fiaba nada pero, no hubo más remedio que coger las maletas. Cuando llegué al hotel que me indicó, resulta que mi reserva no estaba hecha allí. No me enteraba de nada, así que el recepcionista desesperado ya, me dijo que lo siguiera. Salimos del hotel, cruzamos la calle y giramos a la izquierda, y allí estaba el verdadero hotel. Se ve que tienen dos edificios muy cercanos, pero que pertenecen al mismo.

Lo mejor para no perder la referencia de dónde estáis, es bucar el Yunnan Museum, desde ahí está muy cerquita.



Cuando la nueva recepcionista me vio aparecer, puso una cara de susto… Tampoco sabía inglés. Y yo que quería reservar con ellos una excursión a Shi Lin. Pues nada, por medio del traductor online de la recepción nos fuimos comunicando y tuve la suerte de encontrar a un chino haciendo el check out, que había estudiado en USA y me sirvió de intérprete.

Yo quería reservar una excursión organizada, pero la china se empeñaba en que fuera privada. Yo le decía a nuestro interprete que no; que si no, me salía muy caro y que no quería nada privado y la tía que no paraba de poner pegas: que si las explicaciones iban a ser en chino y no me iba a enterar, que si era mejor que fuera sólo un coche… bueno, al final dijo la verdad: no quería porque pensaba que mi presencia iba a incomodar a los chinos que fueran en la visita. 😨

Le dije que de incomodar nada. Y es que en esta ciudad (y en otras) había bastante gente que parecía racista con los occidentales y no se querían ni sentar al lado de uno (y mucho menos con pelirrojos…)

Al final la convencí y quedamos a las 8 en recepción. La habitación estaba muy bien. Muy amplia y limpia. Era todo un lujo, sobre todo el cuarto de baño. Lo único, que la habitación tiene internet por módem, nada de wifi. Menos mal que en Hong Kong me había comprado un adaptador para así poder tener wifi en nuestros móviles y así ir reservando los hoteles…

Por la noche me di un paseo por la ciudad. Me dio el aspecto de una ciudad rica, nueva.  Aquí probé la novedad del MacDonald's: la Black and White, porque estaba anunciada por todos lados y me entró curiosidad.


Yo la llamo la ciudad de la Navidad, porque las avenidas estaban llenas de luces, los árboles, los monumentos, todo. Muy tranquila y moderna. Pero no están acostumbrados a los turistas extranjeros y no están preparados para ellos. Ha sido la única ciudad de China en la que fuera del hostal internacional, no he encontrado a nadie que hablara nada de inglés. Comunicarse era imposible porque ni te hacían caso. Cuando preguntaba a alguien, la gente se asustaba por no saber responder y, de hecho, ni me respondían. Corrían para alejarse. Incluso los taxistas, cuando me veían, no me hacían ni caso. ¡Qué situación! A veces fue muy desesperante.




Como dijo la recepcionista, les incomodaría… 


Cómo llegar del Aeropuerto de Kunming al centro



Kunming Changshui International Airport está a 25km del centro de la ciudad. Es muy nuevo porque se inauguró en 2012 y tan sólo tiene una terminal (la dos está todavía en obras).

Hay un servicio de información turística, pero nadie habla inglés, en Kunming nadie sabía inglés por ningún lado.

CUIDADO: No os compréis los mapas y planos que venden en las tiendas del aeropuerto, ni en los kioskos, TODOS están en chino. No pudimos encontrar ningún plano en inglés o, al menos, que tuviera nuestras letras.

Cómo llegar del Aeropuerto de Kunming al centro

En Metro:

Desde el aeropuerto se puede coger la línea 6, que comunica el aeropuerto con la East Bus Station. Sale cada 25 minutos desde las 9’00 hasta las 19’10. El recorrido dura 23 minutos y cuesta 5 yuanes.

En Shuttle bus:

▪  Línea 1: de 8’00 a 2’00am. Airport - Xinying Residence Community/East Renmin Road - Xiongye Hotel - Xiaoximen/ West Inn (Nanjiang Hotel)
▪  Línea 2: de 8’00 a 3’00am. Airport - Telecom International Hotel - Railway Station/ Jinjiang Hotel – Wujiaba
▪  Línea 3: de 9’00 a 23’00. Airport - Expo Garden - Beichen Fortune Center/ Beichen Avenue - North Downtown/ Linyu Road
▪  Línea 4: de 9 a 17’30. Airport - Empark Grand Hotel - South Bus Station - Chenggong New Urban Area/ Howard Johnson Tropical Hotel
▪  Línea 5: de 9’00 a 17’30. Airport - Jinnanya Hotel - Dianchi National Resort - Dianchi Hotel.
▪  Línea 6: de 8’00 a 2’00am. Airport - Xinying Residence Community/ East Renmin Road - Dongfeng Square/ Kunming Hotel.

En Taxi:

El principal problema del taxi es que a la tarifa que acordéis debéis añadir las tasas de la autopista, que son 10 yuanes. Acordarlo antes con el taxista. Además, el tráfico de Kunming es de lo peorcito que he visto en China. Los atascos son inmensos y se tarda mucho en desplazarse por la ciudad.