Mostrando entradas con la etiqueta Cascadas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cascadas. Mostrar todas las entradas

Ruta de Senderismo - Lagunas de Neila por el Alto de la Campiña

Bajo impresionantes pinos y tejos, aparece el Parque Natural de las Lagunas Glaciares de Neila, un conjunto de lagos formados en unos circos glaciares rodeados de montañas de más de 2.000 metros de altura al sur de la Sierra de la Demanda. Todas ellas llevan su agua a la cuenca del Ebro a través del río Paúl Grande, que recoge el sobrante de sus aguas.

Muchas familias y senderistas acuden a la zona para visitar los lagos cercanos al aparcamiento, como la Laguna de los Patos o la Laguna Larga. Sin embargo, el sendero del Alto de la Campiña es uno de los más completos si quieres aprovechar el tiempo y tener una visión de la mayoría de las lagunas principales que componen el parque. Aunque, a pesar de ser corto, tiene bastante desnivel en algunas zonas y la vuelta por el cortafuegos se hace bastante exigente. Otra opción es hacerlo en sentido inverso para que ese tramo no se haga tan pesado. Pero, aún así, te encontrarás con otros lugares con bastante desnivel.

👉Inicio de ruta: existen tres aparcamientos en el parque. Yo te recomiendo que pares en el primero de ellos para disfrutar de las vistas del Mirador de San Francisco, a los pies de Peña Aguda, y continúes después en coche hasta el último parking para empezar la senda desde allí, muy cerca de la Laguna de los Patos. Todo esta señalizado con marcas blancas y amarillas.


Cómo es el Sendero de las Lagunas de Neila

Junto al aparcamiento hay un cartel informativo que indica el comienzo de la ruta. La senda empieza justo detrás del cartel, un camino estrecho, cuesta arriba, bajo unos frondosos pinos.

Pronto el pinar se va volviendo menos espeso y va dejando paso a improvisados miradores desde donde puedes ir ya apreciando las vistas de la Laguna de los Patos y la Laguna Brava, ambas situadas en el circo del Contadero. Muy cerca también está la Laguna de las Pardillas, pero en verano suele estar casi seca.

Esta panorámica no te abandona en todo tu camino hacia el Alto de la Campiña. Conforme vas subiendo hacia él por el cordal todas las sombras desaparecen.


Pronto habrás llegado al Alto de la Campiña, con sus 2.004 metros altura. A tus pies descansan la Laguna Negra y la Laguna Larga. Ambas se encuentran en un circo glaciar formado por una semicircunferencia de más de 3.000 metros de longitud protegida por una gran pared de roca que supera los 150 metros de altura. Esto las hace las lagunas más altas de todo el parque. Las vistas son impresionantes.



La Laguna Larga tiene una turbera flotante, única en España, y que suele estar varada en una de sus orillas. Su vulnerabilidad es tal que está prohibido el acceso.

Cuenta la leyenda que la Laguna Negra se tragó a la tía de los Siete Infantes de Lara, Doña Lambra, quien los traicionó e ideó su muerte.

Un poco más abajo, formando parte de este circo glaciar también, está la Laguna Corta. Aunque en verano suele estar seca.

El sendero a veces se difumina entre la vegetación, pero no tiene pérdida. Tan sólo tienes que tener siempre presente la vista de estas lagunas a tu derecha y seguir recto por el cordal rodeándolas.

Siguiendo por el borde verás una señal que debes seguir hacia la Laguna de la Cascada, a 2,5 km.



El sendero comienza a intuirse hacia la izquierda, donde pronto verás la señal hacia la Laguna de la Cascada por la senda de los Tejos, a 2,2 km. Aquí comienza un gran tramo de suave descenso con pocas sombras.


Siguiendo las indicaciones hacia la Senda de los Tejos, tendrás que bajar por un cortafuegos bastante pronunciado y que se escurre. Yo prácticamente lo hice corriendo para evitar caerme cada dos por tres. La gente que hace esta ruta al revés tiene aquí su principal escollo: subir el cortafuegos. Yo preferí bajarlo.

Acabado el cortafuegos, comienza otro tramo de bajada. Pero esta vez es mucho más suave y empedrado, que se va llenando poco a poco de una frondosa vegetación por el Paseo de Los Tejos. Aquí es donde mayor diversidad de árboles podrás ver: pinos silvestres, hayas, tejos, acebos…

A la derecha ya te puedes acercar hacia la Laguna de la Cascada, la que está a más baja cota del parque, a 1.690 metros de altitud. Cuando las otras lagunas del circo de la Campiña rebosan, sus aguas caen en forma de cascada hacia otro circo que hay inmediatamente debajo, en cuya base está esta laguna.

Cerca de la Laguna de la Cascada (cascada que cuando yo fui estaba seca) se encuentra la famosa Cueva de los Potros, donde dicen que se refugió el guerrillero Cura Merino durante la Guerra de la Independencia cuando huía de los franceses.

Un poco más adelante te sorprenderá un refugio con forma piramidal y tendrás una mejor visión de la Laguna de la Cascada.


Siguiendo las indicaciones hacia el Aparcamiento de Peña Aguda (a 1’7 km), dejarás el sendero de lado para llegar a la amplia pista forestal de Rozamientos.

Desgraciadamente, el llano de esta pista tan sencilla lo abandonarás en poco tiempo. A la derecha sale un desvío señalizado hasta el aparcamiento. Después de ir tan alegremente por el llano, el camino para el empuje final aparece poco atrayente. Para mí este tramo fue el peor, parecía que la cuesta no se acababa nunca.

El sendero es muy estrechito y empedrado y no para de subir y subir, hasta que por fin ves el aparcamiento.

Después de descansar un rato junto al coche, si te has quedado con ganas de más, puedes hacer un cómodo paseo hasta la base de la cercana Laguna de los Patos. Está muy cerquita del aparcamiento y el camino es muy llano. Un poco más adelante, el camino llega hasta la base de la Laguna Brava (pero yo no tuve más ganas de seguir andando 😅).

                              🏃  Llévate un buen calzado, agua y protección solar.
                              🏃  Longitud:  8,5 km.
                              🏃  Dificultad:  moderada.
                              🏃  Duración: casi 3 horas.
                                 🏃  Recorrido circular señalizado con PR.
                              🏃  Bastante desnivel en algunos tramos.


🌲​ Otros lugares por la Sierra de la Demanda 🌲​

Neila

Lagunas de Neila

Necrópolis de Revenga

Necrópolis de Cuyacabras

Ruta Tierra de Dinosaurios

Monasterio de San Pedro de Arlanza

Desfiladero de la Yecla




Visitando Valdelateja y su hermosa cascada

De vuelta de conocer el espectacular Pozo Azul de Covanera, sigo mi camino por la comarca burgalesa de Páramos para visitar uno de los pueblos más bonitos de Burgos, situado en pleno Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón.

Valdelateja se encuentra escondido entre el Valle de Sedano y el Valle del Rudrón. Justo aquí desemboca este río en las aguas del Ebro y da lugar a un esplendoroso paisaje de ensueño.

Lo cierto es que el asentamiento actual de Valdelateja es bastante reciente. Su origen realmente se encuentra en el pueblo abandonado de Siero, en lo alto de la ladera, y del que se tiene constancia escrita desde el siglo VIII. Aún puedes visitar los restos de su ermita altomedieval, sus casas en ruinas y el cementerio de Valdelateja, que sus vecinos siguen usando el campo santo tradicional.

Sus últimos dos vecinos lo abandonaron en 1914 y se fueron a vivir a un lugar mucho más cómodo, la orilla del río. El emplazamiento ya había sido usado también en la Edad Media, como han descubierto en los restos encontrados en torno a la iglesia de Santa Eulalia. El templo fue ampliado en el siglo XX utilizando piedra de la iglesia de Siero, así como algunas de sus imágenes góticas realizadas en madera de nogal.

Para visitarlo puedes dejar el coche en el aparcamiento que hay a la entrada del pueblo y empezar ca callejear por sus pocas vías. Se recorre enseguida, pero merece la pena detenerse a disfrutar del entorno y de los ejemplos de arquitectura tradicional que te encontrarás por el camino.

Al cruzar el puente, verás una señal a tu derecha que marca un sendero escondido entre los árboles, que va paralelo al río. A unos 200 metros te toparás con una enorme cascada cuyas aguas ensordecerán tus oídos en mitad de la total calma y tranquilidad que ofrece este hermoso paraje.



De vuelta al puente por el mismo sendero, totalmente llano, puedes aprovechar tu visita para enfrentarte a la subida del cerro de Castrosiero. Esta se hace por un camino que surge al final del pueblo, por un camino que sale a la derecha y que tiene una señal con dirección a Siero.


Desde allí comienza una subida trepidante que te hará atravesar el antiguo poblado de Siero (a 1’5 km) para, posteriormente, llegar a la Ermita de Santa Centola y Elena, en la cima del monte. Según la inscripción que hay en su cabecera, se habría construido en el siglo VIII. Ésta también hace referencia a Fernando, El Negro y su esposa Godina, los supuestos abuelos del primer conde de Castilla, Fernán González.

Junto a la ermita hay un monumento que señala el lugar en el que el verdugo Dacinio decapitó a las santas Centola y Elena en el siglo III. Cuenta la tradición que, si pasas un trapo mojado por su roca, ése se teñirá de rojo por la sangre derramadas por ellas. Sus cuerpos estuvieron custodiados en la ermita hasta 1317 y hoy descansa en el altar mayor de la Catedral de Burgos.

De vuelta al pueblo de Valdelateja, puedes tomarte algo en sus bares, alojarte en un balneario cuyas aguas medicinales fueron declaradas de utilidad pública en 1885 o emprender otras rutas de senderismo, como la de los Cañones del Ebro hasta llegar a Pesquera de Ebro.





Ruta de Senderismo - Cascadas de Tobera y Paseo del Molinar

Tobera es una aldea de Las Merindades de tan sólo 23 habitantes. El entorno en el que está inmersa, entre un bosque de quejigos y junto a un desfiladero, hacen que su visita sea una delicia. Pero lo que de verdad la ha hecho famosa es la gran cantidad de cascadas que el cauce del río Molinar deja a su paso.

Su escasa distancia con la localidad de Frías, de la que depende y a la que puedes ir andando en un cómodo paseo, te permiten disfrutar de ambos lugares en el mismo día para aprovechar tu visita. Dado el gran volumen de turistas que siempre hay en ambos lugares, te recomiendo comenzar viendo Tobera, ya que su aparcamiento es mucho más limitado, y luego continuar yendo a Frías, donde hay amplias zonas gratuitas de parking.  

Cómo es el Paseo del Molinar de Tobera

👉Inicio de ruta: el coche lo puedes dejar a lado de las ermitas, a escasos metros de la entrada del pueblo. Allí te encontrarás con dos preciosos templos bajo las grandes rocas de este desfiladero por el que antaño pasaba la calzada romana que unía la comarca de La Bureba con Orduña y los puertos del norte. De esa época aún quedan algunos vestigios, como el puente romano-medieval sobre el río.

La primera ermita que te encuentras es la del Humilladero del Cristo de los Remedios. Pertenece al siglo XVII y en su interior puedes ver la talla de una serpiente en una vitrina que hay bajo el Cristo.

Esta talla hace referencia a la leyenda de la serpiente y el cartero. Según la tradición, un cartero real se encontró aquí con una gran serpiente que intentó atacarlo. El cartero se asustó, sacó su espada y rezó porque desapareciese. Y así fue. Cuando llegó ante la reina para darle el correo, le contó lo sucedido y ésta decidió levantar una ermita en este lugar que honrase al Cristo de los Remedios y que recordara a los viajeros los peligros del camino. Para ello hizo meter en la ermita esta talla de una serpiente.


Un poco más adelante, verás otro templo románico de mayor tamaño. Se trata de la Ermita de Santa María de la Hoz, del siglo XIII. Antiguamente sirvió como hospedería para los peregrinos del Camino de Santiago.

Desde allí dirígete de nuevo hacia el puente, para proseguir por unas escaleras de piedra en la margen derecha del río. Las aguas del río Molinar, que han ido formando este desfiladero, provienen de los Montes Obarenses y desembocan en el río Ebro. Justo al final de este desfiladero está Tobera, cuyo nombre proviene de la toba, una piedra caliza muy abundante en la zona.

El va formando cascadas y saltos de agua que antiguamente eran usados por los molinos y batanes construidos en este Paseo del Molinar. También fueron aprovechados por una fábrica de papel que se ubicaba aquí en el siglo XII.

El camino empedrado y sencillo te llevará a un primer mirador desde el que podrás contemplar la primera de las cascadas.

Desde el mirador continúa descendiendo hasta llegar a un puente. Deberás cruzarlo en dirección al centro de Tobera. El río discurre por la aldea formando pequeños saltos.

Justo después del puente, puedes bajar por unas escaleras para llegar a los pies de la cascada que habías admirado desde el mirador. Las vistas son impresionantes al tener la cascada tan cerca.

Para continuar el recorrido, es necesario que cruces de nuevo el puente y prosigas por la margen derecha del río por un estrecho sendero desde el que podrás ver el segundo gran salto de agua, algunas pozas, una zona de picnic y un restaurante.

Este es el fin del recorrido. Una vez llegado este punto puedes volver por donde has venido (algo difícil si hay muchos visitantes, porque vas en sentido contrario) o cruzar el río por un paso de piedras y subir hasta la ermita por la otra orilla del río.

También tienes la opción de continuar tu camino hasta Frías. En este caso tendrás que seguir un camino señalizado con marcas blancas y amarillas, atravesar la zona del lavadero medieval, el paraje de Las fuentecillas y hacer un pequeño tramo por carretera. La distancia total desde la ermita hasta Frías es de unos 3km.


                              🏃  Llévate un buen calzado y protección solar.
                              🏃  Longitud:  2 km (ida y vuelta).
                              🏃  Dificultad:  muy sencilla.
                              🏃  Duración: 50 minutos.
                                 🏃  Recorrido circular.

Otras entradas que te pueden interesar:

➤ Qué ver en la provincia de Burgos

➤ 27 lugares imprescindibles que ver en Las Merindades y alrededores

➤ Qué comer en Burgos - 15 productos típicos

Ruta de Senderismo - Cómo llegar a las Cascadas de Irús

 

En la maravillosa comarca burgalesa de Las Merindades, en pleno Valle de Mena, se encuentra el pequeñito pueblo de Irús, unas cuantas casas enmarcadas en un paraje natural envidiable.

En cuanto comiences tu paseo, te llamarán la atención muchas de sus casas, que recuerdan el pasado esplendoroso de los que allí vivieron. Por aquí pasaba el Camino Real de Enderrozas, que atravesaba los ríos Hijuela y Ordunte. Se trataba de una vía destinada al tránsito de mercancías en mulas, no de carros, ya que el tipo de pavimento y el trazado de la vía hacían que fuera muy difícil circular por ella. Situada en un enclave privilegiado, sus gentes se encargaban de cobrar impuestos a todo el que iba de Las Merindades a la costa y de ahí vino su riqueza y sus enormes casonas con jardín.

Por sus calles apenas verás a nadie. Es como si este lugar se hubiera quedado detenido en el tiempo en forma de postal. Pero la aldea guarda un tesoro de incalculable valor.   

Cómo llegar a las Cascadas de Irús

👉Inicio de ruta: el coche lo puedes dejar a la entrada del pueblo, donde hay una especie de merendero, con varias mesas de picnic bajo los árboles.

Atraviesa el pueblo en dirección a su iglesia mientras ves sus viviendas medianeras de origen bajomedieval y sus casas cúbicas del siglo XVIII, características del Valle de Mena.

A escasos metros te encontrarás con la Iglesia Parroquial de San Millán de Irús, de finales del siglo XV, en estilo gótico-isabelino. Tiene aspecto de castillo, más que de templo.

Deja la iglesia a tu derecha para bajar hasta el cementerio. Desde allí, continúa por el mismo camino atravesando una verja.



Allí comenzarás a ver el empedrado de la antigua calzada, que durante mucho tiempo se pensó que era romana. Los documentos existentes señalan un trasiego constante de mercaderes que recorrían este camino de herradura para transportar productos como trigo, cebada o lana y cambiarlos por hierro, pescados y otras mercancías procedentes de Castro Urdiales, Bilbao, Portugalete o Bermeo.

Siguiendo la calzada y dejando siempre el río a la derecha, llegarás al primer cruce, en el que debes continuar por el camino de la izquierda siguiendo el empedrado.



A unos 1’2 km verás dos espectaculares cascadas que forma el río Hijuela. Cuando yo fui el verano había sido muy seco, así que por la cascada sólo bajaba un hilillo. Aún así, sobrecoge observar la formación rocosa que dejan las huellas del agua al pasar. Si ha habido época de lluvias, el río va formando más cascadas y saltos de agua continuando su curso.


El recorrido hasta las cascadas es corto y bastante cómodo. Todo el camino está cubierto de frondosas sombras y es prácticamente llano. De hecho, puedes ver a más vecinos del pueblo paseando tranquilamente por aquí, que en las calles de Irús.

                              🏃  Llévate un buen calzado, agua y protección solar.
                              🏃  Longitud:  2'5 km (ida y vuelta).
                              🏃  Dificultad:  baja.
                              🏃  Duración: menos de 2 horas.
                                 🏃  Recorrido lineal.

Otras entradas que te pueden interesar:

➤ Qué ver en la provincia de Burgos

➤ 27 lugares imprescindibles que ver en Las Merindades y alrededores

➤ Qué comer en Burgos - 15 productos típicos